Inglaterra; Winchester
-Mmm...-.
Mello se despertó y se frotó el ojo, intentando retirar algunas de sus legañas que entorpecían su vista. Cuando despegó su puño cerrado de su ojo, pudo contemplar a la persona más bella que había en el planeta tierra: Nate River.
-Mmm-. Sonrió, contento al recordar las conversaciones que tuvieron ayer, pero su sonrisa se borró al instante al recordar el reciente suceso que involucraba a Pete. -Ahhh...-. Intentando olvidarse de eso, Mello se levantó de la cama y salió de la habitación del albino. Allí, sus padres estaban preparando el desayuno.
-Oh, por favor, siéntate-. Dijo sonriente el padre, ofreciéndole un sitio en la mesa.
-Muchas gracias-. Dijo Mello sonriente, sentándose en la silla.
-¿De qué sabor te gusta el té?-. Preguntó, a lo que Mello tragó saliva. Sabía que estos ingleses no eran de fiar...
-Emm, lo cierto es que nunca he tomado té. Supongo que... ¿De menta?-. Preguntó un poco confundido, frotándose la nuca.
-¡Hecho!-.
Del cuarto de baño salía la madre de Near recién duchada. "Parece demasiado joven" es lo que Mello pensaba desde la primera vez que la vio.
-Cielo, ¿Le estás preparando el desayuno a nuestro invitado?-. Preguntó removiendo la toalla que tenía en su cabeza.
-Así es-. Dijo sonriente el padre. Bolita, el perro salchicha de Near se acercó al rubio, comenzando a lamerle la pierna.
-Ey... Hola-. Dijo el rubio acariciando la cabeza de Bolita. Bolita se puso panza arriba esperando ser acariciado. Mello se inclinó levemente para acariciarle la tripa. Fue entonces cuando el perro, Bolita, comenzó a miccionar, manchando la mano de Mello. -¡Oye!-.
-Ve a lavarte las manos, corre-. Dijo la madre de Near.
Mello se levantó corriendo y se dirigió al lavabo.
-Ahhhh...-.
Cerró la puerta tras de s.
-Agh, que asco-.
Se lavó las manos y después salió del cuarto de baño.
-¡Que aproveche!-. Exclamó el padre de Nate sirviendo el desayuno a Mello y a los demás. -¡Nate!, ¡Despierta!
Mello se sentó en la misma silla de antes para disfrutar de su desayuno.
De la habitación de Near, salió el albino, desperezándose para soportar un nuevo día.
-Hola a todos, familia-.
-Hola cielo-. Saludó Mello para acto seguido beber su té. Fue justo entonces cuando escupió el té. -¡PFFFFFFFFFT!-.
-¿¡E-Está muy caliente!?, ¡L-Lo siento!-. Exclamó el padre de Near. Se arrodilló, decepcionado de él mismo. -¡Nunca supe preparar un té correctamente!, ¡Soy pésimo!-.
-¡Oh no!, ¡Ahora seguro que no querrá casarse con nuestro hijo!, ¡Todo por tu culpa!-. Exclamó la madre de Near, señalando a su marido.
-¡AHHH!, ¡AH!, ¡AH!-.
Mello se levantó corriendo y se dirigió al lavabo, lavándose la lengua con el fregadero.
Near comenzó a reírse, divirtiéndose nada más despertarse.
-¡QUEMAAAAAA!-.
[...]
-¡Hasta luegooo!-. Los padres de Near salieron de la casa, habían ido a hacer la compra.
-Bueno, pues nos hemos quedado solos-. Dijo el rubio sentándose en el sofá, pasando su brazo por la espalda de su novio.
-Sí. ¿Qué te apetece hacer?, ¿Vemos una película?-. Preguntó Near enroscándose un mechón de cabello en su dedo índice.
-Yo estaba pensando en algo más... íntimo-. Mello se acercó al cuello de Near y plantó un beso en él.
-M-Mm... Mello, aún no es el momento-. Dijo este. Mello le acarició la cara.
-Venga, solo un poco-. Dijo sonriente, queriendo jugar con su paciencia.
*Ding Dong*
-Oh, que pena, parece que alguien nos interrumpe-. Near se levanta del sofá rápidamente y se dirige a la puerta.
-¡No te librarás la próxima vez!-. Exclama Mello sonriente, cogiendo su cola que había sacado de la nevera, abriéndola y tomando un trago.
