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3.18 Rapunzel nunca fue inocente

En el bolsillo de su short, Raven cargaba el llavero que Damian de 'mala gana' le había obsequiado. Se comportaba como un bastardo orgulloso incluso cuando le entregaba un obsequio; él era naturalmente un desastre emocional. Pero siendo sinceros, ambos lo eran.

Damian y Raven, un par de almas emocionalmente conflictivas que hoy habían disfrutado de la simplicidad de la vida con dos citas. Una agradable experiencia para ella, especialmente cuando en ningún momento sintió miedo por sus inestables emociones causando un desastre a su camino. Era como si su empatía encontrara el equilibrio perfecto gracias a la compañía del moreno.

Una idea cursi, pero factible.

El cambio en la relación de las aves comenzó con un ritmo lento, dejando a los besos y caricias en ser los encargados en ayudarles a comprender sus sentimientos. Pero, los acontecimientos de hoy le hicieron darse cuenta del verdadero peso en la formalidad a donde los dos habían caído; A un cortejo amoroso, a citas, a coqueteos románticos y a muestras de afecto que cada vez se sentían de lo más natural.

En conclusión; actuaban como novios a pesar de que el titulo aun no se dijera en voz alta por ninguno de los dos.

El mero pensamiento provocó que el estómago de Raven se revolviera en una agradable sensación.

La 'cita' terminó siendo un bocado de aire fresco, y a ella le gustaría que se repitiera. Tal vez no mañana, ni pasado, pero si algún día en el futuro cercano. De todas formas, con tantos pendientes que ambos héroes cargaban sobre los hombros era casi imposible que el día se volviera a repetir pronto.

La luz de la luna colándose por los grandes ventanales de la torre e iluminando su camino hacia la oficina del líder le recordaba a la mitad demonio que precisamente su motivo de estar en el desolado edificio era para darle más atención a esos precisos problemas de los que hablaba.

El trayecto a su destino fue corto, y en nada pudo divisar al final del pasillo la familiar puerta de la oficina. Sin embargo, lo que no le resultó tan familiar fue encontrar ahí mismo a una rubia jugando con el mecanismo de la cerradura eléctrica.

"Kara, ¿Qué estás haciendo?." Raven dijo, genuinamente confundida por la presencia de la super chica en tan cuestionable posición.

"¡Raven!, que bueno es verte."  Kara la saludó con amabilidad a pesar del sobresalto que se llevó al ser atrapada.

"¿Tratas de entrar a la oficina de Damian?." La mitad demonio señaló a la cerradura que la chica pobremente ocultaba detrás de su cuerpo.

"¿Qué?. ¡No!, solo me aburrí un poco y quería adivinar la contraseña de la puerta."

"Entonces, si querías entrar."

"Bien, lo acepto. Pero solo porque ya me cansé de esperar a Nightwing en el pasillo."

"Damian esta patrullando esta noche."

"Puedo esperar su regreso."

"No creo que regrese pronto. ¿Lo necesitas para algo que no puedes decirme?." Raven frunció el ceño, nada complacida por como las mejillas de la super chica se pintaban en un ligero carmesí.

"Es un asunto privado."

"Ya veo." Ella alzó una ceja ante el aprensivo secretismo. "Es una perdida de tiempo que esperes por Damian, volverá hasta en la mañana. Así que, vuelve a tus asuntos."

Raven entró a la oficina, haciendo todo lo posible en cerrar la puerta, antes de que la rubia pudiera auto invitarse. Sin embargo, olvidó la natural velocidad de Kara y, para cuando menos se lo esperó, la susodicha se abrió  espacio en el interior. Obviamente ignorando la indirecta que Raven le había lanzado previamente para que se marchara.

"Zachary me actualizó con la misión de la amiga de Nightwing. Creo que mis habilidades pueden ayudarlo a encontrarla."

"Zachary no esta autorizado para dar esa clase de información." Raven dejó salir un resoplido de sus labios al darse cuenta de que la mujer no tenía ninguna intención por irse pronto.

"Pero puedo ser de ayuda."

"Gracias por ofrecer tu ayuda, pero tus 'habilidades' son esenciales para otro tipo de misiones. Aquí, en San Francisco."

Por un microsegundo Raven pensó que su comentario sirvió para ofender a la Super chica, pues esta ya no le contestó. La realidad fue que  Kara estaba muy ocupada curioseando la oficina como si se tratara del mismísimo museo de Louvre como para responderle.

Ignoró a la chica para acercarse al escritorio, su motivo por estar en la torre aun seguía sin ser atendido. El sistema de rastreo la esperaba en la mesa, pero primero, guardaría la llave del auto de Damian en un lugar lejos de adolescentes traviesos que pudieran causar problemas si es que la llegaban a encontrar.

"¿Tienes un Ferrari? Wow, debe irte muy bien en esa editorial donde trabajas." Kara le recalcó con asombro, al reconocer el logotipo en la llave que la mitad demonio guardaba.

"Un coche sería una mala inversión cuando puedo usar mi magia para transportarme." Ella encogió sus hombros, sentándose en la silla del escritorio como si le perteneciera. "El Ferrari es de Damian, me ofrecí a traerlo cuando Jaime lo llamó antes de lo esperado a patrullar."

"¿Tu estuviste con Nightwing hoy?."

"Si, todo el día. ¿Porque?"

"Ahora entiendo porque no vi a ninguno de los dos durante todo el día. Ustedes si que pasan mucho tiempo juntos."

¿Era su imaginación o Kara le hablaba cortantemente?. Más que un agradable comentario, parecía que ella la atacaba o peor aun, le reclamaba con recelo.

"Lo dices como si fuera algo malo."

"¿Como piensas eso?, Claro que no." La mujer dijo casi ofendida, pero el color se había drenado de su cara.

"Tu tono de voz te delató, ¿Hay algún problema con mi cercanía a Damian?" Raven fue tan directa que puso nerviosa a la otra mujer.

"No...la..." Kara balbuceó, controlando su voz para encontrar de nuevo sus palabras. "¿Sabes que?, Realmente necesito hablar con Nightwing, lo buscaré yo misma."

Apresurada e incapaz de darle el frente de nuevo, Kara marchó a la puerta sin darle una oportunidad a Raven de decirle que su presencia solo estorbaría en el patrullaje.

"Raven, oí que estabas——¡Oye!." En su repentina aparición, Zachary Zatara se estrelló con la rubia, la cual le pasó de lado sin disculparse o detenerse. "¿Cuál es su problema?.

"No lo sé." Raven suspiró, pues ni ella misma tenía idea de lo que acababa de ocurrir. "Sinceramente no me interesa."

"Lucia muy frenética en irse, ¿Asustaste a Supergirl?. "

"Sabes que me encanta hacer temblar a la gente, pero creo que ella esta más apresurada por encontrar a Damian que por huir de mi."

Ahhh!, tiene sentido." Zachary chasqueó los dedos, como si hubiera encontrado la respuesta al extraño comportamiento de Kara.

"¿Sentido, en que?."

"Nada importante." Él se recargó en el escritorio, sus danzantes ojos enfocados en la laptop que Raven revisaba. "¿Estas viendo el caso de la genio?, ¿Haz encontrado algo?"

"Cero novedades." 

La respuesta fue corta, ella se enfocaba más por buscar en el lenguaje corporal del mago una pista que revelara eso que negó decirle sobre Kara.

Desechó la idea casi de inmediato. No tenía tiempo, ni necesidad por andar fisgoneando en la vida de Supergirl. Aunque tuviera algo 'privado' por hablar con Damian, a Raven le parecía una información irrelevante para su vida.

Ella tomó un largo respiro para relajarse, se dejaba llevar por prejuicios sin fundamentos que su insegura mente creaba. Sería mejor abrazar el silencio que se acomodó en el lugar para terminar su trabajo. Debía aprovechar que Zachary se había quedado callado, ese era un verdadero milagro.

Unos cuantos minutos de paz fueron suficientes para que ella terminará su investigación, decepcionándose por no encontrar ningún dato nuevo que alentara la misión. También, en ese preciso momento, la tranquilidad se esfumó cuando la colección de dagas de Damian cayeron escandalosamente de la pared al suelo gracias a las manos de un entrometido mago.

"¿Qué demonios haces Zachary?" Ella arrastró su voz con fastidio.

"Fue un accidente. Me distraje porque recordé como Kara salió corriendo tan desesperada, fue muy tierno."

"Deben ser ya muy buenos amigos sí la llamas Kara, y le hablas sobre información confidencial del equipo. ¿Porque le contaste de la misión de Maps?, ese asunto no le concierne."

"¿Celosa de que te esté robando a tu lindo Zachary?"

"Ni en tus sueños."

"En mis sueños haces otras cosas más placenteras, linda demonio."

"Repugnante."

Por supuesto Zachary deduciría que su reclamó era un acto de celos y además,  convertiría sus comentarios en algo sugerente.

"¿Repugnante?. Raven, nunca habías hablado así de mi, tengo pruebas que lo demuestran." Zachary buscó en su teléfono para después pasárselo. "Después de ese show fuimos a mi penthouse. Si no recuerdas, lo que ocurrió ahí fue sumamente placentero y nada asqueroso."

En la pantalla del teléfono vió una foto de ella vestida como una muy promiscua conejita. La única vez que Raven cedió ante los caprichos del mago por verla como su asistente en uno de sus shows.

Cumplió sus fantasías aquella vez mientras aún salían para regresar el gran detalle que Zachary había hecho por ella. Después de todo, no cualquiera emprendía un viaje de vida o muerte para buscar un libro solo para complacerla. Un detalle tan significativo que nunca hubiera imaginado que detrás de este existió una inmemorable experiencia para el mago junto a su compañero de viaje; Eddie, Kid Devil.

"Claro, recuérdame como a los días de esta foto tu me dejaste por Eddie."

"Ehh....¿Ya te dije lo hermosa que te ves usando esa blusa de Bugs Bunny?. Puedo jurar, hasta lo inmundo en ti luce como una fina pieza de Channel."

Cambiando el tema a la velocidad de Flash, típico de Zachary.

"Mejor hablemos mas de ese viaje que hiciste para buscar mi libro. ¿Fue ahí cuando decidiste engañarme con Eddie o fue antes del viaje?." Raven insistió, no queriendo que el mago se saliera con la suya tan fácilmente.

"¡Ah!,...esa Supergirl, fue divertido verla tan nerviosa. Lastima que no sepas por que se fue corriendo así, porque, quedarías conmocionada si lo supieras."

