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𝑐𝘩𝑒𝑟𝑟𝑦 𝑤𝑎𝑣𝑒𝑠 02꒱⸰ֺ ࣭⭑𓄹
Por su cabeza aún rondaban las imágenes de aquella noche.
Rafe enfrente de ella sujetando la de la cintura mientras la miraba con aquellos ojos que le recordaban al mar, los cuales podría ver por una eternidad y perderse en ellos.
Sus mejillas se calentaron al pensar en aquella escena que había pasado en su habitación y del cual el único testigo había sido la luna que alumbraba por la ventana esa noche.
Iba en su bicicleta escuchando música, mientras iba a su casa después de un día de clases en su nueva escuela repleta de kooks, para muchos debía ser increíble estar rodeado por todos ellos, pero para ella no era más que una pesadilla, lo único que agradecía era estar con Sarah y de vez en cuando le agradaba Topper. No era tal desagradable, pero no significaba que quisiera ser su amiga.
Pasó rápidamente fuera de casa de los Cameron y no vio a nadie fuera, desde ese día Madison pensó que lo que ella y Rafe tenían podía pasar a más, pero él solo no volvió a buscar, ni un mensaje, ni una llamada simplemente nada.
Quería pensar que estaba bien, pero no era así, después de todo aquel rubio le había dicho que la quería. ¿Acaso le había mentido?
Al llegar a su casa, dejó la bici menta fuera y se adentró, lo primero que vio fue a su madre arreglando la mesa y a su hermano, el cual había llegado antes que ella.
Dejó sus cosas en el piso de la sala y fue rápidamente a ayudar a su madre, cuando llegó a la cocina le dio un beso imprevisto a la mayor la cual la tomó de sorpresa haciéndola sonreír. La primera sonrisa que salía de sus labios en todo el día.
─ Ayúdame a llevar la ensalada a la mesa─ pidió su madre mientras le entregaba el bowl de ensalada.
La chica tomó una trozo de zanahoria para llevársela a la boca, mientras dejaba el recipiente en la mesa.
Después de haber terminado de poner todo sobre la mesa, de que su hermano bajara de su habitación y de que su padre llegara de trabajar, todos se dispusieron a comer como una familia tradicional.
Todos comían en un silencio algo incómodo, ya que ninguno hacía nada que solo mirarse de vez en cuando o solo cuando su madre preguntó por el sabor de la comida.
─ ¿Cómo te fue hoy en la escuela?─ preguntó su padre interesado por oír a su hija.
La rubia se tomó su tiempo para contestar sin ver a su padre a la cara, poco a poco levantó sus ojos encontrándose con la mirada inquietante del mayor.
─ Bien, como siempre desde que nos cambiaste a esa escuela─ dijo sin más para seguir comiendo con la cabeza baja.
La relación que ambos tenían ahora era más delicada, simplemente su padre no era el mismo de antes y extrañaba eso, los momentos en los que se esforzaba por pasar tiempo con su familia, cuando trataba de pasar tiempo con ella y Nick, cuando dijo que jamás la lastimaría, pero al final las promesas son solo palabras vacías y no significan nada.
─ No creo que solo hayan estado bien.
─ ¿Qué deseas oír?, que me la paso de maravilla, que todos ahí son unas hermosas personas y todos somos mejores amigos. Pues ahí está, ¿feliz?─ dijo exaltada.
Su madre tomó la mano del hombre de cabello castaño, no quería que pelearan como mayormente lo hacían y sólo quería tener una comida sin nada de dramas, normal, como una familia común y corriente.
Marcus quitó su mano del agarre de su esposa, para después azotarla sobre la mesa, comenzaba a enojarse y se le notaba ya que poco a poco iba tomando un color rojizo en su rostro.
─ No vuelvas a levantarme la voz así─ le dijo mientras la apuntaba con el dedo.
Los ojos de Madison comenzaban a cristalizarse, tal vez todo era su culpa, debía mantener la boca callada si ya sabía cómo reaccionaba su padre, solo quería dejar pasar el momento, no hacer más escándalo, terminar de comer e ir a su habitación y no volver a salir hasta el día siguiente.
Pero claramente su padre no dejaría el tema morir tan rápido.
─ Al parecer no es suficiente para ti todo lo que hago, ahora vivimos en el figure eight, vas a una de las mejores escuelas y no necesitas preocuparte por lo que comerás mañana.
