Mello miraba a su alrededor, nervioso. Contó su dinero, se había gastado todos sus ahorros de más de 10 años en viajar a Inglaterra. Tenía planeado gastárselos de mayor para vivir en un buen piso..., Pero creía que esto era más importante.

-Piiiiiiii-.

Picó, nervioso, y tragó saliva.

-¿Si?, ¿Quién es?-.

-Emm..., ¿Es usted el señor River?-. Preguntó Mello, cambiando un poco la voz.

-¿El señor River?, No..., Ese vive en el 2º 4tª-. Dijo el vecino.

-Emm..., ¿Y sabe si hay alguien en casa?-. Preguntó.

-¿Quién es usted?-.

-Un repartidor...-. Se inventó, diciendo lo primero que se le ocurrió.

-Emmm..., Creo que ahora solo está su hijo. Le abro-.

-Muchas gracias-. El vecino idiota abrió a Mello, y este pasó hacia adentro.

Se dirigió al ascensor, y subió por allí. Cuando llegó al 2º 4tª, suspiró, y se tocó el corazón, nervioso.

-Pffft....-. Negó con la cabeza, y después, cogió la rosa muerta de su bolsillo. Dirigió su dedo al timbre, y lentamente..., fue a picar.

Posó su dedo en el timbre, pero seguía dudando.

-Si no lo hago..., Habré roto mi hucha para nada..., Pero por otro lado..., Esto es acoso...-. Mello quitó el dedo del timbre. -Ahhh...-. Suspiró, y apoyó su cabeza en la pared. Negó con la cabeza. -Soy imbécil-. Dijo en voz alta.

Mello se dirigió al ascensor, fue a picar, pero el ascensor estaba subiendo justo a este piso.

-¡A-Ah, puede ser Nate!-. Mello tragó saliva, y corrió a una esquina, escondiéndose.

-Pim-

El ascensor se abrió, y Mello se asomó, para verificar que, efectivamente, era Nate, con un..., ¿Perro salchicha?.

-H-Hm...-. Mello tragó saliva, nervioso, pero entonces..., Comenzaron a llegarle mensajes.

-Pim-

-Pim-

-Pim-

-¡Mierda!-. Mello sacó su móvil, y lo silenció.

-¿Hm?-. Near intentó ver quién había ahí, pero no le importaba mucho, así que negó, y entró dentro de su casa.

Mello vio que era Matt quién le había escrito, preguntándole que que tal con Nate. Mello le llamó.

-No lo voy a hacer Matt..., Supongo que he malgastado el dinero..., Pero ahora tengo tiempo para aprovechar y ver los bonitos monumentos de la ciudad..., ¿Supongo?-. Preguntó Mello, hablando muy en voz baja, dirigiéndose al ascensor.

Near, entonces, abrió la puerta de su casa.

-Maldita sea..., Que se me ha olvidado comprar-. Mello paró en seco de caminar.

-A-Ahh...-. Near miró a Mello por su espalda.

-A-Ah...-. Near se sonrojó. -¿¡ME-MELLO!?-. Preguntó sorprendido, y Mello se giró, para verle.

-E-Ehh..., Emm...-. Mello, sonrojado, sonrió. -¡So-Sorpreesaaaa!-. Dijo sonriente, y Near comenzó a tener tics en el ojo derecho.

-Lo siento mucho-. Se disculpó Mello.

-¿¡Cómo se te ocurre venir aquí sin avisarme!?-. Preguntó Near.

-Yo...-. Mello se sorprendió. -Espera, ¿Cómo dices?-. Preguntó el rubio.

-¿Cómo has adivinado mi dirección?, ¿Ha sido Matt?, Le conozco poco, pero sé que es muy bueno con la informática-. Dijo Near sonriente.

-No..., ¿Estás enfadado?-. Preguntó Mello.

-¡No!-. Near negó. -¿Pero porqué te ibas?-. Preguntó Near. 

-Porque..., Mi intención era darte esto, y decirte que me des otra oportunidad-. Mello le ofreció la rosa muerta, y Near suspiró.