Nuevamente cambiaba el tema y esta vez si logró captar el interés de Raven. Ella veía como en los ojos del mago se ocultaba un gran secreto. Honestamente, le daba curiosidad saber porque él insistía con Supergirl, pero, conociendo a Zachary era seguro que él primero la chantajearía con algo a cambio por esa información que guardaba.

Afortunadamente, la psicología inversa siempre le funcionaba en el mago. Le mostraría desinterés por el tema hasta que él mismo derramara el secreto.

Ella ni si quiera se esforzaría mucho, ya lo verán.

"Si tu lo dices." Raven murmuró al levantarse a juntar las armas y colocarlas en su lugar sobre la pared.

"¿No quieres saber?. Es una noticia gigantesca." Zachary se acercó a ella, impaciente.

"Respeto la privacidad de los demás, esta bien si no puedo saberlo".

"Pero Rae, esto te dejará con la boca abierta."

"Zachary, sabes que no me gustan los chismes."

"¡Pero!"

"Basta, no quiero escucharlo."

"¡Te lo diré de todas formas!, Pero primero trata de adivinarlo."

Raven continuó acomodando las dagas, sin embargo sonrío secretamente ante la facilidad con la cual Zachary se dió por vencido en su propio juego.

"¿Vas a decirme que Kara esta enamorada de ti?, porque puedo asegurar que eso solo eres tu siendo un egocéntrico."

"Divertido que lo menciones, casi atinas. Porque Supergirl esta si enamorada, pero no de mí."

"¿Ah no?. Entonces, ¿De quien?"

"Es increíble que conociéndome eligiera a alguien más. Nadie es mejor que Zachary. Mírame..." Él se señaló a si mismo, luciendo su cuerpo como un modelo e ignorando su pregunta. "Soy guapo, inteligente, joven, rico, poderoso..."

"¿De quién?" Raven interrumpió la pretenciosa palabrería del mago, ya suspicaz a la respuesta que recibiría.

"De Nightwing. ¿No te habías dado cuenta?, si busca por él cada día y cada noche...¡Esa chica esta obsesionada!"

Era justo la respuesta que la mitad demonio había anticipado, pero no por eso dejaba de causarle un malestar en el fondo de su estomago.

"Zachary, cómo puedes..."

"¿Estar tan seguro?" Zachary terminó por ella al regalarle una mueca pilla y complaciente. "Ella misma me lo confesó."

Él decía la verdad, Raven podía sentirlo.

Con que esa era la razón por la insistencia de Kara de encontrar a Damian a cada rato. A Supergirl le gustaba Nightwing.

Raven intentó encontrar algo que matará esos desagradables celos que comenzaban aparecer en ella. Cualquier razonamiento serviría...

"Según Wonder Girl todas las chicas de la torre están enamoradas de Damian...Nada especial en eso."

Damian era un hombre atractivo. La atracción es un proceso natural y a veces inevitable. A la super chica podía gustarle, eso no significaba nada.

"Rae, este equipo esta conformado mayormente por menores de edad, en ellas será un crush pasajero. Pero Kara es una mujer, ya sabe lo que quiere, y por lo que he escuchado...sabe como conseguirlo."

Las armas quedaron olvidadas en el suelo, conforme ella trataba de encontrar sentido a lo que Zachary decía.

Raven se mordió los labios consternada.....¿Conseguirlo?...¿Conseguir que?.

"Oh, ¿No lo sabes?" Zachary preguntó inocente a su silencio.

"Saber que."

"De que tu querido líder y la princesa de Krypton pasaron a tercera base en el espacio, al parecer en una misión que compartieron hace poco. Según Kara hubo bastantes toqueteos intensos. ¿Puedes imaginarte a ese cavernícola besando de lengua a la dulce Kara?."

No, no podía imaginarse nada de eso.

La sangre comenzó a hervirle en las venas, veía rojo y solo quería tener a Kara enfrente para confrontarla por las buenas o las malas con la verdad. Ese lado posesivo en ella se sentía traicionado y sumamente enojado.

Pero nada tenía sentido. Damian y Supergirl solo han tenido una misión juntos en el espacio, acompañados por otras personas. Como por ejemplo; el siempre confiable Jonathan Kent, quien nunca ha mencionado algo referente a un acto tan barbárico entre su mejor amigo y prima.

"Si eso fuera verdad, yo ya lo sabría."

"Damian es un Wayne, tiene maneras de ocultar información que no le conviene." Zachary le lanzó una mirada incrédula al notarla desconfiada. "Es lógico, ¿Por cual otra razón Kara estaría entusiasmada por venir a los Titanes?, sí trabaja con Superman, con las grandes ligas. Esta aquí por que busca otra sesión de besuqueos con él."

No.

Una información como esa era difícil de mantenerse en secreto teniendo a Jon o Jaime Reyes que vivían por difundir los chismes. Si fuera verdad, lo menos que esperaba era haber escuchado una especulación o un rumor al respecto. Raven era capaz de creer en el enamoramiento de Kara por Damian, pero, ¿Que Damian besara a Supergirl?; Imposible, ni siquiera en contra de la voluntad del moreno.

Damian odiaba a Kara, lo ha dejado claro cada vez que se topaba con ella.  Mientras tanto, en el rostro del mago había una expresión llena de presunción. Ella desconfiaba de la credibilidad de lo que acaba de confesar y hay muchas razones en el pasado para que Raven creyera más en sus instintos que las palabras del mago.

"No se a donde quieres llegar con esto, pero ha sido suficiente Zachary."

"No quiero nada, te estoy diciendo la verdad Raven." Zachary la tomó del brazo para girarla a su frente. El tono juguetón en su voz desapareció. "No soy un tonto, se que lo que pasa entre tu y ese Wayne. Tu necesitas saber la verdad del error que cometes."

Ella ni siquiera se impresionó por la declaración, tarde o temprano él descubriría lo que ocurría entre Damian y ella. Zachary era demasiado observador como para que el secreto se prolongara por más tiempo.

Pero ahora el comportamiento del mago tenía una evidente explicación. Él  no solo se aprovechaba de los sentimientos de Kara, sino que también acusaba a Damian de un acto irreal para su propio beneficio. Este debía ser otro sucio truco que sacaba debajo del sombrero, otro engaño, un capricho más.

Por este preciso detalle, ella consideró tanto guardar el secreto del mago. Zachary a veces no medía sus límites. Era capaz de cualquier cosa por conseguir sus caprichos, incluso mentir despiadadamente. Justo lo que hacía en estos momentos.

"No voy a negar tus sospechas Zachary...."

"¡Lo sabía!" Zachary la cortó con un rabioso quejido. "Raven, no puedes hacer esto. ¿Porque te rebajas por alguien que no te respeta?. Damian amenazó a todos en callar el secreto de Kara, ¿Crees que no es capaz de hacerlo?.

"Estás yendo demasiado lejos con tus mentiras." Ella rechazó el tacto del mago.

"No son mentiras. Quiero protegerte, él esta usándote. Mereces algo mejor."

"¿Quién, tu?". Raven deseaba reír ante el descaro, él quería protegerla cuando en el pasado fue quien más la lastimó. "Soy un capricho para ti Zachary, me usaste y cuando te aburriste de mi te fuiste con alguien más."

Zachary era su amigo, lo apreciaba, pero estaba cansada de sus mentiras, sus juegos mentales, del chantaje y la manipulación.

Pasaron minutos en el suspenso, al parecer su frío comentario dejó al mago sin una contestación. La culpa detrás de sus iris azules no enorgullecía a Raven, sus intensiones nunca fueron hacerlo sentir mal. Sin embargo, era tiempo para que él aprendiera a aceptar su decisión de la misma forma en la cual ella lo hizo con él y Kid Devil.

"No soy una muñeca con la que puedas jugar, tirar, olvidar y volver a recoger cuando quieras." Ella le dijo, esta vez más calmada.

"Créeme Raven."

"No esta vez Zachary." Ella negó con la cabeza, creando más espacio entre ellos.

"Tienes demasiada fé en él."

Si, confiaba fielmente en Damian. Los hechos del presente eran lo que más contaban para ella. Con él, su empatía flotaba libremente, en cambio con Zachary parecía esconderse, sus emociones le agotaban al grado de ni siquiera intentar comprenderlas.

"Damian rara vez me ha mentido, en cambio tu haces todo lo contrario. Estoy cansada de este juego de manipulación."

"Aún te amo Raven, lo sabes, lo sientes." De dos pasos Zachary volvió a cerrar la distancia entre ellos para atrapar sus manos juntas, con la esperanza de que ella pudiera sentir sus emociones en el tacto. "Por favor..."

Sonaba como un hombre que ya no tenía mas por ofrecer, este era su ultimo intento. Ya era demasiado tarde para esa clase de sentimientos entre ellos.

"Te quiero Zachary, pero como un amigo. Eso no va cambiar."

"Me besaste en el elevador, ese beso significó..."

"Sabes bien que tu forzaste ese beso." Ella volvió a romper la distancia entre ellos. "Me besaste, me tocaste porque confió en ti y me tomaste sorpresa. Como tu amiga te pido que no se vuelva a repetir, por favor."

"Lo siento Raven, trato lo mejor de enmendar mis errores del pasado."

"Pero lo haces pensando solo en tus intereses, Zachary."

El hombre bajó los hombros en derrota, sus iris ocupados, como si detrás de ellos su cerebro por fin se hubiera dado cuenta que sus intenciones no eran del todo buenas.

"Tienes razón, fui un egoísta. Lo siento tanto Raven...Merezco que me    golpees como castigo. ¡Hazlo!, solo así sentiré que me perdonas. Anda, un golpe y—-ARG."  La suplica de Zachary se transformo en un gritó de agonía cuando el puño de Raven se conectó con su rostro. "Raven, ¡me golpeaste!"

"Tu lo estabas pidiendo."

"Pero solo para que sintieras pena por mi." Con una mano en el rostro, Zachary se vió en el reflejo de su teléfono. El horror no tardo de expresarse en sus facciones. "¡AH! Mi hermoso rostro...¡Raven!."

"Lo vas a saber superar." Ella suspiró al poner una palma sobre el rostro del mago. Curó el dolor y la hinchazón, pero no el color negro que se formaba debajo de su ojo, ese sería un castigo que él cargaría consigo por un tiempo.

"Espera, me golpeaste,  quiere decir que me perdonas..."

"Es un comienzo." Con eso, ella hizo que el mago sonriera en par en par. Pero antes de otorgarle su absoluto perdón, ella debía asegurarse de que él realmente la apoyaría en todo. "Zachary, te apresaría que nuestra conversación no saliera de esta oficina."

