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59 | todos

Perdón x la tardanza, es que estuve ocupada y a penas terminé de escribirlo.

(aún están en la fiesta y como dije antes, todo pasa con minutos o segundos de diferencia)

Voten y comenten mucho xfa
📀📀📀

La morena soltó una pequeña risa tierna al sentir como Jerome le hacía cosquillas en el cuello con la punta de su nariz.

-Basta.-pidió en voz baja sin borrar la sonrisa de su rostro.

El pelirrojo la abrazó delicadamente y dejó un pequeño beso en su frente, sintiendo los brazos de su novia apretarlo ligeramente.

-¿Te mencioné lo bonita que te ves vestida de ángel?-preguntó el pecoso, pegando sus frentes lo suficiente como para no tener que gritar mientras continuaban bailando.

Solamente balanceaban sus cuerpos de lado a lado lentamente, mientras todos a su alrededor saltaban y cantaban la canción a gritos.

-Como unas seis veces, si.-rió la chica, acomodando la diadema con cuernos de Jerome en su lugar. -Tu igual te ves hermoso, amor.

Jerome le dió un pequeño beso en los labios, que cortó junto con una sonrisa que Giselle le devolvió, totalmente alegre.

Estaban felices de haber arreglado sus problemas y estar juntos de nuevo, se habían pasado la última semana y media juntos, incluso después de clases, Jerome la visitaba en su casa y se pasaban la tarde mirando televisión o ella lo visitaba a él.

No era algo nuevo para nadie, después de tantas rupturas que ellos dos habían tenido absolutamente todos conocían el patrón.

Dejaban de hablarse durante algunos días, después, el que cometió un error o provocó la pelea de alguna forma comenzaba a buscar al otro en su casa, primero el otro lo ignoraría pero no pasaba mucho tiempo para que comenzaran a hablar, y finalmente terminaban regresando.

Incluso los padres de ambos sabían cómo funcionaban, a los de Jerome no podría importarles menos y los de Giselle estaban felices por ellos, por pelear por lo suyo a pesar de tener problemas.

Lo que los adolescentes realmente necesitaban escuchar era lo peligroso y dañino que era mantener una relación de esa forma.

Por desgracia, aquello no vendría de sus padres.

Ni siquiera ocurrió cuando tuvieron una pelea a golpes el año anterior.

La mandíbula de Jerome se rompió por un golpe que Giselle le diocon un trofeo y ella terminó con el tabique desviado, ambos obtuvieron un miembro fracturado al caer por la escalera y un montón de moretones en la cara y en el cuerpo por los puñetazos del otro.

Mientras Giselle se recuperaba en el hospital, habló con una mujer de servicios sociales que realmente se hizo cuestionarse que tan insana era su relación con Jerome, después llegaron sus amigas y la hicieron ver ligeramente lo malo que era.

Después llegó su madre.

Y todo lo que pudo haber mejorado, se fue al demonio.

Ella le mencionó lo bueno que Jerome era con ella:

"Te trata como a una reina, siempre se preocupa por cómo estás, te apoya en tus competencias, viene de una buena familia y es un jovencito educado, él te ama Gigi." Dijo su madre.

"-Pero mamá, él me ha engañado y...-Su madre la interrumpió.

-Tú también lo has engañado cielo.

-Jerome me ha levantado la mano antes, mami...-la mujer le quitó importancia.

-¿Crees que soy una tonta?-preguntó su madre dulcemente.-No eres más inocente que él, te he visto golpearlo también.

Giselle suspiró. Su madre tenía razón.

-Gigi, una relación merece esfuerzo y dedicación, no puedes rendirte ante el primer problema que se presenta...además, tú le has roto la mandíbula y le tiraste un diente.

»¿Como crees que tu padre y yo estamos juntos desde que teníamos tu edad? Porque sabemos perdonarnos y superar nuestros errores, esta pelea no ha sido nada más que un error insignificante cariño, perdónale.

Y Giselle lo aceptó, porque su madre no podía estar equivocada, ¿verdad?

Claro que lo estaba.

Si, Jerome y Giselle tenían momentos lindos en los que actuaban como una pareja normal, en los que se preocupaban, apoyaban y amaban genuinamente al otro.

Hablaban mucho algunas veces, sobre todo y nada a la vez, sobre las estrellas y hacia donde se dirige el viento.
Sobre un futuro juntos o el pasado de cada uno.

