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3.2 Jugando con fuego

Las mañanas eran ideales para él, perfectas para meditar y analizar los aspectos de su vida. Hoy especialmente pensaba en como sus planes originales habían cambiado tanto con el transcurso de los años.

Nació como un Al ghul, llevando tatuado en la sangre el apellido de su madre; Poder, sangre, honor y terror.

Heredaría el manto de su abuelo, se convertiría en la nueva cabeza de demonio y encabezaría a la liga de asesinos con honor..o, eso fue lo que pensó.

Ese plan de vida se le fue entregado desde el momento en el cual abrió los ojos por primera vez. Él nunca estuvo involucrado en su creación, simplemente aceptó su destino. Por lo cual no fue muy difícil para él cambiar esos planes en su vida cuando él cayo bajo la tutela de su padre.

Después de los primeros meses junto al murciélago de Gotham toda la percepción de Damian sobre el mundo dio un giro totalmente diferente.

Ya no era un Al Ghul, ahora, orgullosamente era un Wayne.

Admiraba, secretamente, el legado que su padre y sus hermanos habían creado. Ayudaban a la humanidad de una manera distinta a los ideales de su propio abuelo.

'Justicia no venganza'.

Con once años de edad Damian había abandonado sus sueños de liderar Nanda Parbat para soñar en el día en cual se convertiría en el siguiente Batman.

La oportunidad llegó trece años después.

Pero él se acobardo.

Aun le faltaba mucho para poder llevar el nombre de Batman con orgullo.

Damian quería que Bruce lo viera con la misma admiración con la cual él lo observó tantos años siendo su Robin. Pero para eso, Damian Wayne necesitaba crecer más, tanto como persona como héroe.

El pequeño Robin aun no estaba listo para volar en lugares tan altos.

Al final, Richard Grayson fue el elegido para cubrir el papel del caballero de la noche. Y Damian, él opto por ahora ser llamado Nightwing.

El futuro era incierto.

Planeabas toda tu vida paso a paso solo para que en cuestiones de segundos el destino se encargara de cambiar todos tus planes sin previo aviso.

Los planes que Damian se dedico a crear durante toda su vida nunca ocurrieron para cuando llegó a la vida adulta.

No fue la cabeza de demonio, no se convirtió en Batman y ahora, otro inesperado movimiento del destino lo llevó a experimentar una extraña relación con una de las personas mas importantes en su vida.

Que va.

Ni siquiera se imaginó que algún día tendría amigos tan cercanos como lo eran Raven y Jon. Era aun mas sorprendente que él tuviera una relación tan....peculiar con la mitad demonio.

Y ¿Saben que?, el 50% de las veces él percibía todo esto como algo...¿Normal?

Tan normal que todas sus preocupaciones desaparecieron cuando la chica se presento en su departamento la noche anterior. Justo como él se lo pidió.

Aun no comprendía como es que esas preocupaciones que lo estuvieron atormentando el día anterior desaparecieron como si nada. Quizás ocurrió cuando ambos terminaron gozando de otra noche juntos, ¿Quien sabe?....o, Tal vez ocurrió cuando él la observó estando tan desesperada como él por ir directo a la acción.

Los dos jugaban con fuego y muy en el fondo sabían que al final terminarían quemados.

Eso le asustaba, perder la amistad de Raven de nuevo estaba en definitiva fuera de sus planes.

Desafortunadamente nada parecía importar cuando se daban la oportunidad de saciar el calor de sus cuerpos.

Damian le dio un trago largo a su tercera taza de café, esperando a la cafeína hacer sus efectos, y que de una buena vez por todas lo ayudara a ordenar las ideas dentro de su cabeza.

Sus pensamientos, últimamente siempre terminaban relacionados con Raven.

Necesitaba enfocarse en otra cosa de inmediato.

El joven se sentó frente a la enorme pantalla de su sala para comenzar una nueva excusa de trabajo que le ayudaría a olvidar la tentación de la desnuda chica durmiendo bajo sus sabanas en estos momentos.

Caer en la tentación era tan fácil para él.

¿Un cierre? ¿Quien de los dos había tenido tan terrible idea?. Tenia a Raven sobre su cama, servida como una presa fácil para un depredador como él.

¿Qué lo detenía de ir en este instante a su habitación y revivir la noche anterior?

Maldita sea, comenzaba a sonar como Dick o el desquiciado de Todd

'Vamos cerebro, deja tu estado primitivo y enfócate en lo importante'

El equipo...el equipo lo sacaría de esos pensamientos.

Tomaría el consejo de Dick, era buena idea reclutar a viejos miembros de los titanes como apoyo extra al equipo. Y, buscar posibles candidatos en la base de datos de la torre lo ayudaría a mantenerse lejos de esos pensamientos inadecuados.

"¿Tu nunca duermes?"

Damian apenas encendía el televisor cuando, desde los oscuros pasillos de su departamento salía soñolienta Raven.

"Son las 10 de la mañana" Él le contestó sin poder evitar mirar fijamente el atuendo que la chica llevaba.

¿De donde había sacado ese suéter?...

"¿En serio?, Pensé que era más temprano" La chica bostezo, camino hasta la cocina, usando todo como si estuviera en su propio hogar "¿Quieres una taza de té?"

"¿Por que traes mi ropa puesta?" Él cuestionó ignorando su oferta.

A una parte de él le incomodaba verla usando tan cómodamente su ropa. Especialmente cuando el mismo ni si quiera llevaba una playera cubriendo su desnudo pecho.

Y, Por supuesto, esa visión no ayudaba en nada a su forzada abstinencia de ella.

"¿Esto?" Raven miró el suéter verde cubriendo su cuerpo hasta la mitad de su muslo "Lo tome prestado. Ayer destruiste mi ropa"

"Eso no es cierto" Damian pronto negó ruborizado.

"Entonces, ¿El cierre de mi falta y los botones de mi blusa desaparecieron como por arte de magia?" La mitad demonio se sentó al otro lado del sillón blanco donde el se encontraba. Recargó su espalda contra el antebrazo del mueble cuidando de no derramar el líquido de su taza.

Damian recordaba a la perfección lo ocurrido la noche anterior, específicamente su comportamiento fuera de control.

La chica había llegado a su departamento usando su atuendo de 'trabajo', como siempre con esa actitud de reto que lo provocaba a dar el primer paso y perder todo su orgullo ante ella. Él trató con todas sus fuerzas resistirse, pero como era de esperarse, perdió. Ahora esa linda falda negra de tubo y la blusa blanca se encontraban destruidas en alguna parte sobre el suelo de su habitación.

Así de desesperado se sentía, tan ansioso por tenerla para él repitiendo su nombre como una maldición que lo hacia olvidarse del mundo o de cualquier otro pensamiento razonable.

"Como quieras....solo regrésalo"

"Tienes como cien de estas cosas horribles" Raven rodó sus ojos exageradamente.

"Lo quiero de regreso y lavado Roth" Su voz sonó cortante, una manera de camuflar esas perversas ideas en su mente.

Damian volvió su atención a la tarea esperándolo. Los expedientes de todos los titanes se reflejaban sobre la enorme pantalla frente a él. Se deshizo de las carpetas de los miembros activos solo para trabajar con las bajas.

Era tiempo de avanzar en su trabajo.

Revisaría cada expediente, uno por uno hasta encontrar a un posible candidato.