"No te preocupes Rae." Él puso una amistosa mano sobre su hombro. "Los amigos están para guardar secretos".

Había amargura en su voz, pero ella aceptó su promesa al reposar su palma sobre la de él. "Gracias."

"Ni lo menciones, y como muestra de mi sincero perdón, trabajaré duro para ayudarte con tu misión de esa mugrosa genio. Es lo menos que puedo hacer."

"Realmente lo apreció, pero hoy ya estoy cansada, cierra la puerta cuando salgas, ¿Si?"

Zachary cabeceó y le dedicó un amistoso apretón en el hombro al decirle buenas noches. Ella le regresó la cortesía para así salir de la oficina de Damian.

Abandonaba al mago en aquella oficina pero consigo, ella traía un nuevo peso en su pecho. A pesar de que Zachary era una dudosa fuente de información, la conversación sirvió para sembrar la duda en su cerebro.

—————-

Su noche fue pésima, y todo se lo debía a la charlatanería de Zachary Zatara. Aunque se dijo mil veces que no caería en sus juegos mentales, Raven en lugar de dormir, repitió como una obsesión dentro de su mente la conversación que tuvo con el mago. Perdió por completo la serenidad metal.

Estaba lejos de ser una persona celosa, Damian podía tener a sus seguidoras, a ella no le importaba. Lo que realmente le hacia sentir amargura era que el caso se tratara especialmente de Supergirl.

Kara tuvo siempre todo lo que Raven deseó; libertad, confianza y aceptación. Ahora, aparecía para querer arrebatarle lo único que se había ganado. Con la suerte que tenía, seguro la vida volvería a favorecer a la rubia y le arrebataría a Raven el afecto de Damian para entregárselo en charola de plata.

Kara Danvers necesitaba guardarse sus intensiones con Damian Wayne, porque los demonios nunca compartían lo que ya era suyo.

Nunca.

Raven frotó su sien, queriendo eliminar esos innecesarios pensamientos de su cabeza. Fuera verdad o mentira lo que Zachary dijo, Raven no tenía porque obsesionarse con el asunto, era una perdida de tiempo.

Ella se hundió mas en el sofá de su sala, refunfuñaba mientras tomaba pequeños sorbos de su té. Giró su cabeza hacia la ventana, la calurosa mañana que se colaba a su departamento le recordaba al sol de la playa. Ayer había sido un día tan grato y hoy su mente era un enorme caos... gracias por nada Zachary.

Trataría de dejar eso en el pasado, pues en lugar de pensar en habladurías debería preocuparse más en como no sabía nada de Damian desde ayer que se fue a patrullar.

Le había mandado un mensaje antes de irse a la cama pero no importaba cuantas veces verificará su teléfono, ningún mensaje había llegado con noticias de él.

Era casi medio día y comenzaba a deliberar si sería prudente ir a hacerle una visita a su departamento, solo para asegurarse de que estuviera bien. Pero, tampoco quería verse como una histérica que necesitaba saber donde él estaba todo el tiempo. Las malas noticias viajaban rápidamente...seguro Damian estaba bien, ¿Verdad?.

Sus ojos escasearon su aburrido departamento, reposando con atención a donde el pequeño corral de Ser Jorah se encontraba. Toda la mañana el conejo ha estado muy silencioso, y ahora se daba cuenta por que; El santuario de su mascota estaba vacío.

Había olvidado que se lo había prestado a Mar'i el día anterior para que lo cuidara en el departamento de Damian mientras ellos iban a la feria.

Sin embrago su irresponsabilidad le entregaba una oportunidad, pues, nada de malo tendría que ella fuera por Ser Jorah al departamento de Damian, ¿No?. Con su visita mataría a dos pájaros con la misma piedra; Por un lado recogería al conejo mientras por el otro, casualmente comprobaría el bienestar de Damian.

¿Excusa o realidad?.

Sin querer cuestionar más su decisión o arrepentirse de esta, ella se envolvió en la oscuridad y viajó hacia el hogar de Damian. Con su llegada al lujoso penthouse expandió su empatía en busca de sus habitantes. Curiosamente, se encontró con el lugar vacío; ni Jason o Damian en las cercanías.

Inusual; medio día, y si ningún rastro de Damian. ¿Cómo era posible que aun no regresara del patrullaje?.

Supergirl fue a buscarlo en el patrullaje ayer por la noche.

'No dejes que tu mente viaje a lugares oscuros.' Ella se dijo, despejando la negatividad de su cabeza conforme se adentraba en la familiaridad del lugar.

"Hola muchacho." Raven saludó al encontrarse con un emocionado Titus en su camino.

En la esquina de la sala principal se encontraba el  otro corral que Damian y ella habían construido aquí para Ser Jorah. El conejo comenzó a dar vueltas en el espacio al percatarse de su presencia y Raven solo pudo acariciar el grisáceo pelaje del animal, sintiéndose aliviada al notar que sus recipientes de comida y agua seguían llenos.

Un pendiente menos a su lista, ahora solo debía descubrir donde diablos estaba el demonio. Estuvo a punto de sacar su teléfono para hacerle una llamada a Jaime cuando un estruendoso sonido y una fuerte luz proviniendo detrás de ella la hicieron resguardarse.

Titus fue el primero en reaccionar y con fuertes ladridos se acercó a lo que parecía ser un tubo de luz abriéndose en medio de la sala. Meros segundos después Damian salió de ahí, pero Raven, lejos de estar aliviada o asombrada, se sintió bastante agobiada al verlo.

"Damian."

"¿Raven?"  Damian la observó confundido mientras el tubo de luz se cerraba detrás de él. "¿Dormiste aquí?"

Era incomprensible como le hablaba con tanta casualidad cuando lucía tan terrible. Por su mera apariencia podía deducir que el patrullaje salió muy mal.

Su uniforme de Nightwing había sido sustituido por unos pants con el logotipo de los Titanes, mientras que su abdomen solo iba cubierto con anchas vendas manchadas con sangre.

"¿Que te pasó, te cayó un edificio encima?" Ella preguntó casi en broma al acercarse a él y ver en su despeinado cabello algo parecido a pedazos de concreto.

"Precisamente." En ningún momento la expresión de Damian mostró que mentía.

"No...¿Estas bien?"

"Sigo de pie, así que sí, estoy bien." Damian suspiró pesado, tocándose las vendas como si le dolieran. "Perseguíamos a unos simples ladrones y Wonder Girl derribó un edificio. Miss Martian estaba en el camino,  alcancé a quitarla pero unos bloques lograron golpearme. Fue un accidente que nunca debió ocurrir, Supergirl esta haciendo un pésimo trabajo entrenando a Wonder Girl."

Raven ignoró la mención de la rubia de la discordia, pues no creía la terquedad de Damian. Era evidente que la herida le molestaba por la forma que arrugaba el rostro al querer caminar.

"¿A donde vas?"

"A pasear a Titus. No tendré tiempo de llevarlo más tarde, tengo una video llamada con Grayson a las tres en la torre."

El perro alzó las orejas al escucharla idea y corrió fuera de la sala con tanta velocidad que Raven apenas pudo ver su cola desapareciendo por los pasillos. Ella no cuestionó al perro, debía ocuparse primero del hombre obstinado al que le estaba tomando una eternidad dar simples pasos.

"Apenas puedes caminar."

"Estoy bien, es un pequeño corte que Cyborg ya curó. Me dió un analgésico, pronto hará efecto y en unos minutos andaré como si nada."

"Siento que estas en un gran dolor." Raven colocó una mano sobre el hombro de Damian, gentil sin dañarlo, pero firme para detenerlo. "Caminas como moribundo, no llegarás a la puerta sin desmayarte."

"Estoy bie—arggg——" Damian cayó al sofá con un agonizante gritó cuando Raven apretó fuertemente la herida en su abdomen. Sin ningún aliento él apenas y pudo maldecirla. "Bruja desgraciada...."

"Dijiste que estabas bien, ¿no?"

"Te odio tanto."

"A veces me preguntó como un hombre tan grandulón puede ser tan malcriado." Ella añadió al sentarse a lado del hombre retorciéndose. Estaba a punto de tocar su vendaje cuando Damian la detuvo al sostener su muñeca. "Te voy a curar, aliviare el dolor."

"Me recuperaré por mi cuenta."

"Dijiste que es una herida pequeña, no me tomará mucho tiempo curarla."

"...Tal vez es un poco más profunda que una simple cortada. " Damian admitió.

Sin esperar por una explicación, Raven rompió el agarre de su muñeca para desaparecer las vendas alrededor del abdomen del hombre. Un silencioso jadeó salió de su boca al percatarse de las diversas puntadas de una cirugía adornando su piel, la herida en su abdomen era profunda.

Ahora sentía culpa por haberlo golpeado para que se sentara.

"He tenido peores heridas." Damian intervino, con su brazo escondía la herida de la impresionada mujer.

"Solo cuando haz quedado en coma." Raven frunció el ceño, golpeando el brazo del hombre lejos para inspeccionar mejor su herida. Si, lucía bastante mal. "¿Cómo te dejaron salir de la enfermería en este estado?...Te escapaste. "

Por la manera en que Damian evitaba su mirada era seguro que él se las había ingeniado para escabullirse de la enfermería.

"Fue fácil burlar el sistema central de Cyborg para hacer que abriera un tubo de luz que me trajera a casa."

"¿Porqué no me sorprende?."

"Porque me conoces bien." Damian le regaló una mueca orgullosa al alejar las manos de Raven de él. "No insistas, curarme solo va a agotarte. Yo estoy bien."

"No seas necio...Hoy me tomaré el día libre, puedo curarte y después descansar."

"¿Ayer ibas en serio con lo del segundo descanso?, ¿Que hay de la editorial?."

"Es increíble lo que puedes hacer en una fiesta por quince minutos y, con un poco de empatía. La editorial me dió dos semanas libres por convencer a varios autores de trabajar con nosotros."

"Entonces todo esos reclamos en la reunión con Drake fueron puros chantajea para hacerme sentir mal."

"Me funcionó bastante bien, ¿No crees?"

"Sabía que nunca te prestarías a esos actos tan barbáricos."

"Como si pudiera tolerar a alguien viéndome el escote sin que termine ahorcado."

"Ah, yo soy la excepción." Él manejó regalarle un coqueto guiñó entre la expresión de dolor en su rostro.

