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3.8 ¡Konichiwa Sake!

"Un viaje a Japón, eres espontáneo Damian. O quizás.....¿Muy romántico?"

Giró hacia Jonathan Kent, quien movía sus cejas sugestivamente como un tonto. Damian lo miró de abajo arriba despectivamente, mientras el chico de Kansas le respondió con una sonrisa, mostrándole todos sus perfectos dientes blancos.

Se los quería romper todos.

"Recuérdame otra vez, ¿Porque estas aquí Kent?" Damian dijo, desquitando la vista de su amigo para ponerla sobre el lujoso jet frente a ellos.

"Me trajiste para repasar todos los pendientes de la torre antes de tu partida." Jon alegremente le mostró un cuaderno lleno con sus anotaciones.

"Exacto...Sigue haciendo tu trabajo." Él arrebató bruscamente aquella libreta para poco después estrellarla en el amplio pecho de su amigo. "En Silencio."

"Bien...Gruñón."

Damian rodó sus ojos al infantil comentario. Pudo haber traído consigo a cualquiera para preparar los trabajos pendientes de la torre antes de su partida, pero no, como buen amigo decidió traer a Jon. Y, el superchico no perdía oportunidad alguna en hacerle una jugada.

Ambos se encontraban en el aeropuerto de la ciudad, precisamente dentro del Hangar exclusivo para las aeronaves de Industrias Wayne. Le fue suficiente una llamada a su asistente la noche anterior para que todo estuviera listo para un viaje a ultima hora a Japón. Ahora, él solo necesitaba esperar a que el Jet quedará listo para el despegue.

"La salida al café fue un rotundo fracaso. Queda claro, tu no puedes hacer esto por tu cuenta y yo soy tu amigo, quiero darte consejos de amor. Este viaje a Japón junto a Raven debe salir a la perfección." Jon golpeteó el amistosamente el hombro del moreno.

Debido a la fuerza sobrehumana del mitad alienigena, ese golpe fue todo, menos amistoso. Damian a veces pensaba que el chico lo hacía apropósito con el fin de molestarlo. Pero, por obvias razones de orgullo, él se reservaría en comentar como las pequeñas muestras de amistad de Jon le provocaban dolor.

"¿Cómo puedes dar consejos de algo si lo desconoces?. Tu ni siquiera puedes decirle a una granjera que te gusta."

"¡HA!. Te tengo. Esta vez no negaste que te gustará Raven. Siempre lo supe." Él chico gritó alegre mientras el ceño de Damian seguía hundiéndose en su rostro.

"No admití nada. Trataba de burlarme de ti, idiota."

"Te gusta Raven" Jon le canto con burla. "Mira, para que las cosas funcionen entre ustedes, tu debes ser mas...amable. Deberían charlar sobres sus sentimientos, menos de sus...actividades. Ya sabes, la comunicación es parte clave para una buena relación."

"Mira Jon" Damian miro de reojo al ojiazul, y le habló con toda la autoridad que un líder como él podría mostrar. "De lo dire una vez más. Este viaje no es por placer, es por trabajo. La vida de una persona corre peligro en estos momentos y yo no estoy para tus bromas."

"¡Shhh!..Ahí viene el amor de tu vida. ¡Actúa casual!"

Un fuerte codazo en sus costillas a cortesía del superchico lo hizo mirar hacia donde Raven aparecía bajando las escaleras del avión.

"¡HOLA RAE!" Jon gritó y de manera exagerada movía su mano de lado a lado para llamar la atención de la mujer hacia ellos.

"Si..seguramente eso fue muy casual." Damian murmuró amargamente por debajo de su aliento.

Los tacones de la mujer resonaban por el lugar a su paso. Damian comenzó a sentir una singularidad en su estomago al verla acercarse a ellos. Iba vestida con unos ajustados pantalones grises, una blusa negra y un sencillo saco negro; Formal como todos ellos para aparentar este vuelo como un asunto de negocios de industrias Wayne.

"Los trabajadores del aeropuerto ya se fueron. El avión esta listo para irnos." Raven observo al sonriente Jon y después a volteó a Damian con confusión reflejado en sus ojos. "¿Él esta bien?"

"Ignora su sonrisa de colegiala. Jon ya se debe ir, y nosotros también." El moreno invitó a la joven a acompañarlo de nuevo al avión, dandole la espalda al sonriente muchacho.

"Damian, aun no me dices como—"

"Adiós Jon. Cuida de los chicos y no te distraigas mucho con Kathy cuando llegue a la Torre." Damian lo interrumpió descortésmente.

Satisfecho con su comentario, siguió caminando sin mirar atrás confiando en que su amigo tomaría la indirecta y se iría de una buena vez.

"¡Bien!, ¡Me voy! ¡Mal amigo!" El grito de Jon se escuchó por todo el hangar "¡Pero recuerda mis consejos Damian!. ¡No lo vuelvas a arruinar y Hazlo funcionar esta vez!"

Damian giró su cuerpo, listo para atacar a su amigo cuando por el rabillo de su ojo notó como Jon salía a toda prisa del Hangar con una escandalosa risa.

"¡Ese tonto!"

"Pero, ¿Qué dice Jon?."

"Nada." Damian fue directo al avión ignorando la pregunta de la chica.

"¿Que le hiciste esta vez?" Raven lo reprimió.

"¿Yo?...¡Yo no le he echo nada!" Damian reprochó al ser acusado con algo tan absurdo..

"Abusas demasiado de la amabilidad de Jon."

"Él no es tan inocente como tu crees." Con los brazos cruzados y una mueca en sus labios dejó a la chica subir primero por las escaleras del jet para después seguirla no muy de cerca. "Tienes mucha fe en Jon, Raven. Te sorprendería conocer su verdadera personalidad."

Al entrar al jet pudo notar como la aeronave no era la mas lujosa o la mejor que la compañía tenía en su poder, pero igual serviría para el viaje.

Había cuatro asientos, dos en cada lado del avión que se daban de frente. Parecían cómodos, estaban separados uno del otro y tenían una mesita que era sencilla de manipular. Cerca de la cabina del piloto pudo notar un bar y a lo lejos un amplio sofa negro cerca del baño.

"Mis poderes incluyen la empatía Damian, conozco su verdadera personalidad." Raven le dijo antes de dejarse caer sobre un asiento "Jon es un buen chico. Lo dejaste con la responsabilidad de todos los chicos nuevos, tú eres el de la fe aquí."

Con Jaime y Tim ocupados con las misiones y la llegada de los nuevos reclutas le fue fácil encargarle a Jon la responsabilidad de continuar capacitando a los heroes en crecimiento. El chico era una persona fiel y responsable a pesar de ser tan tonto e ingenuo.

"Si, confío en él, pero últimamente su actitud deja mucho que desear."

"¿Se está poniendo rebelde contigo?" Raven preguntó con una sonrisa traviesa en sus labios. "Ya era hora."

"Esa Kryptonita con la que lo he expuesto todos estos años lo ha afectado demasiado, él ya no tiene remedio." Damian le dijo con humor al sentarse en el asiento opuesto a la mujer del otro lado del avión.

"O, Quizás estas celoso porque Kathy estará en la torre y acaparará toda la atención de Jon. Pobre, una chica te robará al amigo."

"No. Jon esta roto, necesito otro amigo."

"Lo adoras, acéptalo."

"Bueno...pues..no"

Ella estuvo a punto de comentar algo más cuando ambos alcanzaron a escuchar murmullos aproximándose.

"Olvidé que el vuelo iba a ser un dolor de cabeza." Raven murmuró al recargar su barbilla sobre su mano, mirando por la ventanilla a su izquierda.

Damian ya comenzaba a sentir ese dolor de cabeza al ver a Jason Todd y a Rose Wilson saliendo de la cabina de pilotos, ambos muy adentrados en su acalorada discusión como para notar la presencia de las dos aves.

"Recuerdo perfectamente ese día Rose. Se suponía que fuimos como equipo y tu me abandonaste en esa isla."

"Esa fue una misión de hace años. Madura de una vez Jason."

Dos inesperadas cargas extras para el viaje.

Jason se invitó por si mismo cuando lo escucho hablar por teléfono con su secretaria para pedir el Jet de la compañía para un vuelo de ultimo momento a Japón. Al principio Damian se negó rotundamente, más después recordó que dejar a Jason en la torre por su cuenta sería un gran factor de riesgo para todos.

La mejor opción era llevarlo consigo. Igual el forajido se había ofrecido a manejar el jet por casi todo el vuelo, sus habilidades serian útiles.

Por otro lado, la rubia sería un problema. De eso estaba seguro.

A él casi le dió un infarto al ver a Rose Wilson llegar junto a una muy descontenta Raven al aeropuerto. La mitad demonio simplemente le dijo que iría con ellos sin ninguna otra explicación. Pero para él era fácil deducir como seguro la hija de Deathstroke había utilizado el chantaje para conseguirse un viaje gratis a Japón.

"Tal vez pueda madurar cuando yo también te deje abandonada en una isla llena de asesinos y sin ningún tipo de arma. Nunca volveré a trabajar contigo."

"Hey, ¿Como es que saliste vivo de esa?." Rose preguntó con genuino interés pero sin olvidar de connotar la burla en su voz.

"Perra." El forajido gruñó.

"Gracias por el halago, me harás ruborizar." Rose le guiñó un ojo.

Antes de que Jason pudiera envolver sus manos en el cuello de la mujer, Raven interpuso una pared creada con sus poderes entre los dos.

