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3.17 Playdate

Alto en el cielo, el sol se encargaba de calentar la tierra bajos sus pies, mientras las olas del mar sonaban como un arrulló en sus oídos y las malditas partículas de la arena picaban sus ojos.

Damian gruñó por debajo de su aliento, incómodo ante los diferentes estímulos golpeándolo al mismo tiempo. Por su lado, Raven portaba una inexpresividad en su rostro, deducía que tampoco estaba convencida por estar aquí.

El reloj hacia tic tac continuamente, cada minuto que pasaba era un recordatorio del poco avance que tenían sobre el caso de Mia Maps Mizoguchi. Hasta ahora, ni el sistema de rastreó o los libros de la familia Zatara han sido de gran ayuda.

Una distracción del caso era inaceptable.

Aun así, tanto Raven como él se encontraban lejos de sus responsabilidades, listos para pasar una tarde en las playas de San Francisco.

Pero, sí tenían tantas responsabilidades, ¿Cómo es que los dos lideres más temidos de los Titanes terminaron en un viaje a la playa?.

Los ojos de Damian viajaron del inexpresivo rostro de Raven a su cuerpo, viendo como los rayos del sol le permitían ver a través del kimono negro que usaba, un traje de baño color olivo que resaltaba la sensualidad de su silueta.

Y exactamente en esa silueta se encontraba la respuesta a su pregunta.

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-Una Semana Previa.

"Drake, no puedes hacer reuniones sin previa autorización."

"Yo la autoricé, Damian. Por aquello." Jaime señaló a la gran fila de documentos en una de las mesas de la sala de conferencias, como si aquello fuera una explicación suficiente para el exigente líder. "Se que has estado ocupado con tu misión, pero Tim tiene una interesante oferta para mejorar el rendimiento de la torre. Quisiera que las escucharas."

Damian alzó los hombros disconforme; Precisamente, tenía cosas importantes por hacer, y estar en una reunión a causa de Tim Drake no era una de ellas.

"Aprecia mi tiempo Damian, la torre es tu responsabilidad, no la mía. Se te están escapando algunos datos."

"Estoy al tanto de todo lo que ocurre en esta torre Drake." Damian chasqueó con la lengua a su hermano. "Imposible que me enseñes algo que no sepa ya."

"Por eso odio trabajar contigo, eres un engreído. ¡Acepta mi ayuda!"

"No te equivoques Drake, no trabajamos juntos...Tu trabajas para mi."

"Toma un maldito asiento y cállate engendro." Tim tensó los puños, resistiendo su impulso por golpear algo. Seguramente el rostro de su hermano menor.

Damian sonrió victorioso, siempre era bueno hacerle perder la calma al perfeccionista de la familia.

"En la familia Reyes cuando alguien discute mi mamá saca la chancla y todos se tranquilizan." Jaime se llevo una mano a la frente, cansado de presenciar las discusiones de los Wayne. "Cielos, quisiera tener una chancla ahora mismo."

"Las reuniones de la liga con Batman, Flash y Hal Jordan en un mismo lugar...Hermano...." Victor Stone añadió con toda tranquilidad mientras se encargaba de instalar un proyector. "...esas peleas eran bombas nucleares."

"Si esto es un asunto de la torre, ¿Porque esta Cyborg aquí?." Damian cuestionó la presencia del afroamericano. "¿Ahora es nuestro técnico oficial?"

"Soy representante de la Liga de la Justicia, por ley debo estar presente en cada reunión oficial de los Titanes. Se llama jerarquía, yo no la invente, pero hago que se respete. "

"Claro, debes venir aquí para sentirte importante ¿No, Stone?." Damian jugó con la paciencia del hombre mayor. Tomó asiento en la mesa más lejana a los demás, un punto estratégico para ver sus alrededores. Sobre todo la cara de rabia de Red Robin y Cyborg. "La Liga aun te considera un practicante."

"Tim, comienza con esto o voy a lanzar al mocoso insolente de Bruce por la ventana."

"No podemos empezar sin Raven." Tim comentó cansado, pero después lanzó una mueca llena de complicidad a Cyborg. "Aunque, yo mismo pagaría la reparación de esa ventana si es que desapareces a Damian. "

"Como si el hombre de hojalata pudiera conmigo." Damian agregó arrogante, agrandando la ira del hombre mayor.

"¡Estas muerto viejo!"

"Dejen en paz a mi compadre, Nightwing es un buen líder."

"Gracias Jaime, siempre supe que me eras leal."

"Un poco flojo y gruñón, pero al final un buen líder."

El comentario del mexicano sirvió para que los demás se echaran a reír a merced del líder.

Damian frunció el ceño descontento. Jaime Reyes, un traidor.

