Mello y Near estaban durmiendo en la misma cama, abrazados.

Pero la verdad es que ninguno de los dos podía dormir tranquilamente. No con lo que acababa de pasar.

Y aunque eran las 4 de la madrugada, la verdad es que todo estaba muy tenso.

-Mello...-.

-¿Sí?-. 

-Esto me ha dado que pensar..., Ya sabes, lo de Peter-.

-Hm...-.

-Y la verdad es que da mucho miedo...-.

-¿El qué?-.

-Que de repente de un día para otro..., Puedas perder a una persona importante para ti, o que puedas perder a una persona y que se haya ido pensando que le odias...-.

-Hm...-.

-No lo sé..., ¿Crees que Peter se habrá ido pensando que le odio?-.

-Lo mismo puedo preguntarme yo...-.

Se aferró a su torso, sintiéndose protegido por el rubio.

-No quiero perderte...-. Decía cerrando los ojos. -S-Sé que esto quizás es repentino pero..., Me da la sensación de que siempre me has atraído...-.

-Hm-. Acarició su suave y blanca cabellera. -Pienso lo mismo-.

-No quiero que te pase nada malo...-.

-Y no tiene porque pasar-.

-¿Me lo juras?-. Preguntó separándose levemente.

-No puedo jurarte algo así...-.

-Por favor. Aunque sea mentira-.

Mello sonrió, y plantó un beso en la frente de Near.

-Te lo juro-.

-Gracias...-. Volvió a poner su cabeza en su torso.

Mello suspiró y cerró los ojos.

Y los dos se durmieron.