La chica solo mantenía la mirada en sus vegetales sobre el plato, mientras las lágrimas luchaban por salir de sus ojos, tal vez era una malagradecida con el mayor y tendría que estar agradecida, lo estaba pero tampoco lo estaba del todo, le había arrebatado su vida, sólo para convertirla en una niña perfecta más del lado norte.
─ Te lo agradezco, pero en ningún momento te lo pedí, jamás te pedí que me llevaras a esa escuela, jamás te rogué porque me separas de mis amigos...
─ Esos no eran amigos, unos vagos sin futuro no son amigos para ti, pero estos sí, puede que alguna vez llegues a necesitarlos en algún futuro y me lo agradecerás. ¿Por qué es tan difícil adaptarte?, con Nick no tuve ningún problema.
─ Es que para ustedes es muy fácil aparentar que son igual que ellos, pero saben algo, la gente de aquí no olvida de donde venimos, puede que se rían con ustedes, pero una vez que se dan la vuelta, ellos se ríen de ustedes. No somos kooks.
Después de aquella acalorada discusión su padre regresó de emergencia al trabajo ya que Ward lo había llamado y agradecía por ello, ella mientras se encontraba recogiendo todo, ayudando a su progenitora, después de todo le había arrebatado tener una tarde tranquila de conflictos.
─ Mamá te quería decir que hoy voy a ir a una reunión, algo pequeño ya sabes─ aviso el rubio entrando a la cocina.
─ Claro que puedes ir... pero sólo si tu hermana va contigo.
Aquello había descolocado a los hermanos, por una parte el mayor de ambos se encontraba resoplando por la tonta idea de su madre, mientras que la menor estaba rogando porque su mamá cambiara de opinión y la dejara quedarse en casa con ella mientras veían desperate housewives.
─ Mamá, no creo que deba ir─ refunfuño.
─ Bueno, si no vas, tu hermano tampoco. Listo.
─ Deja de ser pesada y ven, Madison─ pidió rodando los ojos.
─ Vuelve a llamarme pesada y te quedas con nosotras, iré a cambiarme.
No sabía lo que intentaba su madre, quizá quería volver a unirlos como antes, pero ahora simplemente eran como el agua y el aceite, no se mezclaban, además no tendría nada que hacer en aquella fiesta, los amigos de su hermano no eran sus amigos y sólo la conocían como "la hermanita de Nick" .
Se puso unos shorts no tan cortos y una blusa azul de tirantes, tenis y claramente llevaría su chaqueta, después de todo se hacía de noche, el frío no iba a tardar en aparecer.
─ Ya estoy listo, apúrate y baja.
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Ambos iban callados en el auto sin siquiera mirarse, ella se preguntaba desde cuando eso había cambiado, si la situación fuera diferente ahora mismo los dos estarían cantando sus canciones favoritas y no pararían de reírse hasta orinarse encima.
─ ¿Qué pasó?
Él la miró confundido, ya que no sabía a lo que se refería su hermana.
─ ¿Qué?─ preguntó confundido.
─ Que, ¿qué pasó con nosotros?, antes solíamos ser cercanos, más bien mejores amigos─ dijo nostálgica.
Nick suspiró antes de pensar en lo que iba a decir a eso.
─ Supongo que las personas cambian, nosotros lo hicimos.
─ A veces te extraño, ¿sabes?─ lo miró, no mentía ella de verdad extrañaba a su hermano, a su persona favorita.
Madison pudo notar la expresión de su hermano, él quería decirle algo pero simplemente no lo hacían fruncía el ceño como si peleara internamente por decirlo.
─ Cuando lleguemos, no actúes como una inadaptada social, por favor.
No se sorprendió por lo que dijo, así que sólo se permitió mirar hacia enfrente y en no volver a decir nada, de vez en cuando sentía como su hermano la miraba de vez en cuando de reojo hasta llegar a la casa de algún amigo que ella claramente no conocía.
Cuando se bajaron del auto, Madison se dedicó en seguir al rubio como si de un perrito perdido se tratara, pues era casi igual.
La casa era grande, no estaba tan llena de gente, pero tenía a la necesaria como para pasarla bien, la mayoría, por no decir todos saludaban a su hermano y ella solo se mostraba desapercibida, o los que si la notaban solo decían cosas como "trajiste a la pequeña Sinclair" o "tu hermanita está aquí".
Después de eso creía que prefería pasar desapercibida como un fantasma y que nadie la viera.
Estaba tan ensimismada mirando a los alrededores y siguiendo a su hermano, que cuando llegó a una pequeña multitud de personas, pudo notar como había en la mesa unas bolsitas con algún polvo blanco dentro y un rubio algo conocido pegado a la mesa, aspirando algo de ese polvo, pero antes de que pudiera ver quien era, alguien la llamó.
Al voltear se encontró con un rostro conocido, uno que no veía desde hace un buen rato y una sonrisa genuina salió de sus labios.
─ Ohh, Mads Sinclair.
─ Ohh, señor estúpido ─dijo mientras lo abrazaba y le daba un leve golpe en la cabeza.
El pelinegro se quedó confundido, no sabía si estaba feliz o no de verlo otra vez.
─ Auch, ya sé que me extrañaste, pero puedes demostrarlo.
─ Me avisas cuando ya te estás yendo y no avisas cuando regresas, eres como idiota Erick ─se quejó cruzada de brazos, mientras lo veía con una ceja levantada.
─ Perdón por eso, pero mira, estoy teniendo un deja vu justamente ahora mismo, la primera vez que nos conocimos fue en una fiesta y mira, aquí estamos de nuevo ─rió.
Comenzaron a caminar hacia donde estaban los demás, pudo ver como su hermano ahora estaba sentando en la mesa donde minutos atrás había estado aquel rubio, pero pudo ver que aquel chico era nada más y nada menos que Rafe, el cual estaba tomando de los hombros a su hermano, el cual tenía la cabeza recargada en la cabecera del mueble.
─ Dime que no es lo que creo que es.
─ Pues al parecer Nick, acaba de consumir un poco de coca.
Al escuchar eso, Madison se dirigía a paso seguro a reclamarle a su hermano, pero el chico de ojos verdes la detuvo tomándola del brazo y llevarse a otro lado, mientras que Rafe había notado su presencia y la veía a los ojos.
─ Tienes que tranquilizarte, Mads. Si quieres hablar con tu hermano está bien, pero no es el momento─ habló el pelinegro mientras la tomaba por los hombros.
─ Es sólo que no puedo creer que Nick haga cosas como esas.
No sólo le molestaba lo que su hermano hacía, sino que Rafe también era partícipe y que tal vez por eso la última vez que lo había visto su nariz se encontraba de la misma manera en la que estaba ahora.
Ella jamás había consumido ese tipo de sustancia, puede que de vez en cuando marihuana con los pogues, pero hasta ahí y sólo para pasarla bien un rato.
─ No voy a decirle nada, él sabe lo que hace.
Le había dejado muy en claro horas antes que no le importaba que ya no fueran unidos como antes y si eso era lo que deseaba, Madison no iba a meterse en su vida.
Pasó la mayoría del tiempo con Erick, de vez en cuando teniendo choques de mirada con Rafe, pero ni una sola palabra, al parecer así era esto.
─ Iré por otro trago, ¿quieres?─ preguntó, a lo que la rubia negó con la cabeza.
En lo que el chico se fue a la barra, el rubio se acercó a Madison, ella ni siquiera se había molestado por levantar su rostro y mirarlo a los ojos, estaba decepcionada, el chico del cual estaba enamora tenía un problema con ese polvo blanco.
─ ¿Ahora me odias?
─ ¿Debería?. Rafe, yo no sé que decirte─ dijo levantando su mirada para verlo a sus orbes, los cuales se encontraban más grandes de costumbre.
Rafe no dijo nada y sólo se puso de rodillas, mientras dejaba caer su cabeza sobre el regazo de la chica, nadie podía verlos, ya que gracias a un arbusto y a que todos estaban ebrios o algo más, nadie se daba cuenta, ni siquiera Nick.
─ Perdón, yo no quería que... que me vieras así ─sus ojos estaban algo rojos y cristalizados, como si fuera a llorar.
Madison lo tomó del rostro para acariciarlo, podía ver como se arrepentía de haberle mostrado una parte de él, de la cual no quería que ella se enterara nunca.
─ Vamos a casa, Rafe.
Él le pidió que si podía quedarse a dormir en su casa, a lo que ella accedió, ambos durmieron juntos, sin besos y sin una plática, sólo abrazados disfrutando de la calidez del otro.
Madison sabía que el amor te volvía estúpido, pero que tan mal puede estar enamorarse de alguien como Rafe. Tal vez no tan mal
Espero disfruten este capítulo, como yo disfrute escribiéndolo, nos leemos en el próximo capitulo.<3
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