1O: Contratiempos del rock.
-En serio, si te crees tan listo podrías elegir tu ropa solito y ya-dijo enojada con un tono algo alto, arrojando las chaquetas en la cama, harta.
Estaban en los últimos detalles, habían pasado toda la santa mañana practicando las canciones y retocando el itinerario. No todo era color de rosa detrás del telón. Tenían fuerte discusiones, pero siempre desde el profesionalismo. Después de todo, era su trabajo y debían respetarlo.
Un día antes del concierto, trataban de definir el vestuario adecuado para que él vistiera. Las opciones eran varias y lo único que Namjoon quería era acabar. Necesitaba descansar, la cabeza le dolía y aturdía.
-Mira, ¿sabes qué? Lo haremos facilito-declaró imitando el tono de la rubia mientras tomaba dos de sus opciones preferidas.
Una de ellas era una simple chaqueta de cuero negra, jeans del mismo color y una camiseta de cuello tortuga, todo acompañado por una cadena gruesa con varios candados. La segunda, un abrigo enorme que parecía inflable junto a un pantalón de vestir oscuro y una camiseta transparente con varias frases en ella.
Tomó ambos ganchos con las prendas y los colgó sobre la puerta de su armario blanco. Las acomodó rápidamente, y de mientras Jeon estaba detrás suyo, de brazos cruzados y mirándolo con atención. Él sacó foto de los looks y comenzó a hacer algo desde su móvil.
-Voy a hacer que-comenzó pausándose por un segundo, dando un último toque con su dedo índice. Giró la pantalla y se la mostró-Taehyung elija. De todos, él va a ser parte del público-sentenció, subiendo y bajando los hombros con una sonrisa irónica.
En su aparato estaba abierto Twitter, había mandando un nuevo mensaje a el chico en cuestión y adjuntado ambas fotos. '¿Cuál se me vería mejor?' se leía en letra blanca y pequeña.
-¿Lo invitaste? Aw, mi Namjoonie está enganchadito-se burló, haciendo que él entre-cerrara los ojos molesto. Estaba a punto de replicarle, pero su móvil vibró.
'¿Tengo material exclusivo? Mira que ni compré el VIP' leyó rápidamente y siguió por el otro mensaje: 'Se me da que las transparencias te irían bien, ¿no crees?'. Remojó sus labios con su lengua y finalmente habló.
-Pues vamos con la camiseta transparente, tiene bastante buen gusto en moda, ya ves.
-¡Es un hippie! Solo usa camisitas coloridas de los setenta-dijo indignada, ese no era su estilo, desde luego. Había estado interesada en la moda toda su vida y lo liviano no era lo suyo. Amaba los brillos, el negro, las transparencias, el cuero y el látex. Había sido criticada muchísimas veces por su modo de vestir, pero solamente habían logrado que amara su estilo cada vez más.
-No voy a pelearte porque sé que estás estresada y después vamos a arrepentirnos de lo que digamos -confesó, acusador. Contestó el mensaje del castaño con un simple agradecimiento y se dispuso a ordenar el desastre de su habitación.
Conocía a la rubia y conocía los límites. No le gustaba recurrir a los gritos, no era lo suyo. Ella suspiró pesadamente y se dirigió al living, juntando sus cosas. Habían llegado al acuerdo de que ambos se quedarían en sus casas hasta el día siguiente, donde irían juntos hasta el anfiteatro a la prueba de sonido.
Tomó su gran bolso donde estaban varias mudas de ropa y algunas prendas sucias. Metió su laptop allí mismo junto a los cargadores y también un diminuto pendrive que cargaba a todas partes. Namjoon le alcanzó el dichoso kit de sexo que había dejado en la mesa de luz. Ella lo tomó sin mirarle y él rodó los ojos, poniéndolos en blanco. La chica cerró y dejó sus cosas listas. Se dirigió al baño para arreglarse un poco y luego tomó sus llaves, la de su casa y la de la motocicleta.
Le pidió que le abriera la puerta y sintió la pequeña risa de Kim a sus espaldas. Lo miró fulminante poniendo sus brazos en jarra.
-Te ves muy tierna enojada, pero no lo hagas. Te quiero, ¿sí? Mañana nos vemos-dijo y depositó un pequeño beso en su frente. Curiosamente sus labios y la cabeza de la joven estaban en el mismo nivel, por la diferencia de altura.