Near abrió la puerta. Nada más ver al sujeto que había picado bufó. Era insoportable.
-¡Necesito tu ayuda!-. Exclamó.
-Ahora no es un buen momento, será mejor que te vayas-. Near fue a cerrar la puerta, pero el chico puso el pie, impidiendo que lo hiciera.
-¡Te lo suplico!-. Insistió.
-He dicho que...-.
Mello abrió la puerta hasta que se dejó ver.
-¿No has escuchado lo que ha dicho?, Vete de una vez-. Dijo Mello, ganándose una mirada molesta por parte de Near, a quién no le gustaba que le defendieran pensándose que es débil.
-¿¡Y tú quién mierda eres!?-. Preguntó el chico de pelo negro. Parecía teñido.
-¡Mello!, ¡No!-. Exclamó Near.
-No te preocupes, esto lo soluciono en un momento-. Near se dio una palmada en su cara, sabiendo que esto no iba a acabar nada bien. -Para tu información, soy el novio de Near, así que será mejor que te...-.
-¡JA!, ¿¡SU NOVIO!?-.
-¡Maldita sea!-. Exclamó Near.
-¿Eh?-.
Mello se confundió mucho.
-¡Esto tengo que contárselo a mamá!-. El chico sacó su teléfono móvil y llamó a su madre en videollamada. -¡Mamá!, ¡Mira, Near tiene novio!-. Enseñó la cámara, enfocando a Near y a Mello. El último estaba demasiado confundido.
-¡Naaaaate!-. La madre de aquel chico, y por lo menos, quince personas más, exclamaron el nombre de Near, sonrientes e ilusionados de verle.
Ahora sí, Near cerró la puerta de un portazo.
-No podías callarte, ¿Verdad?-. Preguntó el albino, dirigiéndose hacia la cocina a por sus pastillas para el estrés.
-¿Quién es ese payaso?-. Preguntó Mello señalando a la puerta.
-Es mi primo mayor... Y es un idiota-. Dijo arrancando tres pastillas y tomándoselas con un vaso de agua.
-¿Qué haces?-. Preguntó el rubio muy confundido.
-No soporto a mi familia, así que cuando estoy con ella me tomo pastillas para el estrés y así me tranquilizo, el efecto dura tres horas, así que será mejor que me vigiles porque suelo estar muy distraído cuando me las tomo-.
Mello se rio levemente, sorprendido.
-¿Cómo puedes decir que odias a tu familia?, Ni que fueran monstruos-.
Near le fulminó con la mirada.
-No sabes como es mi familia. Es la gente más pesada del planeta tierra, si se unieran todos en el centro del planeta, la tierra se hundiría y se acabaría destruyendo-.
Mello estaba seguro de que no era para tanto, así que decidió no hacerle caso.
-Venga, vamos a ver que quiere tu primo-. Dijo Mello.
-Allá tú...-.
Near se puso al lado de Mello, y este abrió la puerta.
-¡Naaaaate!-.
-Agh...-.
-¡Luego os llamo!-. El primo de Near colgó la llamada, y comenzó a suplicar a su primo pequeño. -¡Primo, necesito tu ayuda!, ¡ES MUY URGENTE!-. Exclamó arrodillándose.
-No te preocupes, nosotros te ayudamos-. Dijo Mello sonriente.
-¡Bien!-. El primo de Near, Naranka, se levantó. -¡Me viene genial que vengas tú también, necesitaba a dos compañeros, así que ya no tengo que buscar más!-.
Mello asintió.
-¿Qué tenemos que hacer?-. Preguntó.
-¡Mi novia se ha ido con un chico que dice que le da lo que yo no le doy, y dice que si quiero recuperarla, mis amigos y yo debemos vencer a sus amigos y a él montándonos en el toro mecánico!-.
-Sabía que iba a ser una estupidez...-. Near se puso la mano en la cara, pensando en lo estúpida que era su familia.
-¿Y por qué no dejas a la chica?, ¿Qué clase de novia hace eso?-. Preguntó el rubio.
-¡No lo entiendes!, ¡Es el amor de mi vida!, ¡E-Es...!-.
-Es una mala novia, déjala y ya está-. Dijo Mello.
-Sí, que te crees que es tan fácil...-. Susurró Near.
-¡No puedo hacerlo!, ¡Estamos casados y tenemos dos hijos que cuidar!-.
