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3.20 Noches de Arabia

"¿Podrías cambiar esa cara?. Con esa mente impenetrable que tienes uno pensaría que un asunto tan insignificante te sería sencillo de superar."

Damian frunció el ceño y apretó con fuerza el volante del Jet conforme la mitad la demonio se hacia camino en la apretada cabina del avión.

Ella cayó en la silla a su lado, pero él ni siquiera se atrevió a mirarla de reojo y prefirió continuar con su atención a las nubes. Llevaban horas en vuelo y esta era la primera vez que se encontraban a solas desde que despegaron del hangar de la torre.

Despegaron hace seis horas desde San Francisco con destino a uno de los desiertos mas inhóspitos de la tierra: el Rub al-Jali. Raven se confiaba de que un artefacto mágico los llevaría hasta la guarida secreta de Djinn.

"Se que sigues molesto conmigo Damian." La serena voz de Raven se escuchó sobre el ruido de los controles que ella misma presionaba para tomar el mando del copiloto.

"¿Porque lo estaría?." Damian resopló, incapaz de retener las palabras, pero negándose a mirarla de frente. "Me hablas para darme la grata la noticia del hallazgo de Mizoguchi, segundos después me avisas que Zachary Zatara nos acompañará en nuestro viaje a buscarla. ¿Eso me molestaría?, tu deberías saber."

"Eso ocurrió hace dos días, de nada sirve pensar en el pasado. En especial cuando ya vamos de camino a Arabia Saudita con Zachary en el avión."

Fue una sorpresa para sí mismo resistir sus deseos de lanzar al otro hombre por la puerta de emergencia cuando lo vió abordar el avión. Era un vuelo largo, sin escalar y bastante agotador, lo que menos que él necesitaba era aparentar simpatía con tener a Zatara como compañero de vuelo.

Precisamente por aquella razón Damian decidió ser el piloto, incluso si la nave contaba con un piloto automático, él prefería ocultarse en la cabina del avión por el resto del vuelo a tener que tolerar al mago.

"Me hubiera gustado tener opinión antes de que se tomará una decisión. Esta es mi misión."

"La guarida de Djinn se encuentra en uno de los desiertos más grandes del mundo, necesitaremos un par de manos extras para encontrarlas."

"Hay otras personas aptas para el trabajo."

"Él me ayudó a encontrarla Damian. No pongas la vida de tu amiga a manos de tu orgullo."

Damian inmediatamente maldijo por debajo de su aliento, la manera en la cual lo observaba lo hizo retractarse de sus palabras. Le era difícil mantener su faceta de indiferencia cuando ella siempre tenía la razón.

Le desagradó el hecho de que Raven no hubiera consultado con él primero antes de decidir traer con ellos a Zachary Zatara. Pero, Damian suponía que debía estar agradecido con el mago, aunque le dolería admitirlo. Gracias su ayuda, finalmente tenían la ubicación de Djinn y su amiga.

Por fin tenían una pista real, y aún así su orgullo le impedía estar conforme.

Usualmente le era sencillo separar lo personal de sus misiones, pero Zachary Zatara era una excepción. Recientemente el roce entre ellos aumento considerablemente, y a Damian se le dificultaba olvidar como Zachary abusó de su amistad con la mitad demonio para robarle un beso.

Sospechaba de las intenciones del hombre al ayudarles, intensiones que seguramente involucrarían a Raven de alguna forma.

Pero debía tragarse su frustración, porque Raven necesitaría toda la ayuda mágica posible para confortar a Djinn. Una clase de ayuda que Damian era incapaz de ofrecerle, en cambio, Zachary Zatara tenía todas las herramientas para apoyarla.

Odiaba la magia.

"Si no te relajas la misión será un desastre."

"Estoy relajado."

"Dile eso a los pobres controles del avión, pronto van a explotar bajo tu agarre." Raven trato de disimular su risa al ver como en automático Damian relajaba las manos de la palanca de aceleración. "Aunque eres bueno para ocultar tus emociones de mi, mi poder sigue siendo la empatía, ¿Recuerdas?."

"¿Cómo olvidarlo?. Desde que te conocí ya no tuve privacidad emocional en mi vida."

"Y cuando yo te conocí perdí la capacidad de la paciencia."

"Estoy seguro de que perdiste esa capacidad cuando conociste a Garfield."

"La mitad cuando conocí a Garfield y la otra mitad cuando te conocí a ti."

Damian negó con la cabeza, le sorprendía como ella sin ningún esfuerzo lograba bajar sus nervios. Ni siquiera el cielo azul y las nubes como escenario lograban hacerlo con la rapidez de los simples comentarios sarcásticos y secos de Raven.

Sin embargo, Damian era por naturaleza una persona necia. Una incomoda virtud heredada directamente de su padre.

"Dime, ¿De que nos sirve traer específicamente a Zatara con nosotros?."

Esta vez la pregunta fue una mera curiosidad.

"La guarida de Djinn es susceptible a la magia. Usar magia para llegar ahí o usarla estando ahí queda descartado, pero, quizás algunos trucos de magia nos sirvan para aligerar el viaje. Necesitaba una mano extra y nadie como Zachary para conocer sucios trucos mágicos."

Ella respondió demasiado rápido y robótico para su gusto, como si hubiera aprendido aquel discurso de memoria. Pero su expresión en blanco era difícil de interpretar incluso para él.

Quizás su paranoia se salía de control, pues la explicación de la mujer era lo suficiente convincente. En especial cuando recordaba haberla visto empacar algunas plantas, polvos y minerales para sus hechizos, tal como la vio hacer en Japón.

Paranoia, otra manía heredada de su querido padre.

"Espero que su incompetencia sea de ayuda. Solo mantenlo alejado de mi."

"Sobrevivirás a su presencia." Raven negó con su mano. "Pero ya le informe lo que debe saber sobre la misión para que pasen el menor tiempo juntos. Cuando lleguemos al hotel en Arabia Saudita tu y yo nos pondremos al tanto."

"No hay necesidad." Damian movió unos cuantos controles en el tablero, y soltó los comandos para girar su silla directamente a ella. "El piloto automático se encargara por unos minutos de la nave. Habla."

Raven lo miró extrañada, pero ya acostumbrada a sus exigentes arrebatos hizo tal cual le pidió y comenzó a preparar sus propios controles para poder dejarlos sin su atención. Ella también giró su silla y del bolsillo frontal de su cómoda sudadera sacó el GPS que él le entregó antes de subir al avión.

Damian se inclinó para alcanzar mejor a ver el holograma del mapa de la península arábiga que se proyectaba del dispositivo inteligente.

"El hechizo localizador de Constantine ubicó a Djinn y Maps en el desierto de Rub al-Jali. Justo aquí." Raven acercó la imagen del mapa a un punto en rojo rodeado de terrenos dorados.; Arena y nada más.

"El desierto más amplio de Arabia, inhóspito y deshabitado. El mapa prácticamente indica a la mitad de la nada. ¿Segura que es ahí?."

"No te dejes engañar por los cientos de kilómetros de arena, solo porque no lo ves, no significa que no esté ahí. Es común que las guaridas de los genios se oculten de los merodeadores para proteger sus tesoros."

"En este caso, el tesero es el anillo de Djinn."

"Entre otras cosas. Pero sí, el anillo es un objeto fácil de manipular, no me sorprendería que estuviera oculto debajo de la tierra o en alguna dimensión."

"¿Qué pasaría si usarán sus poderes cerca de la guarida de Djinn?." Damian cuestionó intrigado, aún sin entender porque tanto apuro cuando parecía sencillo aparecer ahí sin tanto contratiempo.

"Son meras teorías, pero el lugar debe estar custodiado de magia antigua. Usar mis poderes o los de Zachary en las cercanías podría hacerlo desaparecer para protegerse. Es mejor ser cautelosos, un error podría hacernos perder la única pista de Maps para siempre."

Damian tomó el dispositivo de Raven para analizar el mapa de cerca. Sin magia sería todo un reto cruzar ese enorme desierto, durarían días. Debía existir alternativas, pues había largos kilómetros desde la frontera de Arabia Saudita al punto que les señalaba el mapa. Caminar hasta allá definitivamente no era una opción inteligente.

"¿Cómo vamos a llegar?. Caminar por temperaturas altas entre dunas de 300 metros no suena como una buena idea. Zatara morirá en el intento."

"Y a ti te encantaría eso, ¿No?."

"Dejare que mi silencio sea la respuesta a esa pregunta." Damian regresó el GPS a las manos de la demonio.

"Hay una destilería de petróleo abandonada cerca del borde de Arabia Saudita." Raven señaló a un diminuto punto negro en el mapa posicionado entre la frontera al desierto y sus destino. "Puedo aparecernos ahí. Recortaría el viaje a la mitad, y sigue estando lejos de la guarida como para que sea seguro usar magia sin boicotear la misión. Zachary puede aparecer un transporte para terminar de facilitar el viaje."

"Es tan incompetente al razonar que no confío en él para tal tarea, será mejor idear un plan B por sí Zatara falla." Rápidamente Damian estipulo su poca confianza al mago.

"Zachary es el plan B Damian."

"Estamos jodidos."

"Ninguno tiene la certeza de los contratiempos con los cuales nos toparemos durante nuestra expedición. Sin magia podría ser difícil salir de ahí y sí algo me pasa puedo confiar en los conocimientos de Zachary para sacarnos de ahí."

"¿Porque dices eso?, nada te va a pasar." Damian frunció el ceño, en especial cuando Raven hablaba tan enserio.

"Me anticipo a todo."

No le gustó la respuesta, aunque tuviera la razón de que los tres se adentraban a lo desconocido le parecía extraño que Raven se anticipara a tal desastroso desenlace, aquello era muy inusual en ella.