"Supongo que tienes menos posibilidades de morir." Ella rodó los ojos al verlo con esa expresión de ensueño. Raro, pero aprovechó su distracción para  finalmente poner sus manos sobre la herida. "Ahora cállate, voy a curarte."

La magia comenzó a emanar de sus manos antes de que Damian pudiera oponerse. La tensión en el rostro del hombre desapareció bajo su toque, él suspiraba en alivio mientras la herida en su estómago desaparecía junto al trabajo de cirugía y los diversos cortes sobre su piel.

Las nuevas heridas se desvanecieron, pero viejas cicatrices aun se aferraban a él. Heridas que ella nunca tuvo la oportunidad de curar...

"Se que últimamente te soy irresistible, pero deja de mirar mis cicatrices tan fijamente o pensaré que lo haces por lástima."

"No es lástima." Raven retrajo sus manos de su abdomen para ahora quitar pedazos de escombros fuera del cabello de Damian, y de esa manera evitar toparse con sus ojos.

"Bien, porque no la necesito." Damian la observó con detalle y usó su pulgar para acariciar ásperamente su mejilla."Tus quemaduras desaparecieron, el aloe que te di sirvió muy bien. ¿Que hay de tu brazo?"

"Esta bien, pero lamento informarte que mi habilidad de curación fue la responsable en desaparecer mis quemaduras."

"¿Segura?, pienso que fue el aloe que te regalé." El le sonrió, aun acariciando su mejilla. "Yo te curé, tu me curaste. Estamos a mano."

"Tonta de mi, usé mis poderes para curarte cuando debí haber usado el aloe que me sobró. Pero, sí realmente te interesa estar a mano conmigo, toma un baño, apestas a distintas cosas."

"Hiciste un magnifico trabajo, ya no me duele nada." Damian se levantó, estirando sus músculos, verificando así el estado de su cuerpo. "El baño puede esperar...Tengo responsabilidades, aun debo ir a pasear a Titus y también ir a la torre."

"¿Hablas enserio?, necesitas descansar Damian."

"Tonterías, puedo estar despierto por días."

Los rastros de agotamiento en el rostro de Damian eran evidentes, él incluso tambaleaba al estar de pie y ella no podía dejar que siguiera con esa absurda actitud. Perdía el tiempo tratando de convencerlo, sería mejor tomar las riendas por su cuenta.

Damian ni siquiera alcanzó a pasar mas allá del sillón cuando Raven los envió a ambos a la habitación principal.

"Esto es una violación a mis derechos Raven." Damian dijo entre dientes al darse cuenta de lo que ella había hecho.

"Toma una ducha y vete a dormir." Ella señalo con dirección al baño, ignorando el gruñido de protesta que él dejó salir.

"No eres mi madre."

"Y agradezco a Lucifer por eso."

El sonido de un cascabel hizo que los dos voltearan a ver a Titus entrando a la habitación con una correa roja colgando en su hocico. Al parecer, alguien seguía desesperado por irse a pasear.

"Lo siento Titus, hoy no habrá paseo." Ella acarició la cabeza del perro que bufó descontento con la noticia. "Damian se esta haciendo viejo, compréndelo."

"Te burlas de mi. ¿No crees que ordenarme a tu antojo ya fue suficiente humillación?."

"Pero si apenas estoy comenzando, chico maravilla."

Él refunfuñó a su dirección, pero igual dejo que lo ayudara a caminar hasta el baño. Damian afirmaba que era capaz de durar días despierto, cuando justo ahora caminaba como un ebrio.  Debía estar sumamente agotado.

Raven le dió un momento de privacidad cuando escuchó que la llave de la tina se abría, buscando en los cajones por un nuevo cambio de ropa y una toalla para ponerlos en un lugar más accesible para él.

"¿Dormiste aquí?"  Lo escuchó decir.

"No, olvidé recoger a Ser Jorah ayer."

Al voltear, Damian ya estaba dentro de la tina.

"Que descuidada, a este paso te ganarás el premio a la peor dueña del año."

Raven abandonó sus deseos por reprochar ese sarcástico comentario al verlo tan relajado en su tina. Se guardaría el rencor para cuando él estuviera más despierto.

"Tengo que ir a la torre mas tarde..."

"No me hagas noquearte." Ella le advirtió sin dejarlo terminar.

"Bueno, solo hay un forma en la que puedes noquearme, pero creo que estoy muy cansado para eso." El moreno se rió entre dientes mientras sumergía más en el agua. "Quisiera quedarme de flojo en casa, como tu. Pero...¡¿Sabes que?!, esta bien que no vayas a la torre hoy, eres una distracción de mis tareas. A veces eso me es molesto."

Raven lo fulminó con la mirada, sin embargo, Damian ni siquiera le tomó importancia. Esa expresión gustosa en su rostro y la manera en la cual sus párpados caían sobre sus ojos le decían que estaba demasiado relajado. No un efecto de su magia, quizás sí de los analgésicos que ella no borró de su sistema.

"Estás muy parlanchín, ¿Qué analgésicos te dieron?" Raven se recargó en la orilla de la tina para inspeccionar sus ojos verdes. La dilatación en sus iris le confirmaba que la 'droga' que ingirió ya le hacía efecto.

"No lo sé." Damian murmuró, mirando su brazo como si fuera la cosa mas asombrosa del mundo. "Pero comienzo a sentirme un poco mareado."   

"Será mejor que salgas de ahí." Raven le ofreció la toalla que estuvo cargando. "No querrás terminar ahogado en la tina."

"Podría dejarme ahogar si esta mano fuera la encargada de hacerlo." Damian tiró la toalla al suelo, en su lugar tomó la mano de Raven para llevársela al rostro. Acurrucó el rostro en su palma y después repartió varios besos en la punta de sus dedos.

Raven se quedó sin palabras ante los coquetos besos en su piel. No lo detuvo, en cierto modo le gustaba la atención. Sin embargo supo que tuvo suficiente de su muestra de afecto cuando él empezó a morderla. 

Era difícil negar que su comportamiento estaba fuera de lo normal.

"Estas rarísimo, pero que te dio Victor."  Raven recuperó su mano y se levantó lejos de él, para la molestia del moreno.

"Me gusta, me siento bien..."

"Te sentirás mejor cuando salgas de la tina."

"¿Quieres que salga?, yo preferiría que tu entraras."

Fue inevitable que las mejillas de Raven se sonrojaran cuando él salió de la tina sin inhibición alguna, mientras que sus ojos quedaron directamente en la parte más escandalosa de su cuerpo.

"Cámbiate y vete a dormir." Ella le lanzó la toalla y sin darle otro vistazo, salió del baño conforme su grave risa la seguía. Realmente la mente de Damian estaba en otra sintonía. "Las drogas te harán volar en tus sueños."

Raven se aventuró en dejarlo vestirse por su cuenta a pesar de que su coordinación ya era similar a la de un infante de dos años.

"Pero si duermo, ¿Que harás tu?." Damian le dijo mientras secaba su cabello con la toalla.

"Creo que llevaré a pasear a Titus, buscaré otra correa y me iré."

"¿Que tiene de malo esa que trae?" Damian con un bostezo señaló al perro que aun cargaba la correa roja. "La verdad...No sé donde están las otras..."

Fue lo ultimo que dijo antes de verlo caer a la cama vistiendo únicamente el pantalón de una de sus pijamas. Quizás muy agotado como para terminar de vestirse.

Ya era hora de que cayera.

Ella se dedicó a buscar otra correa que no fuera tan áspera en las cajoneras de la habitación. Era muy curioso que Damian no tuviera idea del paradero  de sus cosas cuando ella sabía exactamente donde encontrarla.

Mientras revisaba los cajones, Raven alcanzó a oír el familiar ringtone de su teléfono. En reflejo, se llevó una mano al bolsillo trasero de sus jeans, pero al encontrarlo vacío recordó que había abandonado el aparato en la cama antes de ayudar a Damian al baño.

"Es Zatara."  Damian murmulló entre sueño y fastidio, poco después la música del teléfono se silenció.

"¿Colgaste?" Ella lo llamó un tanto irritada, pues fue capaz de olvidar su cansancio para realizar una maldad contra el mago.

"Era una videollamada, siento que estas mejor sin ver el nefasto rostro del mago." Él se encontraba sentado en la cama con su teléfono en mano.

"Damian. Puede estar llamando por el caso de Maps, Zachary esta ayudando."

"Nadie pidió su ayuda."

"Zachary se ofreció y lo acepté. Sus conocimientos en magia servirán."

"Tus conocimientos son suficientes Raven."

"Solo contesta si vuelve a llamar." Ella suspiró exasperada al regresar a su tarea.

Ni la gran cantidad de droga en el cuerpo del moreno lo haría relajarse ante su enemistad con Zachary.

Segundos transcurrieron para que de nuevo el teléfono sonara con otra llamada. Esta vez, sobre advertido, Damian contestó, pero no sin dejar saber su descontento con un fuerte resoplido.

"Rae—¿¡Wayne!?" El grito horrorizado del mago fue lo primero que los saludó. Obviamente nunca esperando que el moreno le contestara."¿Donde esta Raven? y——, ¿Porque diablos no traes una camisa?. ¡Raven!, ¡Raven!"

"Es demasiado temprano para tus alaridos mago, habla bien o te colgaré otra vez."

"Ese no es el departamento de Raven, ¿Donde esta, maldito Neardental?."

"Raven esta aquí conmigo...en mi habitación."

Al encontrar lo que buscaba, Raven regresó su atención a Damian , este descansaba su cuerpo contra la cabecera de la cama, posicionando el teléfono de una forma en la cual pudiera mostrar su torso desnudo y el desarreglado estado de las sabanas.

"¡¿Ella durmió en esa apestosa cueva?!."

"No sé si deba responder a eso Zatara."

Ella rodó los ojos, claramente Damian disfrutaba su lucha de egos contra el mago.

"¡Sucio!, me encargaré de que vayas al infierno Wayne."

Damian estuvo tan contento con su hazaña que ni siquiera se percató de como Raven le quitaba el teléfono con su magia para traerlo hacia ella.

"Zachary." Ella lo saludó. Al mago regresándole el color al rostro en cuanto sus ojos posaron sobre ella.

"¡Raven!, gracias al cielo estas bien. ¿Por que te haces esto? ¿Wayne?. Esa cueva no es digna de ti."

"¿Porque la llamada tan temprano, Zachary?, ¿Paso algo?"

"Queria verte."

"¿Esta hablando en serio?". Damian respingó en disgusto al tono soñador del otro hombre.