-¿¡QUÉ!?-. Mello se sorprendió mucho, ya que aquel chaval parecía alguien joven. -¿¡Pero cuántos años tienes tú!?-. Preguntó.
-Emm...-. Naranka comenzó a contar. -Pues, 20. ¿Por?-.
-¿No crees que eres demasiado joven como para casarte y ser padre?-. Preguntó el rubio, muy sorprendido.
-¡Te lo suplico, ayúdame!-. Exclamó Naranka, arrodillándose.
-Te he dicho mil veces que los abandones, a los tres, pero nunca me haces ni caso-. Mello miró a Near muy sorprendido.
-¿¡Cómo va a abandonar a sus dos hijos y a su mujer!?, ¿¡Es que no tienes corazón!?-. Preguntó el rubio. Near le miró sonriente, con cierto toque de burla.
-Ja... Vas a alucinar-.
-Agh... Está bien, te ayudaremos-. Mello le ofreció su mano.
-¡Muchas gracias!, ¡Os juro que os recompensaré!-. Naranka le aceptó la mano a Mello. -¡Vamos!, ¡Al centro comercial!-. Exclamó señalando al techo.
-Ni que esto fuera un anime...-. Murmuró Mello.
[...]
Los tres llegaron al centro comercial, y rápidamente vieron a Troy y a la novia de Naranka, Tess.
-¡Allí están!-. Naranka los señaló. Troy estaba con sus dos amigos, burlándose de la gente que pasaba por los alrededores. -¡Eh!, ¡Tess!, ¡He venido a conquistarte!-.
Naranka se acercó rápidamente a Tess, y se arrodilló ante ella, cogiéndole de las manos.
-¡Aparta!-. Exclamó Tess, intentando librarse del agarre.
-¡He venido a recuperar tu corazón!, ¡Traigo a mi primo y a su novio para que ganen a Troy y a su panda en el toro mecánico!-.
-¡JAJA!-. Troy se rio en su cara. -¡Nadie!, ¡Repito, nadie, podrá ganarnos al toro mecánico a mis amigos y a mí!-. Exclamó señalando al perdedor de Naranka.
-¡No estés tan seguro!, ¡Mi primo y su novio son muy fuertes!, ¡Sólo míralos!-.
Naranka los señaló. Nate estaba durmiendo de pie gracias a sus pastillas, y Mello estaba sujetándole para que no se cayera.
-¡D-Despierta, maldita sea!-.
Naranka comenzó a sudar de los nervios, y Troy y sus amigos comenzaron a reírse.
-¡JAJA!, ¡Vaya mierda de equipo!-. Exclamó Troy sacándole la lengua. -¡Venga, a ver si puedes ganarnos a mis amigos y a mí!-.
-¡Eso esooo!-.
Primero comenzó el equipo de Troy. Se subió el alcantarillas, el amigo de Troy que era apodado así por su mal aliento.
-¡WUJUUU!-.
Aguantó un minuto exacto.
Luego fue el palancas, el otro amigo de Troy apodado así porque le gustaba coleccionar palancas de todo tipo.
-¡WUJUUU!-.
Aguantó un minuto y cinco segundos.
-Ahora me toca a mí...-.
Troy se quitó su chaqueta de cuero y dejó al descubierto sus músculos marcados por su camiseta de tirantes.
-¡Vamos, Troy!, ¡Demuestra lo que vales!-. Animó Tess dando saltos.
-¡Aaaaaah!-. Naranka se tiró al suelo, derrotado.
-¡JAJA!, ¡Esto es como un juego de niños para mí!-. Exclamó Troy, aguantando un minuto y veinte segundos.
-Ay dios...-. Mello estaba muy sorprendido.
-¡Vamos!, ¡Nos toca a nosotros!-. Naranka se acercó a su primo y a Mello. Near estaba dormido en el brazo de Mello. -¿¡Cuántas veces has montado en un toro mecánico!?-. Preguntó.
-Emm... Cero veces-. Se sinceró el rubio.
-¿¡C-CERO!?-. Preguntó Naranka, perdiendo toda la esperanza.
-¡Es que nunca había visto uno!-. Exclamó Mello.
-¡AY DIOS!-.
Naranka se volvió a tirar al suelo, derrotado.
-¡Deja de tirarte al suelo!-. Mello le levantó. -¡Escúchame!, ¡Te juro que voy a ganar a esos tres idiotas y voy a hacer que recuperes a tus hijos!-. Exclamó Mello.