"¿Qué haces?" Ella le preguntó en cuanto el perfil de Donna Troy se mostró en aquella pantalla frente a ellos.

En un movimiento inesperado, la chica subió sus pequeños pies al sofá y los hizo descansar sobre los muslos del chico.

Y de nuevo se encontraban como si nada importante hubiera pasado entre ellos hace unas horas atrás.

"Busco alternativas. La visita de Grayson me hizo pensar que requerimos de la ayuda de héroes experimentados. Los nuevos reclutas aun tienen mucho por aprender." Damian termino de explicar y poco después señaló a los pies sobre su regazo. "¿Es esto realmente necesario?"

Raven encogió los hombros, bebiendo el resto de su té con un desinteresado rostro. Ella incluso tuvo el desdén de cruzar los tobillos sobre sus muslos, disfrutando de su posición mientras él seguía esperando una explicación.

Sus pies encima de él lo provocaban a llevar a sus pensamientos al más allá. Porque a decir verdad, él se sentía bastante cómodo, en especial ante la visión de su suéter subiendo peligrosamente sobre los muslos de la mujer, casi mostrándole terrenos prohibidos de su cuerpo.

"Zachary esta disponible, si lo llamo hoy estará aquí para mañana" Ella volvió a abrir la boca únicamente para decir semejante estupidez.

"No estoy tan desesperado, tampoco es el fin del mundo Raven"

El momento de provocación se había perdido para dejarlo con un amargo sabor en su boca al escuchar el nombre del mago.

"Estas siendo infantil Damian. Él sería de mucha ayuda"

"Zachary nunca tomaría mis ordenes en serio, se distrae fácilmente y es pésimo en batalla"

Si, se distraía fácilmente con ella.

"La ultima vez que trabajaron juntos les fue muy bien..sigo viva O no?"

"Una situación totalmente distinta. Ese Zatara es un inútil, lo que realmente necesitamos es alguien como Donna."

Ambos volvieron al perfil de Donna Troy en la pantalla, la perfecta guerrera. Lamentablemente abandonó el equipo casi después de su misión de Las Vegas, sin explicación alguna o una despedida oficial.

"Ni como negarlo" Raven abandonó su taza en la mesita detrás de ella, relajándose aun más en la comodidad del mueble "Donna fue una excelente compañera."

Damian agradecía que el asunto de Zachary Zatara haya sido desplazado al olvido.

"Las amazonas seguramente requerían de su princesa" Él continuó.

"O...tal vez el rumor de ella y Dick fue cierto."

Dick Grayson, hombre de mil mujeres.

Hace unos meses atrás un rumor se esparció por toda la comunidad de superhéroes. Relacionado con su hermano mayor y la princesa amazona. Al parecer, esos dos mantuvieron un romance secreto a espaldas de todos.

Ese rumor casi arruinó la relación de Dick con la alienigena de Tamaran, poco después de todo el caos, Donna desapareció de la torre sin decir siquiera un adiós.

Una casualidad para él.

Damian nunca creyó en los chismes. Seguramente Donna tuvo otros asuntos importantes que atender con sus hermanas amazonas en Themyscira.

"Dick nunca puede controlar sus deseos carnales....curioso" El tono divertido y casi pícaro de Raven lo hizo mirarla con una ceja alzada "Tal vez es algo que viene de la familia, porque tu padre actúa de la misma manera."

"¿Qué quieres decir con eso?"

"Oh, nada."

El rostro sin expresión de Raven para nada cuadraba con el humor de su voz, y lo menos que necesitaba en estos momentos era que ella lo siguiera provocando. No después de como terminaron las cosas ayer.

Damian ya colgaba de una linea muy delgada de paciencia.

En la necesidad de terminar con la conversación, tomó el teclado en la mesa para cambiar el perfil de Donna al siguiente expediente.

"Bien, ahí si tienes a alguien quien no me agrada mucho." Raven dijo en desprecio al mirar el nuevo perfil en la pantalla.

Djinn.

"Lo que pasó no fue su culpa. Su anillo estaba maldito, ella fue una víctima más"

"Después de todo lo que ocurrió ¿La sigues defendiendo?. Me desagradas demasiado en estos momentos" La chica quitó los pies de su regazo, le volteo el rostro negándose a verlo.

A Raven nunca le agrado Djinn y se lo hacia saber cada vez que la genio era mencionada.

Djinn se unió a ellos inesperadamente, cuando el equipo estaba pasando un mal momento; Misiones tras misiones.

En ese entonces Wally se había unido al equipo de Deathstroke, Raven estaba demasiado ocupada con la Nightforce, la noticia de la desaparición de Terra aun era fresca, y, las presencias de Dick y Kory en la torre cada vez eran menos frecuentes. Necesitaban toda la ayuda que pudieran encontrar.

Y así, sin mucho esfuerzo la genio se convirtió en una Teen Titan.

"No la defiendo, solo digo los hechos como son. Djinn desconocía los efectos de su anillo."

"¿Con 4000 años y desconocía la naturaleza de su magia? Solo tu te creíste esa mierda de mentira" Ella lo apuntaba con su dedo, molesta. "Djiin era una inútil de 4000 años que solo tenía el poder de manipularte para hacer lo que ella quisiera. Creó un vinculo contigo de amo-subordinado y, ¿Adivina quien fue el amo?...ella. Obviamente ella conocía las consecuencias de su anillo."

Damian tenía sentimientos encontrados por la 'genio', creía en su inocencia más no podía negar la logística en el discurso de Raven.

Djinn le hizo usar su anillo en una misión supuestamente para poder controlarla, y de esa forma liberar el verdadero potencial de su magia. La situación era desventajosa para el equipo, Damian no tuvo mas opción que aceptar a usarlo.

Una acción que lo repercutiría por un buen tiempo.

Al usarlo entre ellos se creo un lazo, uno totalmente distinto al cual compartía con la mitad demonio.

Damian comenzó de un momento a otro a sentir una dependencia por la chica 'genio', quería estar constantemente cerca de ella. Su confianza únicamente llegó a estar en las palabras de Djinn y, él, como un robot, respondía a cualquiera de sus demandas.

Él ignoraba totalmente lo que le ocurría, pero Raven de inmediato detectó la anomalía en él.

La mitad demonio sospechaba de la peculiar forma en la cual actuaba y no paró en insistirle en el asunto hasta el día que él acepto dejarse analizar 'mágicamente' por Raven y por su compañera de equipo de la Nightforce Traci 13.

Aun podía recordar como la ira salía en forma de llamas de los ojos de Raven cuando descubrieron la verdad; Robin era controlado por un hechizo, uno relacionado con el anillo de Djinn.

Al final el encantamiento se deshizo con la ayuda de las dos hechiceras.

Raven no tardó en ir a buscar a Djinn para confrontarla al respecto. La genio simplemente no podía explicarse y se sintió tan apenada por todo el asunto que opto por marcharse del equipo al día siguiente.

Desde entonces su paradero era desconocido.

"Una situación temporal y accidental" Damian recalcó.

Djinn aún tenía la semilla de la duda. La chica nunca intento nada malo, en cierto modo creía en sus palabras. Para él la acción no fue intencional, meramente un accidente.

"Una perversión temporal querrás decir, tu de 14 años y ella 4000. Tenía una obsesión contigo. Desagradable."

"Aun así no fue totalmente su culpa" Damian volvió a insistir, ganándose un gruñido en desacuerdo por parte de Raven.