-Yo también te quiero a pesar de que seas un pesado. Nos vemos luego, me llamas-respondió de la misma manera, dándole una pequeña caricia en su brazo. Caminó hasta el ascensor y Namjoon no entró al departamento hasta escuchó que las puertas cerraron, haciendo un pequeño ruido metálico.
El alto volvió a su lugar y cerró la puerta principal con llave. Giró su espalda encontrándose con la mesa del comedor, se sentó en una de las sillas cercanas a ella y permaneció allí un rato largo. Se recostó contra el respaldar de madera y comenzó a jugar con el manojo de llaves. Acarició el llavero que de él colgaba con ternura, sonriendo.
Era un pequeño micrófono plateado que le había regalado su hermana menor cuando cumplió dieciocho. Ella lo había guardado en una pequeña caja decorada por algunos meses, esperando que su fiesta de cumpleaños llegara. Cuando se lo dio, le advirtió que era algo que debía llevar consigo siempre. Que le abriría puertas, caminos nuevos y siempre le recordaría a casa. Realmente extrañaba Ilsan y ese pequeño recuerdo le daba nostalgia.
Y como si de la ley de atracción se tratara, recibió un sutil mensaje de la pequeña de diecisiete años de cabello oscuro, quien era el exacto retrato de Namjoon. Habían estado hablando durante el día y habían hecho una corta videollamada celebrando el show del día siguiente. Era la una y media de la mañana, Geongmin sabía que su hermano no descansaría casi nada antes de un evento así. Era el típico insomnio cargado de nervios que le había perseguido toda la vida.
Geongmin
Juro que si todavía no estás en la cama, salgo de este pueblucho ahora mismo y te arrastro a ella de los pelos yo misma.
O llamo a Jiwoo, más fácil imposible ;)
Él rió ante la, aparentemente, tierna amenaza. Hizo caso yendo a dormir finalmente. Aprovechó que finalmente dormiría solo para prender el pequeño parlante que tenía y poner su propia música para relajarse y dormir algo mejor. 'This Way' de Khalid y H.E.R. encabezaba la playlist, en la cola estaba más de Halsey, Sabrina Claudio y Childish Gambino. Acomodó su cabeza en la pila de almohadas y almohadones que usaba usualmente y con la voz adormilada, fue tarareando cada una de las pistas.
Acabó roncando al rato. Cuando alcanzaba el sueño profundo, realmente nadie podía despertarlo. Abrazaba la almohada con fuerza y comodidad. Dejaba los pies fuera de la sábanas, manteniéndolos frescos, sabía que eso le podría dar resfrío, pero amaba tanto hacerlo. Extrañaba las noches de otoño en su ciudad, allí podía dormir tranquilamente y ningún alma le molestaría.
Pero claro, la ruidosa Seúl no era el caso. Despertó varias veces, cambiando de sueño en cada una de ellas. Su mente era una magnífica fábrica de nervios y ridiculeces inentendibles. Acabó por levantarse a eso del mediodía, finalizando con aquellas horas de sueño interrumpido. Mientras desayunaba el almuerzo reflexionaba, intentaba recordar aquellas pesadillas mezcladas con sueños dulces.
Una extraña sensación recorrió su cuerpo en un interminable ciclo durante las siguientes horas. Odiaba sentirse así. Parecía totalmente desconectado de su mundo, de su alrededor. Cada vez que pasaba por el pasillo que unía la cocina con su cuarto, sentía un extraño frío y este le recordaba a un frame en su sueño. Intentó obviarlo severas veces, estaba acostumbrado a comerse la cabeza de esa manera durante las previas de presentaciones importantes.
Sabía que era todo producto de su tan odiada amiga llamada ansiedad.
Se enfocó en preparar las cosas que necesitaba para esa noche. Fue colocando sus pertenencias en una amplia mochila, apilando los objetos, tratando de que todo entrase. Texteaba a Jiwoo a cada rato asegurándose de que no estuviera olvidando algo. Tenía media hora antes que le pasaran a buscar, el reloj marcaba las cuatro de la tarde impaciente. Simplemente se sentó a revisar sus redes sociales por un rato.
Su timeline en Twitter estaba lleno de pequeños mensajes de apoyo de su público. Sonrió con el corazón casi saltando y al refrescar el inicio, notó un tweet que le emocionó aún un poco más.
