Klair se encontraba envuelta de una nube espesa de humo, la tos que está provocaba le hacía imposible seguir pues si lo hacía en algún momento su cuerpo se rendiría ante la falta de oxígeno pero, aún así ella continúo buscando en el interior del lugar a los responsables de todo esto pero solo podía ver cadáveres y pedazos incompletos de cuerpos.

Al final del pasillo justo donde detonaciones sonaban con más fuerza pudo verlo. Alexander estaba ahí disparando a diestra sin temor a herir incluso a sus hombres, huía de alguien que aún no se mostraba.

—¡Da la maldita cara imbécil!

Klair se escondió revisando cuántas balas tenía, debía moverse rápido y ser precisa pues solo quedaban 5. Miro a su alrededor viendo que el humo empezaba a esclarecer se así que tomo ventaja de el.

Salió discretamente acercando se mientras cuidaba de si misma para no recibir otra bala en su cuerpo.

Cuando por fin estuvo cerca de él, Alexander volteó rápidamente apuntando le, una risa sin gracia surgió de él.

—Ustedes...están desquiciados.

Reía fuertemente dejando que sus carcajadas llenarán el espacio.

—Todo ha terminado Alexander. Dame lo que me pertenece y pensaré en dejarte ir.

—¿Lo que te pertenece? Decidan se, que le pertenece a quien...no trabajaron juntos solo para pelear al final por todo ¿O si?

—¿De que demonios estás hablando?

—Tu amado juguetito salió a defender tu nombre...vaya bastardo, supo jugar sus cartas e incluso logró engañarme...creí que lo tenía todo bajo control pero...por algo están hechos para estar juntos.

Ella lo miró interrogante, no sabía de que hablaba pero su mente empezó a unir piezas. YoonGi había desaparecido pero creyó ciegamente que era por culpa del hombre frente a ella pero resultó no ser así.

Pasos lentos y marcados se escucharon frente a ella, Alexander nuevamente dió vuelta a su cuerpo encontrando se con él.

YoonGi vestía un traje negro con una camisa blanca llena de sangre al igual que su rostro y cabello.

—Hola señorita Klair...es grato verla en este festín.

Ella suspiro con una sonrisa, no entendía como la situación había cambiado tanto y tan rápido pero al menos estaba feliz de que ese hombre estuviera con vida.

—¿Creí que no hacías este tipo de trabajos YoonGi?

—Bueno...resulta que hay una mujer que me interesa involucrada en esto.

—Ya veo...un hombre tonto solo sería capaz de arruinarse la vida así.

—Si...pero tambien ella es muy tonta, creyó engañarme pero ahora que estoy consciente de su plan, no la dejaré ir tan fácilmente, debe pagar cada trampa a la que caí.

—Eres un hombre muy vengativo...me gusta.

YoonGi sonrió grandemente dejando ver ese contraste de lo rojo que aún permanecía en su rostro con lo blanquecino de sus dientes.

—¿Lista cariño? Solo un disparo y terminamos esto.