" 'Inocente', por eso huyo al siguiente día que descubrimos su pequeño truco de magia. Pero bueno, no quiero hablar mas de ella, por favor, quita ese perfil de mi vista"

Damian hizo tal cual ordenó la mujer mientras esta seguía murmurando por debajo de su aliento. Entonces, la siguiente candidata apareció.

Emiko Queen/Red Arrow

"¿Estas viendo posibles candidatos o estas mirando las fotos de tus ex?" Su acompañante preguntó, aunque sus palabras sonaban mas a un reclamo.

Un extraño nudo se sintió en el estómago de Damian al escuchar el reclamo de la mujer, mortificado por dar la idea incorrecta.

"Los expedientes están en orden alfabético." La explicación salió de la boca del chico como un rayo.

"Bien..." Ella soltó con indiferencia en su voz "Deberías contactarte con ella de nuevo, sería perfecta. ¿No crees?"

"Lo pensaré cuando sea la última opción"

Emiko nunca regresaría. Ella le especifico que únicamente le ayudaría en casos extremos. Además, seria muy incomodo trabajar con ella, trataría como fuera de evitar eso.

El perfil de Emiko Queen en la pantalla pronto fue sustituido con el siguiente;

Eddie Bloomberg/Red Devil.

"Ni en un millón de años" Raven murmuró al ver la foto del demonio rojo.

"¿Sabes que los candidatos solo son de apoyo, verdad?. No es necesario trabajar con ellos"

Raven se despertó muy expresiva el día de hoy.

A Damian le parecía extraño verla reaccionar así ante la foto del chico encargado de 'robarle' el novio.

La mujer hacia creer que a ella no le había molestado el asunto de Zachary y Kid Devil. Pero el perder la compostura con la foto del diablillo decía todo lo contrario.

"Como la segunda a mando en este equipo tengo derecho a dar mi opinión. Siguiente."

El teclado desapareció gracias a los poderes de la chica. Teniendo el control en sus manos ella ni siquiera lo pensó dos veces al cambiar el expediente del diablillo rojo al de una chica de larga cabellera rubia.

Kara Zor-el/ Supergirl.

El mundo conspiraba en su contra.

Encontrar a las personas adecuadas comenzaba a ser una tarea muy difícil. Porque no había manera alguna en la cual Damian pidiera la ayuda de Supergirl, especialmente no después de lo que vivió en aquella misión.

"¿Supergirl esta disponible?. Ella es una excelente candidata."

Detrás de la monótona voz de Raven se escondía un rastro de emoción.

Era de esperarse.

Raven era una mujer con miles de secretos a su alrededor. Damian prácticamente la conocía de toda la vida, por lo cual estaba muy consciente de la admiración que la mitad demonio tenía hacia la kryptoniana.

Él desconocía las razones de como inició esa admiración, su compañera nunca había mencionado a la superchica antes, pero la habitación en casa de su Tía hablaba por si sola. Damian recordaba a la perfección las paredes casi tapizadas en mercancía de la superchica.

Si, él también se sorprendió de su descubrimiento.

"No la necesitamos." Él quitó el pequeño teclado de las manos de la chica.

Era definitivo, por nada de esta vida Kara Zor-el entraría al equipo, no mientras él fuera el líder.

"¿Porque no?. A este paso nunca encontraremos a nadie apto."

"Porque ya tenemos a Jon, necesitamos otra clase de poderes. Diversidad."

Damian, en realidad quería decir: Un incidente relacionado con él, la rubia y la kryptonita roja, lo había hecho ganar un disgusto por la kryptoniana.

"Diversidad....mmmm....Como por ejemplo; ¿Magia?."

"Si el nombre de Zachary Zatara vuelve a salir de tus labios lo vas a lamentar"

"Tu mismo lo dijiste; no trabajaremos con ellos, serán de apoyo."

Damian sentía la ira calentando su cuerpo.

El comportamiento de la mitad demonio era sospechoso. ¿Porque ella insistía tanto con el mago? ¿Tanto lo extrañaba?. Ultimamente Zachary era un tema constante saliendo de los labios de Raven y eso a Damian le comenzaba a disgustar.

"Zatara es un egoísta que no sabe trabajar en equipo. Acéptalo, querría únicamente trabajar contigo, estar junto a ti...Como una garrapata."

"Zachary sabe trabajar en equipo Damian. Estuvo en la Nightforce" Ella de nuevo intento razonar con él.

"Si, pero contigo."

¿Porque ella no veía su lógica?.

Lo aceptaría, las habilidades del mago eran buenas y quizás servirían en las misiones relacionadas con lo sobrenatural. Después de todo ahora la única usuaria de magia que quedaba en el equipo era Raven, tenerlo a la mano le ayudaría a quitarle mucha carga de encima.

Pero...¡aun así!.

¡Ese hombre sería una distracción para ella!.

El problema de Zatara era su 'obsesión' con Raven. Patético, egoísta y posesivo....o así era como Damian lo percibía. Tomaría todo el tiempo de Raven para él...

Damian no estaba contento.

El hombre apagó el televisor, dejando en el olvido a los expedientes para voltear hacia la chica, quien miraba con curiosidad la repentina acción.

"¿Terminamos?." Ella cuestionó aun dudosa "Llamaremos a..¿Zachary y Supergirl?"

De nuevo mencionaba el nombre del mago...La iba hacer olvidarse de él de una manera u otra.

Y ya tenía una idea en mente.

Su cerebro le advertía del problema al cual estaba a punto de meterse de nuevo.

Demasiado tarde, ya era sordo a todas las advertencias.

Las consecuencias eran las menos importantes en este instante.

Damian le daría comienzo al juego de fuego, ¿Quien sería el primero en volver a caer dentro del circulo?.

Estaba preparado y las tablas se voltearían a su favor. Ella daría el primer paso y él terminaría como el ganador dispuesto a disfrutar de su premio.

'Alto. Pensamientos Peligrosos ' Su mente seguía advirtiéndole.

Su lado racional se había esfumado junto a su promesa de abstinencia tan solo hace unos minutos.

Ella aun le debía un pendiente del día de ayer.

"No hemos terminado, es mejor discutir esto con Jaime presente." Él le sonrío arrogantemente.

El hombre se acomodó con una mano sobre el respaldo del sillón y la otra descansado en el antebrazo del mueble. La posición le permitida a la chica tener la oportunidad de apreciar su pecho descubierto.

Una sutil provocación.

"¿Ok....?"

"Ahora, me interesaría saber como es que estuviste relacionada con el ataque a mi persona el día de ayer"

"¿Cómo puedo estar involucrada en un grupo de niños pateando tu trasero?" Ella lo dijo mofándose, como si recordar los hechos en la torre del día de ayer le trajeran alegría.

"Estas poniendo a los Gremlins de Grayson en mi contra"

"Nunca lo haría, son tus sobrinos"

El gruñó al verla con tanta indiferencia y seguridad. Quería provocarla, iniciar el juego pero Raven sabía como mover los cables correctos dentro de su mente para hacerle perder la cordura.

Pero el juego no iría en su favor esta vez.

"Ayer, Mar'i Grayson me chantajeó con un secreto que únicamente Jon, Todd y tu saben."

"Jason Todd es un soplón"

"Pensé exactamente lo mismo, pero Mar'i me sorprendió al confesar como una cierta mitad demonio la ha estado asesorando en contra de mi por un tiempo."