"Vayamos a desayunar panqueques. Quiero mostrarte un artefacto que Constantine me prestó para rastrear a seres mágicos."

"¿Artefacto mágico?" Ella cuestionó interesada, ignorando por completo el jadeó indignado de Damian y sus murmullos de como un mago pronto iba a morir por su descarado atrevimiento.

"Constantine no me dijo como usarlo. Tal vez, juntos podamos descifrarlo."

Ella pensó la oferta, ciertamente, no estaría de más intentar con métodos alternativos para dar con el paradero de Djinn. Y aunque desconfiaba en el ingles ebrio, ella sabía que Constantine era dueño de algunos de los artefactos mágicos mas importantes de la historia.

"Mira, paseare a Titus en el parque de los perros dentro de 20 minutos. Encuéntrame ahí y veremos que podemos hacer con lo que tienes."

"¿Y el Desayuno?" Zachary siguió insistiendo incluso después de que Raven le dijera que ya había desayunado. "¿Entonces el brunch?. Solo tienes que decir que si y——"

La despampanante sonrisa del mago desapareció de la visión de la mitad demonio cuando repentinamente Damian, quien abandonó la cama en un perfecto salto, le arrebató el flotante celular para girarlo hacia él.

"Más vale que cuides tus manos, Mago." Damian escupió veneno al aparato, mientras lo señalaba. "O te mataré si te atreves a besarla otra vez."

Damian terminó la llamada.

El celular regresó a las manos de una perpleja Raven, quien aun procesaba lo que ocurrió. Su memoria de inmediato la llevó a revivir el incidente en el elevador, en el cual Zachary le robó un beso. Pero, no...Damian no hablaba de eso, ¿o Si?.

"Tu viste..." Ella a penas alcanzó a decir, pues desconocía si abordaba correctamente la situación o solo era una errónea especulación de su cabeza.

"¿Lo del elevador?; Cada maldito segundo hasta que Cyborg llegó a quitarlo de ti." Damian respondió, su rostro como un lienzo imposible de interpretar.

Su corazón retumbó dentro de su pecho sin saber si era por temor, inseguridad o ansiedad. No entendía porque se sentía culpable cuando ella ni siquiera provocó ese incidente.  Tal vez haber decidido guardar el secreto la hacia sentirse un poco culpable.

"Nunca lo mencionaste."

"A ti no, pero Zachary casi pierde un diente cuando lo conforte. El muy desgraciado estaba muy orgulloso de sus acciones."

"Tal vez yo fui la quien debió contártelo." Raven dijo al seguirlo a la cama.

"Raven, tu no me debes una explicación. Existe una gran diferencia en besar y en ser besado." Damian atrapó su mano con la suya para sentarla a su lado en el colchón. "Pero, si ese mago te vuelve a tocar en contra de tu voluntad tienes que decírmelo. Se que es tu amigo, más no confió en ese Zatara."

"Soy capaz de poner a Zachary en su lugar por mi cuenta."

A Raven le agradaba la idea de que él no hiciera un escándalo por el asunto. Sin embargo, le hacia cuestionarse de todos los pensamientos dudosos que tuvo durante la noche sobre él y cierta mujer rubia.

"Lo sé, uno de mis deseos es que tu misma le rompas los dientes, así me ahorrarías el trabajo de hacerlo." Él murmuró sonriente, como si se imaginara la escena. "¿Te puedo convencer en quedarte aquí y no ir con él?. Puedo hacer Waffles para el almuerzo..."

El cansancio se apoderaba de las facciones de Damian una vez más, especialmente por la forma en la cual arrastraba las palabras al hablar.

"La oferta suena tentadora, pero tu necesitas descansar. Y Zachary me debe mucho, no estaría mal que me comprara un muy costoso almuerzo como compensación."

"Yo te compraría el restaurante." Él murmuró desorientado, luchando contra el cansancio en sus párpados.

"Sin la adrenalina del odio por Zachary, el analgésico te esta haciendo efecto de nuevo, acuéstate." Raven lo empujó por los hombros para que yaciera en el colchón. "Te traeré la cena. Piénsalo, ¿Qué mejor que tu enemigo te compre comida?"

"Si es así, tráeme lo más caro, y algo para Titus." Damian balbuceó con el rostro contra la almohada.

Un macabro pensamiento cruzó su mente al ver a Damian tan desorientado. No era la idea más ética del mundo en su estado, pero quizás podría deshacerse de esas sospechas que Zachary insertó en ella sobre cierta Superheroína.

Después de todo, era mejor preguntarle directamente aunque estuviera 'drogado', a usar su magia para descubrirlo, ¿No?.

Caías bajo Raven.

"Ayer dejé tu auto en la torre." Raven comenzó, sentándose más cerca para escuchar como él respingaba soñoliento. "También me tope con Supergirl fuera de tu oficina, te estaba buscando. No me dijo para que, ¿Tu si?"

"No sé, es una entrometida."

"Dijo que tenía que hablar un asunto privado contigo...¿Paso algo en la misión del espacio?." Ella sin pensarlo se fue directo al meollo del asunto.

Tal vez fue demasiado directa, porque él ya no le respondió.

Un poco decepcionada, ella eligió olvidar el asunto e irse, pero Damian  reaccionó al primer movimiento de la cama que ella hizo en su intento por levantarse.

"Si hubo un incidente en la misión en el espacio, casi mato a Supergirl pero al mismo tiempo le salve la vida. Ahora me ve como su héroe....ugh."

"Le gustas."

Ante la acusación Damian alzó el rostro de la almohada y con una expresión llena de frustración la observó fijamente. "No digas eso."

"En la torre se escucha el rumor que le gustas mucho." Ella ya usó el tema para molestarlo. Satisfecha al ver que a él sinceramente le era desagradable.

"¿Porque me torturas así?." Él se dejo caer otra vez en la almohada, arrastrando la voz en cansancio. "No la toleró."

Raven volvió a sentir culpa por haber usado el estado de Damian para sus propios egoístas e irracionales motivos. Sin embargo, ahora que conocía la versión de Damian podía deshacerse definitivamente de esos pensamientos que interrumpieron su sueño.

La respiración de Damian bajo su ritmo, listo para en cualquier momento caer en un profundo sueño. En ese mismo instante, Titus se le acercó para jalar la correa en su mano con el hocico, en un silencioso recordatorio de que aun tenían un paseo pendiente por dar.

"Eres tan cabeza dura como tu dueño." Raven le dijo al can mientras lo preparaba para el viaje.

Ella estuvo a punto de levantarse de la cama cuando Damian volvió hablar.

"Sí lo besas...me romperás el corazón."

Damian continuaba dormido, y ella estaba insegura si considerar lo que escuchó como un solo balbuceó inconsciente ó una honesta confesión.

"Que tonto..." Ella sonrió al pasear sus dedos por el cabello del dormido hombre. "No lo besaré."

Al final, tanto ella como Damian cargaban con los mismos demonios de  inseguridad. Pero, mientras por su lado la evidencia era inexistente, él mismo había sido testigo de los actos que ocurrieron con Zachary, y aun así confió en ella...con razón últimamente lo había visto tan hostil con el mago.

Raven negó con la cabeza al salir de la habitación con el perro a su lado, dejando atrás a Damian en su tranquilo sueño.

Abandonaron el edificio del departamento, y ella junto a Titus caminaron unas cuantas cuadras hasta llegar al parque, donde ella no dudo en soltar al perro de la correa para que fuera libre de explorar el lugar con los otros perros en el lugar.

Desde una banca Raven observaba al perro mientras esperaba por Zachary. Una espera corta, pues en menos de cinco minutos ella percibió su nombre siendo llamado a la distancia. Ni siquiera tuvo que desquitar la vista de Titus jugando a lo lejos para saber que Zachary ya había llegado.

"¡Dormiste en su departamento!" Frenéticamente, fueron las primeras palabras que el mago le dedicó al ocupar el lugar vacío a su lado.

"Hola a ti también Zachary."

"Con esas acciones me matas a pausas, mejor acaba conmigo de una vez. ¡Hazlo!, ¡Mátame!"

"Puedo cumplir ese deseo sin ningún problema y lo sabes."

"Estas cometiendo un grave error con ese hombre Raven." Zachary arrojó la espalda al respaldo de la banca, como si ya no tuviera razones por vivir. "Te estoy perdiendo. Soy tan desdichado."

"A veces eres tan dramático, debiste estudiar para ser protagonista de telenovelas."

"Tu ironía y tu exquisito sarcasmo esta vez no me harán olvidar el error que estas cometiendo con Damian Wayne."

"Pensé que ya habíamos hablado de esto, Zachary."

"Es una situación difícil de digerir, ¿Puedes culparme?. Es una gran desdicha para mi, tal vez nunca la pueda superar."

"Hablas como si estuvieras en un duelo....Espera un segundo." Los ojos de Raven se entrecerraron con sospecha al notar las manos vacías del mago. "¿En donde esta el artefacto que ibas a mostrarme?, mas te vale que hayas dicho la verdad."

"¿De donde ha salido tanta desconfianza a tu hermoso Zach?." Vanidoso, él recargó sus brazos sobre la banca antes de lanzarle un juguetón guiño. "Te mostraré lo que traje, pero primero cumple con tu parte del trato, ¿Vamos a comer el brunch?."

"Yo nunca accedí a ningún trato."

"Ah-ah, sin desayuno no hay artefactos mágicos."

"Ah-ah...Alguien quiere otro golpe en el rostro."

"Solo iremos a comer Raven." El mago se rió ante la amarga mofa de la mujer. Pero, con una mirada maliciosa y mezquina él continuó;. "Ó, ¿Qué?, ¿Damian te prohibe juntarte con otros hombres?.  Siempre super que era un hombre egoísta, posesivo y tóxico."

"Damian nunca sería capaz de ordenarme que hacer y que no."

"¿Segura?, porque paseas a su perro como si fueras su sirvienta."

"Titus también es mi perro." Raven jadeó ofendida, pero en lugar de volver a dejar más morado el ojo de Zachary, ella optó por extender su mano exigentemente hacia él. "Basta de tonterías, entrega lo que me prometiste."

"Contigo no hay salida pequeña diabla." Zachary alzó los brazos en exasperación. Sin importarle la gente alrededor, él murmuró un encanto al aire y entre una cascada de estrellas apareció una especie de cilindro de oro sobre la mano de Raven. "Aquí está lo que quieres, ¿Ya podemos ir al brunch?"

