
76 | Harrison
Para quienes no recuerden, Harry/Harrison es el hermano menor de Clemen.
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La pelirroja se encontraba acostada en su cama dormida, después de haber pasado un largo rato con los chicos de la esquina y tal vez haber bebida algo de alcohol que había tenido un mal efecto al juntarse con su medicina; había estado vomitando, así que Harry sostuvo su cabello, después la ayudó a tomar una ducha y a vestirse con ropa cómoda, le preparó un plato de cereal y la obligó a tomar sus pastillas.
Mientras Clementine tomaba una pequeña siesta antes de levantarse para comenzar a ensayar para el recital, Harry hacía tarea en la mesa del comedor y la pequeña Angelique dormía en su Moisés sobre la mesa.
Serenna había salido a comprar comida, Robb estaba trabajando horas extra y su madre había ido antes a su trabajo en el club de desnudistas, intentando hacer horas extras y un poco más de dinero. Cómo todos ellos.
En el departamento solamente se encontraban los tres miembros más jóvenes de la familia Boucher, y contrario a lo que todos creerían, Harry con tan solo doce años era quien estaba verdaderamente a cargo de cuidarlas, no hacía falta preguntar porque.
Clementine había vuelto a consumir e incluso si no lo hubiera hecho, dejar a alguien bajo su cuidado era demasiado para ella, ni siquiera podía hacerse cargo de si misma; mucho más cuando no era constante en el consumo de su medicina.
Claro que no seguía la dosis necesaria al pie de la letra, pero eso tenía mucho que ver con el hecho de que la dosis para un mes, debía racionarla para dos meses y medio. Las medicinas eran demasiado costosas como para poder comprarlas cada mes. Solo por esa razón la dejaban fumar marihuana.
El resto de las drogas eran un gran problema comparados con la hierba, pero nadie podía comprender el tipo de dolor que Clementine sufría, así que cuando ella hacía lo posible para detenerlo, nadie podía decirle lo que era correcto y lo que no.
Unos minutos después de haber iniciado con su tarea de matemáticas, unos golpes en la puerta del departamento despertaron a Angelique, haciéndola llorar.
Harry sostuvo a su pequeña sobrina en brazos mientras susurraba una y otra vez shhhh arrullándola. Clementine Ni siquiera se inmutó a pesar de que la puerta de la habitación estuviese abierta, pues tenía los audífonos puestos y mantenía sus ojos cerrados. Harry bufó, comenzando a caminar hacia la puerta.
Pateó un pequeño banco detrás de la puerta, subió en el y miró a través de la mirilla, encontrándose con un hombre elegante que conocía bien ya que hacía una aparición una vez cada tres meses. El dueño del edificio.
Ni siquiera alcanzaba la mirilla, pero estaba al cuidado de su hermana mayor y una bebé. Las ironías de la vida.
Saltó del banco y abrió la puerta ligeramente.
-Hola señor.-saludó el menor, aún sin dejar de arrullar a Angelique, quien por suerte ya había dejado de llorar pero continuaba haciendo pucheros.
-¿Tu madre, Harrison?-preguntó el hombre, mirando al niño con el ceño fruncido.
-Trabajando.-respondió con simpleza.-También mis hermanos.
El hombre apretó los labios y miró al techo cansado.
-Tengo un vuelo dentro de una hora, ¿volverán antes?-El menor negó.
-Mamá dijo que ahora estamos a la fecha en la renta.-dijo el menor, acusador. El mayor asintió.
Sinceramente, odiaba tener que amenazar con el alojamiento tan seguido a esa familia, pero tampoco podía permitirles vivir gratis en uno de sus departamentos, a pesar de no ser unos condominios preciosos, si eran de los más grandes que habían en la zona. Y solamente tenía dos habitaciones pequeñas.
-Vine porque estos últimos meses he recibido algunas quejas de los inquilinos, dicen que se escuchan gritos...como si torturasen a alguien. Les preocupa que pueda ser el caso.-dijo serio.-Investigue y todos dijeron que los gritos provienen de aquí.
¿Que otra opción además de contarle al niño tenía? No podía perder su vuelo y sinceramente ese lado de la ciudad siempre le había causado cierto miedo. Además, conocía a Harrison, él normalmente era quien le abría la puerta y lo atendía en sus visitas trimestrales.
Había reportado a servicios infantiles que el niño se encontraba solo una gran parte del día, pero jamás le dijeron nada más al respecto.
Harry suspiró, miró detrás suyo y salió del departamento, cerrando la puerta detrás suyo.
-Siento que hayamos asustado a sus demás inquilinos, señor.-murmuró en voz baja, con la bebé aún en brazos.-Pero, mi hermano se aseguró de informarle a todas las personas nuevas del edificio que era posible que escucharan gritos algunas veces, nuestra hermana tiene una enfermedad mental parcialmente grave. Grita algunas veces.
El trajeado no pudo evitar mirar al menor con tristeza. Era tan pequeño y tenía que lidiar con tanto.