"Técnicamente no es solo en contra ti." Ella dijo tratando de disimular esa sonrisa asomándose en sus labios "Aunque me enorgullece saber que mis conocimientos para ponerte en tu lugar han pasado a otra generación"

"¿Así es como admites tu traición?"

"Lo admito, no me das miedo. Tampoco es la gran cosa, no es como si defendiera a una genio pedófila de 4000 años"

Se creía tan lista.

Pero al verla tan insolente le hacia solamente anticipar el deseo de probar de nuevo esa fruta prohibida.

"Tal vez necesitas un castigo por tal insolencia" Damian murmuró provocativamente.

Su mente ya se esperaba diversas respuestas por parte de la chica por su insinuación; un rubor, timidez, un cambio en la temperatura de la atmósfera y muchos otros....pero lo que no esperó fue recibir de ella una burlesca carcajada.

"Debes estar bromeando...¿Un castigo? ¿De donde sacaste ese diálogo tan cursi" Claramente ella había captado lo sugestivo de sus palabras, por lo cual no perdería ningún segundo en aprovecharse para ponerlo en su contra" Damian, ¿haz estado viendo videos subidos de tono?"

"¡No!"

Al final quien terminó completamente ruborizado fue él.

El Plan A no funcionó, hora de moverse al Plan B.

Raven casi siempre era quien mantenía su 'orgullo' a flote por mas tiempo dentro de este juego, pero esta vez los papeles cambiarían.

La empatía de la mitad demonio era tanto su fortaleza como su debilidad y Damian se aprovecharía de eso. La provocaría a dar el primer paso al transferirle sus emociones, y ella simplemente las absorbería como una esponja.

Con facilidad recordaría la noche anterior para motivar su plan.

Pensó en su alborotado cabello contrastando con el blanco de su almohada, ese rubor aferrándose a su piel y el delicioso sabor de su cuerpo en sus labios.

"Basta." La indiferencia de Raven se esfumó, sonaba nerviosa y algo irritada.

Procesó la petición de la chica.

La ignoró.

Por la esquina de sus ojos podía mirar como Raven se había acercado a él. En rodillas sobre los suaves cojines del sofá intentaba intimidarlo con el turbio color rojo en sus ojos.

Él continuó liberando imágenes en su mente; ligeros besos, los dulces suspiros en sus oídos, tersas piernas envueltas en su cintura y el gozo de sus cuerpos envueltos en las sábanas de su cama.

Una acalorada sensación llenó sus sentidos con cada memoria revivida en su imaginación. El hombre pasó un trago de saliva en angustia. Ella debía apurarse en caer en su juego o él terminaría perdiendo el control....de nuevo.

"Basta Damian, lo digo en serio."

"No se de que hablas."

"Si lo sabes. No me provoques"

Ella seguía de rodillas sobre el sofá, sonrojada tanto de pena como de ira, mientras el rojo se apoderaba de sus brillantes ojos.

De un momento a otro, el teclado olvidado en sus muslos salió volando hasta estrellarse con la pared mas cercana. Fue inesperado, pero no tanto como tener a Raven sentándose a horcadas en sus desocupados y expectativos muslos.

"No me tientes humano" La chica irradiaba furia.

Una buena señal para él. Ella perdía poco a poco el control. Era cuestión de tiempo para que cediera y perdiera.

"¿Porque Raven?, ¿Te sientes incomoda?"

Raven le respondió con una perversa y coqueta sonrisa. Sus pequeñas manos se colocaron sobre las de él para guiarlas hasta el confort de sus rodillas.

Damian olía su triunfo conforme ella guiaba sus manos por debajo del suéter, guiándolo a dar un recorrido desde sus rodillas hasta sus llenos muslos.

Él ganó, ella había dado el primer paso.

El tacto del hombre subía cada vez más sin ninguna inhibición en el cuerpo de la chica. Sus manos dieron un inesperado alto sobre esas amplias caderas al sentir una situación fuera de lo común.

Algo hacia falta ahí.

Su virilidad dio un salto de emoción al darse cuenta como ella iba completamente descubierta debajo de ese suéter. Su boca se secó ante el tacto de sus dedos sobre la piel desnuda, indeciso a dar otro paso más.

Retiraba lo dicho, ese suéter color olivo nunca volvería a ser lavado.

Tan solo pensar en lo que ella haría con él lo hizo gruñir igual a animal hambriento.

"Yo nunca me incomodo ¿Tu si?" Ella preguntó, dejando toda la diversión e indiferencia atrás.

Damian únicamente pudo tragar ante la anticipación al escucharla susurrar de tal forma.

Esto era lo malo de Raven, una vez que tomaba confianza era imparable e impredecible. Un demonio demasiado arrogante y orgulloso.

Los dedos del chico por fin decidieron moverse a explorar, solo para volver a sentir el calor de su virilidad intensificándose al acercarse al centro de la chica. Unos cuantos centímetros más y él la sentiría entre sus dedos.

Tan cerca...

"Te gusta jugar con fuego, ¿Verdad?..." Ella le susurró al oido. Él torpemente cabeceó "Entonces, quémate tu solo con el"

Y en un instante ella desapareció.

'Maldita bruja.' Damian pensó al escucharla reír, una risa tan malvada que sus niveles de frustración solo lograban aumentar. Ella lo provocó y lo dejó rechinando con el deseo.

Damian se había equivocado, el juego aun seguía.

Ella únicamente lo quería tentar, hacerlo caer. Para su mala suerte, Damian era tan orgulloso como ella, podría seguirle el paso.

Porque Damian Wayne aun tenía un poco de su dignidad en él.

....Un poco.

Fuera una seguridad sí tan solo la sensación dentro de sus pantalones pudiera concordar con sus ideales.

Frustración, ira, deseo, lujuria; Una combinación bastante explosiva.

"Eres un hipócrita" Raven hablaba de nuevo, esta vez desde el mismo lugar en el cual estuvo sentada desde el principio "Hablas tan mal de Dick y al final eres igual a él."

Un golpe bajo.

Ella era buena, muy buena.

"En ninguna forma soy igual al prostituto de Grayson"

"¿Qué les dan en esa mansión? Dick, Jason y tu son un caos de Hormonas. Tim nunca es así, él es puro...en cambio ustedes tres son débiles. ¿Porque?"

Compararlo con Dick Grayson era una cosa pero hacerlo también con Todd y, asumir que Tim Drake era mejor persona a comparación suya era algo que su orgullo no toleraría.

Definitivamente no lo haría.

Damian se echó para adelante tan rápido como un depredador. Un grito de asombro salió de los labios de Raven al verse atrapada entre los cojines del sillón y el cuerpo del hombre.

La sorpresa duró poco en ella, sus zafiros se negaban a ceder a sus esmeraldas.

Una mueca de seguridad se dibujo en el rostro de Raven. Saboreaba la victoria conforme relamía sus labios, pensaba que había ganado.

Oh...estaba tan equivocada.

"Débil...." Ella se estrujaba por debajo de él buscando como escaparse de la pequeña jaula de sus brazos. "...Ya puedes quitarte"

¿Debil?....Por todo el contrario.

"Si realmente desearas que me quitara yo ya estaría en el suelo" Damian jugaba con un mechón de su oscuro y corto cabello.

Ella intento fulminarlo con la mirada al reconocer las palabras que ella alguna vez le había dicho en Las Vegas.

Además no es como si él estuviera ejerciendo fuerza sobre ella. Un empujón por parte de la chica bastaría para hacerlo moverse. Ella simplemente ni lo intentaba.