-Ahhh...-. Near aceptó la rosa. -Pasa dentro. Te diré lo que opino sobre el tema-. Mello asintió, aún un poco sorprendido, y pasó adentro de la casa de Nate.

-Mira, según lo que me contaste sobre tu problema..., Lo que creo es que como no hago que lo tú quieres, te sientes inferior al chico que a mi me podría gustar, y por eso, quieres intentar "conquistarme"-. Dijo Near, sentado en su sofá, y Mello, sentado enfrente de él, en una silla.

-No te entiendo-. Dijo Mello, negando.

-No te gusto..., Sólo quieres que yo me sienta atraído por ti porque nadie lo ha hecho antes, y si no me gustas, te sientes inferior a mi, o cualquier chico que me pueda gustar-. Dijo Near, y Mello suspiró, y se levantó. -¿Me equivoco?-. Mello se dirigió a Near, y rápidamente le robó un beso. Near se levantó y le empujó. -¡PARA!-.

-¡NO ME IMPORTA LO QUE DIGAS, NO SÉ SI LO QUE DICES O NO ES VERDAD, SÓLO SÉ QUE ME GUSTAS!-. Gritó Mello, y Near suspiró. -Te lo juro-. Mello cogió la mano de Near, y la uso en su corazón. Near se sonrojó. -Me gustas. Y eso es lo que siento. Me da igual la razón que sea, sólo sé que me gustas, y a una persona, cuando le gusta otra, le gusta ser correspondido, ¿Lo sabías?-. Preguntó Mello, y Near se sonrojó, y tragó saliva.

-Yo..., Es que no sé Mello..., No estoy muy seguro de esto...-. Dijo Near, mirando para otro lado.

-Tú sólo..., Déjate llevar-. Dijo Mello, y dirigió a besar a Near.

-N-No...-. Mello sintió el aire que salía de la boca de Nate, y Mello sonrió. Rozó sus labios con los de Nate. -A-Ahh..., N-No..., No lo hagas...-. Pidió.

Mello comenzó a tocar el torso de Nate.

-Te lo pido..., Por favor..., No quiero pelearme contigo....-. Dijo Near, y Mello apretó el suéter rosa que Near llevaba puesto.

-¡Guau, guau!-. Su perro comenzó a ladrar.

-A-Ahh...-. Mello elevó a Near del suelo, cogiéndole por el suéter.

-Me gustas mucho...-. Dijo Mello.

-N-No..., Tú a mi no..., Por favor...-. Dijo Near, pidiéndolo por favor.

Mello dio un beso a Near, metiéndole la lengua, Near comenzó a golpear la mano de Mello que le sujetaba, y incluso a pegarle patadas.

Near comenzaba a llorar, y Mello le acarició la cara suavemente.

Mello se separó, y soltó a Near.

-¡¡¡TE ODIO!!!-. Gritó Near, y Mello le miraba seriamente. Alzo su puño, y golpeó a Near, tirándole al suelo.

-¡AH!-. Mello se tocó la cabeza, y despertó del sueño. -Dios mío..., ¿Qué cojones?-. Preguntó, mirándose las manos. 

-Mello, te estoy hablando-. Dijo Near, y Mello reaccionó.

-¿E-Eh?-. Preguntó Mello, y Near suspiró.

-Que digo, que si crees que lo que digo es verdad-. Dijo Near, y Mello se levantó de la silla.

-Yo..., No lo sé Near..., Estoy..., Debo irme-. Dijo Mello, y se dirigió a la puerta. -Siento haberte molestado-. Dijo.

-¡No no, quédate!-. Near intentó pararle, y le tocó la mano.

-¡NO ME TOQUES!-. Gritó Mello, y Near se echó hacia atrás, asustado. -No quiero hacerte daño...-. Dijo, y salió de su casa.

-Ahhh...-. Near suspiró, y miró a su perro. -¿Qué hago bolita?-. Preguntó Near, y bolita se chupó sus bolas.

-¿Sólo sabes hacer eso?-. Preguntó.

Bolita le ignoraba.

-Eres un asqueroso-. Preguntó, y Near se sentó en el sofá. -Hmm..., Quizás debería darle una oportunidad-. Dijo Near.