¿Qué harían si un día se despiertan y de repente les dicen que son famosos? Namjoon se espantaría. Correría a los brazos de Jiwoo, de su madre o de su padre a llorar. Lloraría de la impotencia, de la angustia de no recordar nada.

Sabía que la fama era un proceso. Un camino que llevaría años y que en aquel tiempo, iría poniendo ladrillo por ladrillo, piedra por piedra, gota por gota. Construiría su popularidad de a pasos pequeños, con sinceridad y humildad. Era lo único que deseaba.

Le daba asco la gente que no llegaba a la cima por cuenta propia. Él mataba porque una de sus canciones fueran reconocidas, pero mientras tanto, se esforzaba. Se daba la cabeza contra la pared, pero no compraba nada ni el sobaba el lomo a nadie. Tenía bien puestos sus principios y no los defraudaría por nada en el mundo.

Y claro, todo ello lo demostraba con pequeñas acciones. Hacía sus propias publicidades, sus propios vestuarios e incluso administraba la parte técnica de todos sus conciertos.

Aquella tarde, Kim Namjoon y Jeon Jiwoo se habían propuesto dedicarse al trabajo. Ambos, sentados en la mesa principal, con la computadora enfrente y con un amplio documento de word abierto. Era una especie de lluvia de ideas. Eran las cuatro de la tarde y aún estaban decidiendo el repertorio.

-Namjoon, préstame atención por favor-pidió por enésima vez la rubia ya que estaba algo disperso. Él la miró y sonrió irónicamente-. ¿Y si perfomas 'Bájale'?-preguntó, sugiriendo la cuarta canción de la lista.

-No me hagas eso, sabes que la odio. Mejor 'Espejismo', es más para el tipo de público.

-¿Me estas diciendo que crees que una canción criticando a los ricos es ideal para un estadio dentro de un complejo privado, donde van los hijos de papi en sus putos Mercedes?-cuestionó, captando el chiste.

-Es la mejor canción, que la interpreten como quieran, yo les diré lo que opino-dijo, seguro-. Mira, si no la pones la cantaré igual, así que no hay opción.

Jiwoo escribió el título resignada. En parte sabía que tenía razón, no les quedaba otra que escuchar la verdad. "Ves la humildad en el reflejo, en los brillos de las llantas, pero es el espejismo, agua de ciudad en la nueva ruta" decía aquella letra que había escrito años atrás pero que aún seguía siendo una especie de clásico.

Era una melodía tranquila, la cual solía cantar mientras se sentaba en un banco o simplemente caminaba. Era algo triste pero aún así tenía su pizca de emoción. Como él.

Volvió a abrir los archivos de su celular, donde guardaba todas sus pistas y canciones grabadas y terminadas. Las tenía organizadas por álbumes y junto a ellas, estaban las letras de cada una. Se distrajo releyendo algunas, sonriendo al leer algunas líneas que no tenían ni una pizca de descaro.

-Namjoon-ah, necesito que elijas una de tus fotos para armar los folletos. Se los enviaré a Yoongi mañana, los necesita de inmediato-avisó mientras le quitaba el móvil de las manos, obligándolo a notar su presencia y obligaciones.

El chico dirigió su mirada a la pantalla de la laptop, donde se encontraban al menos veinte fotografías de gran calidad, la mayoría sacadas por fotógrafos amigos. Una pequeña cantidad eran de sesiones específicas pero la mayoría eran de los mismos shows.

Revisó todas rápidamente y finalmente señaló una de su última presentación en Inercia. Aún tenía el cabello totalmente rubio y algo corto. Luego de ello, tomó su móvil de vuelta sin que ella lo notara. Por alguna razón, estaba moviendo los últimos posters que había realizado, él supuso que para reutilizar el formato.

Namjoon logró escaparse por un segundo y se dirigió a la habitación con el objetivo de tomar su parlante para aliviar el ambiente de trabajo con algo de música. Sin embargo, esa idea desapareció cuando volvió a ver la dichosa tarjeta que le daba vuelta desde la noche anterior donde el castañito se la regaló luego de una eficiente confesión.

Pensó que llamarlo resultaba extrañamente llamativo a esa altura del día. Necesitaba despejar un poco su cabeza y no tenía ninguna intención de escuchar a su socia quejarse. Asegurándose de que no lo viera, tomó el papel rígido y lo escondió en su bolsillo. Caminó con apuro a la sala y vio cómo estaba concentrada tipeando algo en el computador.

-Linda, voy a llamar a mi mamá en la azotea, hay mejor señal allí. Vuelvo en un rato-anunció y ella se limitó a hacerle un ademán con la mano, pidiendo que no la desconcentrara.

Namjoon tomó la llave de la azotea y recorrió el pasillo hasta el ascensor, aquel que tanto terror le daba. Presionó el botón con el número doce en sí y sintió cómo empezaba a subir. Se le revolvió un poco el estómago por la sensación, pero le restó importancia. Se volteó y comenzó a mirarse en el espejo. Acomodó un poco su pelo, peinando hacia abajo aquel mullet que le encantaba.