"Vete al diablo" Ella le escupió con recelo.

"Curioso ¿No crees?, ya estoy con el diablo...bueno, con su hija. Eso es todavía mejor"

"Estas muy seguro de ti mismo hoy Damian, pero el juego se acabado y tu haz perdido" Raven puso sus manos sobre los desnudos hombros de Damian, aun sin ejercer fuerza.

"¿Quien dijo que perdí?..Este juego apenas comienza."

Toda la confianza de Raven desapareció cuando él descansó su cuerpo sobre ella.

Las manos de Damian se escabullían por debajo de ese suéter, recorriendo una vez mas ese camino que ella le había mostrado. Comenzó acariciando sus muslos, accediendo sutilmente hasta su pequeña cintura. El frío de sus manos creo escalofríos en la mujer, quien inconscientemente le permitió descansar entre sus piernas abiertas.

Raven contuvo su aliento, preparándose para detenerlo o quizás hacerlo volar fuera de ahí. Cualquiera que fuera su decisión final Damian lo impidió al empujar sus caderas contra las suyas e incluso con la tela de su pantalón podía sentir la sensación de su calor encontrándose con el suyo.

El movimiento fue inesperado para ella. Al fin ese aliento que estuvo conteniendo todo este tiempo fue libre y ese rubor que a Damian le gustaba ver comenzaba a asomarse por debajo del cuello de su prenda.

Damian no podía estar mas orgulloso de si mismo; Saboreaba la victoria conforme ella bajaba sus obstinados muros ante él. La llevaría al límite y el juego terminaría justo a tiempo para saborear su victoria..

"Siempre obtengo lo que quiero" Él le dijo con una apuesta sonrisa acercándose cada vez mas, sabiendo que pronto ella caería a su merced "No es como si fuera la primera vez que ocurre"

"Pues conmigo te has equivocadoooooh...."

Él la volvió a interrumpir con otro encuentro entre sus pelvis, el calor de ambos se mezclo para crear un feroz deseo.

Damian sabía que estaba jodido cuando sintió el aumento de la temperatura en su cuerpo quemándolo como el mismo infierno, rogándole por ser libre.

Su idea fue contraproducente, quien llegaba casi a su límete era él.

Era incapaz de apartar la mirada de su sonrojada piel, o de siquiera moverse un centímetro, tenía miedo de hacerlo y perderse la visión de Raven estremeciéndose debajo de él.

Ambos peligrosamente tocando el borde del límite.

Damian estaba ansioso por tener esos labios sobre los suyos, la necesidad lo consumía. Ella lo atraía como un encanto, el rastro de su esencia lo llamaba a perderse de la realidad por unos minutos.

Esta mujer tarde o temprano lo iba a acabar con él.

"He perdido" Damian susurró, extrañado por la delicadez en sus palabras.

Su dignidad cayó al suelo.

La chica no tuvo algo por decir, simplemente envolvió sus delgados brazos alrededor de su cuello y estrelló esos suaves labios sobre los suyos en un anticipado y acalorado beso.

El orgullo de Damian y sus ganas de ganar su juego se perdió conforme él correspondía ese beso con el mismo fervor. Tan apasionado como si ellos fueran unos ansiosos amantes que se encontraban por primera vez después de un largo tiempo, cuando en realidad solo habían pasado unas cuantas horas desde la ultima vez en la que unieron sus cuerpos en esta infernal y pasional danza.

"Somos unos adolescentes" Ella murmuró contra sus labios.

Sabía a lo que se refería; unos adolescentes hormonales incapaces de resistir los impulsos o de pensar en las consecuencias de este lujurioso acto.

Al diablo con eso.

La coherencia se había ido a pasear desde el momento en el cual sus manos tocaron esa tersa piel por primera vez en esta mañana.

Lo importante únicamente era disfrutar la sensación de la suave tela de su suéter contra su fuerte abdomen y de las piernas de Raven enredadas en sus caderas.

Damian solo pensaba en explorar detenidamente la tersa piel en su tacto y sentir el sabor en sus dulces labios atrapados entre sus propios dientes en un ligero mordisco mientras las caderas se rozaban mutuamente. La fricción y el calor propagándose como un incendio dentro de sus cuerpos lo hizo escuchar el ligero gemido de Raven.

Un sonido adictivo al cual se acostumbraba cada vez más.

La atención del hombre ahora estaba puesta sobre un fino cuello, los pequeños besos y mordiscos no le impedían que sus manos continuaran su harto labor de explorar esa pálida piel. Cada detalle fue apreciado hasta el momento en el cual sus callosos dedos se toparon con la esquina de aquel suéter color olivo.

En este juego no había reglas y por eso, el suéter olivo encontró su destino sobre el suelo alfombrado de su sala.

La respiración del chico se detuvo unos segundos al verla en toda su espléndida naturaleza en exclusiva para él.

Los apurados golpes en su corazón se intensificaban cada vez que el calor del deseo carnal aumentaba. El ritmo de sus latidos lo volvían loco con el paso de los segundos sosteniendo la mirada de la chica, una sensación nueva, diferente, cómoda y gratificante.

Era diferente a sus primeras experiencias, en donde el único objetivo era saciar el deseo carnal de sus cuerpos lo mas rápido posible. Ahora eso quedo en el olvido, él deseaba tomarse todo el tiempo del mundo para admirarla y explorarla.

Raven se encontraba perdida detrás del fuego de sus ojos, la llama con la cual ambos se han quemado varias veces en el pasado. Sus zafiros se intercalaban entre el morado mas bello al color de un fino rubí al par que su cabello corto brillaba como un halo adornando su cabeza.

Una visión para mantener por siempre en su memoria.

"¿Qué?, ¿Te quedaras solo viendo?. Tanto escándalo para nada" La malicia se apoderó del rostro de Raven, recordándole a Damian que ella era todo pero angelical.

Era un demonio con una boca escupiendo el mismo fuego infernal.

La mujer jugaba con la orilla del elástico de su pantalón deportivo, una sutil manera de pedir que la prenda desapareciera.

Sus pantalones eran un estorbo, en eso ella tenia razón.

"Eres un problema Roth"

"Eso lo he escuchado tantas veces, pero venos aquí"

El estorbo de sus pantalones había desaparecido para el momento en el cual Damian tomo a la chica en sus brazos y la hizo sentarse sobre sus fuertes piernas.

Cumpliría su palabra, se tomaría el tiempo en admirarla.

Quería ser testigo de cada reacción y de cada suspiro saliendo de sus labios provocado por sus caricias.

Raven mordía sus labios al sentir como él acariciaba sensualmente las curvas en su cintura. La moldeaba con su toque, decidido a memorizar cada curva, cada pequeña cicatriz sin curar y cada peca dibujada en su piel.

El corazón de Damian actuó de manera extraña al ver el contraste creado por los tonos de sus cuerpos; la pálida piel besada por el brillo lunar, versus su piel dorada bañada por los rayos del sol.

Ella era tan cálida, suave, asombrosa, casi perfecta. Un lienzo donde podía inspirarse a crear maravillosos momentos.

No importaba cuantas veces hubiera experimentado esto, para él siempre era como la primera vez.

Ella se cansó de esperar, colocó sus manos sobre el rostro del hombre para unir una vez más sus labios.

Su aroma lo indujo, se embriagaba con el sabor del té de sus labios y la sensación de los delgados dedos jugando con las cerdas de su cabello negro.