Una inesperada turbulencia captó la atención de ambos de nuevo a los controles de la nave, distrayendo a Damian de la incomoda sensación que le dejo la conversación.

Después de unos minutos con la presión de mantener el equilibro del avión, Damian dejó pasar los últimos comentarios de Raven, pensando que restaban de importancia y que solo fueron como una preparación previa. Nunca dejaría que algo le pasara a Raven, para que eso ocurriera algo debía pasarle primero a él.

Por su parte, Damian mantenía la esperanza de encontrar a Maps, y con la ayuda de Raven a su lado estaba seguro que finalmente le daría solución a este problema.

"¿El hotel queda cerca a donde aterrizaremos?."

La tensión de sus músculos de estar sentado por tantas horas, le hizo a Damian cuestionarse de algo que aun no conocía. Antes de poder salir a aventurarse al desierto tendrían primero que descasar un poco.

"Aproximadamente unos cuarenta minutos, Zachary preparó las reservaciones en el hotel más adecuado."

"No es verdad." Damian secamente dijo.

"Son reservaciones de hotel Damian, ¿Qué podría salir mal?." La mitad demonio que ya le rodaba los ojos, seguramente pensado que su reacción era exagerada.

¿Con Zatara a cargo?, las posibilidades de un desastre son infinitas.

———————————-

"No." Damian dijo en voz alta; firme, necio y enojado.

"¿Porque no?." Zachary desafió.

"Porque no." Damian rechinó los dientes para ahorrarse un par de palabras que seguramente atraería la atención de todo el Lobby del hotel a ellos.

"A nadie le importa tu opinión Wayne."

Hace más de media hora que llegaron al lujoso hotel donde pasarían la noche antes de iniciar su viaje y ya existían inconvenientes. Damian fue capaz de superar un muy largo vuelo con la compañía de Zachary Zatara, pero, apenas pisaron tierras árabes y él estaba más que listo para amarrar al mago a un camello en medio del desierto.

"¿Por que él tuvo que venir?." Damian volteó a la mitad demonio.

"Magia, Guarida secreta de Djinn, Mia Maps Mizoguchi." Raven murmuró fastidiada al responder por onceava vez la misma pregunta en menos de 24 horas.

Pero Damian necesitaba escuchar el recordatorio de los propios labios de Raven para calmar reciente rabieta causada por unas reservaciones de hotel.

"Deja los berrinches Wayne, también pagaré tu habitación. Firma el registro y toma tu llave." Zachary se recargó en el lujoso mostrador de la recepción, haciendo ademanes a la pantalla frente a Damian para que firmara. "Raven y yo iremos a nuestra habitación, te veremos mañana."

¿Ya había mencionado lo mucho que deseaba romperle los dientes a Zatara?. Porque tal vez su sueño se cumpliría pronto.

El bandido se encargó de reservar dos habitaciones; una sencilla para Damian y la suite luna de miel que él mismo compartiría con Raven. Como si Damian fuera a dejar que Zatara se saliera con la suya.

"Lo sabía, hacer unas simples reservaciones eran demasiada responsabilidad para ti." Damian tomó la llave de la romántica suite del mostrador para lanzarla al rostro del mago, eso debía para calmar su incertidumbre por ahora. "No es tiempo para tus bromas del mal gusto Zatara, este asunto es de alta seriedad."

"¿Qué, Raven dormira en el lobby?."

"Una mejor opción a compartir habitación con un pervertido que carece de autocontrol frente a su respetable compañera."

"¿Yo, pervertido?." Zachary abrió los brazos indignado, un problemático brillo en sus ojos tomó desprevenido al moreno. "No querrás hablar conmigo sobre quien no sabe guardarse las manos lejos de su 'respetable compañera'...Hipócrita."

¿De que diablos hablaba?.

"Una habitación sencilla por favor, que este lejos de esos dos."

Raven interrumpió a los hombres, quienes la vieron deslizar una tarjeta de crédito a la recepcionista. Demasiado cansada e irritada como para importarle lo que se estuvo discutiendo.

"¿Qué haces?."

"Actuando antes de que la inmadurez de ambos me haga explotar el hotel."

"Pero Rae." Zachary se acercó a Raven, confiando en que su acto de galán la harían cambiar de opinión. "Ya pague por nuestra habitación, es la más amplia del hotel. Dormiré en el sillón si quieres."

"Patético." Damian chasqueó su lengua, secretamente disfrutando la desesperación del mago al darse cuenta de como sus planes volaban por la ventana.

"Tendré mi propia habitación y la pagaré con mi propio dinero." Raven se dirigió a ellos con una mirada penetrante. "No voy a tolerar sus dramas hormonales—"

"Señorita Roth, su tarjeta de crédito no cuenta con fondos suficientes." La amable recepcionista interrumpió a Raven, al mismo tiempo le regresaba su tarjeta de crédito. "¿Le gustaría intentar con otro método de pago?; Le informó, el total de su estancia es de 6 mil dólares."

"¿Seis mil dólares?. Zachary, ¿En que estabas pensando?."

"¿Qué?, es un precio razonable. Los hoteles donde me hospedo suelen ser más costosos. Pero no te preocupes por el dinero Raven, quédate conmigo y problema resuelto."

"Yo pagaré su habitación." Damian ofreció.

"Puedo pagar mis propias cosas." Raven lo impidió al estrellar (con bastante molestia) otra tarjeta de crédito en el mostrador. "Pruebe con esta."

Pero por la expresión de la recepcionista y su sutil forma de regresar el plástico a las manos de la mitad demonio, supieron que su segundo intento de pagar había fallado.

Una de las cejas de Raven crispaba, perdía la paciencia, pero estaba determinada a no ceder ante su orgullo. Entonces, sin más opciones en sus manos, ella giró hasta Damian y sin mirarlo gruñó débilmente su nombre en una sutil petición por la que le ayudará un poco con su problema financiero.

"Cancele los otros pagos, y deje la cuenta abierta para todas las habitaciones y sus servicios." Damian ya pasaba su propia tarjeta a la recepcionista. Y antes de que Raven se negará él se adelanto al decir. "Estas son mis 'Vacaciones', los gastos corren por mi cuenta."

Este viaje era una misión personal, e independientemente de sus intenciones, tanto Raven como Zachary Zatara se encontraban aquí para ayudarlo, su mínimo deber era pagar por cada insumo del viaje. Tampoco dejaría que Raven pagara esa ridícula suma de dinero simplemente por capricho del mago.

"Lo que sea, lo único que quiero en estos momentos es salir de este maldito lobby." Con todo y mala cara, Raven aceptó la llave de su habitación.

"Los espero mañana en mi habitación a las ocho de la mañana, descansados y alimentados." Damian cabeceó y tomó lo que le correspondía. "La ropa ligera será primordial para soportar el hostil ambiente del desierto."

El mago despidió al moreno con una descuidada onda de su mano, una amarga expresión apareció en su rostro al ver el voucher cancelado de su tarjeta que la recepcionista le regresaba y junto a este iban las migajas de su fallido plan.

Raven se esfumó con su maleta con un muy seco buenas noches para los dos varones. Y con eso la expresión del mago se hundió más.

"Llega temprano mañana, Zatara." Damian amistosamente golpeó el hombro del hombre antes de salir con una sonrisa de ese apretado lobby.

Aunque siempre era entretenido presenciar a un derrotado mago, Damian debía mantener su enfoque en la misión.

Al llegar a su habitación se dirigió directamente a la cama, era tiempo de un pequeño descanso. Contaba con que sus acompañantes también hicieran lo mismo, descansar lo suficiente y así estar listos para lo que les esperaba el día a venir.

Su cuerpo se comprometía a dormir, pero gracias a ansiosos pensamientos el sueño nunca se entregó a él. De nada sirvieron las miles de vueltas que dió por la cama mientras buscaba la posición correcta para descansar, sus ojos permanecían abiertos. El mundo fue subyacente a sus problemas y antes de lo esperado el sol se ocultó en el cielo para traer el comienzo de la noche.

Era evidente que perdía su tiempo, quizás una ducha le serviría y lo relajaría lo suficiente para borrar esa tensión que sobraba de su cuerpo.

Pero ni siquiera el chorro de agua caliente cayendo sobre su cabeza ayudó a despejar sus inquietudes sobre como sentía que esta misión estaba fuera de su alcance.

Desconocían la nueva capacidad de Djinn, su magia nunca antes fue tan fuerte como para eclipsar la de Raven. La mitad demonio no puedo rastrearla por su cuenta e incluso necesitó de ayuda extra para lograrlo. Y sí después de tantos años de ausencia, ¿La genio se convirtió en una poderosa amenaza?...

Una parte de su cerebro también le decía que probablemente se estaban adentrando a una trampa. Todo le resultaba tan enredoso y sospechoso.

Con un largo suspiro, Damian cerró la llave del agua. Era mejor salir de la ducha antes de que el agua lo dejara más hundido en su ansiedad.

"Te refieres a Zachary como una princesa, pero tu eres quien siempre viaja con una bata de Cashmere personalizada."

Escuchó su voz inmediatamente al salir del baño, pero no necesitó dejar de secar su cabello con la toalla como para saber que Raven se encontraba en su habitación muy entretenida por haberlo encontrado en una desfavorable situación.

"Amo cuando me comparas con ese mago mediocre...Y mi bata es de seda."

"Diva."

Damian terminó de amarrar el cinturón de su bata negra para finalmente dar un vistazo a la mitad demonio preparando la cafetera mientras usaba una holgada playera gris con el logo de la mujer maravilla en el frente. La vestimenta le causo intriga.

"¿Vas a dormir aquí?."

"Hay una rara energía en este lugar, estar acompañada me hará conciliar mejor el sueño. ¿Porque?, ¿No puedo?."