Ella inspeccionó con cautela aquel cilindro en su mano; estaba rodeado con números y el alfabeto mezquina. "Luce como un Cryptex*."

Había leído sobre este preciso objeto en una novela, lo que le hacia dudar sobre su credibilidad. Aunque fuera de oro y tuviera una apariencia antigua, no creía que les ayudara a localizar a un genio.... Lucía falso.

"¿Un que, de que?"

"Es una cerradura que oculta información en su interior, para abrirlo hay que descifrar un código y escribirlo con estas letras o números. Esto ni siquiera es mágico parece más sacado del código de Da Vinci"

"¿El código de Da Vinci?."

"Olvídalo, .¿Seguro que esto es de Constantine?"

"Él mismo me lo dió, dijo que serviría."

¿Y sabes el código para abrirlo?"

"No, pero lo desciframos juntos."

"No lo sé, parece falso. Quizás solo es una mala broma de Constantine."

"¿Qué perdemos con intentar?. Vamos a comer y, quien sabe, tal vez encontremos justo lo que necesitamos ahí adentro."

Zachary tendía razón, fuera falso a real, ella no perdían nada. A este punto, cualquier cosa era una esperanza para encontrar a Maps.

"Esta bien, intentemos. Podemos ir a comer, pero esperemos una hora más antes de irnos." Raven dijo al guardase el artefacto en el bolsillo de su chaqueta. "Y mas te vale que vayamos a un restaurante donde acepten mascotas, no amarraré a Titus en la calle."

"Lo que tu desees mi linda demonio."

Ella estaba tan enfocada pensando ya en los posibles códigos para abrir aquel cilindro de oro que nunca se percató en como Zachary sonría pillamente a su lado.

Una expresión que guardaba un enigma incluso más grande que la que ese cilindro podría contener.

—————————-

"Mar'i me contó que la llevaste a la playa."

Damian tensó los labios ante la sonriente imagen de Dick Grayson en la pantalla de su oficina. Apenas con diez minutos en la torre y él ya tenía que lidiar con los cuchicheos del actual Batman por video llamada.

Aun seguía cuestionando como el mayor de los Robins lograba sembrar miedo en los criminales de Gotham con esa juguetona personalidad suya. 

"Me costó creerle cuando me lo dijo. Agradezco que cuides tan bien de mi hija."

"Como sea." Damian respondió desinteresado.

"Debería agradecerle a Raven también, ella fue a la playa con ustedes, ¿No?."

"Entonces agradécele también a Jon, Rose Wilson y al idiota de nuestro hermano." Damian alzó una ceja, no acabando de gustarle el tono sugerente del mayor. "Fuimos todos juntos."

La boba mueca en el rostro de Grayson le causaba desconfianza, Damian era incapaz de imaginarse, que otras cosas la menor le contó a su padre.

Raven debió haberle borrado la memoria a Mar'i Grayson por segunda ocasión.

"¿El idiota de nuestro hermano?, debe ser Jason." Grayson se lanzó en su silla con una ligera risa.

"¿Me llamaste para esto?. Siempre pierdo mi tiempo contigo."

"Tengo noticias. Pero primero quería conversar contigo."

"¿Y que esperas Grayson?. Esta no es la hora del té, dime las malditas noticias de una buena vez."

"Calma." Dick puso sus manos por el frente, como si se asegurara de que Damian no traspasara la pantalla en pura impaciencia. "Quería decirte que hace unos días la Liga de la Justicia Oscura logró atrapar a la Legión oscura, no serán un problema en un buen tiempo. Pero lo más importante en todo esto; ¿Puedes creer la poca originalidad que tienen esos villanos al nombrar a su equipo?. D, ¡Nos copiaron el nombre!."

"Grayson, a veces tus prioridades son bastante cuestionables." Damian suspiró ante la poca seriedad del actual Batman. "Aunque, la información valió la pena la espera."

¿Super villanos con habilidades mágicas tras las rejas?; Un problema menos a su lista de pendientes.

"Te dije que serían buenas noticias."

"¿Algo relacionado con Djinn o Maps durante el arresto?." No necesitó escuchar respuesta al ver la apenada expresión en Dick. "Era de esperarse, ha sido casi imposible encontrar información sobre esas dos."

"Pronto encontrarás algo, después de todo eres hijo de Bruce." Dick se acercó a la pantalla y le sonrió con fraternidad. "¿Cuando vendrás a vernos?. Alfred pregunta por ti."

"¿Cómo está?."

"Hay tantos días buenos como malos, pero hey, él aun pide sus emparedados de pepinillos y es capaz de hacer que Bruce corra de miedo."

Damian dejó que sus labios se relajaran en una sonrisa ante la buena noticia en relación con el hombre que consideraban como un abuelo. Sin embargo, la agradable sensación fue eclipsado inesperadamente por un fuerte dolor en su cabeza.

"¿Estas bien D?."

Escuchó la preocupación en la voz del mayor mientras borraba la incomodidad al frotar su sien con la yemas de sus dedos. Definitivamente tres horas de sueño fueron un insuficiente descanso.

"Estoy bien. ¿Hay algo más que quieras agregar?."

"Si, dale un beso y un abrazo a mi niña de mi parte, ¿Quieres?."

"Espero que no adoptes el mismo comportamiento de Padre y le dediques más tiempo a tu familia."

"Aww. Que amable de tu parte ser-"

"Adiós." Damian cortó abruptamente la llamada sin esperar a que Batman terminará de hablar.

Demostrar desprecio a sus hermanos era uno de esos pequeños gustos que tenía en la vida.

La satisfacción de su travesura creció al ver como llegaba un mensaje de texto a su teléfono personal. Confiado en que Grayson era el autor y mandaba un reclamó por la insensibilidad hacia sus emociones. Sin embargo, se llevó una sorpresa al darse cuenta de que el mensaje provenía de un numero desconocido y no de Grayson. Extraño e inusual, especialmente cuando el mensaje iba acompañado con un archivo adjunto.

Sus instintos de detective lo hicieron abrir aquel mensaje, solo para arrepentirse de inmediato al toparse con una desagradable imagen. Ante sus ojos se presentaba una foto de un sonriente Zachary Zatara, con Raven de fondo e ignorando la toma mientras alimentaba a Titus por debajo de una mesa. Por el ambiente del lugar deducía que ellos se encontraban en un restaurante.  Pero, lo que le hizo apretar el teléfono con más fuerza de la necesaria fue el mensaje que el mago anexó junto a la foto; 'Siempre serás un perdedor Wayne.'

Quedaba claro porque cuando se despertó no había ningún rastro de Raven o Titus en el departamento, ella aún seguía con el mago y al parecer, este logró su cometido por invitarla a comer.

"Un día Zatara, un día de estos te romperé esos dientes." Damian tecleó cada palabra en un mensaje que envió para después bloquear el numero del mago.

No necesitaba más agresiones en esta guerra de provocaciones entre ellos.  Él contaba con un diminuto límite de paciencia y el mago estaba a nada de sobrepasarla.

Raven era libre de pasar su descanso con quien deseara, incluso si lo hacía en la mala compañía de Zatara. Aunque sinceramente, hubiera preferido que ella lo estuviera acompañando a él y no al mugroso mago.

Involuntariamente, un bostezo salió de su boca, acompañado por un mareo que desorientó sus sentidos y dió inicio a otro dolor de cabeza. Se frotó la frente en un intento de borrar los últimos rastros de cansancio de su cabeza.

Nunca antes había tenido jaquecas por falta de sueño. Quizás era causada por meros efectos secundarios del analgésico ó, una cruel muestra de que su metabolismo comenzaba a funcionar diferente con la edad. Esperaba que fuera lo primero.

"Nightwing."

Una enigmática voz lo saludó, e hipnotizándolo provocó que automáticamente girara en su silla hacia la puerta. Ahí, una misteriosa figura era cegada por la luz del pasillo, por lo cual él no pudo reconocer quien lo llamaba a primera vista.

La silueta dió sus primeros pasos al interior, y el dolor de cabeza desapareció mágicamente cuando los ojos de Damian cayeron en Raven. Era extraño que ella estuviera aquí con su uniforme menos la capa, cuando ella le insistió tanto que se tomaría un descanso de la torre.

Esperen, ¿No sé suponía que seguía con Zatara?. Tal vez su reunión con él terminó mal. Pero, luego hablaría de eso, ahora lo único que podía pensar era en tenerla aquí.

"Mira quien esta mejorando mi día con su presencia." Él dijo en sátira, pero genuinamente entusiasmado con la visita. "Pensé que no vendrías a la torre."

"¿Estás siendo sarcástico?" Raven arrugó las cejas en confusión, sin entender a lo que se refería. "Pensé que no querías que viniera a la torre, lo dejaste muy claro antes."

Damian era más necio y pedante de lo usual cuando estaba 'dopado', Raven debía comprender eso. Pero, al parecer ella se tomó a pecho su comentario sobre como era una molesta distracción para él.

"Me gusta darte la contraria, claramente no lo dije en serio."

"¿Lo dijiste para darme la contra?" Raven se paró frente al escritorio, casó incomoda al estar aquí.

"Por supuesto, a decir verdad, tu presencia le trae paz a mi día." Él le sonrió al encontrarla al otro lado del escritorio. "No te atrevas a burlarte de mi por eso, te arrepentirás si lo haces."

Esperó un comentario a su contra, sarcasmo, o una inteligente respuesta que nunca llegó. En cambio ella solo se veía impresionada con un fuerte rubor en sus mejillas, como si no pudiera creer sus palabras.

"¿Qué?, ¿Por fin te dejé sin habla?" Él al final recalcó con ironía cuando Raven se negó en hablar.

Tal vez era mejor con el asunto del coqueteó, más de lo que se daba crédito.

"¿Mi presencia te trae paz?" Ella comenzó con timidez mientras bailaba el peso de su cuerpo en sus pies. "Pensé que no me querías aquí."

"Fue una broma. ¿Que pasa contigo?, Juntarte con ese mago te esta haciendo mal."

"Tus palabras me confunden. Yo solo quería decirte que estoy sinceramente apenada por lo que ocurrió con nosotros en el viaje."

"Pensé que ya habíamos arreglado lo que ocurrió en ese viaje." Damian exhaló agotado.

Otra vez el incidente de Las Vegas. Para él, el asunto había quedado más que resuelto, ¿Porque Raven nuevamente lo mencionaba?.

"Pero, yo actué como una persona totalmente diferente, y tu parecías estar muy enojado."

"¿Aun dudas de lo que paso entre nosotros?."