Él seguía explorando, abrazándola por la cintura acarició sus costillas, subiendo lentamente sus manos hasta finalmente atrapar en ellas sus pechos en un masaje, ella se separó un poco para suspirar en gozo.

Sus ojos se conectaron conforme se acostaban de nuevo sobre el sillón sin romper la tensión entre ellos.

Raven se dejó hundirse en los cojines de su tan adorado sofá blanco, murmurando incomprensibles palabras saliendo desde el fondo de su garganta al sentir como la boca del hombre prestaba toda su atención en sus pechos.

Un aliento ahogado, un entrecortado gemido, un largo suspiro.

Un ritmo sensual.

Damian se acomodó entre el espacio de sus abiertas piernas, disfrutando aun de los suaves pechos de la mujer con su boca.

Los dedos de Raven recorrían vagamente la espina en su espalda con pequeños coquetos toqueteos, tomando el tiempo necesario de apreciar cada cicatriz marcando su dorada piel, como si deseara conocer la historia detrás de cada herida que ella nunca tuvo la oportunidad de curar.

Él soltó el pecho de su boca y se inclinó hacia atrás para mirar los resultados de sus actos. Por que Damian no bromeaba al decir que se tomaría el tiempo necesario para admirarla.

Ella era un deleite, sus zafiros permanecían cerrados, sus mejillas acaloradas, y los cortos espasmos de placer y frustración saliendo de sus ya abusados labios eran la adicción perfecta para esta sensual ecuación..

Tomándola por la cintura, la acomodó con su frente hacia el respaldo del sillón y él cómodamente se acostó por su lado. La espalda de Raven se relajaba sobre el pecho del hombre.

"¿Está mal lo que hacemos?" Damian murmuró al sostenerla gentilmente por su cintura, permitiéndole a sus labios decorar con diminutos besos los hombros de la chica.

Un momento muy inoportuno para que su lógica hiciera acto de presencia.

"No." Ella le contestó sin aliento, sus manos apretando las de él reposadas en su cintura. Reconfortando sus innecesarias inseguridades con la acción. "Lo único malo aquí.. es que tu te estés tomando tu maldito tiempo.."

Raven arqueó su espalda contra él haciendo que su trasero se frotara con su ingle. Una provocación capaz de darle la chispa final para encender la lujuria dentro de su cuerpo.

Ya no podían esperar más, esta vez él complacería sus demandas.

Todo en su mente se nubló con un solo objetivo; liberar todo sus deseos en ella. Damian levantó la pierna de la chica y empujó su pelvis dentro de sus caderas.

Un ahogado grito se escapó de ambos al sentir como su miembro varonil se unía al cuerpo de Raven.

Él se derretía como hielo en verano, Se detuvo unos segundos con un hondo respiro, ajustándose a la invasión y disfrutando de la pequeña paz antes de que el pasional baile entre ellos comenzara.

Sus esmeraldas se cerraron al enterrar su nariz en el cuello de la chica, queriendo percibir sensorialmente todo lo que ocurría a su alrededor.

No sabía como ella lo hacía, pero su cabello siempre olía a frutos del bosque; fresa, zarzamora, moras o quizás un ligero tono de lavanda. El sonido de su débil y acortado aliento se convertía en murmullos de satisfacción saliendo de sus labios, expandiendo ese fuego por todas sus venas, convirtiendo a su cuerpo en un placentero infierno.

Con firme un agarre en las amplias caderas de la chica comenzó a empujar suavemente contra ella en un lento vaivén.

Damian gruñó al sentirla vibrar en complacencia, dando la bienvenida a cada empuje con gusto. El aliento de Raven se convertía en suspiros que sonaban con mas frecuencia conforme la lentitud iba subiendo su ritmo.

Un aliento ahogado, un entrecortado gemido, un largo suspiro.

¿Algún día Damian se cansaría de esto?...Su miedo era pensar que nunca se hartaría de tener a la mitad demonio para él.

Pero bueno, esa era una preocupación para otro momento.

En este instante solo le interesaba complacerla, llevarla a la cima del mundo hasta que pudiera ver las estrellas.

Cayeron dentro de un ritmo sensual y lento, la espalda de ella se arqueaba contra él y su boca se abría sin poder dejar de suspirar con cada encuentro de sus cuerpos.

La parte trasera de la cabeza de Raven se apoyó sobre el cuello de Damian mientras sus pequeñas manos apretaban con desesperación las de él, buscando como sea impulsar o acelerar el ritmos de sus pelvis.

La lentitud le impedía llegar a donde ella quería.

Damian captó sus intenciones, pero en lugar de complacerla, la detuvo con un firme agarré en sus amplias caderas.

Él dijo que la llevaría a ver la cima del mundo, más nunca dijo que eso sería pronto. Lo había dicho antes, al chico le gustaba tomarse su tiempo.

"Damian.." Raven se quejó en súplica al no obtener su pedido.

"¿Porque tanta prisa de repente?. Ni siquiera estabas interesada hace rato"

Era una oportunidad de oro para Nightwing presenciar tan abiertamente como aquella demonio tan altanera, poderosa y orgullosa se encontraba hecha un desastre debido a él; Pidiendo tan vulnerablemente por toda su atención.

"Bastardo.." Lo llamó así con un gruñido de frustración con cada empuje lento que él le regalaba, hundiéndose en su interior prometiéndole las estrellas pero sin querer dejarla llegar ahí todavía.

"Mmmm...Eso lo he escuchado tantas veces, pero venos aquí"

De nuevo usaba sus propias palabras en contra de ella.

"No juegues conmigo..."

Las manos de la chica se separaron de las suyas, encontraron un lugar sobre el respaldo del sillón frente a ella para apoyarse con impulso y sacudir sus caderas hacia atrás.

Un fuerte gruñido se escapó del hombre a las opresivas embestidas de esas caderas contra él, meciéndose y empujando con tal fuerza que ahora él estaba hecho un desastre.

Ella era una mujer que prefería actuar a esperar.

Él veía una luz por detrás de sus ojos, caía en un abismo. El fuego aumentando dentro de su cuerpo lo hacía perderse de la realidad y entrar a un estado de pleno placer.

Era imposible ganarle a la demonio, sería mejor caer en sus garras.

El calmado vaivén de sus pelvis y caderas pronto se convirtió en una batalla feroz de gruñidos, gemidos, y las plegarias de sus nombres resonando en sus oídos, una sensación tan placentera como desesperada.

Damian se empujaba ferozmente en ella, olvidando por completo la sutileza ante el abrumador deseo de liberarse. Pronto sus deseos se volvieron realidad conforme él abrazaba la cintura de la chica, embistió sin desfrenarse hasta que la presión de su miembro por fin explotó dentro de ella.

Disfrutó su éxtasis de placer aun mas gracias a unos delgados dedos jalando su oscura cabellera.

"Raven..." él murmuró sobre su hombro sin poder concentrarse en nada mas que en su nombre.

El grito de Raven a su propio terminar fue tan fuerte que provocó un retumbe en las altas ventanas de su departamento.

La había hecho llegar a la cima del mundo y mirar las estrellas.

Damian descansó sobre ella, dejándola disfrutar de su propia ola de placer antes de separarse de ella.

El calor de su cuerpo poco a poco se desvanecía para dejarlo únicamente con una sensación de plena satisfacción.

