69 | laurie
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Laurie estaba sentado en los asientos traseros del salón de historia en completo silencio, mirando fijamente el pizarron del aula completamente vacía mientras trying not to love you de Nickelback se reproducía en sus audífonos.
Ni siquiera sabía como se sentía un corazón roto, pero estaba bastante seguro que estaba experimentando algo similar, pues desde que Miles 'terminó' oficialmente con él el viernes, solamente podía escuchar canciones tristes mientras lloraba en silencio.
Y de eso ya iban cuatro días.
También sospechaba que tenía algo que ver con que de nuevo, había dejado de tomar su medicación.
Solía dejar de tomarla cuando se sentía mejor, pensaba que tal vez podría controlarlo y no necesitar de antidepresivos por el resto de su vida, pero la verdad era que solo se engañaba a sí mismo.
Contrario a todas las veces que había arrojado sus medicinas al excusado, esta vez no decidió dejar de tomarlas por que se sintiera mejor, solo...ya no quería tomarlas, cuando las lanzó en el piso del aula de audiovisuales no se molestó en recogerlas, solo tomó el empaque y se fue antes de que alguien llegara y preguntase al respecto.
Ni siquiera sabía porque lo obligaban a tomarlas, todos se ponían tan alarmados cuando tenía un episodio que simplemente no podía soportarlo.
Aún no había sido diagnosticado en el momento en que ocurrió el 'incidente' llevaba días en la cama y su madre solamente lo amenazaba y le gritaba para que saliera de su habitación, cuando todos salieron al zoologico la idea solo le cruzó por la cabeza y como no había nadie cerca para detenerlo, simplemente lo intentó.
Su madre lo encontró tirado en el piso junto al bote casi vacío de pastillas, con una respiración tan lenta que ni siquiera parecía estar vivo, ella gritó, pero no tardó mucho en revisar su presión y la forma en que Laurie a penas respiraba, intentó hablarle, pero al ver que no respondía, recordó el año en que tomó primeros auxilios y le agradeció al cielo saber que al haber consumido opioides₁₅, Laurie tendría un paro respiratorio y después uno cardiaco, así que comenzó a hacerle RCP, mientras su esposo llamaba a la ambulancia con gritos y lágrimas en los ojos.
Después de haber despertado, habló con una especialista, que le mencionó a sus padres que Laurie podía de sufrir depresión clínica, como el hermano de su madre, quien, si se suicidó cuando tenia 37 años, porque su enfermedad jamás fue tomada en serio, él jamás fue a terapia, porque en ese entonces era 'sólo para gente loca' sus padres jamás le proporcionaron apoyo para superar su depresión en la adolescencia, nadie parecía creer que él estuviera deprimido, tenía una linda esposa, un bebé de dos años, un buen trabajo y la última vez que lo vieron fue en el cumpleaños numero 8 de Laurie, dos días después, el tío Samuel saltó de un décimo octavo piso.
Tal vez por eso su madre había insistido tanto en llevarlo a terapia después del incidente, fue la primera y última vez que vio a su madre ignorar la opinión de sus padres y hacer lo que ella creía mejor.
Después de eso todo fue un poco mejor, había comenzado a cambiar de antidepresivos hasta que encontró el que lo hacía sentirse mejor. Por suerte, su madre jamás descuidaba sus citas con la terapeuta, ni siquiera cuando salía de fiesta.
Un pequeño pinchazo en su brazo lo hizo distraerse de sus pensamientos.
Anastasie lo miraba con una pequeña sonrisa mientras se sentaba a su lado, alisando su falda tableada verde.
Laurie se quitó los audífonos lentamente, regresándole el saludo en un intento de sonrisa.
-Entonces, ¿podremos salir hoy?-cuestionó la morena de forma alegre.-Todo el fin de semana me has puesto peros...y...para asegurarme de que no me dejes botada de nuevo, le pedí el auto a mamá.-informó sin borrar la bella sonrisa de su rostro.-Manejaré hasta un Burger King, mientras gritamos canciones y después comeremos en el estacionamiento. Nuestro plan favorito.
Laurie asintió, sin demasiada emoción.
Solo...no podía ir soltando confetti cuando se sentía de la mierda, mucho menos si Miles entraba al salón de clases junto a Clementine y Gilbert.
Si, compartía esa clase con Miles y dos de sus amigos.
-¿Que pasa?-preguntó Anastasie confundida.-Normalmente te emociona salir conmigo en el auto de mamá.
-Solo...no tengo muchas ganas de hablar ahora Annie.-murmuró, maldiciendo a Clementine, que apuntó la banca frente a él y Anastasie.
-¿Tú...te sientes bien?-cuestionó la morena. Cuidadosamente.
Laurie asintió, apretando discretamente los labios mientras Clementine y Gilbert se sentaban frente a él, y Miles junto a ellos.
-¿De verdad Laurie?-preguntó, bajando la voz mucho más.
-¡Si, Annie! Estoy bien.-gruñó entre dientes.
-Okay...-susurró, ligeramente nerviosa.-¿Tomaste...tomaste tus medicinas esta mañana?
Laurie sintió su ojo saltar ligeramente.
-Si, lo hice.-mintió.-¿Por qué cada vez que no estoy de buen humor actúas así?