De repente, el ascensor comenzó a moverse un poco y tomó como precaución agarrarse de una pequeña baranda que había allí. Miró el tablero, marcaba piso nueve y subía de a poco. Luego de pasar tres años viviendo en el mismo lugar notó que cuando pasaba ese piso, el sistema no era tan bueno.

Abrió las puertas en el piso indicado y salió al exterior. La azotea no era esas de película donde uno podía tener una vista preciosa de la ciudad. Es más, todo lo contrario. Había muros de al menos 3 metros levantados en cada borde del lugar. Sólo podías apreciar el cielo si es que estaba despejado. Por su parte, mejor. No le fascinaban las alturas.

Sacó su celular del bolsillo trasero y comenzó a marcar mirando con precaución la tarjeta. Desde luego no iba a llamar a su madre, era lo último que haría aquella semana. Revisó que todos los números coincidieran y seguido, llamó. Uno, dos, tres tonos y alguien respondió.

-¿Hola? ¿Taehyung?-preguntó iniciando el guión de cualquier llamada.

-Uhm, el señor Taehyung está algo ocupado ahora, le comunicaré cuando se desocupe-respondió una voz neutra, se sorprendió a escuchar ello, no sabía que podría llegar a tener un secretario.

-¿En serio? Va, está bien-replicó, algo decepcionado.

-Nah, mentira, soy yo. Namjoon, ¿no?-bromeó ligeramente, volviendo a su voz normal, la cual era bastante profunda e inconfundible. El rubio sostuvo su cabeza mientras negaba y sonreía.

-Sí, el mismísimo. En serio creí que tenías asistente, ya iba a colgar. Te salió bastante bien la voz, lo admito.

-Hacía muchas impresiones en la secundaria, gracias. Así que te dignaste a llamar, pensé que de nuevo estabas demasiado ocupado-Namjoon pudo imaginarse cómo sería su expresión corporal en ese mismo momento, seguro le estaba imitando.

-De hecho, para tu sorpresa, lo estoy-dijo, con tonito orgulloso-. Resulta que me escapé de mi amiga, me consiguió un show y ahora no me deja siquiera respirar-dejó de caminar por la azotea y se sentó en una esquina.

-¿Entonces soy tu excusa? Que tierno-sentenció alargando la 'o'-. Pues cuéntame, ¿show dónde?

-Uhm, Detroit's Seoul, seguro conoces el lugar-supuso por su forma de vestir, los lugares que concurría y el trabajo que hacía. Era el estereotipo de millenial a sus ojos, pero se estaba dando una oportunidad para averiguar si había algo más detrás de la fachada.

-Sí, conozco el lugar, tiene muy buena acústica así que te gustará-de repente se hizo un gran silencio, Namjoon en sus pensamientos y Taehyung en los suyos, aunque luego de unos segundos, volvió a animar la charla-¿Serás atracción principal?-preguntó tratando de interesarse algo más en el mundo del contrario.

-En realidad, no. Seré telonero junto a Dami, una artista espectacular, y los shows principales serán los de Lay y Jackson Wang, seguro escuchaste algo de ellos.

-¡¿Jackson Wang?! Ese hombre podría hacerme todo lo que quiera y yo le dejaría, adoro su música y todo de él-el alto rió, echando la cabeza hacia atrás.

-¿En serio? Pues es un amigo muy cercano mío, podría hacer que lo conozcas en backstage si quieres-propuso animado. Le presentaría a su amor platónico, era algo contradictorio ya que realmente le atraía Taehyung.

-¡No me jodas! Ya mismo estoy sacando las entradas, en serio-anunció, entusiasmado por el plan. Callaron otra vez-. Entonces... voy a pensar que te salió bien la jugada para invitarme a salir-comentó confianzudo.

-Supongo que sí. Va, te dejo porque Jiwoo me va a acribillar-dijo algo preocupado.

-Está bien, te veo luego. Adiós-se despidió con una gran sonrisa que Namjoon no pudo apreciar, lamentablemente.

Sin despedirse de nuevo, cortó la llamada, bloqueando el celular y dirigiéndose de vuelta al departamento. Sufrió la pequeña "turbulencia" del ascensor una vez más y la voz metálica lo saludó anunciando su piso. Abrió la puerta de su hogar y allí estaba la rubia, fumando un cigarrillo mientras seguía mensajeando en su celular y armando más publicidades.

-¿Cómo te fue-preguntó haciendo referencia a la llamada con su "madre".

-No te das ni puta idea.

Bueno, capítulo larguito como para compensar que no actualicé en un mes entero. Hoy estuve escuchando a mi lindo Wang puppy y me inspiré.

Dejo pregunta/consigna porque me dio curiosidad y esta historia está para que reflexionemos juntitos, ah.

¿Qué buscan en un artista? ¿Qué es lo que hace que les guste en serio?

Espero que estén bien, cuídense mucho.

Lxs quiero ♡