La realidad cada vez se veía mas clara en sus ojos conforme se recostaba por completo en el sillón. Pronto Raven siguió su ejemplo, gran parte de su cuerpo quedando mas arriba de su cuerpo que al de los cojines del sillón.

Ambos miraban el techo tratando de regresar sus respiraciones a un ritmo normal. Sus alientos se mezclaron mientras la mano de Damian peinaba las cerdas de ese corto cabello mientras ella recargaba su rostro sobre su pecho y descansaba sus manos sobre su abdomen en un casi inexistente abrazo.

Se quedaron en esa posición por un tiempo, aferrados hasta al ultimo momento de relajación.

Sus dedos temblaban al pasarse por la fina cabellera de Raven. Ahora que todo el calor del momento había desaparecido él comenzaba a pensar con claridad.

De nuevo había caído dentro del circulo vicioso.

"Debo...admitirlo" Raven sonaba sin aliento pero el tinte de diversión se asomaba en cada palabra "Estas mejorando mucho...la practica ha..hecho maravillas contigo..."

Para decir verdad, sus palabras llenaban su ego de hombre. Damian se emocionó, y su boca casi se convertía en una sonrisa de no ser por la siguiente declaración.

"Un buen rendimiento promedio"

Todo su ego cayó al suelo.

"¿Promedio?. Suplicaste..!" El orgullo de Damian salió a su defensa.

"Mmmm....aun así fue regular" Raven no pudo evitar connotar la burla en su voz.

Ella era consciente de lo mucho que sus palabras dañaban el ego del líder de los Titanes.

Pero su orgullo le iba a demostrar que, Damian Wayne estaba por arriba del promedio.

La risa de la chica se ahogó en su boca cuando él los uno en otro beso. Con una mano atrapada en su corto cabello y la otra apoderada de su cintura, abusó de sus labios una vez más.

La respuesta a su asalto fue casi instantánea.

Raven se sentó a horcadas sobre él, atrapando su rostro entre sus manos sin romper la tensa pelea de sus lenguas. El calor del deseo se volvía a encender como una flamante antorcha.

Naturalmente sus cuerpos se acomodaban para encajar a la perfección como un rompecabezas.

Damian saboreaba cada murmullo de su boca, el toque de su té de la mañana aun seguía ahí provocando ese emocionado salto en su ingle.

Tal vez estaban listos para una tercera ronda.

"¡Damian Wayne!, Hola.....¿Cómo se usa esta cosa?, "

Tan rápido como la llama de la pasión había llegado desapareció.

Un tremendo escalofrío recorrió por sus venas al escuchar, lo que parecía ser, una tercera voz llamándolo.

La pareja detuvo su actividad abruptamente, los ojos de ambos reflejaban el terror al reconocer la voz de Jonathan Kent dentro del departamento.

Aun con el estupor de sus cuerpos, ambos lograron ganar el valor suficiente para voltear hacia donde se encontraba la enorme pantalla frente a ellos. La antes oscura pantalla del televisor, mostraba ahora la cara de un confundido Jon en el área del estacionamiento del edificio.

Por supuesto el edificio debía tener videollamadas en lugar del típico timbre de hogar.

Maldición, el peor momento para una visita sorpresa Jon.

"¡Jon!"

Raven estaba tan aterrada que al levantarse de él logro golpearlo en el rostro con uno de sus codos.

Damian se quejaba del golpe en su mejilla mientras veía como la avergonzada mujer buscaba ansiosamente algo con que cubrirse.

"¿Huh?...¿Dijeron mi nombre?"

"Sh..." Damian silenció a la joven. La atrapó gentilmente de su brazo para calmar su pánico.

"¿SH?!...¡Idiota.!" Ella aportó su agarré de un manotazo, y ya vestida con el suéter, encaro al chico de ojos azules en la pantalla "Esto no es lo que parece Jon, deja te explico."

Damian no pudo aguantarse la risa escapándose por debajo de su aliento al ver a Raven cubriendo su avergonzado rostro.

Si tan solo supiera que Jon no podía verlos ni escucharlos. Para eso Damian tenía que aceptar la llamada, se lo diría....eventualmente. Pero primero, disfrutaría de su pequeño ataque de pánico.

Nightwing se agachó con toda la calma del mundo a juntar su pantalón del suelo. No había de que preocuparse, sus actividades continuaban siendo secretas.

Aunque Raven aun no lo sabía.

"Por Azar, ¿Porque lo tuvo que descubrir Jon?"

"Raven, Jon no puede vernos" Damian decidió dar un fin al sufrimiento de la chica, quien aun no se daba cuenta que Jon ni siquiera reaccionaba a sus comentarios.

"Esta es toda tu culpa, ¡¿Como podré ver a Jon a los ojos?!"

"Raven, ¿Tu crees que esa es la cara de un hombre que acaba de descubrir a sus dos amigos en esa clase de posición?"

La chica detuvo su nervioso andar para volver a mirar a la pantalla. Jon seguía ahí con la confusión en su rostro, sus dedos tocaban la pantalla como si trataran de presionar botones.

"¿Damian?, ¿Hola?.....¿y si presiono aquí?...No funciona...."

'Tantos músculos y ni siquiera sabe como funciona un mecanismo tan sencillo de videollamada' Damian pensó ante los patéticos e innecesarios toqueteos del superchico en la pantalla.

"El sistema de seguridad solo me muestra los acontecimientos de afuera, primero tengo que aceptar la llamada para que él pueda ver lo que pasa aquí. Jon no nos vio, pero deja de gritar o nos escuchará con ese superoido suyo"

"Oh Azar" Raven se llevó una mano a su cabeza y se dejo caer en el sillón. "¿Que vamos hacer?"

"Nada, Jon se cansará de esperar y se irá"

"¿Estas seguro?"

Por su parte el superchico se podía quedar toda la eternidad a esperar a que la puerta se abriera, no le importaba. Ese alíen se lo merecería por interrumpir.

Ignorando los reclamos de Jon por querer entrar camino hasta su habitación. Al acercarse ya podía escuchar los alegres ladridos del otro lado de la puerta. Al abrirla una gran masa negra de pelos salió corriendo como un rayo hasta donde la chica se encontraba sentada en el sofá. El perro movía su cola en satisfacción cuando ella comenzó a rascar detrás de esas peludas orejas.

Titus era su perro, pero muchas veces dudaba de su lealtad hacia él.

"'¡Damian! Abreme, traje tu comida favorita" En la pantalla se podía ver a Jon mostrando una bolsa de comida, esperanzado a que su noticia hiciera que mágicamente la llamada fuera tomada. O mejor aun, obtener el acceso al elevador para llegar hasta el penthouse.

La voz de Jon provocó que Titus comenzara a ladrar hacia la pantalla.

"Tienes razón Titus, es un tonto." El chico acaricio la cabeza del animal mientras Raven lo juzgaba con la mirada. "¿Qué?, es cierto."

"Hay alguien aquí, le pediré ayuda....¡Señor, disculpe!"

Un movimiento brusco por la esquina de sus ojos verdes lo hizo voltear a tiempo a la pantalla. Jon saludaba a un adulto mayor, preguntándole amablemente el como podía subir hasta el penthouse del edificio.

Nunca en su vida había actuado tan rápido como lo hizo en estos momentos al tomar el teclado de su pantalla abandonada a un lado de los pies de Raven.

"¡Jon! ¡Jon!" Él lo llamó al aceptar la llamada.