"Me hiciste pagarte por una habitación para ti sola." Él le dijo al pasarle de lado.

"Y la usé. Tome una siesta, me di una ducha y resguarde ahí mis maletas." Ella le dió un sorbido a su taza para ocultar su sonrisa. "Te la voy a pagar."

"No se trata del dinero, si no de que deberías trabajar mejor en tus excusas. Porque 'energías raras' suena mas bien a que alguien se ha acostumbrado a dormir entre mis brazos." El comentario presumido le fue inevitable.

"Más bien suena a que quieres un buen golpe de mi parte." Raven le sonrió antes de ofrecer la taza en sus manos. "¿Té?."

"No."

"Deberías tomar uno, te siento tenso." A Raven le fue fácil leerlo, olvidó la taza en la mesa para darle una buena mirada. "Tampoco haz dormido, ¿El agua caliente no te ayudó?."

"Estoy bien Raven." Damian aseguró antes de moverse a la cama.

Raven permaneció de pie en el pequeño pasillo entre la cama y la mesa cafetera, observando como él se acostaba y dejaba el espacio izquierdo de la cama libre para cuando ella gustara acompañarlo.

Lo analizaba y a decir verdad, Damian se sentía demasiado agotado como para ocultar su humor a la empatía de la mujer. Así que, simplemente tomó un libro de la mesa de noche a su lado y disimuló leer para desviar un poco la percepción de Raven sobre él. Aunque sabía que eso no serviría de mucho.

"Todo saldrá bien Damian." La escuchó murmurar, sus ligeros pasos cada vez más cerca. "Estar ansioso puede ser contraproducente."

"Odio esperar." Damian se recargó sobre el respaldo de la cama con una mano detrás de su cabeza, aparentando estar relajando mientras seguía las letras impresas que no le aportaban ningún significado. "Quisiera terminar con esto, encontrar a Mizoguchi y tener respuestas."

"Las respuestas vendrán con el tiempo, debemos ser pacientes." Raven se sentó en la orilla de la cama, su cuerpo se pegó a sus muslos conforme bajaba el libro del rostro de Damian, ahora nada se interponía entre sus miradas.

Y esas piedras amatistas prometían que todo saldría bien.

"¿Y si es una trampa?."

Raven sostuvo la respiración por unos segundos y permaneció callada. Damian noto como sus pensamientos viajaban rápidamente detrás de sus iris, nerviosa por alguna razón. Raro.

"La probabilidad existe." Raven rápidamente recuperó la seguridad en su discurso."Pero podremos manejarlo."

"Ahora tu luces tensa. ¿Hay algo en tu cabeza Raven?."

Damian observó con detalle como mantenía su rostro sin ninguna emoción. Su postura era titubeante y cuidadosa a su entorno, cautelosa. Damian conocía bien sus manías para saber que actuaba de manera sospechosa, y no era la primera vez en el día que lo notaba. Pero cuando estuvo a punto de confrontar su silencio, Raven lo sorprendió al alzarse de la cama con una sonrisa en sus labios.

"Me tensa verte en tal desastroso estado." Raven se inclinó sobre él para quitar el libro de sus manos y regresarlo a la mesa de noche. "Por suerte tuya, se como podemos deshacernos de esta innecesaria tensión."

Ella se subió a la cama, quedando a horcadas sobre él pero sin que sus cuerpos se tocaran.

Sabía perfectamente de que hablaba.

Sintió sus manos sobre sus hombros y Damian en automático ya deslizaba las suyas por debajo del dobladillo de su playera, recorriendo esos llenos y tersos muslos que tanto le gustaba tocar.

"No estas usando ropa interior." Él exhalo sorprendió y entusiasmado cuando su mano atrapó la tersa y desnuda piel de su trasero en un caliente agarre.

"Estaba a la exceptiva de este encuentro. Una habitación, un hotel...trajo grandes recuerdos que tal vez me gustarían revivir contigo."

La seducción en su voz hizo que su amigo entre sus piernas diera un salto de emoción. La muy astuta quería distraerlo de su conversación, y él, siendo un ingenuo sediento por ella, se lo permitiría. Ni el agua que bebía o el aire que respira eran tan claros como su debilidad por la mitad demonio.

"TT..."

"TT..." Ella mímico contras sus labios antes de besarlos.

Raven hundió las manos en su cabello mientras que la lenta danza de sus labios continuaba, rozados sus lenguas, mordiéndose los labios con un dulce dolor que lo hacían suspirar en el anhelo de sentirse tan cerca.

Probablemente no deberían estar haciendo esto cuando les esperaba una mañana que los necesitaba enfocados. Pero, ¿Quien era Damian para negar sus brazos, sus labios o su cuerpo a Raven?.

"Nightwing, líder de los titanes, hijo de Batman, heredero Al Ghul....Damian Wayne." El tacto de Raven era frío contra el calor de su pecho al despojarlo de aquella bata negra bordada con sus iniciales. "...Demasiado fuerte e inteligente para preocuparse por una genio."

Fue inevitable que una ligera carcajada se le escapará, sonaba absurda y por la pilla mueca en su rostro sabía que su sarcasmo también estuvo presente en cada palabras. No era necesario que endulzará sus palabras para conseguir lo que quería de él. Damian se entregaría por completo sin pedir nada a cambio.

"¿Deseas conseguir tus caprichos inflando mi ego?, Bruja." Damian gustosamente le siguió el juego, aunque sus manos se negaban a abandonar la tersa piel por debajo de su playera.

"Es claro que logre mi cometido."

Él se estremeció a la sensación de su mano tocando su evidente erección a través de la tela de su ropa interior. "

"Imposible negarse a la verdad." Él inclinó su rostro para atrapar sus labios, probando de nuevo su sabor oscuro mezclado con la dulce manzanilla que estuvo bebiendo. "Tus labios saben a pura azúcar. ¿Otra vez vaciaste toda la azúcar a tu té? "

"Me gusta mi té extra dulce."

"Eres un desastre Roth." Damian escuchó el diminuto jadeó cuando manoseó su cuerpo sin pudor por debajo de su playera, llenado sus manos con las curvas de sus glúteos.

"¿Podrá ser una casualidad que tu también seas un tremendo desastre?." Con sus ojos amatista nublados en él susurró. "Somos una pareja inusual."

"Lo somos."

Damian se reclinó en la cabecera de la cama, atrayendo a Raven consigo con el tacto en las curvas de su cintura mientras la sentía clavar suavemente las uñas a sus hombros, listos para deshacerse de todo y disfrutar del momento.

Maldijo sin aliento cuando ella se dejó caer sobre sus piernas, la vió cerrar sus ojos al gemir conforme su miembro poco a poco llenaba cada centímetro de su cuerpo. Damian presionó sus frentes juntas y exhaló un gruñido al sentir el más pleno calor vibrando en su interior.

Raven lo abrazó por sus hombros, sus dedos jugueteando con su cabello mientras lo montaba, moviendo sus caderas en patrones perezosos, como si deseara alargar eternamente esa deliciosa sensación que cada empujón de su cuerpo provocaba en ellos.

Podría estar más que complacido con verla toda la noche de esta manera, usándolo para provocarse placer y ser el responsable de esa expresión en sus ojos de querer consumirlo en un éxtasis infernal.

No le importaría dar otra visita al infierno por ella.

"¿Porque no puedo cansarme de ti?" Raven disimuló el rubor en sus mejillas con una sonrisa traviesa y un casto beso en la comisura de sus labios.

"Tal vez sea la misma razón por cual yo no puedo cansarme de ti."

"O, Tal vez aún son las drogas de Las Vegas dentro de mi sistema nervioso."

"Improbable." Damian se rió entre dientes y deslizó la mano por su costado para tomar su pecho, jugando con su pezon conforme se empujaba lentamente hacia abajo sobre su miembro.

Era adicto a la suavidad de su cuerpo; tocarlo y sentir como la llenaba por completo era una experiencia de la cual nunca sería capaz de saciarse.

Escuchaba como el pasional respiro de ambos se mezclaba en aquella habitación de hotel que revivía las memorias de como todo este juego de fuego comenzó.

El pasado y el presente poco a poco aumentaban el deseo en su interior, quemando todo a su paso por tenerla por completo. El ardor del cuerpo de Raven bajo sus manos, su ronca voz convertida en jadeos y suspiros que lo golpeaban en el rostro. Quería tatuarse cada parte de ella en su memoria para siempre.

En un desenfreno Damian la abrazó por la cintura con fuerza, pegándola a él. Celaba a esa playera cubriéndola y que impedía que sus pieles se tocaran desvergonzadamente.

Damian gruñó cuando el lento ritmo de sus caderas hizo que se apretara más dentro de ella, mientras sus manos se llenaron de los muslos que tanto amaba, apretándolos como un bárbaro, deseando destrozarla como también amarla.

"Mis decisiones nunca son para perjudicarte." Raven susurró en la complicidad de la noche. "Pero sí haré lo que sea necesario para borrar esa culpa de tus hombros, incluso si te llegan a desagradar."

Esas palabras causaron un gran estremecimiento en Damian. Se detuvo para ver la determinación detrás de su mirada mezclada con el aprecio que ella tenía por ofrecerle. Hablaba de este viaje, de su misión y de la incomodidad que su decisión le causó, todo lo hizo pensando en él...

Él no la merecía, mucho menos cuando no logró encontrar palabras por decir. Pero quizás podía hacerle sentir, y demostrarle lo agradecido que estaba por tenerla en su vida.

La abrazó de la cintura para arrojarse hacia ella y así ambos cayeron de espaldas al colchón. Con él encima, ajustó las piernas de Raven en sus caderas para empujar su miembro profundamente, llenando cada centímetro en un nuevo ángulo que los hizo olvidarse del mundo.