-Bueno, una pareja se mudó hace a penas unos dos meses, tal vez no han sido informados de la situación de tu hermana.-murmuró el mayor asintiendo.-Les informaré al igual que a mis inquilinos del edificio vecino.
-Muchas gracias señor Robinson.-sonrió Harry. Luciendo un gesto infantil por primera vez desde que el hombre lo conocía.
Lo que era triste, porque lo conocía desde que era tan solo un bebé, Harrison se había saltado por completo la niñez y adolescencia, pasando directamente a tener las responsabilidades de un adulto.
Aunque no le sorprendía, no después de lo que ocurrió con su padre a sus cinco años.
Hablaron sobre ello en los periódicos durante semanas.
Por suerte unas se mencionó el edificio o el apellido de la familia.
Tras recordar aquel infortunado y horrible incidente una pequeña idea cruzó por la mente de George Robinson.
-¿La enfermedad de tu hermana pone en riesgo de alguna forma al resto de personas que habitan este edificio?-cuestionó en voz baja.
Harry negó lentamente. ¿Sinceramente? No tenía ni idea, pero no iba a darle motivos para desalojarlos.
-No, Clemen toma sus medicinas todos los días.-mintió nuevamente.
-¿Entonces porque los gritos?-preguntó el mayor. Harry no pudo evitar sonrojarse al ser descubierto mintiendo.
-Ella no lo hace algunas veces...pe-pero intentamos asegurarnos de que las tome, nunca ha lastimado a nadie ¡lo juro! La única persona que correría riesgo con Clemen en ese estado es ella misma...-apretó los labios.-No debí decir eso.-susurró apenado.-Está mejorando, de verdad, incluso tiene una beca en esa preparatoria enorme...ella es buena...
George dejó un par de palma ditas sobre el cabello castaño rojizo del menor.
-Está bien Harrison, relájate ¿bien?-el menor asintió, apoyando su mejilla si Rea la cabeza de la bebé.-Se que tener un familiar enfermo es difícil, de verdad lo entiendo, no pienses que voy a sacarlos a la calle solo porque tu hermana nació con una enfermedad. Nadie echaría a la calle a otra persona por tener Cáncer ¿no? Las enfermedades mentales son igual a una enfermedad física.
Harry asintió cabizbajo.
-Solo quería asegurarme de que no hubieran problemas en tu hogar.-murmuró el hombre con una pequeña sonrisa, sacando su billetera.-También se que si los hubieran no hablarías conmigo de ellos.-sacó una pequeña tarjeta blanca y se la entregó al menor.-Si estás solo en casa de nuevo y ocurre una emergencia o alguien que viva contigo hace cualquier cosa contra ti o algún miembro de tu familia, puedes llamar ese número.
Harrison frunció el ceño al leer la tarjeta.
Marie La-Fountain servicios infantiles y familiares.
-Iré con el resto de inquilinos de los que he recibido quejas.-murmuró dejando dos nuevas palmadas sobre su cabeza y dos sobre la cabeza de Angelique.
Harry asintió y muy confundido entró en la casa.
Dobló la tarjeta y la lanzó por la ventana.
Sabía que no tenía la mejor vida, que tenía demasiadas responsabilidades para su edad, que mucho peso recaía sobre él, que su hermana a veces era un problema, que su madre algunas veces bebía demasiado, que el departamento siempre olía a cigarrillo y marihuana, que los mejores amigos de su hermana eran traficantes menores y ella era una adicta, que había visto demasiadas cosas que un niño de su edad jamás debería de haber visto.
Cómo a su hermana desangrándose en el piso, a su madre llorando como una niña pequeña llena de moretones y el vestido completamente roto, a su hermano casi muriendo por una puñalada que recibió en una pelea callejera o encontrar a Serenna metiendo un gancho dentro de su vagina para causarse una hemorragia y perder un bebé.
Pero al menos nadie lo había golpeado o tocado a él jamás. Porque era demasiado pequeño cuando su padre fue arrestado.
El a penas lo recordaba, era una memoria tan borrosa que incluso si se concentraba demasiado solamente podía escuchar los llantos, pero ni una sola imagen llegaba a su cabeza.
Nadie en casa hablaba de ello, así que había sabido lo que había pasado cuando leyó los periódicos de aquel año.
"Hombre mentalmente inestable intenta asesinar a su esposa e hijos."
No era la mejor familia, pero al menos era amado y eso lo sabia.
Pero también sabía que a veces el amor no era suficiente.
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K opinan?
Sinceramente me duele mucho que sea tan chiquito y haya visto y vivido tanto.
¿Qué creían que había hecho el papá de Clementine las veces anteriores que lo mencioné de forma random?
¿Les sorprendió lo que en realidad hizo?
Se sabrá más sobre eso en el futuro.
Btw, pensé, "si hay caps de Darcy ¿xq no hacer de Harrison?"
Pd: Aquí también pudimos ver la gran diferencia de clases sociales referentes al aborto y la importancia de que sea legal y gratuito para que todas las mujeres puedan realizarlo de forma segura.
Si Serenna lo hubiese terminado de hacer probablemente estaría muerta.
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