El hecho de saber que iba a tener un rostro conocido (o algo así) entre el público le tranquilizó un poco. Sabía que al menos se sentiría cómodo allí, el castaño le había asegurado que el lugar le encantaría. Debía ser así.
-¡Kim Namjoon!-gritó su diminuta manager desde el pasillo, quien tocaba la puerta una y otra vez.
-Voy, voy. No me tires la puerta abajo-pidió con falsa preocupación, abriendo por primera vez en el día cada una de las cerraduras de metal.
-Buenas tardes, lindo-dijo amablemente la rubia, entrando al ambiente. Llevaba un precioso traje azul de una tela suave, la cual le llamó la atención a Namjoon. Tocó levemente su hombro para sentir la textura algo aterciopelada, ella le golpeó la mano y continuó hablando:-. Me llamó Mino, el encargado de la prueba de sonido en el anfiteatro, dice que debemos ir lo antes posible para acordar unas cosas con Dami-explicó ayudándole a tomar todas sus cosas. Golpeó su pecho con la gran mochila y guardó su celular en la campera de abrigo del alto.
Ambos apuraron su paso hasta la planta baja, donde les esperaba un taxi. La calle estaba algo llena teniendo en cuenta el horario, pero no les preocupó. Subieron al automóvil deslizándose por los asientos de cuerina. Namjoon fue el encargado de cerrar la puerta, haciéndolo algo fuerte y logrando que el conductor le mirara mal. Jeon le indicó la dirección con su mejor sonrisa, esperando que no se molestara por la brutalidad de su amigo.
El viaje fue rápido, sin ningún tipo de inconveniente. La cosa se complicó cuando llegaron al amplio complejo donde RM se presentaría. Allí había una larga cola de gente a pesar de ser temprano aún. Supuso que la idea de traer a aquellos dos artistas chinos había causado un gran boom. La entrada principal estaba repleta. Personas, mayormente jóvenes adultos, que ansiaban por conseguir un buen lugar en aquellas pequeñas plateas no numeradas.
El taxista debió rodear todo el lugar para poder llegar a la entrada secundaria, de la cual sabían por sugerencia del staff. Jiwoo pagó al hombre y Namjoon prometió pagar su mitad en otro momento, dándole una inocente y tierna sonrisa repleta de hoyuelos como garantía.
Los dos entraron a la amplia plazoleta que le continuaba a la entrada y se dirigieron a las apuradas al anfiteatro. Namjoon lo vio a la distancia e incluso desde ese lugar, se sintió pequeño físicamente pero enorme dentro de su ego. El exterior era sencillo pero sin embargo, nunca había cantado en un lugar así. Su emoción llegó al máximo al ver en la entrada de este, un enorme póster con su rostro. La rubia había hecho un trabajo demasiado bueno.
Siguieron avanzando hasta toparse con una gran puerta doble que indicaba 'solo personal', la cual abrieron de par en par al mismo tiempo siendo algo estruendosos. La madera de la entrada golpeó contra la pared a su lado haciendo que toda la gente que allí estaba trabajando, volteara a verles. Namjoon volvió a sonreír en modo de disculpa y cuando menos lo notó, Jiwoo ya estaba hablando con un chico algo alto, repleto de piercings y vestido de negro. Kim se acercó, con la intención de entrometerse en la conversación.
-Pero me dijeron que él se presentaba a las once de la noche-respondió confundida su representante.
-Pues se tendrá que preparar, porque sale antes que Dami-anunció el de cabello platinado, señalando a una chica de cabello negro corto que estaba con un micrófono en mano, haciendo señas a una cabina superior, donde controlaban el sonido.
Namjoon miró a la muchacha, miró a su amiga, al tipo llamado Mino y se congeló por al menos tres minutos. Debía salir a cantar antes de lo planeado y todavía no tenía idea qué micrófono usar.
'Contratiempos del oficio' pensó sarcástico.
Eeh, capítulo de 2000 palabras que no sé de dónde salieron. Son las 3:30 am acá, así que siquiera lo corregí.
Aclaración: Dami es una integrante de Dreamcatcher, Jackson Wang de Got7, Lay ex-miembro de EXO. Pueden buscarles si no conocen alguno, amenlos como yo.
Lxs quierooo ♡
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