-M-Muchas gracias-. Dijo Naranka sonriente. -¡No sé que haría sin mis dos ratitas!-. Exclamó Naranka.
-¡Eso!-. Exclamó Mello. -Espera... ¿Ratitas?-.
-¡No las recuperarás nunca!, ¡HM!-. Exclamó Tess con sus dos ratas en el bolso.
-¡JOEY!, ¡HENRY!, ¡PAPÁ OS QUIERE!-. Gritó Naranka.
-¿¡HE VENIDO AQUÍ POR DOS RATAS!?-. Preguntó Mello, comenzando a cabrearse. Rápidamente miró a Nate y lo sacudió, despertándolo.
-¡A-Ay!..., ¿Qué quieres?-. Preguntó el albino, frotándose su ojo derecho.
-¿¡Por qué no me has dicho que tu primo es subnormal!?-. Preguntó mientras seguí agitándolo, agarrándole de los hombros.
-¡Te lo dije, pero no me escuchaste!-. Exclamó el enano.
-¡Agh!, ¡Maldita sea!-.
-¡Hagamos un trato!-. Todos miraron a Troy. -¡Sólo hará falta que uno de vosotros supere mi récord, el cuál es, un minuto y veinte segundos!, ¡Si uno solo lo supera, ganará la apuesta y se llevará a Tess, mi objeto más preciado!-. Exclamó.
Mello le miró asqueado.
-¿Objeto?-. Preguntó el rubio. -Tú eres idiota, chaval-.
-¡Mello!, ¡Tienes que hacerlo tú!, ¡Yo la única cosa que sé montar son los legos!-.
Mello bufó y se remangó el suéter.
-¡Está bien!, ¡Lo haré!-. Exclamó, decidido y seguro de sí mismo. -Voy a joderlo todo...-. Pensó, indeciso e inseguro de él mismo.
Sin pensarlo dos veces, se subió poco a poco al toro mecánico.
-¡Mira su técnica!, ¡No tiene ni idea de como subirse!-. Exclamó el alcantarillas.
Naranka apretó el botón que accionaba el toro mecánico, y este empezó a moverse violentamente.
-¡A-AH!-.
Naranka se fijó.
-¡MIERDA!, ¡LO HE PUESTO EN EL NIVEL MÁXIMO!-. Gritó este.
-¡YO TE MATO!-. Gritó Mello, aguantándose todo lo fuerte que podía.
-Mmm... Su técnica es un poco ortodoxa, pero puede ser eficaz-. Dijo el palancas.
-¡CÁLLATE!-. Ordenó Troy.
-¡AHHHHHHHHHHHH!-. El toro daba tantas vueltas que Mello estaba empezando a marearse mucho, comenzando a fatigarse. -¡ODIO A TU FAMILIA, NATE!-.
-¡Te lo mereces por no escucharme!-. Exclamó el albino.
Naranka se acercó a Near, poniéndole el móvil en la cara. Había hecho una videollamada con su familia.
-¡Naaaaaate!-. Exclamaron todos los miembros de su familia.
-¡Agh!, ¡Aparta!-. Nate lanzó el móvil de Naranka. Las pastillas no le habían terminado de hacer efecto.
-¡MI MÓVIIIL!-. Naranka se fue corriendo a recuperarlo.
-¡AHHHHHH!-.
Mientras tanto, Mello seguía dando vueltas junto al toro mecánico. Se resistía. No iba a perder fácilmente.
-¡Te queda un minuto exacto para superar el récord de Troy!-. Exclamó Naranka, llegando con su móvil.
-¡NO SÉ SI VOY A PODER!-. Gritó el rubio, muy nervioso.
-¡Tranquilo!, ¡Yo confío en ti, y Near también!-. Exclamó Naranka. Mello tragó saliva, cosa que no fue una buena idea.
-¡Nate!, ¿¡Confías en mí!?-. Preguntó el rubio.
-Sí, confío en ti-. Murmuró el albino.
-¿¡Qué!?-. Preguntó Mello.
-¡Que sí confío en ti!-. Repitió un poco molesto.
-¡Ja!, ¡Ya lo había escuchado la primera vez!-. Exclamó, queriendo molestar a su pareja.
-Mmm...-. Near miró hacia otro lado, sonrojado.
