Si siguen la playlist en Spotify, pongan Medicine de Daughter.

Habrán dos capítulos seguidos de esta nena, así k voten y comenten mucho):
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Unas manos moviéndola levemente de un lado a otro la despertaron, talló sus ojos y finalmente miró a Charlotte.

No pudo evitar fruncir el ceño con confusión, Laurie siempre la despertaba para ir a la escuela.

-¿Y Laurie?-preguntó en voz baja, sentándose sobre la cama, sin soltar a su osito peluche.

-Creo que su alarma no sonó cariño, lo despertaré ahora, se les hará tarde para ir a la escuela. Vístete ¿si cielo?

-Bien.-susurró, bajando de un salto de la cama, mientras Charlotte salía de su habitación para ir a la de Laurie, que quedaba justo enfrente.

La mujer estuvo tocando la puerta cerca de cuatro minutos hasta que se escuchó la voz del rubio.

-¡Vete!-gritó, lanzando algo contra la puerta.

La mujer abrió los ojos sorprendida, si, a penas llevaban dos semanas y media trabajando ahí, pero Laurie era el adolescente más tranquilo y amable que hubiese conocido.

Darcy, se acercó lentamente hacia la puerta, con solo un calcetín puesto y su cabello hecho un desastre.

Abrazó en silencio a su oso, mirando cómo Charlotte volvía a tocar la puerta lentamente.

-¿Laurie? Se hará tarde para la escuela.-murmuró la mayor contra la madera.

-Déjame en paz.-respondió débilmente desde dentro de la habitación, tan débil que a penas pudieron escucharlo.

Darcy sintió sus ojos llenarse de lágrimas, abrazó con mucha más fuerza a su oso y dio unos cuantos pasos más.

Charlotte suspiró, pensando en que debería hacer, su jefa le había dicho que no dejara que ninguno de los niños faltara a clases nunca, por más que se negaran tenía que sacarlos de la cama.

-¿Te sientes bien, estás enfermo?-preguntó nuevamente la mayor, dando dos golpes débiles en la puerta.

-Déjame.-susurró el chico, Charlotte supuso que estaba hablando contra la almohada.

La mujer suspiró, armándose de valor para abrir la puerta, sabía que no estaba bien invadir el espacio de Laurie de esa forma, pero podría tener alguna infección o temperatura.

La puerta hizo un chirrido mientras la abría lentamente, preparada para que el adolescente comenzara a gritarle y reclamarle.

Pero no hubo nada de eso, él simplemente se dió la vuelta en la cama y la ignoró por completo.

-Laurie...¿te duele algo? Puedo prepararte un té.-ofreció Charlotte de forma dulce.

El rubio solo tomó las sábanas y se cubrió hasta el cuello.

La mujer mordió su dedo índice nerviosa, de verdad no sabía que hacer y no tenía ni idea de que le pasaba.

Mientras pensaba en que hacer, el pequeño cuerpo de Darcy se asomó por la puerta, con los ojos llorosos y el labio temblándole.

-Laurie...-llamó la menor, caminando hacia él.

-Véte Darcy.-susurró sin dejar de mirar fijamente hacia la pared.

La menor miró a Charlotte con los ojos llorosos, notando la confusión en el rostro de la mujer.

-Llama a mamá por favor, Laurie está triste.-susurró entrecortadamente, pensando que eso lo explicaba a la perfección.

Tal vez porque así se lo habían dicho a ella, cada vez que Laurie no quería salir de su cama (a veces durante una semana entera o más), no comía ni quería ver o hablar con alguien era porque estaba triste, sus padres se lo habían explicado hace tres años, cuando Laurie le gritó que lo dejara en paz.

Laurie nunca le había gritado y ella se puso a llorar.

Después de ir a acusarlo con su papá en medio del llanto, él le explicó porque cuando Laurie estaba triste debían de ser pacientes, no debían irritarlo mucho y él estaría bien después de algunos días.

Con el paso del tiempo Darcy supo que eso le pasaba cuando dejaba de tomar sus medicinas, para sus cinco cortos años de vida ya había aprendido cómo cuidar de Laurie cuando él se encontraba triste.

Y es que era muy fácil, simplemente se acostaba junto a él y lo abrazaba en total silencio durante horas, así no se sentía totalmente solo.