Sus dedos se hundieron en sus muslos para empujar sus caderas contra las suyas vigorosamente. Sus respiraciones se agitaban mientras sus rostros expresaban la dicha del placer que sus cuerpos deseaban por explotar.

Pronto Raven se estremeció contra él, sus dedos se apretaron en su oscuro cabello detrás de su nuca al gemir y dejarse caer entre las nubes de su propia satisfacción. Poco le importó que sus poderes se salieran de control ante la presión de sus emociones, tampoco le importó que estos terminaran destruyendo un poco la habitación.

Damian continuó buscando su propia culminación que llegó a él con la dicha de sus jadeos. Su cuerpo quemaba, el placer vibraba en sus venas, en sus entrañas e incluso en cada célula que lo conformaba.

Raven lucía como una ilusión debajo de él, como un verdadero resplandor con esos mechones de su cabello pegados a su frente, con la diminuta sonrisa en sus labios, complacida y bañada con la brisa de su propio placer. Damian absorbió la imagen y la escondió en su corazón.

Se detuvieron a disfrutar de la calidez en sus cuerpos aún entrelazados, negándose a separarse aún. Damian presionó un beso en su frente, alargando la sonrisa de la mitad demonio.

"Veo que me haz perdonado por traer a cierta persona al viaje." Raven dijo entre palabras entrecortados con un poco de diversión, conforme peinaba lejos el cabello de Damian de su rostro.

"Esa es la cuestión, demonio sigilosa y tramposa." Él se mordió los labios para controlar su sonrisa. "Estuve molesto y frustrado, pero nunca contigo. Creo que sentir esa emoción por ti me es imposible."

A ella le sorprendió por un segundo su confesión, pero después negó con la cabeza y se inclinó al plantar otro beso en sus labios. Esta vez, él no la soltó.

Damian no mentía cuando decía que no podía tener suficiente de ella. Y, por la forma en la cual Raven se aferraba a él era fácil deducir que ambos estaban listos para una segunda ronda.

Pero antes de que pudieran caer una vez más en el fuego de la pasión, Raven despojó sus labios y lo empujo ligeramente del pecho para que sus ojos se conectaran con los de él.

"Lo que dije fue verdad Damian." Raven trago saliva, mientras sus iris buscaban los suyos. "Haré cualquier cosa para arreglar este lío. Djinn no volverá a jugar contigo. Me encargare de ella y espero que esta vez no te interpongas."

"Usualmente yo soy quien tiene las ideas asesinas." Él dijo con humor.

"¿Asesinar?, No. Para Djinn tengo planeado algo peor que la muerte misma."

"Se que no cometerás imprudencias." Damian frunció los labios, pero la severa mirada de ella nunca bajo. "Raven."

Raven negó con la cabeza y volvió a distraerlo con la sensación de su cuerpo contra el suyo. Damian no pudo contenerse o evitar caer una vez más en ella, pero en su mente vivía la preocupación de lo que sus palabras significaban.

No le gustaban para nada.

—————

El día que tanto esperaron llegó junto a una acalorada mañana.

El par de aves escondidas por debajo de las sabanas tuvieron un pesado despertar a pesar de la amena e intima noche que compartieron. La tensión de sus cuerpos se marchó, pero era evidente que sus mentes se mantenían ocupadas con el peso de las preocupaciones que cada uno prefirió guardar del otro.

Raven mantenía en secreto su encuentro previo con Djinn, tal cual se le ordenó. No deseaba gastar su suerte, desconocía cuanto ya se arriesgaba con acompañar a Damian en este viaje, especialmente con la extra presencia de Zachary.

La genio podría estar observándolos justo ahora, y con el nuevo potencial de sus poderes era difícil saber de lo que era capaz de hacer.

Por lo menos contaba con que el bienestar de Maps permaneciera intacto, la joven era lo único bajo la mano de Djinn que lograba manipular a Damian a su antojo, la genio no sería tan estúpida como para desperdiciar ese boleto.

Solo esperaba encontrar a la amiga de Damian y culminar con esta revoltosa misión que los ha atormentado por semanas. Mientras a Djinn...Raven la haría pagar con sus propias manos todos esos años que logró escapar de ella.

La temprana mañana pasó con rapidez mientras se ocupaba de preparar un morral con pociones, libros y un que otro truco mágicos de antaño que quizás podrían servirles en caso de emergencia. Sería incapaz de usar sus poderes, pero nunca estaba de más tener un as bajo la manga.

Raven dió vistazo al moreno y un pequeño rubor de vergüenza adorno sus mejillas al verlo tirar los restos de la víctima que su noche pasional cobró. La cafetera terminó en la basura gracias al descontrol de sus poderes, pero al menos Damian lucia menos tenso.

No estaba del todo orgullosa de su comportamiento del día anterior, lanzársele así para distraerlo con su cuerpo fue una decisión desesperada. Damian era inteligente y perspicaz, no le costaría mucho trabajo descubrir que ella le estaba ocultado información sobre el caso.

"El tiempo de reunión ha pasado, Zatara aún no llega."

El reloj en la pared marcando las 08:20 AM le daban la razón a Damian, al mago se le hacia tarde para reunirse con ellos.

"Relaja tus nervios." Ella le mencionó al pasarle el morral que acaba empacar. "Todo saldrá bien incluso si Zachary llega tarde."

"Recuérdame." Damian giró a ella olvidando la inútil cafetera, mientras se acomodaba el morral en sus hombros. "¿Porque Zachary Zatara es importante para la misión?."

Porque la tenía bajo un juramente mágico y prácticamente la obligó a traerlo consigo. Pero ese era un dato solo para ella conocer.

"No volveré a repetir lo que ya sabes Damian."

Sus ojos se posaron curiosos sobre ella con un ceño, pero abandonó la conversación cuando escucharon unos insistentes golpes en la puerta.

"Es él." Raven dijo al sentir la presencia al otro lado.

"Tarde, no sorprende su poco profesionalismo." Damian refunfuñó conforme la mitad demonio dejaba pasar al ultimo integrante del grupo.

"¡Luces espléndida esta mañana Raven!."

Zachary entró a la habitación con gracias, como si hubiera llegado la persona más influyente del mundo mientras los dos ocupantes de la habitación quedaron intrigados con la opción de su vestuario.

Mientras Damian y ella misma vestían ropa ligera bajo una versión liviana de sus propias capas de héroes, Zachary usaba un pantalón holgado y una chaqueta de cuero con demasiado bolsillos. Sus botas blancas brillaban tanto que entendía el porque de esos elegantes lentes de sol en sus ojos. Sin embargo, lo más escandaloso de su atuendo era ese sombrero de estilo safari en su cabeza.

"¿Qué demonios estas usando Zatara?."

"Armani." Zachary suavizaba las arrugas de su extravagante chaqueta color marfil. "Que poco conocedor, ¿Nunca usas ropa de diseñador?."

"Esto no es un maldito safari, vas a llamar la atención."

"¿En medio del desierto?." Zachary acomodó sus lentes y con una mueca burlona respondió la reprimenda del moreno. "Esto me protegerá del sol. Nada me hará cambiar mi estilo cuando....¡Me veo tan genial!."

"Luces ridículo y esa chaqueta de cuero te va a deshidratar." Raven respingó al cruzarse de brazos. Esa cosa que él usaba iba a matarlo en la adversidad del desierto.

"Raven, me toca el corazón lo mucho que te importa mi salud." Zachary se llevó las manos al pecho conmovido y con el chasquido de sus dedos el lujoso atuendo cambio a uno parecido al de ellos. "¿Mejor?"

"Nada lo haría cambiar de opinión mis narices." Damian murmullo con un amargo gruñido, sus ojos bien puesto al otro hombre.

Sí las miradas pudieran matar...

"¿Que dices?, no te escuchó Wayne." Zachary sonrío con complicidad mientras inspeccionaba su nuevo atuendo en el gran espejo de la habitación. Pero entonces, algo en el reflejo llamó su atención. Él dió la vuelta, bajó sus gafas de sol para ver los platos sucios del room service de la mañana y de ahí mirar suspicazmente al aparato roto en la basura, . "¿Porque la cafetera esta rota?."

Raven inmediato sintió su corazón acelerarse con pena, fue incapaz de decir palabra alguna. Para su suerte, o mala, Damian tomó esta oportunidad para borrar el presumido aire del mago por un buen rato.

"Morirías de envidia si supieras que ocurrió."

"¿Raven, de que esta hablado este cavernícola?" Zachary buscaba una explicación, era claro que la nota pilla de vanidad en Damian y los platos sucios del desayuno que Damian y ella compartieron habían causado una duda en su mente que tal vez no se alejaba a la realidad.

El calor de la vergüenza llegó a las mejillas de la mitad demonio mientras la mueca arrogante de Damian y la mortificada mueca del mago se encontraban sobre ella. Raven tomó un respiró para después afilar sus ojos a Damian, este no era el momento para tales comentarios. Se lo iba a pagar después....

"Raven." Zachary la llamó una vez más.

"Hemos perdido demasiado tiempo, es hora de irnos." Raven se interpuso entre los dos hombres, esperando borrar la incomodidad en el aire.

Zachary refunfuñó y Damian se permitió disfrutar del momento con una grave risa.

Era demasiado temprano para sus infantiles peleas, así que sin darles un aviso, Raven envolvió la calidez de su magia en los tres y en un remolino de oscuridad los llevo a un viaje desde aquel cuarto de hotel hasta las arenosas tierras del Rub al-Jali.

Viajaron hasta donde el limite de la guarida de Djinn aún le permitía usar sus poderes; a esa abandona refinería petrolera de la cual les habló un día anterior.

Fueron bienvenidos por fuertes ráfagas de viento arenoso que azotaron a los tres jóvenes en cuanto los poderes de la mujer se disiparon.

"El lugar esta abandonado." Raven confirmó en voz alta al no sentir presencia alguna entre las solitarias maquinarias y columnas de acero.

Con una mano levantó la tela de su capa para proteger su rostro del molesto viento, por su lado los hombres imitaron la acción. La alta temperatura, la intensidad del sol, la áspera arena golpeando sus cuerpos y los kilómetros de enormes dunas frente a ellos prometían ser todo un desafío que superar antes de si quiera llegar a la guarida de Djinn.

No sería un viaje sencillo.

"Ahora si envidian mis gafas Gucci, ¿No es así?." Zachary gritó contra el viento, era el único que no tenía problema de visión gracias a sus lentes de sol. Pero el comentario fue ignorado por las aves.

"El mapa aún marca una distancia considerable a nuestro destino." Damian se paró frente a Raven, con su cuerpo tapando el viento mientras le mostraba el GPS. "Unas cuatro o cinco horas de viaje aproximadamente, pero, viendo la adversidad del clima tomara quizás más tiempo."

"¡¿Tantas hora para pasar este infierno?!"

"La adversidad del clima es un factor con el cual no contábamos de esta manera Zachary. Será mejor que aparezcas lo que necesitamos para continuar nuestro camino."

"Rae, creo que el jet lag hizo estragos en esa linda cabecita tuya, porque olvidas que este hermoso hombre no esta hecho para pasar horas bajo el sol. Creí que este viaje serían como una vacaciones, ¡No una trampa mortal!."

"Los detalles de tu incompetencia nos son irrelevantes." Damian gruño contra el ruido del viento. "Esta es la única oportunidad para sacarle provecho a tu presencia, haz lo que Raven pidió."

"Zachary, ya hablamos del plan en el avión." Raven movió a Damian de lado para darle la frente al mago.

"Tal vez si hubieras pasado más tiempo conmigo y menos con Damian, recordaría lo que dijiste." Zachary observó con odio al hombre por debajo de sus lentes. Oh estaba enojado. "Ahorrare tiempo, puedo aparecernos en esa tonta guarida en segundos."

"No. Podrías causar una catástrofe Zachary. Nada de magia."

"Usaste tus poderes para llegar aquí y todo esta perfecto. Tal vez eso de no usar magia es una exageración." El mago extendió sus brazos haciendo que las mangas de su capa revelaran sus tradicionales guantes blancos. "Un pequeño atajo no será malo. Confía en mi Raven, he practicado este hechizo por años."

Raven se agobiaba por la determinación en el hombre, Zachary quería demostrar ser útil y sospechaba que esto estaba ligado por los últimos comentarios dichos en aquella habitación de hotel. Egos de hombres...realmente no era el tiempo correcto para esto.

"Aparece el transporte Zatara. ¿Te es tan difícil hacerlo?." Damian demando, reteniendo su puño a su lado.

"¡Bien!." Zachary se quitó las gafas de sol y las lanzó a la arena. Con las manos al aire y una mueca traviesa en sus labios, las chispas de su magia comenzaron a aparecer para mezclarse entre la arena y el viento.. "Nada es difícil para mi...Nu ojata arap ragell a al adiraug ed al oineg nnijD."

Zachary conjuró un atajo.

"¡No!."

El grito de protesta de Raven de nada sirvió para detener el conjuro de Zachary, la magia los envolvió en segundos para hacerlo desaparecer en un atajo que los llevaría directamente hacia donde Djinn se escondía.

Los hostiles vientos pararon al mismo tiempo en el cual el cuerpo de Raven se alzaba en el aire con un brusco movimiento. Lo siguiente que supo es que se encontraba suspendida alto en el cielo sobre un terreno completamente desolado, la refinería petrolera había desaparecido. Permaneció en esa posición por unos segundos antes de que la fuerza de gravedad volviera a activarse.

Comenzó a caer como si el mismo cielo la hubiera escupido con repudio, se detuvo hasta que su cuerpo aterrizo dolorosamente entre arena caliente. No paso mucho tiempo para que Damian apareciera por su lado de la misma manera.

Mientras ellos se recuperaban de tal caída, el causante de todo aterrizaba agraciadamente en la arena.

"Ouch, tengo que practicar más la manipulación de terceros. Lo siento, transportar personas es un nuevo truco, aún no lo perfeccionó " Zachary se sacudió la arena de los hombros antes de agacharse a la ayuda de la mujer. "¿Estas bien Raven?."

"¡Tonto!" Raven golpeó la mano que Zachary le ofrecía lejos. Sin ayuda ella se alzó a sus pies con evidente furia. "¿En donde estamos Damian?."

"No tengo idea, el mapa no funciona." Damian bufó al lanzar el GPS a la arena con fuerza, sin importar cuantas veces golpeó el dispositivo, este no encendió.

Probablemente averiado en la caída o por los poderes de Zachary,

Ella había estudiado cada detalle de esta misión antes de que salieran de San Francisco, cualquier chispa mágica cerca de la guarida protegida de Djinn podría ponerlos en desventaja.

Frente a ellos solo había kilómetros y kilómetros de tierras doradas decoradas con dunas que parecían murallas imposibles de cruzar. Por fin se libraron de los fuertes vientos de arena, pero eso no borraba el hecho de que se encontraban extraviados o peor, la imprudencia de Zachary por un atajo mágico causó que el escondite de Djinn despareciera.

"¿Que diablos hiciste Zachary?."

"Tomé un atajo para ahorrarnos tiempo."

"¿Un atajo?." Raven señaló al desconocido lugar donde el mago los envió. "Prácticamente estamos parados en la nada."

"El escondite de esa genio debe estar cerca, nunca me equivoco." Zachary dijo necio.

Él comenzó a deambular por el terreno, buscando por cualquier señal que le diera la razón. Necesitaría mucha suerte para siquiera encontrar una araña en este desierto.

"Dime por favor que ahora si puedo matarlo Raven. Nadie lo encontrara enterrado entre las dunas."

Ambas aves recelosamente posaron sus miradas en Zachary que golpeaba inútilmente la arena con sus pies esperando encontrar algo oculta en esta.

"Dame cinco minuto para pensarlo." Ella murmuró.

Se encontraban en una situación bastante desfavorable. Tuvieron suerte de que solo ganaran un aparato roto con la imprudencia del mago. Sí regresaban con magia al hotel era seguro que perdían la pista de Maps, pero tampoco sobrevivirían deambulando por el desierto a ojo ciego.

¿Que podía hacer ahora?.

"¡La encontré!...¡HA! se los dije."

El emocionado grito llamó su atención al mago de rodillas en el suelo removiendo como loco arena con sus manos.

Damian y Raven se apresuraron hasta el lugar, y para la sorpresa de ambos Zachary realmente había encontrado algo. Pero ninguno supo como reaccionar ante el descubrimiento; porque entre la arena sobresalía un rústico herraje en forma de una mano con un anillo en el dedo anular.

"Una mano de hierro en medio del desierto." Damian se agachó a tocar aquel objeto enterrado. "Interesante."

"Pero, ¿Es lo que buscando?."

"Claro que es lo que estamos buscando Raven, incluso tiene un anillo. ¿Así o más claro?, ¡Es la guarida de Djinn!." Zachary exclamó entre entusiasmado y aliviado de no haber arruinado la misión. "Esta mano es un jalador de puerta. ¿Ven?, usé mi magia para llegar y no ocurrió nada grave."

"Yo no veo ninguna puerta."

"Mi linda demonio, ten paciencia." Zachary apartó la mano de Damian para él mismo sostener aquel inusual jalador. "Solo hay que jalar esto...y los misterios se resolverán por si solos."

La determinación fue insuficiente esta vez; Zachary jaló una, dos, tres y cuatro veces aquella mano con todas sus fuerzas pero nada ocurría. Ningún movimiento, efecto o indicio de que esta era la guarida de la genio.

"Lo intentaré." Damian quizo tomar el lugar del mago pero este no lo permitió.

Nadie le robaría el mérito de su descubrimiento a Zachary, quien nuevamente jaló aquella mano de hierro sin cansancio. Pero sus intensiones por demostrar que estaba en lo correcto fallaron una y otra vez.

"Pierdes tu tiempo Zachary, claramente este no es nuestro destino." Raven desvió la atención de los hombres hacia las grande dunas de arena que los rodeaban.

Debía buscar alternativas, pero quizás la única que tenían era la de usar sus poderes para regresar al hotel y volver a empezar desde cero.

"¡Si lo es!, ya lo veras." Zachary señaló ambas palmas al suelo. "...¡Eterba!"

Destellos de magia rodearon a la mano de hierro en una bella danza de colores. Sin embargo, el bello espectáculo terminó en un ruidoso Puff que borró el objeto de la vista de todos.

"¡¿Qué ocurrió?!." Zachary chilló en horror al excavar en la arena.

Demasiado tarde, su magia desapareció aquel inusual herraje en forma de mano.

"Lamento informarles, pero sí esa era la entrada a la guardia de Djinn, gracias a Zachary ha desaparecido para siempre." Raven respingó sin connotación en su voz.

Damian rechinaba los dientes a su lado, necio a reconocer al hombre excavando en la arena. Raven admiraba su auto control, porque estaba segura de que en estos momentos lo que Damian más deseaba era golpearlo.

Todo este viaje y se irían con las manos vacías. Ella tenía la culpa.

Era quien se encontraba al mando, quien conocía mejor cada aspecto y cada riesgo de esta misión. Pudo usar las pociones que empacó para comprobar si esa mano de hierro en efecto era la entrada a la guarida de Djinn pero no lo hizo. Tampoco impidió a tiempo a Zachary de usar su magia.