-¡CUARENTA SEGUNDOS!-.
Mello aguantó todo lo que pudo, y cuando quedaban unos pocos segundos...
-¡TRES!-.
-¡DOS!-.
-¡UNO...!-.
-¡AHHHHHH!-.
Mello se cayó del toro mecánico, estampándose con la zona acolchada del suelo.
-A-A-Ayyy...-. Se levantó poco a poco. Naranka fue en su ayuda. Near también quería ayudarle, pero le daba mucha vergüenza enfrente de tanta gente. Naranka ayudó a Mello a levantarse, y Near se acercó y le dio un abrazo.
-¡I-Imposible!-.
Troy vio la tabla de puntuaciones. Mello le había superado por dos décimas de segundo.
-¡E-Eso...!, ¡Eso no vale!-. Exclamó.
-¡Para mí sí!-. Exclamó Tess, dirigiéndose corriendo hacia Naranka. -¡Mi amor!, ¡Sabía que me querías!-.
Naranka miró a Mello, quien estaba apunto de vomitar.
-No-.
-¿E-Eh?-.
Tess miró a su marido, sorprendido.
-¿Qué hablas?-. Preguntó la chica.
-¡Quiero el divorcio!-.
-¿¡CÓMO!?-. Preguntaron todos allí, menos Mello y Near.
-¡Hm!-. El primo de Near apretó fuertemente a Mello.
-¡AH!-. Gritó este.
-¡Mi nuevo amigo, Mello, me ha enseñado que eres una mala esposa!, ¡Y que sepas que lo he hecho por mi, y no porque te quiera!, ¡Quédate con Joey y con Henry, o dámelas, haz lo que sea, pero vete con Troy!, ¡YA NO TE QUIERO!-.
-¡Malnacido!-.
Tess se fue corriendo.
-¡E-Espera, Tess!-.
Troy y sus amigos la persiguieron, preocupados.
-B-Bien hecho...-. Dijo Mello sonriente, mirando a Naranka, quien estaba sonriendo.
-Esto no habría sido posible sin ti, Mello-. Dijo Naranka sonriente. -Espero que tú y Nate seáis muy felices. Bueno, ¡Debo irme!, ¡Chao!-.
Naranka se fue corriendo, despidiéndose de su primo y de su nuevo amigo.
-Ahhhh...-.
Near sujetó a Mello para que no se cayera.
-Tranquilo... Ya estoy mejor-. El rubio se levantó por sí mismo, y vio que Near le estaba mirando con una sonrisa amplia. -¿Qué te pasa?-. Preguntó sonriente.
-Creo que... En circunstancias normales, una persona debería sentir envidia, porque tú has conseguido en una tarde lo que yo he intentado con mi primo casi 5 años-. Explicó Near. -¿Ves?, En eso es en lo que tú eres el mejor-.
Mello se confundió un poco, pero antes de preguntar, decidió escuchar a Near hasta que terminara.
-Puede que no saques la nota máxima en las asignaturas, pero sí que sabes hacer feliz a la gente, y que ellos mismos descubran que son las cosas que les convienen. Y todo eso, gracias a ti-.
Mello se sentía muy contento al escuchar esas palabras salir de la boca de la persona que quería. Nate River.
Había sido una tarde muy estúpida. Quizás, hasta puede que hayan desaprovechado la tarde, pero, si no hubiera pasado esto, Naranka seguiría pasándolo mal con su novia tóxica y sus amigos los idiotas, pero gracias a Mello, Naranka ha conseguido madurar y aprender algo nuevo.
-No soy de decir muchas cosas cursis... Así que me da corte decirlo, pero... Eres una persona increíble, Mihael-.
Los ojos de Mello comenzaron a brillar, tenía ganas de llorar ya que nunca nadie le había dicho que él era el mejor en algo. Lo que quería escuchar toda su vida, por fin estaba sucediendo.
-Te admiro-.
Near se acercó a él y lentamente le abrazó en un agarre que fue aumentando de intensidad con cada segundo que pasaba. Mello también le abrazó, y le plantó un beso en su cabeza.
-Te quiero, Nate-.
-Y yo a ti, Mihael-.
Y así, una tarde tonta y absurda se convirtió en un bonito recuerdo que perduraría a lo largo de los años.
-¿Quieres montarte otra vez en el toro mecánico?-.
-¡Y una mierda!-.
<3
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