-Porque te comportas así cuando no estás bien, Laurie...-susurró.
-Joder Ana, te dije que estoy bien, mierda.-murmuró molesto.
-De acuerdo, lo siento, ¿ok? No te enojes conmigo por preocuparme.-susurró.
Laurie gruñó, realmente fuerte esta vez, llamando la atención de un par de personas más en el aula.
-Odio que me traten como si fuera un puto niño de tres años, de verdad.-murmuró, restregando con fuerza sus manos contra sus ojos, exasperado.
-Laurie...acabas de tener..-el rubio la interrumpió.
-Se lo que tuve, muchas gracias.-ladró, un poco más fuerte de lo que esperaba.-No tienes que tratarme como si fuera un bebé, estoy bien ¿okay? -bajó el volumen de nuevo.
-Okay...-susurró, sin poder evitar el tono de preocupación en su voz.
No pasaba todo el tiempo, pero a veces, Laurie estaba enojado todo el tiempo cuando dejaba de tomar sus medicinas por unos cuantos días, si regresaba a la medicación todo volvía a la normalidad, si continuaba sin tomarla, solo tenía un episodio un poco largo.
Anastasie lo sabía muy bien, conocía todas las facetas de Laurie.
-No me mires así.-pidió el ojiazul, mirándola con el ceño fruncido.
-No te estoy mirando de ninguna forma, Dios.-murmuró la castaña.
-Ana, de verdad...-bufó.-¿No se me permite tener un mal día acaso?
-Si, pero...
-¿No puedo solamente no querer estar todo alegre, caminando por ahí?
-Yo no dij...
-Simplemente no puedo no actuar feliz porque entonces comienzas a atosigarme con lo mismo de siempre
-Laurie, solo me preocup...
-¿No has pensado que a veces necesito que te preocupes menos por mi? Joder, si, intenté matarme, pero fue hace cuatro putos años, creo que todos deberíamos ya de superar ese tema ¿no crees?-gruñó.
Y cuando cayó en el rostro pálido de Anastasie, junto a sus ojos y boca abiertos, se dió cuenta de que lo había dicho, en voz alta, y no había forma en que las diez personas que se encontraban en el salón de clase no lo hubieran escuchado.
Sus ojos se dirigieron inconscientemente a Miles, que lo miraba entre sorprendido, triste y algo más que no se detuvo a procesar.
-Joder.-maldijo, tomando su mochila bruscamente, saliendo del aula sin mirar a nadie.
Se sentía...expuesto, casi humillado.
Iba a mitad de su camino al baño de hombres cuando sintió una pequeña mano tomar la suya.
-Laurie...-susurró Anastasie.-No te avergüences, por favor.
El rubio suspiró, apretando los labios.
-Annie, tú no tienes un intento de suicidio en tu historial médico.-susurró, ocultando su rostro en la palma de su mano libre.
-Laurie, eras un niño, tenías 14...y...nadie tenía idea de que estabas enfermo, una enfermedad mental no es vergonzosa.-susurró, abrazándolo.-Además, tú intentas mejorar y eso es increíble.
Laurie regresó el abrazo, porque...Anastasie tenía ese poder sobre él, se sentía seguro sin importar que.
-Tenías razón Annie...-susurró, sintiendo un nudo en su garganta.-No he tomado mis medicinas desde el viernes.
-Okay...-asintió, deshaciendo el abrazo, tomó a Laurie de las mejillas.-Yo te amo, tus padre te aman, Darcy te ama, eres amado Laurie, y porque te amo muchísimo, voy a obligarte a escapar de la escuela conmigo, manejar hasta tu casa, tomar tu medicina y después te invitaré una hamburguesa ¿si?
El rubio asintió lentamente.
-Dame tu mano.-pidió la morena, entrelazando sus dedos.-Vamos.
-Gracias, Annie...-susurró.-Por soportarme aunque sea un imbecil a veces.
-Eres mi imbecil y te amo, sin importar que, ¿bien?
-Bien...-susurró.-También te amo Annie.
-Tal vez después de comer un montón de comida basura te sientas mejor como para escuchar a tu amiga hablar durante horas.-murmuró la castaña, mordiendo sus labios un poco nerviosa.
Laurie sonrió ligeramente, y la abrazó por los hombros.
-Siempre.-susurró, besándola en la sien. -Gracias por ser mi amiga Annie.
-Me encanta ser tu amiga Laurie.-admitió, la chica con una sonrisa.-Eres increíble...solo hace falta que te des cuenta cuánto.
Laurie no pudo evitar sentir sus mejillas sonrojarse levemente, porque no estaba muy acostumbrado a los halagos hacia su persona.
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Opioides₁₅: Entre los ejemplos de opioides figuran la morfina, la codeína, la oxicodona, la oxicodona con paracetamol y la hidrocodona con paracetamol. Éstos afectan a la región del cerebro que controla la respiración, al presentar niveles demasiado elevados de opioides en la sangre las respiraciones disminuyen considerablemente, lo que podría causar la muerte.
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K opinan?
Amo la amistad entre Laurie y Anastasie, son demasiado bellos.
Triste x todo lo que nuestro bebé ha pasado y x lo qué pasó con su tío 😔💔
Espero no necesiten esta información jamás, de verdad , pero, por si acaso, les comparto este artículo que encontré:
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