Desde que llegaron al desierto no se enfocó, su mente se encontraba dispersa y gracias a eso ella falló; le fallo a Maps y a Damian.

"¡Denme un minuto y la apareceré de nuevo!"

"Ya tuvimos suficiente de tus intentos por ayudar Zachary."

Pero sus palabras fueron nulas a los oídos del hombre, y una vez más nada pudo interponerse a la necia determinación del hombre. Era digno de admirar la rapidez con la cual el mago podía invocar un encanto.

"¡Onam ecerapa y sonajed rasap a ol euq satluco"

La magia de Zachary esparció la arena en un remolino, pero esa mano de hierro nunca apareció. Sin embargo, un efecto que ningún esperaba se hizo presente; la arena bajo sus pies comenzó a rugir.

"¡Bromeas!, ¡¿Un Temblor?!." Zachary cayó a la arena conforme las sacudidas de la tierra aumentaban bruscamente.

Damian tomó a Raven del brazo para mantener el equilibrio de ambos, la ayuda de poco sirvió por que en segundos la tierra que pisaban se cuarteo hasta abrirse e inevitablemente los dos titanes junto al mago fueron tragados por un infinito abismo de oscuridad.

La adrenalina se apoderó de sus cuerpos conforme caían a lo desconocido en una gran velocidad mientras sus gritos eran consumidos por la oscuridad que los rodeaba.

Existían pocas probabilidades de que el aterrizaje fuera agradable para ellos.

La mitad demonio trato de enfocarse, empujar la adrenalina de lado para despertar sus poderes y salvarlos de una dolorosa muerte, pero...nada. No sentía nada más que el viento golpeando su rostro.

Zachary tuvo razón, había encontrado la guarida de la genio, pero todo exceso de poderes por fin hizo despertar la furia de la magia ancestral que la custodiaba.

"¡No...puedo usar mis poderes...!" Raven gritó desorientada, segura a que era escuchada por Damian quien aún la sostenía de la mano.

Raven sintió como Damian la jalaba hacia su pecho a pesar de la inercia de la caída para enredar un solo brazo a su cintura en un fuerte abrazo. Lo vio de frente, totalmente concentrado antes de que con su brazo libre pescara por debajo de su capa un arma con gacho de agarre.

Escuchó el sonido del arma siendo accionada, y una cuerda con gancho voló hacia arriba en el cielo con la esperanza de que se aferrara a cualquier cosa. Un milagro ocurrió cuando la cuerda del arma se tensó y detuvo la caída de las dos aves para dejarlos suspendidos en el aire: Estaban salvados.

Raven podría besarlo justo ahora por siempre estar preparado para cualquier cosa.

"Necesito que te concentres Raven." Damian ordenó en un gruñido que se escapo de entre labios cerrados. Usaba toda su fuerza y cuerpo para sostenerlos del gancho que los hacia colgar por sus vidas. "Atrapa a Zatara."

Raven cabeceó y tomando respiraciones pudo calmar las agitadas palpitaciones retomando en sus oídos para escuchar los chillidos de Zachary por encima de sus cabezas. Ella alzó su cabeza y entre la oscuridad vió a su amigo pataleando en el aire.

"¡Zachary!" Ella gritó cuando sus ojos se conectaron con los azules del mago. "¡Zachary, toma mi mano!."

Extendió su mano para que él la atrapada y por suerte Zachary logró aferrarse de ella. La inercia del nuevo peso casi los arrancó del agarre de Damian, pero el hombre fue lo suficientemente fuerte para sostener a los tres.

"¡Raven, mi magia no funciona!" Las uñas de Zachary se enterraban a la mano de Raven mientras miraba el largo camino que aún les quedaba antes de tocar tierra.

"¡Somos muy jóvenes y bellos para morir!."

"Damian—-". Raven buscó por él, topándose con unos esmeraldas llenos de fuego.

"Los tengo..." Él le aseguró en un débil susurro. Su fatiga era evidente pero no se daría por vencido. "La cuerda del gancho que nos sostiene es irrompible. Solo sostén bien a Zatara, vamos a bajar."

Ciertamente, en cuestiones de nada los tres comenzaron a descender con la ayuda de aquella herramienta. Un descenso lento y tambaleante a pesar de que Damian hacia todo lo posible por mantener el equilibrio.

"¡Nightwing!, por primera vez en la vida me pareces menos detestable!."

"¡Guarda silencio y deja de moverte!."

Un escalofrío sacudió la parte trasera del cuello de la mitad demonio. Un mal presentimiento, y nada tenía que ver con los comentarios que se lanzaban los caballeros entre ellos.

Ojalá hubiera sido solo un mal presentimiento.

El corazón de Raven se hundió dentro de su pecho, su aliento se atoró en la garganta y sus uñas se enterraron a la piel de Damian cuando el sonido de unas rocas crujiendo llegó a sus oídos. El gancho del arma se había desprendido de su base y sin base de donde aferrarse, la irrompible cuerda que los sostenía inevitablemente perdió firmeza y, al irse floja, ya no hubo nada que sostuviera a los tres jóvenes.

El grito de Zachary rompió el tenso silencio conforme su peso se liberara del agarre de la mitad demonio.

Nuevamente caían al abismo.

"Cabeza y nuca."

Las miles de emociones encontradas en su interior le hicieron a Raven difícil comprender lo que Damian le susurró. Pero su confusión se aclaró con una terrible angustia cuando él la envolvió en sus brazos para cambiar la posición de sus cuerpos en una posición horizontal, de modo que ella quedara arriba de él. Así, cuando tocaran tierra él sería quien recibiría todo el impacto de la caída.

"No..."

"¡Cabeza y nuca!." Damian gritó las mismas palabras al abrazarla contra su cuerpo, colando un brazo para cubrir su cabeza y nuca.

Raven imitó la acción, con ambas manos protegiendo los puntos mas vulnerables en su cuerpo. Rogaba que sus manos fueran suficiente para salvarle la vida. Porque, no importaba cuanto cerrara los ojos y rezara por sacarlos de ahí ilesos, sus poderes simplemente la abandonaron en este momento tal crucial.

La única esperanza era sujetar a Damian y esperar lo mejor.

La caída fue más corta de lo que se imaginó, aún así, la colisión de sus cuerpos contra una superficie fue inevitable.

"Ooof..."

A pesar de que el aire parecía haberse salido sus pulmones, el aterrizaje para Raven terminó siendo tolerable...en realidad, fue sorprendentemente áspero y suave. Pero la misteriosa superficie no frenó su caída, mas bien parecía absorberlos en ella hasta que finalmente se detuvieron.

Atrapada por los brazos del hombre, Raven movió la cabeza del masculino pecho para dar un vistazo a su lado derecho. Su visión era borrosa y sus ojos comenzaron a picar gracias a una lluvia de pequeñas partículas de arena cayendo del cielo. Bajo sus manos que sostenían la cabeza de Damian sintió una superficie áspera, movediza y familiar; también era arena.

Raven alzo un poco su cuerpo y la alegría la lleno enteramente al percatarse de como una enorme pila de arena de casi cinco metros fue lo que amortiguó la caída. Finalmente habían tocado fondo en una cueva oscura, húmeda y decorada con cientos de pilas de arenas como la que les había salvado la vida. Alabado sea Azar y todos los dioses del universo.

Un incomprensible gruñido proviniendo debajo de ella la hizo recordar que no solo la arena había suavizado su aterrizaje. Damian fue quien recibió todo el impacto por ella.

"¡Damian!"

"¿Estas bien?"

Sus ojos de inmediato se fijaron en él, en la forma en la cual cerraba sus ojos y arrugaba sus labios al hablar. Raven saco las manos por debajo de su cabeza para levantarse de él, dandole espacio mientras inspeccionaba por posibles heridas en su cuerpo. Pero él yacía recostado entre la arena, vivo y sin fracturas evidentes que explicaran el dolor expresado en su rostro.

"¿Raven?, ¿Estas bien?" Él preguntó preocupado, inclinó su cabeza para mirarla a través de la disconformidad en sus ojos.

"Si..."

"Bien..." Damian sonrió y apretó el muslo de la mujer en un gesto de alivio por verla sana. Poco después se dejo caer con un jadeo de agonía de nuevo a la arena.

"¡Gran Houdini!, ¡Estoy vivo y completo!." Zachary gritó a lo lejos, tuvo la misma suerte que el par de aves de haber caído sobre una suave pila de arena.

Que el mago estuviera bien era una preocupación menos para ella, lastima que el caso de Damian fuera otro.

"Me duele el brazo."

"Deja le doy un vistazo." Apresurada, Raven ayudó al moreno a retirarse de su capa y el morral que cargaba para dejarlo únicamente en un par de pantalones, una playera blanca y su cinturón de utilidades.

Aún con la prenda puesta era muy notorio como su brazo izquierdo se encontraba fuera de su lugar. Por la magnitud de la caída, era toda una suerte que solo que él recibiría un hombro dislocado cuando pudo haber sido peor, mucho peor.

"Puedo regresarlo a su lugar." Damian agarró su brazo, para después dar un vistazo al suelo. "Pero necesito que me ayudes a bajar."

"¡Raven!, ¿Están bien?"

"Damian esta herido." Raven gritó de regreso al mago conforme ayudaba al moreno a descender con cuidado de aquel montículo de arena. Ambos por fin pisando tierra para reunirse con su compañero mágico."¿Que hay de ti?"

"Con la glucosa encima de lo normal, pero seguro mejor que Wayne. Por cierto, ¿Qué le paso....¡Arg...dios mío, su brazo!" Zachary señaló horrorizado al brazo colgante de Damian.