Eso fue justamente lo que hizo, dejó a su oso en el piso y se subió en la cama con trabajo bajo la atenta mirada de Charlotte.

Darcy rodeó el cuerpo de su hermano y se coló por debajo de las cobijas, para quedar en el hueco entre sus brazos y su torso desnudo, apoyo la cabeza sobre el pectoral del mayor e intentó rodearlo con sus pequeños brazos.

-¿Tienes sed?-preguntó la pequeña en un susurro, Laurie negó.

Darcy limpió un par de lágrimas del rubio con la palma de su diminuta mano, besó su mejilla húmeda con cariño y volvió a abrazarlo.

-Esta bien.-susurró, escuchando el corazón del mayor palpitar.-Duerme entonces.

Como si el fuera el pequeño y ella fuera su madre, obedeció, cerrando los ojos y abrazándola débilmente, sintiendo unas inmensas ganas de desaparecer.

Charlotte miró la escena con una pequeña sonrisa triste, sintiendo como el corazón le oprimía el pecho.

Era realmente triste que una niña de cinco años tuviera que hacerse cargo de un adolescente de 18 solo porque su madre estaba demasiado ocupada haciendo nada como para atenderlos.

Salió de la habitación mientras buscaba el número de su jefa en su teléfono, para llamarle.

La mandó a buzón las siete veces que le marcó.

-¿No van a ir a la escuela?-preguntó Theresa confundida, mirando el desayuno que acababa de preparar.

-No cariño, lo siento por no avisarte antes.-susurró nerviosa, no sabiendo que hacer.

-¿Y eso?

-No se que le pasa a Laurie.-admitió.-Darcy me pidió que le marcara a su madre pero no contesta.-negó molesta.

-¿Y si llamas a su padre?-ofreció, tomando una fresa de la mesa.

-Buena idea.-suspiró, caminando apresuradamente al refrigerador, donde estaban anotados todos los números de emergencia, no tardó mucho en encontrar el del señor Hill pues era el segundo en la lista.

A diferencia de su jefa, le respondieron en la primera llamada.

-¿Si?-preguntó una voz dulce.

-¿Está el señor Sinclair?-preguntó.

-Ahora mismo no está en casa, ¿quien lo llama?

-Mi nombre es Charlotte, trabajo para la señora Sinclair.-la chica del otro lado frunció el ceño confundida.

-Disculpe señora, pero no tenemos ninguna trabajadora llamada Charlotte, si está intentando estafarnos de alguna...-Charlotte la interrumpió.

-Para la ex esposa del señor Sinclair.-dijo en un tono bajo.

-Ah, de acuerdo...¿puedo preguntar el motivo de su llamada?-preguntó la menor, cruzándose de brazos, sin dejar de mirar a su hijo menor en la caminadora para bebé.

-Verá, el joven Laurie no se encuentra bien y la señorita Darcy me pidió que llamase a su madre, pero ella no contesta, así que esperaba que el señor Sinclair pudiera venir.

-Entiendo...¿Darcy le mencionó algo más?

-Si...dijo que el joven Laurie se encontraba triste, no se...-la voz de la mujer la interrumpió de forma brusca.

-Voy en camino, revise por favor cuando fue la última vez que tomó su medicina.

Y entonces colgó, dejando a Charlotte un poco más confundida que antes.

-¿Sabes en donde guarda Laurie su medicina?-le preguntó a su hija.

-Supongo que en su mochila.-susurró Theresa mirando a su madre con interés.-¿Porqué?

-Solo...-susurró, buscando en los bolsillos de la mochila negra de Laurie, hasta encontrar un bote anaranjado, vacío.

Leyó la etiqueta con el ceño fruncido.

-Theresa, busca que es ISRS.

La menor asintió, sacando su teléfono y presionándolo de forma rápida.

-Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o mejor conocido por sus siglas: ISRS, son un compuesto de medicamentos generalmente usados como antidepresivos en el tratamiento de cuadros depresivos, trastornos de ansiedad, y algunos trastornos de personalidad.-susurró, mirando a su madre en espera de una explicación.

-Laurie tiene depresión.-comprendió en voz alta.

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K opinan?

Amo a Darcy mucho