08
YoonGi se encontraba sentado mirando hacia la oscuridad. Su mente se encontraba en blanco ,hace horas que había llegado pero simplemente no se movía de ahí.
Verla en esa situación, sabiendo que si hacía algo no solo tendría a los Ivanovich detrás si no también a los Nadezhda, se sentía molesto e incluso traicionado.
—¿Señor?
Un de sus subordinados entro con una pila de documentos entre sus manos—¿Que pasa?
—El jefe acordó una reunión con un cliente, tiene que asistir.
—¿Que día?
—Ahora...lo siento, me lo acaban de informar. Esto es lo que debe de leer para la reunión.
—Maldita sea...¿A qué hora llega?
—De hecho debe de ir a su oficina.
YoonGi solo se levantó tomando los papeles y leyendo todo mientras viajaba en el auto, al llegar al lugar alzo su vista maldiciendo en su interior.
Aquel edificio era A&A perteneciente a los Nadezhda, con un suspiro bajo mientras apretaba su mandíbula.
—De todas las putas compañías tenía que ser está.
Hablo entre dientes caminando duramente hasta llegar a la recepción.
—Tengo una cita con el señor Adler.
—¿Nombre?
—Min YoonGi.
—Piso nueve, entra con esta tarjeta.
Subió hasta el piso indicado y al llegar acomodo su traje y saco su mejor sonrisa. Tocó la puerta y espero a que le dieran el acceso al lugar.
Aquel hombre era el padre de Emiliano, su cuerpo estaba cubierto de una traje completamente negro, su cabello cubierto de canas era lo que le hacían resaltar, estaba en muy buena forma para ser un viejo de sesenta años.
—Señor Min me alegro que pudiera aceptar mi invitación espontánea.
—Siempre estaré disponible para las personas distinguidas.
—¿Le parece si hablamos de negocios?
—Adelante.
Su plan era expander su negocio y con ayuda de la compra y venta de estupefacientes sería más fácil, solo pocos se atrevían a generar ese tipo de contratos pues arriesgarían todo en ello pero en ese mundo era la opción más viable si querías obtener más dinero de forma rápida.
—Los lotes se entregarán una vez que el pago se haya recibido, todo irá en paquetes de leche en polvo y pastillas suplementarias.
—¿Eso sería todo?
—Por el momento si, si acepta más adelante recibirá una llamada del jefe , él le dará los últimos detalles y ahí solo quedará tomar su decisión.
—¿No me los puedes decir tu?
—No. Solo él sabe cuál es la mejor decisión con cada empresa, buscará beneficios para nosotros.
Aquello era mentira, sabía de pies a cabeza lo que le diría y era consciente de que aquello no beneficiaría a la empresa de Adler, pero era mejor guardarse aquello.
—De acuerdo, entonces deja aquí la muestra y lo hablaré con mi hijo.
—...De hecho...entre menos personas lo sepan es mejor, podrá confiar en su hijo pero según se él está comprometido...
—Me aseguraré de que no le diga nada a Klair no te preocupes.
—Espero que así sea señor...no queremos tener problemas ¿Verdad?
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