Ella cabeceó para añadir. "Fue un accidente, lo siento."

No lo podía creer, Raven todavía se aferraba a esas inseguridades, después de todo lo que se habían confesado y compartido. La frustración que mencionó en la playa debía tratarse de esto y no de sus poderes como le había dicho.

Desconocía porque ella volvía a hundirse en el mismo abismo de la duda, pero Damian haría lo que fuera necesario para convencerla de nuevo.

"Fue un accidente destinado a pasar." Damian la tomó de los hombros para asegurarse de que lo mirara de frente. "Tarde o temprano íbamos a sucumbir a nuestras emociones. Lo del viaje fue como un empujón. Y, tal vez lucí molesto en ese entonces, pero en realidad...lo disfruté bastante."

"Entonces, ¿Tu también deseabas hacerlo?."

"Desde hace mucho tiempo." Damian dijo sin precedente, mientras al mismo tiempo, una pilla idea cruzaba por su cabeza. "Te lo demostraré, si es que desconfías de mi palabra."

"Demostrarme..." Raven se acomodó un mechón de cabello detrás de su oido, su timidez haciendo juego con el brillo de esperanza en sus ojos. "¿Cómo?"

Una interesante pregunta y él sabía exactamente como responder.

Con sus brazos rodeó las caderas de la mitad demonio, un contacto que a pesar de ser ya natural entre ellos logró desconcertar a la mujer. Pero antes de que ella pudiera decir algo, Damian chocó sus labios contra los suyos en un beso tan casto como pleno que demostraría lo mucho que significó ese incidente en Las Vegas para él.

Raven se quedo quieta, nerviosa y Damian persistió para hacerla reaccionar. Su boca insistente separaba sus temblorosos labios, esperando evocar en ella esas salvajes emociones que parecían completarlos con cada unión.

Afortunadamente, su ultimo movimiento fue la motivación que Raven necesitó para que con una rápida graduación de intensidad le devolviera el beso. Ella se enredó en él, desesperada y gustosa como si esta fuera la primera vez que probara sus labios.

Los labios de Raven cooperaban libremente con él, presionando con tanta fuerza hasta que logró compartir su sabor a menta al invadir su boca con su lengua.

La incomoda sensación en su cabeza regresó a él al sentir como Raven no encajaba en sus brazos de la misma manera que siempre lo hacía.

Algo no andaba bien.

Damian dió pasos hacia atrás desconcertado, mientras la mujer seguía concentrada como para darse cuenta de su pausa a reciprocar sus calientes e impacientes toqueteos.

Se sentía confundido, su cuerpo pobremente reaccionaba a las rudas caricias que la mujer le daba y, a su corazón le hacia falta emoción. Esa sensación de cientos de colibríes aleteando en armonía dentro de su pecho estaba ausente. Era como si él no pudiera abrir su corazón para recibir cada sentimiento y dulzura a la que ya se había acostumbrado al besar a Raven.

No estaban ahi.

"Hay algo diferente en ti."

"¿Ah si?." Ella le regresó sin aliento, la lujuria incendiaba en descontrol sus ojos. "Para mi es justo como lo recuerdo."

Raven había abandonado su inseguridad y por su cuenta atrapó sus labios otra vez, esta vez sin darle un descanso entre los besos robados que ella tomaba desesperadamente. Sus manos viajaban por su cuerpo con ansias locas, como si estuviera lista para entregarse a él junto a las plegarias de su nombre saliendo de sus labios.

Damian intentó abrazarla, pegarla a su cuerpo y regresar los besos, sin embargo no hallaba el mismo fervor con el cual ella lo besaba. Sus manos parecían carecer de motivación y a su cuerpo le hacia falta esa llama que abrumaba de la mejor manera todo su ser.

Él la forzó a parar cuando ella lo empujó contra la pared y enterró sus dedos en sus brazos para alzarlo del suelo con una fuerza que nunca hubiera imaginado que Raven poseyera.

Repentinamente, la lujuria en los iris de Raven fueron sustituidos con un simple pestañeo por un inusual brillo rosado. Y eso no fue todo, lo más terrorífico ocurrió cuando la tonalidad violeta en sus ojos se perdió poco a poco, cambiando su tonalidad por un aguamarina.

"Raven, tus ojos..." Él la tomó del antebrazo para ver de cerca su rostro. Se encontraba perplejo por lo que presenciaba, no existía posibilidad alguna de que esto fuera una secuela o una alucinación a los analgésicos.

"¿Raven?"

La sincera confusión con la cual la mujer mencionó el nombre hicieron que Damian sintiera un hueco en el pecho.

Su intuición de pronto le dijo porque la voz, los ojos y hasta la sensación de la piel bajo su tacto se sentía tan extranjera. Podía estar viéndola con sus propios ojos pero juraba que esta mujer frente a él no era Raven.

"¿Quién eres?.."

Por mero instinto, Damian apartó a la supuesta impostora lejos con un descuidado empujón, haciendo que esta tropezara con una de las sillas del escritorio. Esto causó que la ilusión frente a sus ojos mostrará su verdadera piel.

Mientras la mujer recuperaba su postura, Damian fue testigo de como la imagen de Raven se transformaba en otra persona; El cabello oscuro se alargó por debajo de su cintura para pintarse en destellos dorados, la tonalidad de la piel se volvió más rosada y esos ojos eran tan aguamarina como una laguna. 

Damian sostuvo el gruñido debajo de su lengua, cegado con la furia que amenazaba por explotar al exterior al descubrir que la impostora era nadie mas que una hipócrita portando un símbolo de esperanza sobre su pecho.

"Supergirl." Damian escupió el nombre con odio. La impresión y el recelo haciendo estragos en su cuerpo y en su mente. "¡¿Que mierda hiciste?!".

Todo fue una enferma ilusión.

Todo este tiempo en realidad él estuvo con Supergirl, conversando, abrazándola y besando sus labios pensando que lo hacía con Raven. Lo engañó por completo.

No entendía como había pasado, pero más vale que ella le diera una explicación antes de que sus impulsos se apoderaran de él en una desenfrenada crisis psicótica.

"Tú, tu me besaste." Ella tartamudeó nerviosa,  inocente a sus acciones.

"Dime que usaste, como, porque...¿Estas tan loca para hacer algo así?" Damian empuño sus manos, tratando de hacer todo lo posible por no explotar con la sin vergüenza contestación de la rubia.

"¿De que hablas?, Damian..."

"Nightwing." La corrigió, su rabia solo empeoró al escuchar su nombre salir de sus profanos labios."Y sin no quieres que sea lo ultimo que digas , mas vale que te expliques bien, Alien"

"Vine a agradecerte formalmente lo que hiciste por mi en nuestra misión...." Supergirl parecía recuperarse de la impresión, sus ojos se volvían duros y listos para defenderse. "Primero dices que me odias, que me esperabas,  que te doy paz y después me besas como si fuera la única mujer en tu vida. ¿Estas confundido? porque puedo esperar, siento lo mismo que tú."

La rubia intentó acercase a él, en una repentina desesperación, pero Damian la interrumpió con una risa tan macabra que ella se detuvo en seco a medio camino.

Esto debía ser una terrible broma, ¿Acaso las drogas que Cyborg le administró eran las malditas toxinas del espantapájaros?. Porque solo así podía explicar la pesadilla que experimentó. Era eso, o Kara Danvers pactó con el diablo para lograr engañarlo tal vilmente.

"Danvers, me importan un bledo tus simplones sentimientos. Te dije mil veces que no te quería cerca de mi. ¿De que otra forma tengo que decírtelo?"

El veneno en su voz era como un deseó por hacerla desaparecer en este mismo instante y que con ella se esfumará la sucia sensación que sus labios habían dejado en él.

"Tu dijiste que me habías deseado desde siempre."

"Pensé que eras...." Damian se detuvo a tiempo, lo último que le debía a esta impostora era una explicación. "Olvídalo, no se como me engañaste, pero ya olvídalo. Fue un grave malentendido, y lo único que deseo de ti es que desaparezcas de mi vista."

Supergirl ahogó un jadeó, herida ante la insensibilidad de sus palabras.

Él le habló con el mismo temor y odio con el cual se dirigía a cualquier criminal en la calle. Ya ni siquiera tenía la paciencia para seguir interrogándola. No quería escuchar explicaciones tontas, solo deseaba que la mujer desapareciera en este instante.

"Me llamaste Raven. Pensabas que era ella, ¿verdad?"

"Eso no es de tu incumbencia."

"Pero...Me gustas y pensé que..."

"Pensaste nada." Damian peló sus dientes en un silbido de advertencia, con sus manos empuñadas tan fuerte que sus uñas se enterraban a su piel. "Tus fantasías fueron cumplidas esta noche, se agradecida que dejé mis viejas costumbres atrás y que sigues viva."

"¿Cómo puedes decir eso?, tu fuiste quien inició esto. ¡Por tu propia voluntad!" La chica perdió la calma, se alzó en el aire para quedar por encima de él, sus ojos duros en él con ese pequeño brillo rosa que retorcía el estómago de Damian.

"Nunca, por mi propia voluntad besaría a una mujer tan patética. Esto, ¡Esto!, tu lo provocaste de una forma que ya no me importa descubrir. Jugaste con mi mente, y eso no lo puedo tolerar."

"Tu.."

"Basta. Ni siquiera puedo dirigirte más la palabra. Esta es la segunda vez que intentas sobrepasarte conmigo. Y te lo aseguro, será la última." Damian recupero su postura, alzando su mirada para conectarla con la de ella. "Esta misma noche te vas de la torre y espero que nunca en esta vida volvamos a coincidir."

Apenas pudo notar el dolor en sus ojos azules cuando inesperadamente una luz roja bañó toda la oficina. La alarma de la torre se había activado, la ciudad lo necesitaba.  Justo a tiempo para detener a Damian de cometer una barbaridad mas allá de hostiles palabras.

"Será mejor que esté incidente lo lleves a la tumba contigo, ó yo encontrare una forma de que eso se cumpla."

Con un ultimo vistazo, prometiendo a la mujer que su palabra sería cumplida,  él se retiró de su oficina sin importarle dejarla atrás.

Quería golpear la pared, destruir todo a su alcance en rabia para hacer que esa experiencia desapareciera de su cabeza. Borrarla mágicamente...era un trauma, una violación a su persona y que hubiera robado la identidad de Raven para engañarlo era lo que más le asqueaba. Deseaba vomitar ahí mismo, bañarse, quemar su ropa, cualquier cosa que borrará el sabor de los labios de la maldita impostora de su mente.

Salió de esa oficina con la esperanza y la promesa de nunca más en su vida toparse con Kara Danvers, ó no sabría de lo que sería capaz la próxima vez que la viera.

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"Pero que hombre tan agresivo, tuve que sonar la alarma de emergencia para sacarlo de ahí."

"Eso salió muy mal."

Zachary observó desde su cama a Supergirl enojada y dando vueltas en la habitación que compartía con Bart Allen. El humor de la mujer era lo menos importante cuando su magnifico plan había resultado tan bien.

"No te desacredites, hiciste un buen trabajo linda, salió justo como lo esperaba. Ahora, ¿Donde esta esa gema que te presté?." Él alzó su mano hacia la mujer, hasta que ella depósito una joya negra bañada con destellos de oro sobre su palma.

Él jugó con la pequeña joya entre sus dedos. Constantine era un ebrio asqueroso, pero uno que contaba con la más amplia colección de artefactos mágicos. Le fue sencillo conseguir todo lo que necesitaba de aquel ebrio, o sino, iría a contarle a su prima cada sucio detalle que tenía sobre el hechicero ingles. Pequeños chantajes para lograr su cometido de recuperar a Raven de nuevo.

Kara hizo un excelente trabajo en la oficina con Damian, sin ni siquiera estar consiente. Gracias a ello Zachary finalmente tenía la evidencia que haría a Raven darse cuenta de como Damian Wayne era un error para ella. La linda demonio no le había creído cuando le contó la verdad entre el incidente con ese Wayne y Kara. Pero con esto, ella ya no tendría excusa para dudar de su palabra.

Que la mitad demonio se encontrara con Supergirl ayer en la noche no fue una casualidad. Zachary le fue fiel a la promesa que le hizo a Kara de ayudarle con Damian, y por ello, orquestó todo el espectáculo que acababa de transcurrir.

Primer acto; Aprovechar que Raven lo abandonó la noche anterior en la oficina de Nightwing y colocar estratégicamente diminutas cámaras para capturar el momento en el cual Kara entrara en escena con el moreno.

Segundo acto: Despejarle el camino a la rubia alejando a Raven de la torre con la excusa de investigar un artefacto mágico que el mismo fabricó. Distraerla con una farsa.

Tercer acto; Una pizca de magia en forma de una joya que se ocultó en la ropa de la rubia. Supergirl entró a esa oficina luciendo como ella misma pero, ante los ojos de Damian Wayne lució como una persona distinta.

La falsa llamada de emergencia fue una improvisación de su parte, pero la cual le permitió recolectar las cámaras con la evidencia y también recoger los pedazos de una destrozada Kara.

La super chica no hablaría, y nadie sospecharía de él, ni siquiera el perspicaz detective, pues con una foto le hizo creer que él estaba lejos de la torre cuando los hechos de su traición ocurrieron. En realidad Zachary envió aquel mensaje desde la torre, media hora después de haberse despedido de Raven en el parque.

Un plan perfecto que apenas comenzaba.

Pronto, gracias a su paciencia y a su ingenioso intelecto Raven regresaría a ser suya.

Zachary Zatara, eres un genio.

"Zachary Zatara eres un inepto. Tu plan falló."

"Roma no se construyó en un solo día, Rapunzel." El mago dijo relajado, ignorando que la chica estuviera hecha un desastre emocional.

"¿Acaso esto es una broma cruel para ti?."

Zachary se levantó de su cama, aún relajado pero con los brazos en el aire en rendición ante la amenaza de ser carbonizado por la visión calorífica de la enojada alienigena.

"Por favor Kara. Como va ser una broma, obviamente disfrutaste lanzarte como una fiera a los brazos de Nightwing...Traviesa."

La acusación sirvió para que la mujer olvidara la agresión y se ruborizarse en vergüenza.

"No..." Kara se detuvo, exhalando para disipar la vergüenza y continuar firme. "Él me llamó Raven."

"Hey, cuidado con como hablas de mi pequeña diablilla. Di su nombre con más amor."

"Me confundió con Raven, ¡¿Porque?, ¿Que hechizo me diste?!."

"Esta gema trabaja con magia blanca, es inofensiva." Él le enseñó la joya para distraerla. "Cerca del sujeto de interés provoca que ceda ante esos deseos y sentimientos que más oculta por la persona que la trae puesta."

Una pequeña mentira, pues en realidad el hechizo dentro de la gema en su mano servía para que un individuo alucinara con la persona a quien más deseaba. Y el maldito Wayne tenía el descaro de desear a su linda cuervo.

Y esa era la razón por la cual decidió usar este preciso hechizo con él. Zachary sabía de antemano que la gema haría a Damian alucinar con Raven. No existía otra forma en la que el líder hubiera actuado de esa manera si hubiera sabido que se trataba de Kara desde el principio.

Aunque, le daría crédito por haber logrado romper el hechizo por su cuenta.  Un verdadero detective...uno que pronto iba a perder contra él.

Tenía cada segundo de la traición de Damian grabado en video, y con una pequeña edición estaría listo. Zachary no podía esperar por el día en cual le enseñara a Raven el íntimo percance de su querido Nightwing con Supergirl. Ella terminaría confrontándolo con la verdad y cuando se sintiera decepcionada de Damian Wayne, Zachary estaría ahí para reconfortarla con los brazos abiertos, listo para ganarse nuevamente su corazón.

El plan perfecto.

"Pensó en ella cuando me besó."

"Un efecto secundario, la magia lo desorientó. ¿No viste el horror en su rostro cuando te llamó Raven?...Le asqueó, por eso se detuvo."

Su nueva mentira dejó a la chica pensativa, mientras el rogaba secretamente que le creyera tantos engaños. Él era un mago muy guapo y rico como para morir a manos de una alíen.

"¿Ves esto como una victoria?" Ella volvió a preguntar, no convencida del todo.

"¿Aun lo dudas?, sí gozaste esos manoseos más de lo que me pude haber imaginado."

La mujer se volvió a enrojecer con la pena, pero ni eso era capaz de ocultar su descaro.

Tal lo dijera Britney Spears; 'Yo no soy tan inocente.' Esa era la manera más adecuada de describir la transformación de la imagen de mosca muerta de la Super chica, a la de una mujer que no tuvo cohibición al manosear lujuriosamente a Nightwing

Eso fue algo horroroso de presenciar.

"Tal vez lo dudo porque Nightwing me corrió de la torre, me dijo directamente que me mataría si volvía a verme."

"Pero, ¿Te mató?" Zachary cuestionó con los brazos abiertos, entonando la ironía. "No lo hizo, ¿Verdad?"

"No, pero..."

"Definitivamente no conoces bien a Damian Wayne, él es un salvaje, un retrograda machista. Le gusta hacerse el difícil y menospreciar a las chicas que le gustan. Por cierto, déjame recordarte... que mal gusto tienes en los hombres, linda."

Esta bien, lo reconocía, sus mentiras se estaban saliendo de control, pero eran necesarias para que su plan siguiera sin ningún problema. A decir verdad, no le importaba sí Kara encontraba el verdadero amor con Nightwing  o si ellos terminaban odiándose de por vida. La única prioridad de Zachary era destruir la confianza que Raven mostraba por ese hombre y romper cualquier enlace que los mantuviera juntos.

Zachary usaría a quien fuera para conseguirlo.

Los hilos de su plan se movían en estos instantes, el cavernícola seguro se volvía loco, atormentando sus pensamientos sin saber que hacer. La frustración lo consumiría y como un cobarde guardaría el incidente como un secreto. Contaba fielmente por que eso ocurriera, entre más secretos le guardará a Raven, más débil se volvería esa confianza que tenía por el líder del equipo. Y después...bye-bye, Damian Wayne.

"Entonces, ¿Tengo que rogarle para que me haga caso?".

"Linda Kara, exactamente esa fue la razón por la cual arruinaste todo. Te daré un consejo; Respétate un poco y no vuelvas a rogarle nunca a un hombre."

"Me doy a respetar. Tu me lanzaste ahí sin explicarme como esa joya funcionaba."

"Oye, no culpes a la magia por tu poca seguridad."

"Esto no esta bien." Kara se llevó las manos al rostro, tratando de borrar su agotamiento emocional. "Debo decirle a Jon, él me ayudara a remendar todo."

"¡No!" Zachary alcanzó a volver a cerrar la puerta antes de que la chica pudiera pensar en salir.

Claramente, que otros se enterarán sobre sus artimañas para separar a las dos aves arruinaría sus planes.

"¿Porque no?. Jon conoce mejor a Damian."

"Te estoy evitando un problema Kara. Se que estás frustrada porque te quedaste a medio camino de besos, el deseo carnal es fuerte hasta en los aliens, ¿no?." Al ver otra vez los ojos rojos de la rubia supo que no fue inteligente hacerla enojar con sus bromas. "Ya le diste una probadita de lo que eres capaz. Dale tiempo al tiempo, y verás los resultados."

"Me corrió de la torre. ¿A esos resultados te refieres?."

"No lo dijo en serio."

"Parecía bastante serio."

"Te lo dije mil veces, a él le gusta humillar a la gente. Sugiero que lo ignores de hoy en adelante, vas a ver que no tolerará tu desprecio y en menos de dos semanas te buscará para volverte a besar. Los patanes como Wayne son así."

"Pero...."

"Confía en mí, sí en un mes ese hombre no te busca, dejaré que me des unos buenos golpes." Zachary la agarró de los hombros para acompañarla a la puerta. "Y para de fruncir el ceño, te sacarás arrugas."

"¿Tan seguro estás de que tu plan funcionará?"

"Segurísimo. Pero, hey, recuerda que para que pueda funcionar, tu no puedes decirle a nadie sobre la gema. Damian me odia y arruinarás tu oportunidad si se llega a enterar de que te ayudé."

"Esta bien, lo guardaré en secreto." Ella finalmente suspiró en acuerdo. "Pero realmente espero que tu plan funcione."

En ese momento Zachary no pudo disimular la mueca de victoria que se dibujó en su rostro. La inocente Kara, la linda Rapunzel tenía toda la razón en dudar en él.

"Créeme Kara, funcionará." Él le susurró al acompañarla a los pasillos.

Porque si, su plan funcionaría perfectamente...

...Para él.

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Nota:

Aunque Zachary parezca un villano, no lo es. Simplemente es una persona muy egoísta y toxica xD.

Si le gusto no olviden dejar su voto o comentario. Son unos de mis motores de motivación 😌♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️.
Gracias por leer💕

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