Demasiado tarde.

El chico de Kansas ya había subido al elevador. Era cuestión de minutos los que se tomaría para llegar al ultimo piso.

El alienigena podría ser ingenuo pero era perceptivo. Seguramente él notaría muchas cosas fuera de lugar en cuanto entrara al departamento.

El Temor se apoderaba de Damian Wayne. Lo único que le faltaba era que alguien más, aparte de Rose Wilson, supiera sobre 'esto'.

Miró a Raven a los ojos y ella de inmediato captó su preocupación.

"Cámbiate. Yo me encargo del resto" Ella dijo cuando sus ojos se volvieron blancos y todo a su alrededor comenzó a moverse.

El menor de los Wayne desapareció a su habitación buscando cambiar su atuendo, porque no era normal que Damian Wayne estuviera aun en sus pijamas a tales horas del día.

La habitación ya estaba limpia para cuando entró, seguramente gracias a los poderes de la mitad demonio. La magia de Raven podía ser impecable, pero al parecer esta vez algo había fallado porque Damian podía aun ver la ropa de ambos del día anterior sobre el suelo y la sábanas sucias sobre la cama.

Al terminar de cambiarse, el chico inmediatamente tomó las prendas sucias en sus manos. De nada serviría esconder toda esa ropa debajo de la cama de una persona con la habilidad de rayos x.

Jon nunca invadiría su privacidad, pero aun así, ese era un riesgo que no podía tomarse.

Llegó a la sala de nuevo con las manos llenas y un Titus siguiendo sus pasos emocionado, seguramente el canino pensaba que sus amos estaban jugando.

No tenía ni la menor idea.

"¡Desaparece esto!"

La ropa en las manos del chico no tardó en desaparecer. Ahora todo estaba en su lugar...bueno, aun quedaba la presencia de la agitada mitad demonio en su sala.

"Me voy antes de que -"

Frenéticos golpes en la puerta de la entrada interrumpieron cualquier cosa que Raven fuera a decir.

"¡Damian! ¡Abre!"

La suerte del par de aves estaba dentro de una mala racha cuando pudieron escuchar la voz de Jon resonando del otro lado de la puerta.

"¿Como entró?" Damian susurro con cautela.

"No es tan tonto como pensabas" Raven le respondió con baja voz, sus poderes se alistaban para desaparecerla de lugar "Me voy—.¡AH! ,¡Titus!"

Al parecer el can no estaba muy alegre por escuchar la noticia, porque en cuanto Raven lo anunció, el perro tomó un pedazo del suéter en su hocico, jalando la tela en protesta.

Raven luchó contra el perro pero la mordida del can era fuerte y fue tanto el forcejeo que cuando Titus abrió su hocico ella termino cayendo al suelo con un fuerte estruendo.

"¿Raven? ¿Estas ahí?, ¿Están en problemas?"

Jon escuchó todo el estruendo, descubriendo con tanto gritos la presencia de la mitad demonio. No había marcha atrás, sería muy sospechoso que ella desapareciera ahora.

"Abrele Rápido" Ella dijo mientras tomaba a Titus de su collar.

"Pero..." Damian dudó, después de todo la chica seguía vestida únicamente con su suéter.

"Hazlo, antes de que entre a la fuerza" Fueron las ultimas palabras de Raven antes de desaparecer en el baño con Titus detrás de ellas.

Damian no entendía que estaba pasando pero confiaría en ella, y tal como dijo fue a abrirle la puerta al superchico.

"¡Calma tus caballos Kent!"

"¡Finalmente alguien me responde!"

"¿Qué quieres?" Damian saludó sin emoción al chico de lentes.

"Esa no es la forma de saludar a un amigo que se toma la molestia en visitarte" El superchico entro al departamento cargando una bolsa de papel en sus manos.

"Nadie te invitó"

"No necesito invitación, Somos amigos."

"Desafortunadamente"

El menor frunció el ceño, molesto por la forma en la cual fue recibido.

Jon dejó la bolsa de papel en la isla de la cocina, sacando unos contenedores llenos de comida de ahí.

"En fin, ¿En donde esta Raven?. Traje comida suficiente como para cuatro."

"¿Raven?"

"Si, hace rato escuché su voz."

Damian tragó saliva. ¿En donde estaba Raven?, ¿Qué le podría decir?

"Aquí estoy Jon."

Raven salía del baño completamente vestida en unos viejos jeans y una sencilla playera azul, como si hace dos minutos no hubiera estado padeciendo un colapso nervioso.

"¡Rae!, Buenos días!" El superchico sonrío ampliamente al verla..

"Buenos días, Smallville" Raven le sonrío causando felicidad en Jon. "Veo que traes el almuerzo, ¿Hay suficiente para mi?"

"Por supuesto, hay suficiente para todos, siéntate que ya lo sirvo"

"¿Cómo lo hiciste?" Damian le preguntó bajamente cuando ella le pasó por un lado.

Jon estaba demasiado ocupado sirviendo los platos de comida como para notar sus intercambios de murmullos.

"Con un poco de Magia." Con un guiño en sus ojos, ella se alejó al comedor.

"Raven, ¿También acabas de llegar?" Jon le preguntó a la mujer mientras se acomodaba también en la mesa llena de comida.

"Llegue temprano por la mañana" Ella contesto indiferentemente removiendo el plato de pasta frente a ella.

"¿Y Damian también te dejó sufriendo sin abrirte la puerta?. Es un malvado y un malagradecido"

"Estoy sentado justo aquí, granjero." El moreno gruñó, mas fue ignorado por sus amigos.

"No me ignoró, por todo lo contrario, abrió la puerta tan rápido que pensé que la arrancaría. Estaba desesperado" La chica comentó sin más, ocultando el verdadero significado de sus palabras "Pero solo lo hizo porque sabía que venía a darle un baño a Titus"

Al final la chica mintió.

Poco después, Titus apareció saliendo del baño con un gimoteo y un brillante pelaje, como si recién saliera de darse un baño.

"Parece que a Titus no le gustó mucho su baño" Jon dijo divertido, viendo al perro tirándose sobre el suelo casi con tristeza.

"Y exactamente para eso los tengo como amigos, tu me traes comida los domingos y Raven atiende a mi perro. Debo decirlo, excelente servicio el de ambos"

"No le hagas caso Jon. Damian dice eso porque esta celoso, Titus únicamente se deja bañar por mi"

"Eso es porque tu lo tienes muy mimado, bruja."

"¿Yo?, Titus únicamente puede dormir en tu cama. Nunca lo hace en otro lugar"

"Tiene ansiedad por las noches"

"Acéptalo, lo malacostumbraste Damian"

"Tu eres la culpable de esa actitud"

La discusión entre las aves fue interrumpida por un divertido resoplido proviniendo del Joven Kent.

"¿Porque te ríes gran tonto?"

"De sus comportamientos" Jon respondió al moreno, sin poder ocultar la mueca de diversión de su rostro. "Ustedes actúan como una pareja de casados, y Titus es el hijo"

El perro ladró al escuchar su nombre, haciendo que Jon se distrajera lo suficiente como para no ver como sus dos amigos se habían quedado completamente en silencio y con muestras de un vergonzoso rubor en las mejillas de ambos.

"No digas tonterías Jon" Raven terminó por decir sin levantar la vista de su plato.

Damian continuó comiendo con una incómoda sensación en su estomago.

Jon era un idiota que arruinaba todo.

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