Nate jugaba con la manga de su jersey rosa, estaba alterado y miraba para los lados, sentado en un banco de un parque lleno de flores rosas.

Mello cruzó la carretera, y cuando vio a Nate a lo lejos se le escapó una sonrisa, y se quitó los auriculares, para pausar la.muscia UE sonaba en el móvil.

Cuando llegó al banco de Nate, y este lo vio, se levantó, y miró hacia arriba.

-Hmm...-. Mello soltó una pequeña sonrisilla, por la diferencia de altura. Mello le sacaba una cabeza.

-Calla..., No menciones nada sobre mi altura-. Dijo Near.

-Tú voz es más dulce en persona-. Dijo Mello sonriendo.

-Y tú..., Te ves mejor en persona-. Mello fue a darle la mano, pero Near se puso de puntillas para dar dos besos en sus mejillas.

-¿Qué?-. Preguntó Mello confuso.

-A mi..., Me educaron con esa costumbre..., Lo hago con todos...-. Se justificó Nate.

-Déjate de mierdas, a nadie le gusta dar dos besos-. Dijo Mello.

-Fiu..., Gracias-. Near sonrió aliviado, y los dos se dieron la mano.

Se sentaron en el banco, y miraron al frente.

Mello sacó su móvil.

-¿Estás listo?-. Preguntó el rubio.

-Eso creo...-. Dijo Near, y Mello puso el chat de Peter, y después, puso la cámara. Near y Mello se dieron la mano, entrelazando sus dedos, y Mello envió una foto por WhatsApp a Peter.

Después cambió de cámara, y Mello y Near se acercaron. Hizo una foto de sus caras juntas, y la envió junto a la otra.

-Suéltame...-. Dijo Nate.

-Nadie te está cogiendo-. Dijo Mello, y Near vio como Mello dejó de forcejear su mano hace rato.

-U-Uy...-.

-Eres muy borde para lo buen educado que estás-. Dijo Mello, escribiendo a Peter para joderle.

-Y tú eres muy borde para lo maleducado que eres-. Dijo Near sonriendo levemente.

-Gracias-. Mello apagó el móvil y se lo guardó en el bolsillo. -Bueno, y ahora que. ¿Damos un paseo?-. Preguntó el rubio.

-Si por favor. Enséñame la ciudad-. Pidió Near.

-Hecho, vamos allá-. Mello y Near dieron un paseo, y Mello le enseñó y explicó varias cosas importantes de la ciudad.

Cuando los dos acabaron de dar el paseo, fueron de nuevo al parque.

-Bueno, ha estado bien como primera cita-. Dijo Mello.

-¿Espera que?-. Near se confundió. -¿Pensabas que esto era una cita?-. Preguntó confuso Near.

-¿Y no lo es?-. Preguntó el rubio.

-Evidentemente que no...-.

-¿Y qué es?-. Mello se acercó a Near, y este retrocedió.

-¿Intentas..., Asustarme?-. Preguntó.

-No, solo intento que me expliques qué si no es una cita..., Que haces echándote colonia de rosas, queriendo invitarme a todo lo que hemos tomado, y queriendo darme dos besos-.

-E-Ey..., No seas capullo-. Dijo Near, y Mello sonrió.

-Ser un capullo es mi especialidad-. Dijo Mello, y tocó la frente de Near, empujándole levemente hacia atrás con un solo dedo. -Y la tuya también. Enano-.

-Eres el chico más raro que he conocido-. Dijo Near, y Mello sonrió.

-Lo mismo puedo decir-. Mello se inclinó a su altura. Near fue a darle un beso en su mejilla, pero Mello movió la cara, y Near le dio uno en sus labios.

-¡Oye, eso no se hace!-. Near se quejó y golpeó el brazo de Mello.

-¿¡Donde lo pone!?-. Preguntó Mello riendo.

-¡Capullo!-. Near se rió. -Bueno..., Ahora en serio..., Adiós-. Near fue a darle un beso en la mejilla, pero Mello fue a repetir la jugada, aunque Near se lo esperaba así que no le dio el beso. -Sabía que lo volverías a hacer-. Dijo, y los dos sonrieron.

-Te crees muy listo eh-. Dijo Mello sonriente.

-Y lo soy-. Dijo Near sonriendo.

Mello se acercó a Near, y este cerró los ojos, dando su consentimiento. Mello le dio un pequeño beso en sus labios, pero que duró unos cuantos segundos. Mello y Near se separaron.

-Pasará mucho tiempo después de que nos volvamos a ver...-. Dijo Near.

-¿Adonde quieres llegar?-. Preguntó Mello.

-Pues..., Que al menos me des un beso decente-. Near rió levemente.

-¿Encima vacilón?-. Mello cogió la cara de Near con sus dos manos, y dirigió sus labios a los de su "amigo". Los apretó bastante, y después de aproximadamente unos 10 segundos, Mello se separó, y los dos sonrieron.

-Eso ya está mejor-. Dijo Near sonriendo.

-¡Ya nos veremos enano!-. Dijo Mello, comenzando a irse.

-¡Adiós rubia!-. Los dos se despidieron del otro, mientras tanto, Peter miraba desde lejanía, triste...