Por desgracia, no duraban más de dos semanas de esa forma, parecían aburrirse de la tranquilidad y comenzaban a pelear por cualquier diminuta cosa, pero no se daban tiempo para hablar de ello.

No lo hablaban, en realidad.

Simplemente esperaban a que la bomba explotase y entonces aquel circulo vicioso que habían creado comenzaba de nuevo.

Pero, mientras ellos no escuchasen consejos de nadie más que sus padres con relaciones igual de tóxicas y disfuncionales, no podrían hacer mucho, no cuando les dicen una y otra vez que ese tipo de abuso físico y verbal está bien y debe de soportarse, que es parte de una relación.

No, no estaba bien.

El abuso los dañaba mentalmente de una forma irreparable y solo lo empeoraba todo.

No tenían que soportar las humillaciones y comportamientos violentos del otro, por mucho que se quisieran.

Y no, nada de eso sería parte de una relación sana, jamás.

Pero aún no podían darse cuenta de ello y todos dudaban que en algún momento lo notaran.

Giselle y Jerome continuaron bailando entre besos y risas, perdidos por completo en el contrario, ellos dos estaban en su burbuja de amor en la que nadie más era bienvenido.

-¿Puedes decirme qué demonios está mal con esos dos?-cuestionó Clementine, soltando algo de humo por la nariz.

Estaba mirando fijamente como Giselle y Jerome se abrazaban mientras compartían un beso entre los adolescentes que pretendían bailar.

-Pasaran diez años y seguiré sin tener una respuesta para eso...-respondió Alexis.-Podrían ser un excelente proyecto de psicología.-dijo divertido.

Clementine soltó una risa mientras asentía.

-¿Quiénes?-preguntó Dorian llegando junto a ellos, Alexis señaló con su vaso hacia sus amigos y Dorian simplemente rodó los ojos.-Ah, ellos...si, lo serían. No se como pueden seguir juntos después de tanta mierda

-Ni puta idea...-respondió el rubio, dirigiendo su atención hacia el ron dentro de su vaso.

-Cambiando de tema...¿de que estás disfrazado?-preguntó Clementine mirando a Dorian con el ceño fruncido.-Se supone que es una fiesta de disfraces, Dorito.

El moreno rodó los ojos pero formó una pequeña sonrisa con sus labios.

-Tengo disfraz...soy...un empleado del subway.-respondió obvio, señalando su uniforme.

-Basura.-respondió Alexis con una sonrisa.

-Bien, bien, a penas salí del trabajo y la verdad no me quise romper la cabeza pensando en un disfraz.-ambos asintieron en comprensión y en ese pequeño silencio Dorian los estudió con la mirada, atentamente.-¿Y ustedes de que rayos están disfrazados? Espero un motivo lógico para que Alexis tenga un pañal puesto.

Alexis y Clementine soltaron unas pequeñas risitas mientras intercambiaban una mirada cómplice.

-Soy Carlitos.-dijo Clementine obvia, señalando sus lentes falsos y cabello rizado especialmente para la ocasión.-Alexis es Tommy.

Fue inevitable para Dorian no soltar una fuerte y genuina carcajada.

-Se suponía que Francis sería Lil y yo sería Phil, pero la traidora quiso disfrazarse de Daenerys Targaryen.-se quejó Alexis, señalando a su hermana a la distancia.

-Le queda.-admitió Clementine, encogiéndose de hombros.-Y ciertamente nosotros nos vemos increíbles, es una suerte que Alex no tenga cabello.

-Si, si.-rió Dorian, dándoles una nueva mirada, inspeccionándolos. negó divertido ante las piernas totalmente desnudas de Alexis, incluso parecía haberlas depilado. Clementine llevaba los cordones de los tenis rojos desatados, supuso que era parte del disfraz.-Iré a buscar a Gilbert chicos.

-Separate un poco de tu novio, Dorito.-bromeó Alexis, ganándose un pequeño puñetazo en el brazo de parte del moreno.

-Clemen...-llamó Dorian antes de seguir caminando.

-¿Si?

-No quiero parecer un amargado, pero creo que deberías fumar eso afuera, hay muchos que no fumamos...marihuana.-murmuró con una sonrisa un poco incómoda.

-Ah claro, vamos Alex...-llamó la pelirroja sonriente, tomando a su amigo de la mano.

Alex le dio una rápida y entusiasta mirada a Dorian, señalando sonriente a sus manos entrelazadas, el moreno solo se encogió de hombros y le sonrió mientras guiñaba un ojo.

La pecosa se dejó caer a la orilla de la piscina y sin apagar su porro se quitó los tenis y calcetines amarillos.

-Joder, el agua está helada...-gruñó la chica mientras introducía lentamente sus desnudos pies en la cristalina agua azulada.

-Vivimos en un país helado.-murmuró Alexis sin dejar de mirarla fijamente, con aquel brillo especial que sólo aparecía en sus ojos cuando la miraba a ella.

-En eso tienes razón.-puntualizó Clementine, comenzando a mover sus pies ya dentro del agua, se dejó caer de espaldas en el césped ligeramente húmedo.-¿Quieres un poco?-preguntó, mostrándole el cigarrillo que ella misma había armado.

Alexis estuvo a punto de aceptarlo, pero la voz de Dorian reprendiéndolo tres semanas atrás se apareció en su cabeza.

-Esta noche no Clemen...nos harán un examen de drogas en dos días, si lo fallo una vez más me sacarán del equipo y toda mi vida se irá a la mierda.-murmuró, quitándose los tenis.

-Claro, entiendo...-aceptó, dándole una calada.-Pero, ¿no aparece en esos exámenes si consumiste alcohol?

-Es mi único vaso de alcohol esta noche.-murmuró, levantando el vaso de plástico rojo.-Será difícil que aparezca...o si lo hace puedo decir que solo fue un trago que tomé con mi padre por celebración del inicio de la temporada, él me cubrirá.

-Eres un hijo de perra muy astuto, querido Alexis.-rió Clementine, soltando humo.

Después de eso un largo pero cómodo silencio se formó entre ambos, solamente se escuchaba la música proveniente de la casa junto con los gritos y risas de los adolescentes que estaban afuera en el patio con ellos, habían unos cuantos dentro de la piscina, pero no nadaban, solamente se besaban.

Alexis finalmente se acostó junto a Clementine, con sus pies dentro de la piscina y soltó un suspiro nervioso, girando su cabeza discretamente para poder verla.

-¿No te encanta lo hermoso que se ve el cielo con todas las estrellas en el?-preguntó Clementine en un susurro.

-Si, es hermoso.-susurró sin dejar de mirar hacia el perfil de la chica.-Lo más hermoso que he visto, la verdad.

-Si...lo es.-respondió la pecosa formando una pequeña mueca en su rostro mientras acercaba el porro a su boca nuevamente.-A veces quisiera poder ser una estrella...

-¿Qué?-preguntó Alexis un poco divertido, Clementine se giró hacia el con una amplia sonrisa.

-Si...son tan brillantes y hermosas...tan tranquilas y solitarias...dudo mucho que alguna vez escuchen algo en el espacio...-regresó su mirada hacia el cielo nocturno.-No hay gritos...no hay llanto y no hay risas que las molesten, solo son ellas...en completa paz.

»Además, las estrellas siguen brillando miles de años después de haber muerto...nosotros simplemente nos vamos, en cien años nadie nos recordará a nosotros ni a nuestros rostros, no habrá nada de nosotros que demuestre que existimos alguna vez, que hicimos feliz a alguien...simplemente nos olvidarán, como si jamás hubiesemos nacido.

-Eso es...un poco oscuro.-razonó Alexis en voz baja.

-O tal vez solo estoy un poco drogada.-rió la chica, mintiendo.

-Me parece que esa es la respuesta correcta.-susurró Alexis con una pequeña sonrisa.-Clemen...

-¿Si?-preguntó, sin desviar su mirada del cielo. tal vez por eso mismo no había notado que en todo ese tiempo Alexis no había dejado de mirarla con ojos brillantes , pupilas dilatadas y una sonrisa de tonto.

-Nada...-susurró, retractándose. Clementine rodó los ojos divertida y se volteó para verlo con esa bellísima sonrisa suya que tenía a Alexis totalmente cautivado.

-No seas tonto Alex, dime que pasa por esa cabecita pelona tuya...-rió achinando un poco los ojos.

Alexis simplemente sonrió ladinamente, se veía tan bonita cuando reía y el sonido de su risa era lo más bello que él había escuchado en toda su vida.

-¿Alex?-preguntó la pelirroja confundida al notar la mirada nerviosa en su amigo.-¿Por que no t...

No pudo continuar hablando pues Alexis la había besado, de forma delicada, pero fue lo suficientemente sorpresivo como para que Clementine abriera los ojos a tope y jadeara de sorpresa.

Clementine se alejó de él rápidamente y se sentó, totalmente confundida.

-¿Que ha sido eso...?-preguntó la chica con voz temblorosa.

-Yo...yo...-tartamudeó Alexis nervioso, sentándose para poder verla frente a frente.-Clemen...yo...tu...tu...tu me gustas, y mucho....yo...yo....estoy....estoy enamorado de ti...y...

-No Alex...-susurró sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.

-¿No?-preguntó desconcertado.

-No, Alex...-repitió, cubriendo su rostro con las palmas de sus manos.

-No te gusto...-razonó con la voz entrecortada, por las repentinas ganas de llorar que sentía.

-Alex...-susurró Clementine alejando las manos de su cara, estaba sonrosada y ella ya había comenzado a llorar.

-Es...está bien Clemen...-murmuró con los ojos llorosos, comenzando a levantarse.-Voy...tengo que ir al baño.

La mano de Clementine lo detuvo de comenzar a correr al baño para poder llorar a gusto.

La pelirroja se levantó rápidamente, dio una fugaz mirada al patio y jaló a Alex hasta el lugar mas lejano y vacío que encontró.

-Clemen...de verdad...no tienes porque endulzar las cosas...entiendo que no estés enamorada de mi-dijo con dificultad, pues estaba a punto de echarse a llorar.

Había estado enamorado de Clementine por dos años, prácticamente acababa de romperle su corazón, pero no la culpaba por eso, no podía culparla por no corresponder sus sentimientos, eso sería estúpido y egoísta. solamente estaba triste y sentía que le dolía el pecho, pero intentaría superarlo.

-Alex yo...-un pequeño sollozo se le escapó de la boca, mientras sentía sus manos temblar del nerviosismo.

-No tienes que explicarlo Clemen...esta bien...-susurró, restregando los dedos contra sus ojos, secando las lágrimas rebeldes que se escaparon de ellos.

-Alex, eres un chico increíble...de verdad que si...-Alexis apretó los labios. eso era mucho peor que un simple 'no me interesa' -Eres gracioso, atento, cariñoso y...todo lo que una chica quiere de un chico Y...y...yo te amo muchísimo...

-Pero solo me ves como a un amigo.-completó, con el labio temblándole.

-Alex...yo te veo como a un amigo porque no puedo verte por algo más que eso.-susurró con voz temblorosa.

El rubio solamente asintió, con un gesto de tristeza en el rostro que ella jamás le había visto antes, tal vez fue por el miedo a que Alexis pensara que no era suficiente o tal vez por las lagrimas que él intentaba ocultar mirando fijamente a sus pies descalzos, no supo exactamente porqué, pero simplemente pasó.

-Alex, estoy segura de que estaría terriblemente enamorada de ti...si me gustaran los chicos.

Alexis la miró rápidamente, con los ojos abiertos y la frente ligeramente arrugada.

No supo interpretar si era sorpresa, confusión o desagrado.

Clementine soltó un sollozo y se abrazó a sí misma con fuerza, desviando su mirada hacia la cerca de madera.

-Perdón....-lloriqueó la pelirroja.

-¿Por qué me pides perdón, Clemen?-preguntó confundido.

-No lo sé...-sollozó.

-Ven aquí, tonta.-susurró abrazándola con fuerza, dejó un pequeño beso en su frente y susurró.-Eres una idiota si pensaste que reaccionaría mal...

-Es que...me asusta Alex...de verdad me da miedo y no se porqué.-lloró contra el pecho del rubio.

-Está bien Clemen...no le diré a nadie.-susurró acariciando el cabello de la pecosa.

-Gracias...aún no estoy lista para que todos lo sepan.-admitió.

se abrazaron en silencio durante casi cinco minutos, hasta que Alexis volvió a hablar.

-Ahora entiendo tantas cosas...-murmuró divertido, ganándose un golpe juguetón de parte de Clementine.-¿Quien más lo sabe?

-Nadie...bueno, Hailey y Florence lo saben.

-¿Y ellas porqué?-preguntó mirándola desconcertado.

-Porque estoy saliendo con Florence.-susurró sintiendo su rostro calentarse.

-¿De verdad?-preguntó sonriente, la pelirroja asintió.-¡Ella es tan linda! cuéntame todo, anda...-pidió sentándose en el césped.

Clementine solamente se sentó a su lado.

📀📀📀

K opinan?

¡Clementine al fin salió del closet con alguien!

Jamás me cansaré de decir lo mucho que amo a Alexis.

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