"Si ya terminaron de discutir problemas del pasado. Necesitamos irnos." Ella les dijo.

Damian se sentía un poco decepcionado por ver el espectáculo terminar. No todos los días uno presenciaba a Jason Todd siendo humillado por alguien a su par. Pero Raven tenía razón, necesitaban irse pronto.

"No me culpes a mi Rae, Jason es quien va pilotear esta cosa. Pero prefiere estar reclamando cosas sin sentido. Esa misión paso hace años y él no era ningún inocente en ese entonces."

"Por lo menos soy leal a un compañero de equipo. Tu perra traicionera."

"Nadie te invitó a este viaje, si no te gusta que yo vaya, puedes irte. Igual eres incapaz de pilotear esta nave."

"Oh Rose Wilson, yo soy capaz de pilotear cualquier cosa. Volaría este avión con los ojos cerrados"

"Por Azar Jason...No lo hagas" Raven dijo casi como un suplicó, sabiendo bien la reputación de Red Hood. El chico era capaz de hacer eso y más.

"Rae-Rae, nunca podría en peligro la vida de la bendición de Bruce. Aun tengo que cuidar la parte de mi herencia." Jason dijo con cierta ironía antes de recargarse en la puerta de la cabina.

"Como si Padre te tuviera contemplado en la herencia."

"¿De que hablas enano?. Si yo soy el adoptado favorito."

"Pensé que Dick era el favorito" Rose añadió antes de dejarse caer en el asiento frente a la mitad demonio.

"Nadie te preguntó rubia traicionera." Jason abrió de un golpe la puerta de la cabina de control y antes de entrar les dijo " Abróchense bien los cinturones, este sera un largo vuelo."

"Que Azar se apiade de nuestras almas." Raven suspiró justo cuando los motores de la nave se encendieron.

'Que azar y todos los seres omnipotentes del universo se apiadaran de ellos' Damian pensó antes de asegurarse de que todo las medidas de seguridad estuvieran preparadas para el despegue.

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Cinco horas largas de vuelo y Damian ya comenzaba a sentir los primeros síntomas de la locura llegando a su mente.

"Este champagne está exquisito."

Y la razón de su inestabilidad mental hablaba en la forma de Rose Wilson. La chica encargada en hacerle pasar un calvario.

La rubia se la ha pasado comportándose como una niña imperativa durante todo el vuelo. Se ha levantado y sentado en su asiento unas doscientas veces, ha dado unas cuarenta vueltas por el pasillo del avión...y, gracias a ella, el bar había sido saqueado de arriba abajo.

Damian perdía poco a poco su paciencia. La idea de lanzar a Rose Wilson por la salida de emergencia comenzaba a sonar como una idea muy tentadora.

Por lo contrario, Raven era la perfecta compañera de viaje.

La mujer trajo consigo una bolsa llena de libros y pasó gran parte de su tiempo leyendo sin interrupción. Al parecer ya estaba acostumbrada a la molesta conducta de la mercenaria como para que le incomodara tanto como a Damian.

"Hmm... " Damian se quejó por segunda vez al presenciar a Rose derramando el costoso vino tinto sobre la invaluable alfombra beige del avión.

"Oopsss"

"Rose basta, o le provocaras a Damian un infarto." Raven habló con su monótona voz sin levantar su vista, demasiado cómoda en su asiento y en su lectura como para prestar verdadera atención al desorden que su querida amiga provocaba a su alrededor.

"Hablas como si fuera una mala compañía para ustedes." Rose se recargó sobre el bar con la copa tan llena que peligrosamente amenazaba derramarse de nuevo.

"Lo eres." Ambas aves dijeron en unión.

"Pues, ustedes tampoco son la mejor compañía." La rubia les contestó con un reclamo. "Gracias a su broma metí la pata con Tim. Conner habló con Tim sobre mi pequeña intervención y ahora él esta molesto conmigo."

"Le rompiste a Tim un brazo, claro que esta molesto contigo. No nos metas en tus asuntos." Raven al fin sacó su cabeza del libro en sus manos para voltear a ver a la rubia.

"Fue un accidente. Las cosas se pusieron tensas y sin querer le rompí el brazo. ¡Pero fue por culpa de ustedes dos!...Tim me odia."

"Me parece un castigo razonable por todas tus molestias contra el universo Wilson." Damian trató de reprimir su sonrisa. Fue imposible. ¿Como no sonreír cuando el Karma por fin le cobraba las facturas vencidas a Rose?.

"Ríete todo lo que quieras Nightwing...pero ustedes dos me van a pagar esto de alguna forma." Rose se terminó su bebida y con la copa vacía los señaló a ambos. "Solo esperen el golpe pajaritos."

Sin previo aviso, la voz de Jason se escuchó a través de los parlantes del avión, capturando de inmediato la atención de los tres pasajeros.

"Demonio y chicas, se que se la están pasando de bomba en su vuelo manejado por el gran Jason Todd, pero seriamente..¡Necesito un maldito copiloto aquí!. Cualquiera es bienvenido a mi cabina.. ¡Todos menos Rose Wilson!"

"¡Oh!, Miren eso, me están hablando." Rose dio un salto lejos del bar.

"Específicamente dijo que no te quería a ti"

"Estoy aburrida y harta de la presencia de ustedes dos."

"Van a estrellar el avión." Raven dijo inmediatamente después de que la puerta de la cabina de controles se cerrará detrás de Rose Wilson.

"Suerte que te tengo como salvavidas si pasa eso. Un chasquido de tus dedos y estaré en la comodidad de mi hogar.

Raven negó con la cabeza pero aun así él logró escuchar la pequeña risa saliendo de su boca antes de regresar su atención a ese libro en sus manos.

¿Cuantos libros habrá leído ya?. Después de tantas horas ella ya debería estar cansada de tanto leer.

Damian admitiría sentir celos de todos esos libros tomando todo el tiempo de la mitad demonio. Realmente le gustaría ver a la chica prestarle un poco mas de atención.

"¿Donde esta Titus?" Lanzó la pregunta al aire con la intensión de iniciar una conversación con ella, siendo su mascota el primer tema de conversación que se le vino a la mente.

"Ya te lo dije. Lo dejé en la torre con el equipo de Jon. Cuidar de el ayudará a esos niños a ser mas responsables."

"Titus amará la atención de los niños."

"Seguro lo hará." Ella dijo con afecto, pero aún continuaba sin levantar la vista de su libro.

¿Que tanto tenían esos malditos libros?. Ayer ella estaba muy interesada en pasar tiempo juntos y hoy ni siquiera se dignaba a llevar con él una sencilla conversación.

Quizás a ella le interesaba otro tema de conversación, o aun mejor, otro tipo de ¿Actividad?. Tal vez si la invitaba a darle una visita al baño y él se agachaba hasta ocupar un lugar entres sus fuertes piernas, ella al fin le pondría algo de atención.

¿Pero en que diablos pensaba?...Era definitivo, estaba perdiendo la cordura.

Por que, la idea de usar su lengua para probarla a 52.000 pies de altura sobre el nivel del mar, encerrados en el baño del jet sonaba como una fantástica idea. Con eso seguramente ambos podrían matar un buen tiempo arriba de esta nave.

El corazón del ex asesino dió un salto de emoción al notar como las piernas de Raven se cerraron juntas después de su perverso pensamiento.

"Ni siquiera lo pienses Damian Wayne."

Raven trató de adentrarse más a su lectura, casi metiendo su cabeza a las paginas del libro pero Damian sabia muy bien que ella estaba lejos de comprender lo que las palabras escritas en esas hojas significaban en estos momentos.

"¿Qué?" La voz de Damian sonaba seca, su boca necesitaba beber algo con urgencia.

"Tu sabes ...te estás proyectando. Puedo sentir tus emociones."

Ella sabía lo que Damian tenía en mente. Pero por alguna razón la mente del hombre no procesaba su petición.

"No se de que hablas."

Era difícil no dejarse envolver por este tipo de pensamientos cuando ella estuvo jugando con sus deseos por casi un mes.

Un mes viviendo con una candente fervor dentro de sus pantalones gracias ella. Obviamente pensar en como ella se vería esparcida sin ninguna prenda sobre la pequeña mesa de su asiento mientras la hacia suya era muy sencillo para él.

"Detén tus pensamientos Damian Wayne. Eso no va a pasar en un avión." Raven cerró de golpe el libro y le lanzo una mirada tan helada que casi borraba esas fantasias de la mente del chico.

El marcado rubor en sus mejillas era tan intenso como el del brillo en sus ojos. La bruja estaba molesta.

Esa fue alerta suficiente para Damian, él no quería seguir empujando su suerte con la mitad demonio, mucho menos cuando sus poderes podían descontrolarse con su ira y destruir la nave en la cual viajaban con un movimiento de sus muñecas.

Damian gruñó por debajo de su aliento en protesta, se estiró en su silla en un intento de acomodar sus pantalones, inesperadamente comenzaron a sentirse muy apretados e incomodos en el area de su entrepierna.

"Enfoca tu mente en otra cosa chico maravilla, seguro hay cosas mas importantes en las cuales pensar." Raven rodó sus ojos y continuó su lectura.

El rubor en sus mejillas se negaban a desaparecer pero ella había bateado a seguirle el juego. Damian necesitaba enfocar su mente en algo más.

La noche anterior fue desastrosa, entre sus preocupaciones y los pendientes del torre, él tuvo poco tiempo para pensar en un plan.

Seguiría el consejo de la mujer, pensaría en un plan para encontrar a Maps y dejaría de pensar de una buena vez en como le gustaría intercambiar su vida por la de ese maldito libro en las manos de Raven.

Le gustaría saber que maravillas podrían hacer esas delicadas manos con su cuerpo...

'Diablos, no otra vez...' Damian pensó avergonzado.

Esto era malo.

Debía distraerse primero, tomar un nuevo enfoque le ayudaría a desaparecer todas esas fantasias de su cabeza.

Sin decir palabra alguna, Damian se levantó de su asiento y se sentó en el antiguo lugar de Rose, justo frente a Raven. Ella se mantuvo atenta a él, su cuerpo se tenso y sus ojos se afilaron para atacarlo.

Los labios de la mujer se partieron, preparada para hablar seriamente con él sobre las consecuencias de sus deseos, pero, antes de que eso ocurriera, Damian tomo un libro de los tantos regados alrededor de ella y se lo mostró como una señal de paz. Las únicas intenciones de su cercanía eran las de leer un libro y nada más.

"¿Orgullo y prejuicio?" Raven miró con cierta desconfianza al titulo en las manos del chico.

Bien, él no leyó el titulo del libro antes de tomarlo. Ahora estaba atrapado con el libro de romance mas popular de la historia. Ciertamente ese tema no era su estilo.

"Bueno, si" Damian tosió las palabras, pero logro pronto recuperar la confianza en su voz. No le daría el gusto de atraparlo en su error por andar de distraído. "Una obra clásica. Los personajes de Elizabeth y el Señor Darcy son perfiles interesantes de leer."

"Ah...ya veo...Cuando termines te puede interesar también Mujercitas, lo traje conmigo."

"Ríete todo lo que quieras, pero Louisa May Alcott tiene una escritura muy innovadora. Mujercitas es entretenida y muestra a la perfección el contexto histórico de su época...Una lectura bastante revolucionaria."

"Si, claro."

Damian sabia que él ganó la batalla cuando la chica frunció el ceño y le entregó otro libro.

Después de su pequeña victoria, la sonrisa en su rostro se quedo pintada por las siguientes dos horas.

Abandonó la lectura justo cuando Rose regresó de la cabina para anunciarle que tomaría una siesta en el sofa, por lo tanto, Jason necesitaría un acompañante nuevo; Damian.

Sorprendentemente, la escritura de Jane Austen le fue de gran ayuda y logro despejar su mente lo suficiente como para ayudarle a crear un plan de acción.

"Recién aterricemos tu y yo iremos a la casa de Maps."

"¿Rose y Jason irán con nosotros?"

Raven también había olvidando la lectura, su saco negro estaba tendido sobre sus piernas como una improvisada frazada y con calma tomaba sorbos a una taza de te.

Con las luces internas de la aeronave casi por completo apagadas ella se encargo de transformar su asiento en una pequeña cama con el fin de tomar un pequeño descanso.

"Los enviaré a la mansión con nuestro equipaje. Ellos no son una prioridad para mi en este viaje, pueden hacer lo que quieran."

"¿A la mansión?" Ella bufó divertida. "Sabes que..ni siquiera me sorprende que tengas una mansión en Tokio."

"En realidad era un castillo. Ha pertenecido en la familia Wayne desde hace muchos años."

"Y era un castillo...solo los Waynes pueden darse esos gustos" Raven de nuevo resoplo con ironía, seguramente pensando lo absurdo que sonaba todo.

Damian miró el cielo oscuro por su ventanilla una ultima vez antes de levantarse. Se acercó al asiento de Raven y saco del compartimiento bajo a la mesa una frazada negra con el logotipo de industria Wayne. Él se lo ofreció a la mujer y como intercambio, recibió un gracias y una taza de té sucia.

"Como sea..." Damian observó curioso, con una ceja alzada a la nueva taza en sus manos y después le echó un vistazo a la mujer recostada sobre su improvisada cama, ya envuelta en la frazada. "Maps vive en Shibuya, iremos a su casa como dos investigadores. Es mejor actuar de manera directa, será más eficiente obtener información de los familiares de Maps de esa forma."

"¿Ese es tu plan?. ¿Dos extrajeron mostrándose en la puerta de tu casa para investigar sobre tu esposa recién desaparecida? Suena demasiado extraño. Su esposo va a sospechar."

"Esposa." Él la corrigió.

"¿Esposa?" Raven preguntó con interés "¿Se casó con una mujer en Japón?. Pensé que eso era ilegal."

"Se casaron en Francia, celebraron en Japón."

"Y decidieron quedarse a vivir en un país tan tradicional como lo es Japón" Raven dijo impresionada, acomodándose más sobre su silla. "Va en contra de las normas sociales. A Rose le caerá bien Maps"

"Maps siempre fue muy.... intensa." Damian inconscientemente sonrío al recuerdo de su amiga de la niñez."Si supieras todo los problemas en los que me metió apenas la conocí. Es una persona sorprendente."

También era una chica ordinaria, no entendía porque alguien quisiera hacerle un daño.

"Cuando la encontremos espero que me cuenten todo sobre sus aventuras"

El calor en su voz lo hizo sentirse bien por unos segundos , ver a Raven tan relajada por su lado le causaba una paz, pero todo eso desapareció cuando ella volvió a abrir su boca.

"Pero...creo que tu plan es muy malo. Levantara sospechas, no va a funcionar."

"La familia de Maps no lo cuestionará. Les importa recibir ayuda y nada más."

"Tengo una mejor idea."

"No, iremos con mi plan." Damian se alejó de ella con pasos largos hasta llegar al bar del avión donde abandonó la taza sucia. "Créeme tengo bastante experiencia con este tipo de trabajos. Recabar información es mi especialidad. Va a funcionar."

"Si tú lo dices" Raven contestó más no sonaba muy convencida.

"Dudas de mi."

"De ti no, de tu plan si. Es muy malo."

Raven era la única persona que sabia como llevarlo a las nubes para después dejarlo caer sin piedad como un saco de papas a la tierra. Se atrevía a dudar de sus habilidades como detective.

Le iba a demostrar cuan equivocada estaba.

"Te lo aseguro Roth. Mi plan funcionará."

Ojalá sus palabras en ese entonces se hubieran convertido en realidad

Llegaron a Tokio a tiempo, justo como Damian lo había previsto. El desembarco y la documentación al llegar al país fueron procesos rápidos.

Todo iba acorde a sus planes.

Se despidieron de Rose y Jason en el aeropuerto, quienes sorprendentemente aun seguían sin matarse entre ellos, mientras las dos aves se dirigieron directamente al distrito de Shibuya.

Él conseguiría toda la información que necesitaban de los familiares de Maps y, Raven lamentaría haber dudado de sus habilidades de detective.

Nada arruinaría su plan.

Desafortunadamente, la prosperidad de su plan se fue en picada cuando al llegar al hogar de Maps fueron recibidos por una, para nada amable y ni cooperativa, Olive Silverlock.

Damian reconoció de inmediato a la mujer de los ojos rojos y cabello blanco que les abrió la puerta. Olive Silverlock, una compañera más de la Academia de Gotham, gran amiga para Maps y su actual esposa.

Fue toda una fortuna que ella no lo reconociera del todo cuando él se atrevió a introducirse como un investigador especializado en secuestros. Pero Olive sospechó de ellos incluso antes de que Raven tuviera la oportunidad de presentarse.

La mujer de ojos rojos los amenazó con llamar a las autoridades si no revelaban sus verdaderas intenciones. Para la suerte de Nightwing, Raven supo como zafarlos de la indecorosa situación sin llegar a involucrar a la policía de la ciudad.

En pocas palabras; El plan de Damian falló horriblemente.

Olive Silverlock era tan paranoica como cualquier ciudadano originario de Gotham. Ese fue un detalle muy importante y él lo dejo pasar.

Ha estado muy distraído estos últimos días, su mente no funcionaba adecuadamente. Y, la culpable de ese problema en especifico, caminaba por su lado con una sonrisa tan malévola que casi la escuchaba diciéndole; 'te lo dije'.

Y él no necesito esperar mucho tiempo para que eso se volvería una realidad.

"Te dije lo dije, tu plan era malo." Ella le dijo.

Obviamente Raven nunca dejaría pasar la oportunidad de reprocharle en su cara como esas habilidades que tanto presumió terminaron siendo un desastre.

"Siempre ha funcionado."

"Bueno, esta vez no lo hizo." Raven lo detuvo del brazo en medio de las calles de Shibuya cuando él quizo acelerar el paso para dejarla atrás. "Ella quizo reconocerte, lo note en su mirada. ¿La conoces?."

El cruzo sus brazos irritado, odiaba cuando las cosas no salían como las planeaba y mucho mas, odiaba reconocer que todo este tiempo Raven tuvo razón.

Subestimó la situación. Olvidó como Olive y maps fundaron juntas el club del detective años atrás en la Academia de Gotham. Olive, igual que maps, amaba indagar. La mujer desarrollo algunas habilidades gracias a ese club, obviamente cuestionaría las intenciones de dos extranjeros apareciendo de la nada en la puerta de su casa para 'ayudar'.

Datos importantes que ignoró gracias a que sus pensamientos volaban hacia un interés totalmente distinto. Su falta de concentración y seriedad arruinaron por completo esta misión.

"Su nombre es Olive SIlverlock, también fue una alumna de la academia de Gotham. No la conozco del todo pero siempre fue muy unida a Maps."

'Tan unidas que terminaron casándose' Damian terminó pensando.

"Pusiste la misión en peligro Damian, la esposa de Maps pudo reconocerte. Ademas...Tiene poderes"

"Lo se."

Damian apartó a la mujer del camino y continuó caminando, ya no quería seguir escuchándola.

Por que si, era verdad. Olive tenía poderes, tenia la habilidad de controlar el fuego. Obviamente ese detalle no se le escapó al hocus pocus de la mitad demonio. Pero a él si.

"¿Lo sabía y aun así procediste con ese plan?"

"Olvidé que ella tenia poderes, no la conozco del todo."

"Imposible...¿No investigaste el caso antes de venir?."

"Cometí un error. No es la gran cosa." Él continuo caminando con sus puños cerrados.

"Pero, tu nunca haces eso."

"Siempre hay una primera vez."

"Cometiste varios errores, tu mente esta en otro lado."

No importaba cuanto acelerara su paso, Raven simplemente no dejaba en paz la conversión.

"Estoy bien" Damian dijo atreves de sus dientes.

"Estas muy distraído últimamente Damian. ¿Porque?."

"Es tu culpa" Él confesó antes de que su razonamiento pudiera detenerlo.

Fue un desliz haberle confesado a la mujer esas palabras, pero ella lo había presionarlo hasta sacarlo de su boca.

"¿Mi culpa?" Ella se escuchó ofendida ante la acusación.

"Tu culpa." Damian nuevamente le recalcó con un bajo gruñido.

"¿Como puedo yo ser la culpable?."

Él alcanzaba a escuchar los apresurados pasos de Raven tratando de alcanzarlo, pero él nunca disminuyo su paso. Quería llegar de una vez por todas al restaurante donde Jason y Rose los estaban esperando.

"Tal vez porque siempre estas jugando conmigo."

"...¿Esto es por lo del avión?" Raven le pregunto con fastidio, su voz sonando como si le faltara el aire. Perseguirlo por el camino empinado la estaba agotando.

"No es por eso, y necesitas mas entrenamiento. Suenas como si estuvieras muriendo."

"Trata de caminar con tacones por una colina. " Ella respingo en un grito "Y....¡No puedes culparme por tu falta de concentración!. Claramente eso es culpa tuya, aprende a controlar tus..deseos."

"Tengo control, ¿Esta bien?" Damian giro hacia ella furioso, apuntando a ella con su dedo continuó. "¡Pero tu!..sabes bien que esto es tu culpa. Te encanta sobrepasar los limite. Tu, pequeña bruja, haz jugado conmigo demasiado tiempo...Pero eso va a cambiar pronto."

"Eso suena como una amenaza."

"Puede ser."

Raven por fin logro alcanzarle el paso, se detuvo cerca de él con los brazos cruzados, su pecho se movía arriba abajo trancado de atrapar su aliento. Se miraba tan elegante y peligrosa como un gato oscuro en medio de un callejón. Analizando su territorio con inteligencia y cautela.

De un momento una pilla sonrisa aprecio en su rostro.

Damian sabia reconocer esa mueca...él estaba en problemas.

"Tomaría en serio tu amenaza si tan solo no supiera cual es tu debilidad" Raven cerró la distancia entre ellos, coloco sus manos sobre el pecho de Damian y las deslizó por la tela de su traje hasta llegar a un sitio muy conflictivo de su cuerpo. "A Damian Junior le gusta mucho la atención."

Con la boca abierta, Damian sintió vergüenza y nervio al mismo tiempo al sentir la ligera calidez de las manos de la joven sobre su cuerpo.

Un descarado toqueteo en medio de la vía publica, ella estaba loca. Mas su teoría estaba lejos de ser errónea, su Damian Junior claramente amaba la atención.

Él pestañeo unas cuantas veces antes de recuperar su cordura, con un manotazo alejó esas traviesas manos lejos de su cuerpo ganado con ello un sonido lo que parecía estar entre un grito de dolor y una hilarante carcajada de ella.

"No me toques." Damian se acomodó su elegante traje y caminó con las manos dentro las bolsas de sus pantalones sin importarle si ella lo seguía.

Raven podía divertirse todo lo que quisiera humillándolo, pero él necesitaba seguir pensando en Maps. En otro momento pensara como hacerle pagar a la nieta del diablo todas sus malas jugadas.

"Necesitamos otro plan."

"Obviamente, viendo como el tuyo no funcionó."

"Solo dime cual era tu plan Bruja." Él dijo con los labios entre cerrados, aun molesto por el fracaso de su propia idea.

Raven esta vez lo rebaso, caminaba orgullosamente frente a él y mantenía su distancia donde pudiera escucharla. Sus pasos eran ligeros y la manera en la que movía sus caderas al andar iba mas allá de lo hipnotizante.

Pero no lo noto...claro que no...Damian estaba ocupado pensando sobre el rescate de Maps y para nada en la manera en que esas caderas lo invitaban a recorrer sus manos sobre ellas.

"A diferencia de ti, Detective. Yo no necesito recabar información. Solo realizo mi hechizo en un cuarto donde maps haya estado por mucho tiempo. Rastreando su aura la encontramos a ella con sus captores. Así de fácil y sin necesidad de involucrar a testigos."

"Para hacer eso debes entrar a la casa, ¿Como planeas hacer eso?" Él Preguntó con seriedad pero sin desquitar sus ojos de esas caderas.

La verdad es que Raven tenia unas piernas muy bonitas, se veía muy bien con esos pantalones grises y su blusa negra. No caería en su juego ni se dejaría humillar...pero, Aun podia mirar sin la necesidad de tocar, ¿Verdad?.

"Entramos a la casa, encontramos la habitación donde duerme, y tu te encargas de vigilar mientras yo hago el trabajo duro."

"Ese plan es peor." Él bufo molesto. En realidad, la idea de Raven sonaba como un buen plan, él solo inventaba excusas para poder salvar un poco de su ego. "No me convence, ¿Que tal si Olive o alguien mas esta en la casa cuando tu quieras entrar?. Te recuerdo que la esposa de Maps ya sospecha de nosotros"

"Si, y eso es totalmente tu culpa" Ella bufó en regreso "Pero no nos vera. Rose y Jason se aseguraran de eso"

"No quiero ni preguntar que significa eso."

"Significa una cosa; será mejor plan que el tuyo Damian."

Sin darse cuenta, ambos llegaron al restaurante tradicional donde Rose y Jason los había citado.

Damian abrió la puerta para su compañera quien al entrar rápidamente localizó la mesa en donde los dos mercenarios llamaban su atención con gritos invitándolos a sentarse. Debía agradecer que Tokio fuera una ciudad acostumbrada a los turistas escandalosos, esos dos juntos eran una bomba de tiempo.

Varios platos de dumpling vegetarianos después, Damian se encontró con el estomago lleno y sentado frente a una molesta Raven, quien era atosigada por una insiste mujer rubia.

El aburrimiento y Rose Wilson eran dos cosas que no se podían mezclar.

La cena había terminado, pero la joven insistía a su amiga a jugar con ella antes de retirarse a dormir. Al parecer quería divertirse a expensas de la mitad demonio.

"¿A que le tienes tanto miedo?. ¡Hazlo!" Rose gritaba a la otra mujer.

"No le tengo miedo a nada, pero tus 'juegos' son estupidos."

"Esto se va a poner entretenido" Jason murmuró en su botella de cerveza, divertido por el intercambio entre las dos mujeres.

Solo a Rose se le ocurría invitar a Raven a una competencia por ver quien bebía la mayor cantidad de Sake. Damian únicamente podía esperar un desastre como resultado de todo esto.

"Pfff...Gallina." La rubia escupió haciendo reír al forajido.

"Eres una tramposa Rose. No lo haré." Raven negó de nuevo, pero el tic de su ceja dejaba en evidencia lo frustrada que se encontraba.

"La excusa perfecta de una perdedora."

"No caeré en tu juego Rose."

El vaivén entre ellas murió por unos segundos.

Bien, eso fue todo.

Lo menos que necesitaba era a una asesina y a una mitad demonio alcoholizadas en las calles de Tokio.

Damian pediría la cuenta, era mejor irse pronto. Pero su intento por llamar la atención del mesero murió cuando Rose decidió hablar, tensando el ambiente entre las dos mujeres una vez mas.

"Si pierdo podrás elegir un castigo para mi. Cualquier cosa." Rose dijo al relajarse sobre su silla.

"¿Cualquier cosa?" La mitad demonio preguntó con interés a lo cual la otra chica cabeceó. "¿Y si pierdo que pasa?"

"Kory te diseñará un nuevo uniforme que deberás usar por tres meses."

"¿Ese es tu castigo?"

"Solo eso, Rae."

"'¡Acepta Rae!" Jason gritó, alentando a la mitad demonio. "No tienes mucho por perder"

Damian notaba el interés brillando en los ojos de Raven, realmente estaba considerando aceptar la tonta apuesta.

Algo mal andaba aquí, él lo podía percibir. Era momento para entrometerse y salvar a su amiga de tomar una mala decisión.

"Raven, no creo que esto sea buena idea, necesitas estar concentrada para mañana y—-"

"Shh...Tu no eres mi jefe." Ella lo cayo en un instante.

Él se quedo molesto con los brazos cruzados en su asiento.

"Cobarde" Jason le murmuró desde el otro lado de la mesa, burlándose a cuenta suya.

"¿Entonces Rae?.La primera en caer pierde. ¿Aceptas?"

"Acepto" Raven dijo y con un firme apretón de manos las dos mujeres cerraron el trato.

Jason gritó emocionado, pidió al mesero más cercano limpiar la mesa y traer varias botellas del mejor Sake para las damas.