"Fue tu maldita culpa." Aunque resoplara adolorido, los ojos de Damian no se detenían en inspeccionar el lugar. "No veo ninguna columna o algo firme en donde acomodar mi brazo."

"Entonces Zachary tendrá que ayudarte a colocarlo en su lugar."

"¿Excusez-moi?, ¿Como que colocarlo en su lugar?. Raven, yo no soy doctor."

"Un hombro dislocado es sencillo de curar, solo necesita ejercer fuerza en el brazo y se acomodará." Raven le indicó con ademanes la sencilla tarea. "No puedo curarlo sin poderes y tu tienes más fuerza que yo. Deja de ser un bebe, hazlo."

"Pero—-" Zachary dio otro vistazo al brazo. Mala idea, en reflejo el mago se llevo una mano a la boca en asco.

"Olvídalo, yo lo haré." La mitad demonio perdió el interés en el otro hombre para indicarle a Damian que se recostara en el suelo.

"¿Estas segura que puedes?" Damian le preguntó una vez recostado en la arena.

"¿Qué, no confías en mi?" Raven sonrió cuando él cabeceo. Se arrodilló ante él para tomar su brazo dañado."Quédate quieto y cierra los ojos...esto dolerá un poco."

"Raven no lo hagas, es desagradable."

Ella ignoró la tonta protesta del mago y esperó a que Damian cerrara los ojos para contar bajamente hasta tres antes de jalar su brazo izquierdo con tanta fuerza que Damian comenzó a apretar los labios para resistir el dolor. Presionó el hueso a su lugar cuando finalmente se escuchó un ruidoso crack junto al agonizante grito de Damian. Raven lo dejó recuperarse mientras limpiaba el sudor de su frente, entendió su dolor, esa no fue la manera más ortodoxa de acomodar un hueso.

"Eso es lo mas grotesco que he visto en mi vida." Zachary tomaba bocados de aire para contener su asco.

Pasaron exactamente dos segundos antes de que el mago corriera lejos a esconderse detrás de un montículo de arena, de donde lo escucharon vaciar su estomago.

"Así que el apodo de chico vomito no era una exageración." Damian chasqueó a su lengua al levantarse.

"¿Como te sientes?." Raven aceptó la mano que él ofreció para alzarla a sus pies.

Damian le sonrió en agradecimiento mientras movía su brazo izquierdo como si tratara de recuperar la sensación. Su sonrisa hizo que ella casi se olvidara en el aprieto que se encontraban.

Raven sentía mucha gratitud de que los tres se encontraran bien.

"¡Eso fue de salvajes!, tan iuck. " Zachary salió de su escondite mientras se limpiaba los labios con un pañuelo. "Grotesco—"

Un puño conectándose con su barbilla cortaron las palabras de Zachary. Un golpe limpio patrocinado por Damian Wayne, tan fuerte que el cuerpo del mago terminó derrumbado en la arena.

"De hecho, mi brazo se siente bien. Gracias por preguntar Raven."

Raven se llevó una mano a la frente...lo único que le faltaba, más caos.

"¿Cual es tu problema imbécil?" Zachary se sostenía la barbilla. Aturdido y furioso por el nuevo adorno formándose en su apuesto rostro.

"Mi problema es tu egoísmo e incapacidad para pensar. Te lo advertimos, pero usaste magia y casi nos matas a los tres."

"¿Y moriste?, porque desafortunadamente aún te veo muy vivo."

"¿Qué hay de Raven?, ¿También es un infortunio que siga viva?."

"No pongas palabras en mi boca."

Raven suavizó su templo al notar como los hombres nuevamente se intercambiaban miradas amenazantes. Nefasta de sus actitudes, ella caminó lejos para dar un detallado vistazo a sus alrededores.

Podía describir el lugar como un templo, uno hecho de arena que se encontraba en las profundidades de la tierra. Unas cuantas antorchas alumbraban pobremente un sendero entre cientos de pilas de arena como en las que cayeron. Y aquel sendero irónicamente llevaba a una decena de pasadizos a elegir por donde continuar el camino. Ninguno aseguraba llevarlo hasta Djinn o a una salida.

La magia de Zachary los hizo caer en una trampa, o mejor dicho, en una cárcel de arena.

"¿Cuál tomamos?" Damian le preguntó al señalar los pasadizos frente a ellos.

"Ojalá lo supiera." Ella se desprendió del morral en su hombro para vaciar su contenido.

"Parece que el brazo del Wayne no fue lo único que salió dañado con la caída." Zachary señaló a un bueno número de pociones rotas entre la arena.

Raven le dió una agria mirada al mago que lo hizo callar. Pero no mentía, poco de su material logró sobrevivir a la caída, entre ellos los ingredientes necesarios para crear un simple hechizo de rastreo. Eso quería decir que deberían elegir un pasadizo por donde continuar a base de mero instinto.

Confió en Damian en tomar la decisión, de los tres era en quien mejor tenía sentido de orientación. Sin embargo poco importaron las excelentes habilidades del hijo de Batman porque cada vez que se adentraban a un nuevo sendero, de alguna manera, ellos siempre terminaban por regresar al inicio, en ese mismo lugar donde Raven abandonó los coloridos polvos de sus pócimas entre la arena.

Repitieron ese enfermizo patrón por lo que parecían horas; tomar un nuevo pasadizo, caminar y, sin explicación alguna, terminar regresando al comienzo.

"¡Estamos dando vueltas!. ¡Esto debe ser una sucia broma!." Zachary pateó una pila de arena. Su frustración representaba el humor del grupo cuando estos llegaron por octava ocasión frente a los mismos pasadizos. "No importa que camino tomemos, siempre terminaremos aquí."

"Continuar es nuestra única opción." Con frialdad Raven se dirigió al mago, su humor tampoco era el mejor. "Si no recuerdas, alguien nos atrapo aquí."

"¡Fue un accidente Raven!, ¿Cuantas veces debo decirlo?."

"También dire que fue un accidente cuando entierre tu cuerpo sin vida en la arena."

"¡Nadie va a morir!." Zachary le gritó con fuerza. "Si dejarás ese lado negativo que te persigue a todos lados tal vez podrías concentrarte y sacarnos de aquí."

"¿Me estas culpando a mi de estar aquí?." Raven jadeó, incrédula a lo que escuchaba. "Tu quisiste ven-...Tu arruinaste la oportunidad de salvar a una persona Zachary."

Los usuarios de magia buscaban sacar entre ellos esa frustración, cansancio e ira que cada vez se apoderaba más de ellos.

Se encontraban perdidos, y las esperanzas por encontrar a Maps, Djinn o una maldita salida de esta trampa arenosa eran casi inexistente.

Raven bufaba en rabia. Desde que cayeron, el lugar le dio una mala sensación, le incomodaba, la ahogaba...y sí Zachary no se callaba ella pronto iba a estallar.

"Te encanta culparme de todo cuando tu claramente no estás con la cabeza en la misión. Te distraen otras cosas, o querer decir...¿Alguien más?. ¿Quien es el egoísta ahora Raven?."

La visión de Raven se volvió carmesí, era tanto el descaro del mago que ella se lanzó a él para borrar esa mueca engreída y de charlatán con sus propias garras.

Nadie le hablaría así.

"Basta ustedes dos." Damian atrapó a la mitad demonio de la cintura para frustrar su ataque. "No bajemos la guardia, aún tenemos pasadizos por investigar."

"Cielos Raven, ya veo que te gusta que te domen." La mirada de Zachary despreciaba como Damian la sostenía.

"Déjame matarlo." Raven gruñó agarrando la mano de Damian para intentar zafarse, iba a arrancar la cabeza del mago.

"Raven." Damian la llamó con autoridad antes de voltearlos lejos de Zachary. Una vez que quedaron frente a frente él le susurró. "Zatara tiene razón, estas distraída.".

"¡¿Qué?!, ¿Tu también crees que tengo la culpa?."

"No. Pero es evidente que el tiempo aquí abajo te ha afectado." Damian le dijo, extrañado por su repentina actitud tan radical. "Comprendo la frustración, pero no tu ira."

"Estoy bien."

Simplemente se encontraba muy frustrada, y ademas, sentía una sensación extraña e inexplicable que le incomodaba. Era como sí un bochorno la quemara desde el interior. Tanto era su incomodidad que hace mucho que se había desprendido de su capa, pero ni sus ligeros pantalones o su playera azul de tirantes la refrescaban. A eso, añadan que el dolor de su brazo había regresado, al parecer por fin los resultados de su caída se hacían presentes.

"No lo creo, porque si estuvieras bien ya hubieras descubierto lo evidente. Dices que este lugar esta protegido por magia antigua, eso te hace incapaz de usar tus poderes, pero quizás aún eres capaz de sentirla." Damian puso sus manos en los hombros de la mujer para girarla hacia esos pasillos abriendo decenas de posibilidades. "Siente la magia y deja que sea nuestro guía."

Raven frunció los labios, ¿Cómo no pensó en eso antes?. Damian tenía razón, ni sus poderes o los de Zachary funcionaban aquí precisamente porque la misma magia que protegía el lugar se los impedía, y eso decía que el lugar estaba repleta de energía.

El mayor punto de concentración de magia debía ser el lugar donde se resguardaba el anillo de Djinn. Donde estuviera el anillo también se encontraría la dueña.

Solo debía empujar esa incomodidad de su cuerpo y enfocarse.

Raven analizó cada oscuro camino que aún les faltaba por indagar, cerró sus ojos y esta vez decidió confiar en sus propios instintos para buscar aunque sea una pequeña chispa de magia que sobresaliera entre tanta oscuridad.

Le tomó tiempo concentrarse, pero al final fue capaz de sentir una diminuta carga de energía sobresaliendo del aura de sus acompañantes y de ella misma. Era un hilo imaginario de magia apenas perceptible...y fluía hacía un solo lugar.

"Por ahí." Raven indicó el camino que su instinto mágico había seleccionado.

A pesar de que nada diferenciaba el pasadizo que eligió de los demás, tanto Damian como Zachary confiaron en ella y la siguieron.

Una vez más se aventuraron por un estrecho sendero de arena, un terreno al cual ya se habían acostumbrado. Sin embargo, conforme iban adentrándose más, algo nuevo ocurría, el camino se volvía cada vez más amplio mientras al mismo tiempo iba iluminándose con antorchas que parecían encenderse con sus pasos .

Las esperanzas subieron cuando las paredes de arenas fueron desapareciendo para ser sustituidas por paredes de piedra gravada con diferentes símbolos y dibujos.

Al final, los pies de los tres viajeros toparon con el final del camino para quedar frente a un pedestal hecho de arena.

"Fiat visus quod occultatum. Et accipere potestatem huius antiqui erraverunt. denuda turpitudinem."* Damian leyó mientras con su linterna iluminaba los grabados carmesí en la pared detrás del pedestal.

"Muestra lo que ocultas sobre quien tendrá tu control. Entrega tu poder ancestral." Raven tradujo, sus ojos puestos sobre el tope de aquella estructura de arena. "Aquí se resguarda el anillo de Djinn."

"No veo ningún anillo." Zachary dijo desinteresado.

El latín gravado en la pared era suficiente para decir que en efecto, esto era lo que buscaban. El viaje a Japón, el hechizo rastreador de Constantine y su instinto mágico todo indicaban a este punto. Pero, ¿Donde se encontraba Djinn?, ¿Su anillo?...¿Maps?.

"Djinn debe traer el anillo consigo."

Y para la suerte de todos, Raven recordó que en su morral cargaba un pequeño truco que podría comprobar sí la teoría de Damian era correcta.

Raven sacó un pequeño cuarzo blanco y lo usó para trazar un circulo imaginario sobre la parte superior de aquel pedestal. Con unos cuantos murmullos ancestrales de sus labios el circulo se iluminó en una luz azul que en nada se disolvió en un humo negro, desprendiendo un aura problemática que no paso desapercibida por los usuarios de magia presentes.

"Huele a caos." Zachary fue el primero en hablar, esta vez en su voz no existía el juego, se dió cuenta de la seriedad del asunto primero que nadie.

Ella también reconoció esa especifica esencia que el humo desprendió...aquí no solo estaba la presencia de Djinn, sí no también la de alguien más. Muchas incógnita se venían a su mente a las cuales no terminaba de encontrarle respuestas.

"¿Eso que significa?."

"Klarion." Raven respondió a Damian.

"¿Klarion de la Night Force?, ¿Y él que relación tiene con Djinn?."

"No tengo la respuesta para eso Damian, pero él estuvo aquí, y al parecer el anillo de Djinn también."

"El anillo estuvo sobre ese lugar." Damian señaló al vacío pedestal. "Mientras Klarion estuvo aquí. Deduzco por mera lógica que Klarion debió tomarlo. Pero, ¿Porque?."

"Nada asegura que el anillo este en posesión de Klarion." Raven rodó sus ojos, como si al dios del caos le sirviera una genio de quinta. "Tan solo sugerirlo suena a una estupidez."

"Si Klarion estuvo aquí puede ser que ellos estén trabajando juntos." Zachary dijo.

Eso era más probable, en especial cuando en su más reciente encuentro con Djinn ella siempre hablaba de sus planes en plural. Sí Djinn trabajaba junto a Klarion, eso explicaría el aumento del poder de la genio. Klarion era uno de los seres mágicos más fuertes que conocía.

Pero la mera idea era absurda. Klarion nunca trabajaría con una genio.

"O Djinn puede estar siendo manipulada por este Klarion. No tiene control de si misma cuando su anillo esta bajo el poder de otro."

"Eres un tonto Damian. Djinn no es inocente, ¿Cuantas veces tiene que intentar lavarte el cerebro o secuestrar a tus amigas para entenderlo?."

Era casi irreal que Damian todavía tuviera fe en creer en Djinn. Esa maldita genio no se merecía la duda o la misericordia de nadie. Pero suponía que la semilla que sembró en el hombre aún continuaba vigente.

"Cualquiera de nuestras teorías es factible Raven."

"Pero la de Zachary es mas realista; Djinn supo que su magia no era suficiente para vengarte de ti, así que buscó ayuda."

"Es más probable que ella este trabajando junto a Klarion por voluntad propia. Klarion no necesita los poderes de una genio." Zachary se puso de lado de la mitad demonio. "Además, ¿Por cual razón Klarion te buscaría a ti?, ¿Lo conoces tanto como para que sepa que secuestrar a tu amiga te afectaría?."

La mitad demonio se sintió orgullosa de ver como Zachary dejo callado a Damian, su argumento era tan preciso que Nightwing no tuvo una respuesta que dar.

Que ella supiera, Damian y Klarion nunca han topado en la vida, dudaba que el chico caos tuviera una razón genuina para dañar a Damian. Por eso, Klarion no era el autor detrás de esta venganza, lo era Djinn y nadie más.

"Eso no explica porque trabajan juntos."

"Djinn debió buscarlo, tal vez ella lo esta manipulando."

Amatistas se fijaron con esmeraldas, ambos sosteniendo sus posturas y queriendo tener la razón. Él defendía a la genio y ella quería hundirla hasta el núcleo de la tierra.

"Una genio nunca podría manipular a Klarion, él es demasiado poderoso." Zachary parecía estar en el lado nulo entre las opiniones de las aves. "La personalidad de Klarion tampoco le hace fácil trabajar con genios. Pero, él es la personificación del Caos, asegurarle diversión y aceptara cualquier oferta de trabajo."

Otra posibilidad.

Zachary y ella han trabajado personalmente con el chico brujo, saben lo sádico que puede llegar a ser por solo entretenerse. Tal vez no tenía nada en contra de Damian, pero vaya que traerlos bajo sus manos siguiendo pistas y cayendo en trampas debía estar asegurándole unas cuantas carcajadas.

"Entonces, ¿Ayudó a secuestrar a una chica inocente por diversión?." Damian no parecía convencido. Pero negó con la cabeza cuando vió que Raven estuvo a punto de hablar y continuar con la discusión. "Los porque no interesan ahora, lo que importa es encontrarlas."

Raven tuvo que tragarse sus palabras, porque nuevamente Damian se escudaba con la misión. Era tan frustraste, primero Zachary la sacaba de quicio y ahora Damian salía a desempolvar esa confianza que le tenía a la genio.

Los dos eran un par de tontos.

"Sigamos buscando." Ella dijo secamente, después de todo aun tenía una vida que salvar, sea cual fuera la verdad detrás de su desaparición.

Damian y Zachary notaron su disconformidad de inmediato, pero ella no quería seguir con el asunto. Les dió un ultimo vistazo antes de guardar su cuarzo en el morral y pasar con frialdad entre los dos hombres.

Encontraron una pista más, pero quedaba lejos de ser adelantadora. Sí Klarion trabajaba con Djinn significaba que el rescate de Maps se dificultaría más. No comprendía las intenciones del Klarion por trabajar junto a la genio, pero afortunadamente todos esos años en la Night Force le ayudaron a conocer bien al hechicero y ella conocía perfectamente cual era la debilidad del hombre brujo.

Aún así, habían demasiadas cuestiones en su cabeza en estos momentos, la sentía a estallar y para colmar todo, continuaba sintiéndose incomoda, tenía calor y el dolor de su brazo había regresado con más intensidad. No era un buen día para ella.

"¡Raven!."

La mitad demonio escuchó el gruñir de Damian para después sentir como la tomaba del brazo y la empujaba contra la pared, sacándola del camino de una flecha roja que se incrustó en la piedra a unos centímetros de su cabeza.

Pero que...

"¡Hey!" Zachary chilló al caer al suelo justo antes de que una flecha le traspasara el craneo.

"¡Se suponía que Damian vendría solo!. Ustedes estorban."

Una cuarta voz que ninguno pudo reconocer al momento se ocultaba en las sombras, sin embargo, la flecha que Damian arrancó de la pared cerca a Raven hicieron que reconocieran a quien pertenecía.

"¿Queen?"

"¿Red Arrow?"

Tal como las aves dijeron de entre las penumbras se dejó ver la figura de una mujer vestida casi de la cabeza a los pies en rojo. Con arco y flecha apuntando al mago en el suelo, Emiko Queen se hizo presente.

Nunca se esperaron encontrarse con otras personas en esta inhóspita cueva, la presencia del aura de Klarion fue inesperada, pero toparse con la Hermana menor de Oliver Queen al otro lado del mundo con aparentes deseos por matarlos era tan bizarra como sorprendente.

"¿Que haces aquí?" Damian estaba aún en estupor de ver a Emiko.

"Emiko no esta consciente de sus acciones Damian." Raven hizo hincapié a los ojos de Emiko, lo único visible en su rostro, brillaban con un peculiar tono rosado. "Djinn la controla."

Aquella mujer de ojos rasgados simplemente sostuvo con mas precisión su arco, y al cambiaba el enfoque de su arco a la mitad demonio sus ojos brillaron con más intensidad.

"Puedo matar a dos magos con una sola flecha." A pesar de la monotonía en su voz, Emiko sonaba orgullosa y maliciosa por lo que sería capaz de hacer. "Dile Adiós a tus acompañantes, Nightwing."

La flecha fue lanzada por los aires y todos los presentes sabían muy bien que Emiko Queen nunca fallaba su blanco.

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AN:


¿Saben cuanto he alargado esta historia? !!! O:!

Este capitulo originalmente sería el numero 9! y miren, es el 20!!!!!! XD!

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