XVIII
La quimioterapia se le hacia pesada, y muchas veces, eterna, habían usado una medicina que aún estaba en proceso de experimentación, lo habían hecho firmar muchos contratos y cosas que no entendía mucho, pero lo que sea que lo sacará de esta estaba bien.
Lo habían probado pocas veces en otras personas que estaban en lo justo y necesario, y se habían recuperado muy bien, aún no había sido probada con leucemia, pero siempre había una primera vez para todo.
Le dieron un turno bastante tarde, y llegó a una época del año donde entraban antes del atardecer y salían del hospital de noche, y HyunJin estaba que se dormía de pie.
—¿Bello durmiente? —preguntó SeungMin, besando su frente, para después colocarle su gorro turquesa, el que le había tejido más recientemente, abrigándolo para salir del hospital.
HyunJin hizo una mueca y un sonido molesto.
—Eres hermoso, Hyung, y adorable todo dormido —le recordó su novio—. Ven, te cargo —se dió la vuelta y dejó que HyunJin pasara sus brazos sobre sus hombros, enganchara sus piernas en las caderas del menor y sonriera mientras apoyaba una mejilla en el hombro del pelinegro, SeungMin lo llevó en su espalda sin mucho problema, pero sabía que sus rodillas iban a doler mañana.
SeungMin se había dejado el pelo bastante largo, y por más que le molestaba porque ya le estaba tapando los ojos, estaba tan largo que el mayor hasta jugaba a hacerle trenzas o a atarlo en moños, no quería ir a cortarse el cabello.
—SeungMin... —murmuró HyunJin cerca de su oído—. El médico vino a hablarme cuando no estabas.
—¿Qué dijo bebé? —SeungMin se sentía nervioso, pero se mantuvo calmado para él.
—En mis últimas pruebas... Todo salió mucho mejor, está funcionando y van a empezar a buscar un donante de médula para mí.
SeungMin sonrió ampliamente y rió con alegría, HyunJin sonrió al escucharlo.
—Es una noticia genial y hermosa, bebé —dijo SeungMin, sostuvo la manito de HyunJin, unidas frente a él, para besarla—. Estoy muy orgulloso de ti, nene, me haces muy feliz.
HyunJin se ruborizó.
—Esto... Es más fuerte y me cansa mucho más que las otras, pero quiero más tiempo contigo, Seunggie.
—Me tendrás toda la vida, HyunJinnie.
—Haré de mi vida muy larga.
—Lo estás logrando, nene.
—Dame un premio por lograrlo, nene.
—Oh, sí, nene.
HyunJin comenzó a reír por el tono raro que había usado su novio, y lo abrazó más firmemente.
—Te amo mucho, SeungMin. —dijo el mayor.
—Te amo más, bebé. —correspondió.
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