Damian siguió en silencio, viendo botellas y botellas del alcohol japonés llegando a la mesa sin poder oponerse. Pues, no quería ser otra vez el objetivo de la ira de la mitad demonio.

Rose se miraba muy tranquila, mientras Raven parecía muy segura de si misma.

Raven era mala para contener su alcohol, el viaje a Las Vegas se lo dejo mas que claro. El aburrimiento mezclándose con Rose era malo, pero, el alcohol mezclándose con Raven era una combinación todavía peor.

Esto iba a terminar mal para todos. Bueno, quizás no para Jason, quien estaba entretenido mirando como las mujeres tragaban vaso tras vaso de ese alcohol japonés.

"Deja que se diviertan." El dueño del manto de Red Hood le susurro cuando las chicas comenzaron su sexta ronda. "Raven trabaja duro, un minuto de diversion sin sentido le hará bien."

A Damian no le quedo otra opción mas que ser un espectador mas.

Botellas vacías se iban y otras mas llegaban conforme la batalla seguía.

Rose continuaba muy serena sin ninguna muestra de debilidad. Por otro lado el alcohol comenzaba hacerse notar en las mejillas coloradas de Raven. Pronto iba a llegar a su limite.

"Raven, ya tomaste suficiente" Damian se atrevió a decir, quería parar esta barbaridad. "Necesitas descansar. Te llevare a la mansión"

Ella miro su vaso por un tiempo, como si intentara recapacitar sus opciones. ¿Irse, quedarse?.

Cuando Raven ya no dijo nada, Damian llamó la atención del mesero para pedir la cuenta.

"Te recuerdo, a Kory le encanta mostrar mucha piel. Ya quiero verte con tu nuevo atuendo. Serán unos tres meses muy divertidos, perdedora." Rose sonrío provocando a la mitad demonio con otro trago de Sake.

Esa mínima provocación fue suficiente para que cuatro botellas nuevas de alcohol llegaran a la mesa.

La absurda contienda tuvo su final en el momento en cual Raven quedó rendida sobre la mesa del restaurante. Un resultado evidente para todos menos para aquella mujer incapaz de tomar otra gota de alcohol sobre el inmueble de madera.

"Vaya pajarito, si sabes como divertirte. ¿Quieres otra?"

"Callate Jason" La mujer murmuró en su propia desdicha.

"Eso le enseñara a no seguir molestándome." Rose se levanto llevándose del brazo a Jason con ella "Vamos rojo, estoy tan ebria que puedo disfrutar tu compañía."

"Hiciste trampa" Raven trato de levantarse también, mas lo único que consiguió fue golpear sus piernas contra la mesa.

"Siempre hago trampa bebé. Diviértete con esa resaca. Damian, paga la cuenta y te quedas cuidando a la ebria" La rubia lo señalo, rió y se tomo su ultimo trago de sake antes de irse junto al forajido.

"Eso fue estupido Raven" Damian le dijo a la mujer sosteniendo su cabeza con fuerza sobre la mesa.

Raven murmuró en la mesa incompresibles palabras.

"Traté de advertirlo muchas veces, pero tu nunca me escuchas Roth."

"¡Solo paga la maldita cuenta Damian!"

Damian saco su cartera, unos cuantos billetes cayeron a la mesa, los suficiente y más para pagar sus consumos. Ni loco esperaría al mesero en traerles la cuenta. Eso solo era una distracción y él necesitaba llevar a Raven con urgencia a un lugar donde no pudiera hacer estragos con su magia.

——————————————————

Finalmente, un momento para Damian Wayne.

Estaba completamente solo; Jason y Rose habían salido a recorrer las calles niponesas desde hace rato, mientras Raven ya se encontraba en su propia habitación durmiendo gracias a todo el alcohol en su cuerpo.

Él aprovecharía el silencio y la paz para relajarse.

Y si algo tenia de bueno la casa de sus bisabuelos era la habitación principal. Una habitación tan espaciosa y tradicional que tenia su propio jardín japonés privado, pero eso no era lo mejor. Lo mejor era el Onsen ubicado en el jardín; una especie de piscina de aguas termales construida con piedras volcánicas. Él, por ningún motivo dejaría pasar la oportunidad de darse un baño.

Damian se desvistió y dejó que su cuerpo disfrutara de la calidez de las aguas termales. La alta temperatura del agua ayudaba a liberar la tensión de sus músculos mientras el ambiente lleno de vegetación a su alrededor ayudaban a su mente a despejarse.

Se sentía un poco culpable por estar disfrutando este momento cuando su amiga de la infancia aun se encontraba desaparecida. Lo peor era que él no podía hacer nada hasta mañana cuando Raven usara sus poderes para encontrarla.

Un frustrado gruñido salió de sus labios al sentir como el agua no era lo suficiente relajante como para hacerle olvidar a la Bruja.

Ahora, sin querer, pensaba en Raven.

¿Que habría pasado ayer entre ellos si el problema de Maps no hubiera aparecido de la nada?

Las posibilidades a esa respuesta parecían infinitas...

Molesto, Damian golpeó el agua con su brazo.

Eso fue todo, la culpa y sus insistentes pensamientos sobre Raven arruinaron su tiempo de relajación.

Sin más, el hombre decidió tomar la toalla que había puesto sobre la orilla con anterioridad para envolvérsela sobre sus caderas al salir del agua. El aire frío del jardín toco su cuerpo, haciendo que su piel se erizará cuando el se agacho a recoger su teléfono del suelo.

"¿Acabas de tomar un baño?"

La voz de Raven llegando a sus oídos, fue algo inesperado puesto que la mujer supuestamente debería estar en su propia habitación durmiendo. Tal vez solo alucinaba. Olvidando el teléfono en el suelo, su cuerpo volvió a erguirse para voltear hacia la puerta del Jardín.

No alucinaba, ahi estaba ella bajo el umbral de la puerta, descalza, con su blusa y sus pantalones formales totalmente arrugados.

"¿Como entraste?."

Damian recordaba perfectamente haber dejado con llave la puerta de la entrada.

"Sinceramente..." Ella dijo mordiéndose los labios "No tengo ni la menor idea."

"Estás ebria." Él concluyó a verla tan risueña.

Damian siguió sus ojos amatista enfocados sobre la toalla blanca envuelta en sus caderas. No sintió pena puesto que ella lo había visto mas de una vez con mucho menos ropa.

"¿Y de quién es la culpa?.... Debiste de haberme detenido. Rose hace trampa." Ella le contestó con un puchero al acercarse con tambaleantes pasos a él.

"Lo intenté, muchas veces..pero una vez que una idea entra en tu cabeza no hay quien te la quite."

"Esa soy yo... Aww me conoces tan bien."

De un momento a otro el cuerpo de ella cayo sobre el suyo, él casi dejo caer su toalla cuando lo atrapo en un abrazo. El cuerpo de Raven parecía estar hecho de gelatina, y Damian intentaba con todas sus fuerzas evitar que ella cayera al suelo.

El alcohol la había dejado demasiado relajada.

"Parate Raven."

"Eres un buen amigo" Ella le dijo distraídamente mientras uno de sus dedos jugueteaba con su nariz.

El hombre arrugo la nariz al oler el alcohol en el aliento de su amiga.

"Estas muy ebria, te llevaré a tu habitación" Él intento ponerla sobre sus dos pies, pero ella se lo impedía.

A él se le comenzaba complicar mantener el cuerpo de la chica erguido y también perseverar su agarre en la toalla sobre sus caderas.

"No quiero ir a mi habitación, estaba tan sola ahi..." Ella gimoteó envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, prácticamente colgado de él. Él la sostuvo de la cintura mirando como una mala idea se formaba en sus ojos nublados en alcohol. "Y tu estas también solo...aquí...usando una toalla."

"Raven...Cualquier cosa que estes pensado, olvídalo."

"¡¿Que es eso!?" La figura de Raven volvió a tener fuerza propia cuando su atención se puso en algo detrás del hombro de Damian. Sus ojos se abrieron de par en par y se empujó de un golpe para pararse. "Bastardo egoísta, tomaste la mejor habitación para ti. ¡Tienes una piscina privada en tu cuarto!"

Ella lo dejo atrás y comenzó a caminar de manera desorientada hacia donde las aguas termales se encontraban. Raven se paro sobre la orilla de las escaleras del Osen reconsiderado sus opciones.

Damian ya sabia como esto iba terminar. ¡¿Porque el destino le enviaba mas problemas?!

"Esa no es una piscina Raven..¡Raven!"

Trató de advertirle, pero el sonido de un gran salpicado de agua cortó todas sus intensiones. Su temor se convirtió en realidad y ahora observaba a Raven sumergida en el agua vestida formalmente.

"¡Esta caliente... muy caliente!, ¡¿Por que esta tan caliente?!"

"Son aguas termales tonta. Sal de ahí."

Ella opto por ignorarlo, con sus manos comenzó a crear pequeñas ondas con el agua, atenta al movimiento sin tener intensión alguna de salir. Su blusa negra se aferraba a su cuerpo como una segunda piel y pequeñas manchas negras comenzaba a pintar el clara agua.

"Raven. Sal de una buena vez". Él le volvió a insistir, esta vez con más autoridad en su voz. "Tu ropa se esta destiñendo, se supone que no debes entrar con ropa ahi. Estas contaminando el agua."

La regañó como si ella fuese una niña traviesa, esperándola a que saliera a unos cuantos pasos de las escaleras hechas con piedras a la orilla del Onsen.

"Entiendo......" Raven le contestó con una suave voz sin todavía moverse siquiera un centímetro de donde estaba parada.

Damian restregó su mano libre sobre su rostro, una tonta manera en la cual intentaba retener su paciencia dentro de su cuerpo.

No funcionó.

Él espero, y esperó pero Raven nunca se movió. Estaba ahí, en el mismo lugar jugueteando con el agua e ignorado todo a su alrededor. A ella parecía importarle poco como su blusa negra se desteñía en el agua gracias a la temperatura del agua.

Entonces, la tensión regresó al cuerpo de Damian Wayne, golpeándolo como un rayo de luz al presenciar lo que ocurría frente a sus ojos.

"¡Raven!, ¿Qué Diablos estas haciendo?!."

La mencionada se sobresaltó con su grito, pero ni siquiera el salto que dio la hizo detener su actividad.

"Me quito la ropa. El agua se esta arruinando, lo acabas de decir."

"Se lo que dije" Damian alcanzó a mover su cabeza a un lado, esquivando a tiempo el pantalón gris de la chica viniendo hacia a él como un proyectil. "Pero necesito que salgas de ahí"

"No."

Raven le dio la espalda, enfocada a continuar desprendiéndose de sus prendas sin pena alguna.

La ropa de la chica volaba, cayendo por todas las direcciones en los jardines.

Lo único que Damian podía hacer era sostener con mas fuerza la toalla cubriéndolo...Canalizaría sus ganas de entrar al agua y hacer que ella saliera de una buena vez.

El lugar donde ella se encontraba parada era profundo, por lo cual él solo podía mirar parte de su espalda desnuda. Una buena noticia para él y su compostura.

No necesitaba al mismo infierno tentándolo.

Desafortunadamente para él, los cielos se habían unido al infierno el día de hoy para hacerle perder esa compostura cuando unos diminutos panties negros lograron caer sobre su hombro.

Tomó la delicada prenda, observando como el suave encaje sobresalía entre sus ásperos dedos. Echó una mirada a la chica que aun le daba la espalda en el agua, actuando como si todo esto fuera normal.

Oh, pero Damian la conocía muy bien, esto no era mera casualidad. Ella de seguro lo hacia a propósito.

No caería en sus juegos de nuevo.

Si las palabras no la hacían entrar en razón entonces él tendría que usar la fuerza bruta a su favor. La haría salir de esa agua y la enviaría a su habitación antes de darle la oportunidad de oponerse.

Con su mano aun segura sobre la toalla el hombre entró decidido a las tibias aguas con pasos seguros hasta llegar a ella.

"Será mejor que te vayas a tu habitación Raven."

Él intentó tomarla por el brazo, pero ella logro sacarse de su agarre con facilidad.

"No seas egoísta, ¡Préstame tu piscina de nudistas!"

"¡Raven!"

"Tu ya nadaste, déjame a mi también relajarme." Ella nadó lejos de él sin darle un segundo vistazo.

Damian respiró, exhalo. Volvió a respirar y volvió a exhalar, calmando sus nervios mientras la veía escapar de él.

Ella nadó hasta llegar a la orilla donde se sentó sobre las piedras que servían como descanso sin la necesidad de tener que salir del agua.

La observó por un tiempo sin realmente saber que hacer con ella.

Raven seguía sentada sobre las piedras en silencio, metía sus brazos al agua y al sacarlos se quedaba fascinada viendo como las gotas recorrían por su piel.

Ella estaba genuinamente ebria y en realidad parecía estar disfrutando del agua. Mientras él se comportaba como un paranoico, Raven no intentaba nada con él.

Quizás no seria mala idea dejarla disfrutar un poco de las aguas termales, después de todo, como Jason le dijo, ella también trabajaba duro.

Estaba decidido, él la iba a dejar ser unos minutos.

Damian se sentó en las piedras cerca de las escaleras, una distancia adecuada entre ella y la salida. Un punto especifico para ayudarla en caso de que fuera necesario o de tener una salida express si las cosas se volvían turbias para él.

Un tiempo mas en el agua a él le servirían para volver a relajarse, estaba muy tenso por todo lo que ocurría en su vida; la torre, su familia, los titanes, sus amigos, la mitad demonio. Problemas y mas problemas.

Abandonó su toalla mojada en el pasto detrás de él. Carecía de utilidad y no es como si Raven no lo hubiera visto antes sin nada sobre él.

Dio un ultimo vistazo a su acompañante, ella tenia los ojos cerrados y parecía meditar en silencio. Él copiaría su postura. Meditar, mientras su cuerpo se relajaba le ayudaría a que sus ideas fluyeran mejor en su cerebro.

Se preguntaba si la situación de Maps tenia que ver con su esposa. Olive tenia poderes y era la hija de una villana, muchas cosas podría salir mal con esas cualidades. La madre de Olive podría tener viejos enemigos que ahora buscaba vengarse de su progenitora y, ¿Cual era la mejor venganza?; amenazarla con uno de sus seres queridos.

El caso rodeando a su amiga era bastante extraño. Según los reportes de la comisaría japonesa alguien había secuestrado a Maps, pero no tenían ningún registro sobre algún tipo de rescate. La única evidencia existente fue una llamada que Olive recibió hace días en la cual una misteriosa voz le confirmo tener bajo su custodia la vida de su querida esposa.

Cero amenazas, cero peticiones por dinero o ninguna otra explicación.

Todo era bastante bizarro.

Su falta de profesionalismo lo hizo fallar hoy. Carecía de pistas e información. Damian no tenían nada que lo ayudara a ver el foco principal detrás de todo este crimen sin sentido. Toda la esperanza por encontrar a Maps y a su secuestrador caía sobre Raven.

"Esto es vida Wayne. Llegando a San Francisco pediré una de estas piscinas para mi casa."

Damian abrió sus ojos al escuchar la voz de su acompañante.

Raven se encontraba casi acostada sobre el asiento de piedra con una amplia sonrisa en sus labios. Para él fue imposible no reflejar la misma mueca en su rostro al verla tan relajada.

"Este Onsen es natural. Es difícil construir uno de estos donde te plazca. No es fácil encontrar piedra volcánica en nuestro país."

"Industrias Wayne es capaz de hacerlo. Si pueden construir los juguetes de Batman pueden hacerme mi piscina japonesa"

Ella hablaba con mas elocuencia, una buena señal. El efecto del alcohol ya se borraba de su sistema.

"Tienes razón, Industrias Wayne puede construir lo imaginable. Lamentablemente tu no tienes el dinero suficiente como para financiar tan complejo proyecto."

Se sentía tan bien que se atrevió a lanzar su comentario como una broma.

Él volvió a cerrar sus ojos, colocó sus manos detrás de su cabeza para recargar su espalda contra la orilla de las aguas termales.

Vagamente escuchó movimientos en el agua cerca de él, no le presto importancia, seguramente Raven se cansó de estar sentada y ahora se dedicaba a explorar el agua. Ella debía estar fascinada por la belleza de los jardines rodeándolos.

No necesitaba preocuparse por ella, era notorio que su estado de ebriedad ya no mostraba ser un peligro. Raven era una persona culta, sabrá apreciar todos los detalles de los jardines en silencio y sin crear problemas.

Damian confiaba en ella, seguiría con sus ojos cerrados disfrutando de la calidez del agua aliviando la tensión de sus músculos.

"Entonces, ¿Qué precio tengo que pagar para obtener algo de ti?"

La voz de Raven llegó a sus oídos como un pequeño susurro, tan bajo que se preguntaba como fue capaz de escucharlo si ella se encontraba lejos.

Intrigado, él abrió sus ojos verdes.

La mejor o la peor decisión de su vida.

Él sintió como de repente su boca se seco al apreciar la visión frente a sus narices.

Raven estaba ahi, con su cabello húmedo pegado a su cuerpo, con gotas de agua recorriendo su rostro, y, tan cerca de él que podía ver claramente el tinte rojo brillando en sus ojos.

"Puedo hacerte pasar un buen tiempo, ese que te negué en tu avión si me das lo que yo quiero."

Damian se hizo para atrás, golpeando su espalda con la piedra cuando ella intentó agarrarlo. Su cobardía le ganó mirar como los labios de la mujer se curveaban en una traviesa sonrisa.

"Estas ebria Raven" Él intento razonar con ella, porque realmente no había ninguna otra explicación a la cual atribuir su sugestiva conducta.

Pero las palabras parecían entrar y salir por los oídos de Raven, quien se veía mas que decidida conforme los segundos transcurrían.

"Eso no nos detuvo en el pasado."

Ella debía estar bromeando.

"Esta bien, aprobaré tu maldita piscina Roth, incluso llevaremos piedras de aquí. Ya puedes dejar tu juego."

"No."

"¿No?" Damian rió con cierta ironía, "Necesitas alejarte de Rose Wilson de inmediato, su amistad esta influyendo negativamente en ti."

Lo sabía, sabía que esa competencia creada por Rose iba a terminar siendo un gran problema para él. Un mitad demonio fuera de sus cincos sentidos era altamente peligrosa.

Algún día la rubia loca se lo pagaría, por ahora, él debía procurar mantener su distancia de Raven. Era claro su estado de ebriedad, una Raven en ese estado no era fácil de tratar.

Gracias a sus buenos reflejos logro sujetar los hombros de la chica y con un inofensivo golpe la alejó de él. Ella termino sumergida en el agua y, mientras trataba de regresar a la superficie, Damian nadó hacia donde su olvidada toalla lo esperaba.

Debía salir de inmediato de ahí.

Su escape se vio frustrado cuando una fuerza ajena a él lo mando a volar hacia la orilla de piedra volcánica. Nuevamente se encontró sentado sobre las piedras de las aguas termales pero esta vez, él no podía moverse libremente, su cuerpo estaba atrapado por los poderes de su sexy verdugo.

Raven venía hacia él sobre las piedras de la orilla, caminando letalmente, como depredador yendo tras su presa, y esta vez nada obstruía su visión de su cuerpo desnudo.

Buenas noticias para su Damian Junior, malas para él.

Ella en verdad tenía bonitas piernas.

Un pésimo lugar y tiempo para prestarle la atención que ella le estuvo negando por tantos días. Hace una horas él hubiera estado complacido con tal oferta, pero no cuando ella aun seguía ebria.

Miraría a otro lado, ¡No lo iba a tentar!

"Esto nunca se trato de la piscina Damian. Yo solo necesitaba una excusa para acercarme."

"En la tarde estabas muy indispuesta a 'acercarte'."

"Cambié de opinión." Ella asomó su cabeza frente a sus ojos, aun seguía de pie mofándose de él. "Tu, por otro lado estabas mas que dispuesto hace unas horas."

"Bueno, también cambié de opinión." Damian de nuevo intento moverse pero era como si su cuerpo estuviera pegado. "Mala suerte. Ya no estoy interesado. Regresa a tu cuarto, mañana debemos ir a encontrar a maps."

"Hmmm...Me gusta jugar contigo, lo sabes." Raven paseó uno de sus dedos por su mejilla, marcando superficiales trazos con su uña sobre su piel canela "Pero, en estos momentos lo pasado no importa, lo único que quiero ahora es que tu boca se mantenga ocupada conmigo."

"Estas ebria Raven." Damian ya no sabia que mas usar para detenerla y comenzó a desconfiar de si mismo cuando su cuerpo tembló con deseo al escucharla hablar.

Damian miro como los ojos con toques carmesíes de la mujer rodaron con molestia antes de desaparecer de su vista.

Él sintió un breve alivio al verla alejare. Uno que voló fuera de la ventana cuando ella entro de nuevo al agua con la única intensión de sentarse libremente sobre su regazo.

Si, tanto el cielo como el infierno lo tentaban con la misma hija del diablo.

Se limito a mirarla, ha decir sonido alguno, resistiéndose ante la sensación de su desnudo pecho rozando sobre el suyo y de sus labios tan cerca de los suyos.

"Debe ser difícil presenciar como siempre soy la que tiene el control de la situación...Tu ego debe de estar por los suelos." Raven uso su mano para apoderarse del mentón del chico y, con un ligero empuje ella hizo girar su cabeza, ahora él la veía de frente.

"Mi ego y yo estamos bien."

Sus respuestas eran cortas y rápidas. Ahora que la podía ver, él tenía miedo de perder su cordura si hablaba de más.

"¿Seguro?"

"Sin dudar."

"Pero si ya estas aquí, tan vulnerable para mi."

La travesura en su voz y la forma en la que sus ojos brillaban decía que él estaba a punto de meterse en un gran problema de cual no iba a salir fácilmente.

"Soy más fuerte de lo que crees Roth. Yo puedo controlarme" Él contesto con alternaría, levantó su mentón hasta ella, demostrándole que su ego estaba intacto.

"Un hombre tonto pero valiente."

El silencio de Damian fue comprado cuando ella enredado sus dedos en las cerdas de cabello y con un brusco jalón unión sus labios en un beso. El corazón de Damian comenzó a latir desenfrenadamente al sentir esos suaves labios derrochando tanta pasión en él.

Su cuerpo se derretía en una flamante llama, pero no respondería. No cuando él aun sentir el alcohol en el aliento de Raven.

La mujer se separó bruscamente de él mirándolo con cierta incertidumbre sobre sus bonitos ojos llenos de lujuria. Irritada al no tener ninguna respuesta de su parte.

Oh, pero como le estaba costando esfuerzo resistirse a ella.

"Estas..fuera de todo...razonamiento, detente." El dijo y entre respiros logro lazarle una mirada penetrante a la chica con el fin de alejarla.

Ella ni siquiera inmuto a su amenaza.

"Estoy mas sobria que ebria Damian. Si quieres puedo decirte el abecedario completo, así lo compruebas."

"Claro...Tus besos saben a Sake y...¡Actúas irracionalmente!. Suéltame. Ahora."

"Bueno, tal vez si este un poco ebria." Raven confeso con falsa culpa. "Los japoneses si que saben divertirse con ese Sake, ¿no?"

Damian cerró sus ojos exasperado, enfocándose en como detener el golpeteo de su corazón dentro de su pecho. Esto no le estaba pasando. No de esta forma. Ha estado con ella en varias ocasiones en juegos de ver quien sede primero a quien, pero nunca así, no desde ese viaje a Las Vegas.

"No Raven...no"

"Realmente quiero esto. He querido esto desde hace días, tanto como tu." Las manos de Raven viajaron por su mojado y entonado pecho, parando justo cerca de la cicatriz debajo de su ombligo. Ella lo miro directo a sus ojos con una ferviente anticipación en su rostro. "Tuve que resistirme mucho en el avión. Mis poderes no son de fiar, mucho menos cuando puedo hacer explotar cosas cuando me haces sentir tan bien."

El cuerpo de Damian tembló, quería decirle que se detuviera pero hablar simplemente se volvió algo difícil de hacer.

Ella tenia razón, su cuerpo había rogado por su atención por días y ahora con su suave piel a unos cuantos centímetros de distancia el mundo parecía ser algo desconocido para él.

Los labios de Raven de nuevo encontraron los suyos, la voracidad no estuvo presente, esta vez ella atrapo sus labios en un compas mas calmado.

Un roce tan sensual que a Damian le fue imposible seguir ignorándola. Respondió con el mismo ritmo, haciendo que mariposas empezaran a revolotear felizmente dentro de su estómago.

Damian era capaz de disfrutar de un inocente beso entre amigos como una expresión de afecto y respeto. Había compartido algunos en el pasado. Un acto inofensivo y sin ceros consecuencias futuras no le haría daño a nadie.

Él se distrajo tanto con su boca que se llevó una sorpresa al sentir a las mariposas dentro de su estomago arder con las llamas obscenas del deseo cuando ella movió sigilosamente las yemas de sus dedos de su cicatriz a una parte más baja de su cuerpo con la intención final de envolver su mano alrededor de su longitud.

¡Bruja tramposa!

Delicados dedos lo acariciaron, una, dos veces...Su cuerpo se tenso por completo bajo su toque, él alejó sus labios de ella para dejar que el gruñido de su pecho saliera libremente de su boca al sentir su pulgar frotando su punta, lentamente como una tortura.

"Raven" Damian dijo su nombre como una demanda. Pero mas que una orden por detenerla, sonaba a una suplica de deseo.

"Seria una pena no hacerlo en Japón."

Ella mordía sus labios mientras su mano lo acariciaba de arriba a abajo con una paz tan lenta que Damian comenzó a ver el mundo con colores más intensos. Era difícil detenerla cuando su mano se encontraba tan entretenida ahi abajo.

Su resistencia estaba a punto de romper la puerta y largarse de una buena vez por todas.

Damian cerró sus ojos y su estomago se detuvo con emoción. Dio un respiro pesado, lanzó su cabeza hacia atrás y sus músculos se contraían al encontrar placer con su toque.

Por su parte Raven parecía estar muy satisfecha de si misma, sentía su sonrisa engancharse en sus labios conforme repartía diversos besos por su cuerpo sin detener la curiosa exploración con su miembro.

Los Días, horas, minutos, y los segundos fueron largos todo este tiempo, ella riendo a lo lejos mientras él se quedaba en la soledad y con las ansias de tenerla. Él no podía resistir esa tortura otra vez.

Tan fácil que seria pretender que el mundo no existía allá fuera, que mañana él no se sentiría como un idiota por haber perdido el control de sus acciones una vez más. Seguramente la culpa lo consumiría cuando despertara en la mañana.

Esta era una terrible idea.

El rostro de Raven estaba frente al suyo, miles de emociones se mostraban dentro de sus ventanas carmesí, pero Damian solo podía enfocarse en la perdición de su lujuria y pasión.

El vacío en su interior llamaba a ser llenado por ella. La quiera, la necesitaba...aquí, ahora y siempre.

"Arggg..." Damian gruñó placenteramente al sentir como ella lo apretaba suavemente, su pulso acelerándose contra su palma en un abrumador placer.

Raven estaba a punto de llevarlo a punto de perder la razón....aquí, tan dispuesta...para él.

Eso lo hizo todo. ¡Adiós Razonamiento!, Hola desenfrenados actos guiados por el impulso del placer.

"Lo lamento..." Damian murmuró entre resoplidos ante los expectativos ojos de Raven

Ella parecía genuinamente sorprendida cuando él, al usar toda su determinación y fuerza, logro romper la presión de su magia. Era libre al fin, nada lo detuvo de atrapar bruscamente las manos de la chica para alejarlas de él.

"Como..¿Como...rompiste mis poderes?

"Eso no debería preocuparte." Damian sonrió con cierta maldad al escuchar como ella balbuceaba con nervios. Los papeles cambiaron y ahora a él le tocaba envolver sus brazos alrededor de esa pequeña cintura para levantarla suavemente, sosteniéndola cerca de su pecho. "Te lo adverti, Tu juego se acaba hoy."

Después de esas palabras, todo el control en Damian desapareció.

Los ojos de Raven brillaron con un tono hermoso e hipnotizante, Damian se inundó en ellos ante de que sus labios se unieran en un beso. Él dejo salir un suspiro largo de su boca cuando ella le correspondió. Había esperado demasiado por esto.

Un débil lloriqueo llego a sus oídos conforme él la besaba mas profundamente, mas obscenamente, con tiro de labios y bruscos mordisqueos.

Damian recorrió ese cuerpo con sus ásperas manos, repasando cada curva, cada inexistente cicatriz y cada peca que alguna vez él en el pasado marco como suyas. Tocaba su piel con desesperación, nada lo haría detenerse, iba disfrutar todo eso que se le fue negado por tanto tiempo.

Raven suspiró con cada caricia mientras él aun bebía de sus suaves y rojos labios. Tampoco fue tímida, sus toques iban desde fuertes jaloneos en su cabello hasta largos rasguños marcados en su espalda. Ella se mecía contra su cuerpo buscando una manera desesperada de llamar su atención y funcionarse a él.

Él la detuvo justo a tiempo antes de que sus manos traviesas intentaran nuevamente llegar a su parte masculina. Raven se quejo al sentir como su plan fue frustrado, y el carmesí de sus ojos esta vez se intensificaba mas con ira que con lujuria.

Con sus manos firmemente sobre las llenas caderas de la chica, Damian se empujo contra ella, haciéndola rodar su cabeza sobre su hombro al sentir como su propia erección rozaba contra su cuerpo. Repitió su acción una vez mas porque simplemente ver su reacción era todo un deleite para el joven.

Él la beso, nuevamente disfrutando el roce de sus labios, bebiendo sus suspiros y saciando su hambre con sus mordiscos. Parecía que hoy era el día en cual había descubierto su especial gusto por los labios de Raven, simplemente no quería parar de sentirlos sobre los suyos.

Sin separarla de él, sus dedos peinaron su cabello húmedo, recorrieron su espalda, acariciaron sus caderas y terminaron por posarse por debajo de sus llenos muslos. Se aseguro de tener un seguro agarre en ella antes de usar su fuerza para levantarlos de un solo golpe.

Damian era un hombre fornido y fuerte, mas sus piernas temblaba con cada paso debido al deseo, su cuerpo estaba a punto de estallar.

Acostó a Raven sobre su espalda en la olvidada toalla tendida en las rocas decorando la entrada de las aguas termales. Un golpe en sus hombros lo hizo detenerse de agacharse junto a ella.

Raven se puso sobre sus rodillas, colocó sus palmas sobre la parte superior de los muslos del chico y acerco su cabeza para darle una tímida lamida a la parte inferior de su longitud antes de meterlo por completo en su boca.

Sin pensarlo las caderas de Damian se presionaron contra boca de la chica.

Él acariciaba su cabello, dejándose embriagar por completo ante el calor de su boca en su cuerpo. Ella lo miró por debajo de sus pestañas conforme profundizaba mas su tacto, sus dientes suavemente recorriendo su piel con juguetones toqueteos. La sangre en sus venas parecía hervir dentro de su piel y los gemidos saliendo de su garganta lo provocaban vibrar dentro de su boca al sentir como estaba tan cerca de liberar su semilla en entre esos carnosos labios que estuvo besando con tanta devoción tan solo hace unos segundos atrás.

Una larga maldición se escapó de sus labios al sentir como ella se detenía y liberaba su miembro de su boca, dejándolo duro y pulsando con deseo.

"Tu amas jugar conmigo hasta hacerme perder la razón, ¿Verdad?" Él la acusó.

"Mi juguete favorito."

Su cuerpo se erizó al escuchar la sonrisa en su voz. Las mariposas dentro de su cuerpo regresaron y ahora revoloteaban ante el afecto resonando en la connotación en cada una de sus palabras.

Solo Raven lo volvia completamente loco.

Damian la empujó de nuevo sobre la toalla, sobreponiéndose en ella con sus brazos reposados a cada lado de su cabeza.

Sus ojos se fijaron con los de ellas, ambas miradas llenas con un deseo que los consumiría por completo.

No había vuelta atrás.

Él tomo su barbilla mientras se inclinaba hacia adelante para sellar el pacto en un beso lento y gentil. Tan fuera de lugar a comparación de lo que acaban de hacer algunos minutos atrás. Curiosos dedos jugaban con la cerda de su cabello mientras él probaba con tiempo el dulce sabor de sus labios.

Un beso, dos, tres..cortos, seguros, lentos como si el tiempo les perteneciera a ellos y a nadie más. Derrochando sentimientos ocultos que sus corazones temían tanto decir al mundo.

Raven enredó sus piernas en sus caderas mientras él la levantaba para acomodarlos mejor sobre el piso. Su miembro se presionaba de nuevo cerca de su cuerpo, frotándose contra su pliegues totalmente húmedos.

Damian trago el grito ahogado de Raven en otro beso, al tiempo en el que él se desliza lentamente dentro de ella. Ella se llenaba con él, tan apretada en su miembro que él gruñó en su oido a la grata sensación pulsando a través de su cuerpo.

La sentía entremeterse en sus brazos cuando ella se separó para reposar su frente con la de él, tomándose su tiempo para acostumbrarse a la invasión dentro de su cuerpo.

Damian aprovechó el momento para apreciar la obra que tenia atrapada entre sus brazos. Raven se cubría completamente con un erótico rubor, su piel pálida brillaba como la luna, y los pequeños espasmos de aire saliendo de sus abusados labios lo tenían fascinado.

La visión lo hizo casi correrse ahí mismo...Estaba cautivado.

Él podía vivir este momento para siempre.

"Te vez hermosa" Damian se acurrucó en su cuello y presionó un pequeño beso en la curva de su hombro.

Su sinceridad lo atrapo de imprevisto. Quizás en su interior él sabia que ella no recordaría mucho de esta noche para el día de mañana gracias al alcohol recorriendo por sus venas y por eso esas palabras salieron sin ningún pudor de su boca.

Raven no dijo nada, mas Damian logró apreciar por el rabillo de su ojo la sonrisa sonrojada en su rostro.

La sensación dentro de su corazón se intensificó al verla de esa manera.

"Y tu te vez delicioso Nalwing segundo" Raven río por debajo de su aliento de manera sensual.

Si, ella aun seguía ebria.

Ella recorrió las llamas de sus dedos por su fuerte espalda, ligeros toqueteos que le pusieron la piel de gallina. Giro su cabeza de forma en la cual sus labios rozaran con el lóbulo de se oreja.

"Hazme tuya." Ella le susurró.

Damian no podía negarle esa petición a la musa de su inspiración.

Sus dedos apretaron la suave piel en la curva de sus caderas al mismo tiempo en el cual se movía dentro de ella en un ritmo que comenzó suave pero al mismo tiempo demandante. El primer empuje siempre era bueno, cálido a la anticipación.

Damian descasó sus labios en su cuello, con cada ligero beso él susurraba suaves promesas acompañados con rezos de su nombre a su oido. Tomó sus caderas con mas fuerza conforme aumentaba el ritmo de sus empujes, mas rápido, con mas fuerza. Con cada golpe ella se perdía, susurraba y gemía incoherencias al aire.

Todo ardía a su alrededor, ambos perdidos en las llamas de la pasión.

Damian siseó un murmullo de incompresibles palabras al escucharla gemir fuertemente antes de reposar su frente en la curva de su cuello con la intención de amortiguar sus sonidos contra la piel del moreno.

Las mariposas en su estomago desaparecieron, la inocente sensación era remplazada por un fuego en su estomago cada vez que su miembro golpeaba dentro de las paredes de la mujer en sus brazos.

Raven se aferró en una abrazo a él, enredado con fuerzas sus piernas a sus caderas pidiendo con desesperados susurros por más de su atención.

Él escuchó sus suplicas y posicionó sus caderas en un ángulo diferente para entrar mas en ella. Largos rasguños pulsaban la piel en su espalda al encontrar el punto de placer en ella. Con cada empuje su cuerpo se tensaba en delirantes espasmos, sería cuestión de minutos antes de que el deseo se apoderara de todo su ser.

Su miembro pulsaba dentro de ella con cada movimiento. Él comenzaban a oler con intensidad su aroma a lavanda, disfrutaba el sabor de su piel en sus labios y se inundaba con el calor de su pasión mientras él trabajaba para llevarla a perder su mente mas allá de las estrellas.

Una union intima entre ellos dos, una fusión que Damian necesitaba desde hace tanto tiempo y hoy por fin sentía el placer recorriendo cada parta de su cuerpo hasta en el punto en el cual llegaría a perderse de la misma realidad.

Por un momento podrían disfrutar de la intimidad de sus propios placeres sin necesidad de saber las consecuencias, el pasado, el presente o el futuro de sus acciones o las del mundo.

Se sentían tan plenos perdidos en el deseo que ninguno de los dos logró escuchar mas allá de sus propios gritos de placer.

Para ellos fue imposible escuchar como la puerta de la habitación de Damian se abría con un estruendo, mucho menos escucharon el grito de sorpresa del inesperado espectador de sus actos.

Ellos estaban tan perdidos embriagándose por sus propios placeres que ni siquiera notaron como esa tercera presencia salía corriendo apresurado de la habitación. No, ellos estaba demasiados ocupados perdiendo entre ellos para poder prestarle atención al mundo a sus alrededores. 

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Nota:

Escribí este capitulo como 98423 veces...!!si hay duda o alguna observación, me la hacen saber :D

Eres fuerte por leer toda esta basura!!! un aplauso para ti lector <3

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