Capítulo 23.
Minho pasó largas semanas en su casa con Chan haciendo prácticamente todo por él, aunque el menor quería disfrutar de su libertad del hospital y que se sentía mejor que nunca, o al menos en lo que recordaba de esos últimos largos años.
Seguía trabajando en su obra maestra, en ese poema que debía ser tan genial, que con sólo leerlo no le dieran ganas de volver a escribir otro.
Cada tanto tenía que ir al hospital, le dieron algo de medicamentos que lo ayudaban a que el tratamiento hiciera más efecto, pero no se comparaba a lo que era la quimioterapia, podría decir que ya estaba muy insensible al respecto, así que no sentía mucho.
Dejó su cabello crecer de nuevo, aunque preferiría el cabello largo de Chan, cosa que a veces lo hacía sentir un poco mal por su cabello fino y bastante corto, pero era cuestión de que el mayor dejara besos por toda su cabeza para que riera y se sintiera hermoso.
Fueron tres meses en los que estuvo esperando y perfeccionando su poema, siguiendo el plan que tenía en su mente, había logrado escapar una tarde de vigilancia y cuidados de Chan para comprar en una joyería lo que necesitaba para completar todo.
Le hicieron las últimas pruebas para ver su estado de salud.
Aunque se podía ver a simple vista, el color en su piel, el que había subido de peso, el cabello oscuro que llegaba hasta sus ojitos, el que hacia meses no tenía una hemorragia nasal, el rubor más rojo que antes, tenía más energía, sin duda estaba más vivo.
Estuvo varios días en el hospital para las pruebas y los resultados.
Chan estaba más nervioso que él, con la mirada clavada en el suelo de la habitación mientras movía su pierna con nervios, esperando la noticia que podría ser la última o podría hacer que comenzaran todo de nuevo y Minho, sentado en la camilla, lo miró con una sonrisa tonta, acomodó uno de los mechones de su cabello que llegaba casi hasta el hombro, detrás de su oreja, captando los gatunos ojitos de Chan.
一Casi, casi... Pareces un gatito asustado.
一Soy un gatito aterrado.
Minho rió, tomó su mano y entrelazó sus dedos.
一¿Por qué tanto miedo, Channie?
Chan hizo varios gestos y masculló sonidos raros para no decir nada, haciendo que Minho riera un poco por aquello.
一Sólo... En serio no quiero que... Ya sabes, que te vayas. 一dijo, casi en un susurro.
Minho sabía cuáles eran sus miedos, así que sólo asintió con una pequeña sonrisa.
一Chan, yo no me iré nunca. 一dijo一. Porque hay una parte de mí que está contigo y que vive contigo. 一dejó su otra mano en el hombro del mayor一. Está en tu corazón y estaré allí todo lo que me permitas quedarme, nene.
›› Y quiero que seas feliz, porque sí eres feliz, yo también lo seré y en tu corazón, donde aún viviré, lo sentiré también.
Pequeñas lagrimitas se asomaban por los ojitos del mayor, Minho dejó caricias en su mejilla y el pelinegro apretó su manito.
一Eres fuerte, más de lo que crees, más de lo que aceptas ser y la prueba de eso es todo por lo que has pasado y has llegado hasta aquí, sólo queda seguir hasta los días mejores, porque habrá días fantásticos y yo también los viviré contigo, porque te estaré acompañando y cuando me recuerdes con una sonrisa, yo también voy a sonreír contigo y también tienes que aceptar que no todo lo que vivimos juntos es triste para que llores.
›› Vale la pena sonreír.
Chan en verdad, sí estaba llorando.
一Oh, nene tonto. 一Minho lo abrazó y Chan escondió su rostro en su pecho一. Estará todo bien, bebé, te lo prometo.
›› Te amo, amor y eso no cambiará nunca.
Chan tembló en el abrazo.
一Minho... Ya me estás asustando de nuevo.
一Te estás asustando solo, tonto. 一dijo Minho con una risa一. Necesitabas escucharlo... Yo estaré bien, ya verás, ¿Cuánto apostamos?
一Una verga apostamos, idiota. 一Chan estaba sensible y Minho se lo tomaba todo a juego, él sólo lloró más fuerte y lo abrazó por la cintura.
一Oh, es un buen trato.
一Salgo con un tipo con ninfomanía... De puta madre.
一Se llama abstinencia, estúpido.
ㅤㅤㅤㅤㅤ
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro