50 | dorian
Voten y comenten mucho xfa
Fun fact: creo que mientras más subo capítulos menos lectores tengo jsjs.
nimodo.
A mi me encanta esta historia y voy a seguirla hasta que termine ahuevo.
A alguien tendrá que gustarle.
Btw gracias a quienes me siguen apoyando con este importante proyecto para mi 🥺 lxs amo.
📀📀📀
Suspiró profundamente, lanzando descuidadamente su gorra del uniforme sobre el sofá, aunque estaba demasiado cansado fue hasta el comedor en donde su hermano pequeño intentaba hacer su tarea.
-¿Necesitas ayuda amiguito?-preguntó, revolviendo los rizos oscuros del menor.
Terry lo miró a punto de tener una crisis y asintió rápidamente.
-A ver, ¿Que tienes que hacer?-preguntó con calma.
-No se...-susurró lloroso.-Intento leer las instrucciones pero no se como.
Dorian frunció el ceño, sentándose a un lado suyo.
-¿Mamá no las leyó para ti?-preguntó en voz baja, dándole un pequeño beso en la cabeza.
-No, de nuevo tomó muchas pastillas.-susurró tallando sus ojos.-La dejé dormir.
-Bien, bien.-asintió suspirando.-Te ayudaré con esto y el sábado te enseñaré a leer ¿de acuerdo?
-Gracias Dodi .-respondió sonriente con el apodo que se le había quedado desde que Terry cumplió el año de edad y no podía pronunciar bien la 'R'
Dorian comenzó a leerle en voz baja las instrucciones de su libro de preescolar, explicándole que debía de hacer.
A Dorian de verdad no le molestaba hacerse cargo de su familia, pero, no podía evitar pensar de vez en cuando que a sus diecisiete años de edad él no debería cuidar de su madre ni su hermano, aún era casi un niño.
Cuando su padre se fue de casa dos meses después del nacimiento de Terry su madre estaba demasiado deprimida como para incluso notarlo, Dorian no tardó mucho en buscar un empleo y pedirle ayuda a Gilbert para cuidar de su hermano mientras el trabajaba pues su madre no podía hacerlo.
Ese fue probablemente el peor verano de toda su vida, mientras sus amigos se divertían y hacían tonterías él trabajaba desde las 4:00am hasta que el sol se ocultaba y aunque el llanto del bebé Terry lo hacían levantarse cada veinte minutos por una nueva razón, se las arregló para pasar el resto de la noche estudiando para poder aplicar a una beca para el siguiente año en su mismo colegio.
Si, su padre también se había llevado todo su dinero, al menos la casa estaba a nombre de su madre porque sino Dorian estaba seguro de que la habría vendido sin avisarles.
Un gran padre, merecedor de un premio de paternidad.
Aunque no se quejaba, habían muchos que eran peores...como el de Clementine.
Dorian era la razón por la que esa pequeña familia no vivía en la calle, era la razón por la que había comida en e refrigerador y alacena, era la razón por la que Terry no había muerto a los meses de nacido, era la razón por la que su pequeño hermano iba a la escuela cada mañana sin falta y también él era la razón por la que habían obsequios debajo de la chimenea en navidad.
Porque si, tal vez no le alcanzaba el dinero para comprar un enorme y hermoso pino de navidad junto con los adornos, pero al menos su hermano tenía la creencia de que Santa existía y mirar lo feliz que se veía al abrir los obsequios era lo más hermoso del mundo.
Justo cuando Terry dibujaba en su libro de ejercicios mientras tarareaba alguna canción infantil su madre bajó las escaleras de forma lenta.
Cómo hacía todo.
-Hola mamá.-murmuró Dorian mirándola con una sonrisa.
A pesar de las oscuras ojeras en sus ojos, lo secos que se encontraban sus labios y lo cansado que se miraba su rostro entero, Dorian seguía teniendo una sonrisa bellísima.
Triste y cansada, pero hermosa.
-Hola...-susurró besando su frente delicadamente, mientras acariciaba de la misma forma el cabello de su hijo menor.-¿Te fue bien?
-Demasiado trabajo, así que si, fue bastante bien.-admitió sin dejar de mirar a la mayor atentamente.
Su madre se sentó frente a ambos y los miró con ojos brillantes y una sonrisa de cansancio.
Los amaba, de verdad que si, esos niños eran su mundo entero, pero simplemente no podía encontrar las fuerzas para demostrarles lo importantes que eran para ella.
-Los amo.-susurró, recostándose sobre sus brazos apoyados en la mesa.-Mucho, mucho.
-Lo sabemos ma...-respondió Dorian con una sonrisa triste.
Sabía que si los amaba, simplemente algunas veces no podía sentirlo.
Y de verdad quería poder sentir el amor de su madre todo el tiempo, pero eso no iba a pasar.
No hasta que ella aceptara ir a terapia o a una reunión de NA , pero ya se lo había mencionado un par de veces y ella simplemente lo ignoró.
Aunque de todas formas nunca podría pagarle ni una cita con un buen psicólogo.
Se permitía ser lo suficientemente egoísta como para que sus pequeños ahorros que lograba mantener a pesar de las visitas al médico de Terry o la mensualidad de la escuela de su hermano fueran a su fondo secreto para la universidad.
Se preguntarán porque a pesar de vivir casi al día, Terry iba a un kínder donde había que pagar colegiatura.
La respuesta es que por desgracia la escuela pública más cercana a su casa, estaba demasiado cerca del barrio de Clementine, y no quería dejar a su hermano pequeño en un lugar que tenía mala reputación.
-¿Terry te contó sobre la niña nueva?-preguntó su madre en voz baja.
Dorian y Terry la miraron rápidamente, con los ojos brillosos y los labios ligeramente separados.
Era tan raro cuando su madre intentaba participar en una conversación con ellos que cada vez que sucedía ambos sentían ganas de llorar de emoción.
-No es nueva mami, solo la cambiaron de salón al mío. Ya habíamos jugado juntos en el recreo.-dijo sonriente, sin molestarse en limpiar las pequeñas gotas que corrían por sus mejillas.
-¿Quien?-preguntó Dorian entre divertido y enternecido.
-¿Te acuerdas del día en que fuiste tarde por mi?-preguntó sin borrar la sonrisa de su rostro, mostrando el pequeño espacio entre sus dientes.
-Crei que se habían terminado los reclamos.-murmuró Dorian divertido, Terry solo negó.
-¿Recuerdas a la niña que estaba afuera del salón de la maestra Joanne?-Dorian solo asintió sin tener la mínima idea de quien demonios hablaba.
-Claro...-mintió
-La que tiene manchitas en su carita.-le recordó Terry.-Y ojitos muy azules.
-Ah, la que hizo de María el año pasado.-recordó Dorian sonriente, Terry asintió.-¿Que pasa con ella?...¿Te gusta?
-Es muy bonita.-susurró su madre mirando con ternura al pequeño, que se había sonrojado.
-Si, es bonita...y ahora va en mi salón y se sienta enfrente de mi.
-No le jales el cabello.-dijeron al unísono, Dorian de forma un poco más seria y su madre en voz baja.
-¿Por qué iba a jalárselo? Duele.-murmuró confundido, recordando cuando un niño le jaló el cabello.
No a propósito, el botón de su suéter se había enredado con uno de los rizos castaños de Terry y lo único que les pareció lógico fue separarlo de un jalón.
Definitivamente se arrepintió de eso.
-Bien, recuerda eso amiguito, nunca le jales el pelo a las niñas para llamar su atención.-murmuró Dorian sonriente.-Tampoco las molestes nunca.
-Se lindo con la niña que te guste amor, siempre, a las mujeres nos gusta que nos traten bonito.-dictó su madre, con los ojos cerrándose de forma cansada.
-Compre una paleta y se la voy a dar mañana, quería darle una carta...-miró pensativo la mesa.-Pero no se escribir y ella no sabe leer.
Dorian no pudo evitar reír enternecido, su madre solo soltó un pequeño ruido parecido a una risa.
Nuevamente ambos la miraron sorprendidos.
Dorian recordaba perfectamente la última vez que la vio reír, hace cuatro años, un par de días antes del nacimiento de Terry, cuando su esposo se tropezó con una pelota en el patio y cayó de cara al suelo.
Se veía tan bonita cuando reía, pero tristemente era solo un recuerdo.
¿Y algo más triste?
Terry jamás había escuchado la risa de su madre, de verdad nunca.
-Tu solo dile que te gusta, cualquiera seria afortunado de que un niño tan bello como tú se fije en ella...o él.-susurró su madre, mirando al rizado con una sonrisa cansada.
-Gracias mami.-susurró el menor sonrojado.
Dorian estaba tan atento a su madre que ni siquiera notó que una lágrima corría libremente por su mejilla.
No se había dado cuenta de lo mucho que la extrañaba hasta ese momento.
De verdad la echaba de menos, muchísimo.
📀📀📀
K opinan
No estoy llorando, tu estás llorando.
La verdad me encantó lo muy bonito y triste que fue este cap.
Por favor nadie le tire hate a la mamá de Dorian, la forma en la que ella es...es porque su depresión post parto nunca fue tratada o tomada en cuenta, simplemente la 'trató' con calmantes y creó una dependencia/adicción a ellos.
Cualquier tipo de depresión es seria y debe de ser tratada, ya basta de escuchar a gente pendeja que dice "échale ganas" NO, se necesita terapia y medicación.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro