Inglaterra; Winchester: Casa de Nate River
-¡Jajajaja!-.
Los dos se reían. Otra vez.
Estaban en el suelo, tapados con un edredón gigante, bebiendo su leche con cacao soluble, y disfrutando de una buena serie de comedia en la tableta portátil de Nate.
-Me lo paso genial contigo-. Reconoció Nate, y Mihael le miró con un brillo especial en sus ojos. Le acarició la cara y se acercó poco a poco, hasta que sus labios encajaron como una pieza de puzle. Después de unos segundos de un beso tierno, los dos se separaron. -Wow..., Eres...-.
Mihael sentía que estaba tan emocionalmente feliz que iba a llorar.
-Eres increíble-. Mihael comenzó a ponerse...
No nervioso.
Pero sí un poco alterado.
Era su corazón quién le estaba enviando esos característicos impulsos, ese nerviosismo que sientes que te oprime el pecho y que tus piernas flaquean, esa sensación de que se te eriza la piel y tus ojos están muy débiles y están apunto de sacar lágrimas.
-Nate yo...-.
Nate sonreía. Y Mihael juraba que era lo más hermoso que había visto y verá en toda su maldita vida.
-Te...-.
*Riiiiing
-Aghj, un momento-. Mello cogió su teléfono, y vio que era una llamada de Matt. -¿Si tío?, Oye si puede ser que sea rápido, no estoy en un buen momento-. Dijo Mihael.
-T-Tío...-.
-¿Sí?-. Mello comenzó a preocuparse.
-A-Ahh...-.
-¡Eh eh! ¡Matt! ¿¡Qué te ocurre!?-. Nate se sorprendió ante la repentina reacción de Mello.
-Es mi hermano...-.
-¿S-Sí?-. Mello se confundió.
-Se ha...-.
Mello, de pronto, sintió como algo se desquebrajaba en su interior.
-Siento si te interrumpo..., P-Pero necesitaba contárselo a..., ¡AAHGHJ!-. Y entonces, Matt comenzó a explotar.
Fue entonces cuando Mello comenzó a acordarse de los mensajes.
Petarxx: Lo sé...
Petarxx: Pero quiero redimirme antes de morir...
Y la forma en la que Mello le contestaba...
Melx: Que cojones quieres puto tonto
Melx: No me vengas con tus cuentos anda
En aquel momento, Mello se sentía una persona horrible y despreciable. Alguien sin corazón y sin sentimientos.
-Y-Yo...-. Mello tragó saliva. -Tío...-.
No sabía ni que decir.
Nate, ajeno a todo esto, miraba a su novio muy preocupado.
-T-Te dejo..., M-Mmañana habamlahamos...-.
Al pobre ni se le entendía.
De pronto, la llamada se finalizó por parte de Matt.
Mello bajó el móvil de su oreja, y se quedó inmóvil.
-¿Qué ha pasado...?-. Preguntó Nate. -¿Mello...?-.
-Es..., Es Peter...-. Nate se sorprendió, imaginándose lo que había podido pasar. -Se ha...-.
Nate tragó saliva, y entonces, él también comenzó a sentirse muy mal en su interior.
-N-No...-.
Mello le miró.
-Perdóname-. Dijo Mello.
-¿Q-Qué?-. Near se confundió.
-Peter quería que te dijera eso...-. Explicó el rubio.
Near asintió, y con una tristeza que invadió su cuerpo...
Siendo sabio, y aprendiendo a aceptar, dijo:
-Le perdono-.
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