"Fantástico, llegó a tiempo para unirme a la humillación de Damian." Raven apareció de la nada en medio de la sala, como siempre acompañada de su amargo sarcasmo. "Por favor, no se detengan por mi."

Los presentes estaban ya familiarizados con las espontáneas apariciones de la mitad demonio en el humo místico de sus poderes. Ninguno reaccionó a su llegada, por otro lado, el atuendo que ella usaba atrapó instantáneamente la curiosidad de los cuatro hombres.

Raven llevaba puesto un largo vestido azul con un pronunciado escote V y una peligrosa apertura en la parte inferior que dejaba al descubierto gran parte de sus piernas. Una vestimenta muy formal para una simple reunión.

"¿Qué?" Raven resopló en monotonía al sentir las miradas de los hombres aún sobre ella.

"¿Qué diablos llevas puesto?" Damian fue el primero en hablar. Demasiado intrigado, como para canalizar la rudeza en su voz.

"Un vestido. ¿Porque, no puedo usar uno?"

Damian rechinó los dientes a la evasiva respuesta.

"Lo que Damian quiere decir es; ¿Cual es la ocasión chica?." Jaime señaló el atuendo de la mujer.

"No quiero hablar al respecto." Raven enchuecó los labios ligeramente. Una discreta señal para decir que no estaba en el humor. "A lo que me trajeron, que quiero irme temprano a casa."

"Bien. Ya que todos estamos aquí, comencemos." Tim hizo énfasis al asiento libre a lado de Damian para que Raven lo tomará.

"Alto ahí, Reina del sarcasmo." Con un brazo Victor Stone interfirió el desanimado andar de la chica. "Esa ropa es muy formal, ¿Saliste con alguien?. Si fue con ese mago, dalo por desaparecido."

"¡Raven!" Damian reaccionó automáticamente. La idea de Zatara y Raven le era intolerante hasta en una suposición.

"Los dos suenan ridículos." Raven resopló un mechón de su cabello fuera de su rostro. "Tim, estoy a nada de perder la paciencia. ¿Podrías empezar?"

Ella se tiró sin ceremonia en su asiento, un movimiento que dejó sus piernas al descubierto, despertando en Damian un peligroso interés. Ese vestido la hacía lucir como una letal belleza.

"Entonces, ¿Porque vienes tan arreglada?." Jaime insistió, obteniendo una mirada asesina de la mujer. "No me mires así Rae, me ganó la curiosidad y sabes que pararemos de incomodarte hasta que contestes."

Raven se cruzó de brazos, obstinada en guardar silencio, pero de inmediato dándose por vencida al ver que los presentes nunca desistirían. Ella rodó los ojos y señaló de mala gana a su compañero de mesa.

"La culpa es de Damian."

A la mención de su nombre, el moreno tuvo que parpadear varias veces, tan distraído con la piel expuesta en las piernas de la mujer que apenas recordaba el lugar donde se encontraba. Pero eso no disminuyo su descontento al ser acusado.

"Ilustra, ¿De que manera estoy involucrado con un vestido?."

"Le prometiste a mi editorial una exclusividad millonaria, no cumpliste, nos fuimos a bancarrota. Ahora lanzarán una fiesta por semana donde los editores estamos obligados en asistir y de usar nuestros 'encantos' para sacar jugosos cheques a los inversionistas."

"¿Cómo un cabaret?, pensé que tenías más respeto por tu persona Roth." Damian intentó tutearla, tan sorprendido como inconforme por saber que ella apoyó una estrategia tan decadente. "No me culpes por que trabajas en una empresa sexista."

"Sexista, pero al final una estrategia de marketing. La bancarrota es tu culpa, tengo que hacer algo."

"Esta bien, hablaré con el dueño...o quizás pueda denunciarlos con el gobierno."

"Ni siquiera se te ocurra volver aparecer por ahí. O te encajare el tacón de mi zapato en tu bonito rostro en cuanto te vea. Ya causaste muchos problemas."

"¿Esa es una amenaza Roth?"

"Es una promesa, Wayne." Raven dijo alzando en alto su frente.

Los tres espectadores rieron al ver como Damian se hizo para atrás ante la tenebrosa voz de la mitad demonio.

"No la provoques amigo, no es lindo cuando se enoja."

Pero el consejo de Jaime llegaba tarde, Raven ya estaba molesta, quizás desde antes de que llegara aquí.

"Bien, ya todos sabemos el misterio tras el vestido de Raven." Cansado, Tim apuntó a la proyección en la pared. "Es hora de iniciar. Sin interrupciones. "

Por fin, Nadie se opuso a la idea.

Damian giró al frente, y aun sintiendo la pesada vibra de Raven sobre él, trato de enfocarse en lo que Red Robin intentaba exponer. Como lo supuso, el hijo prodigio hablaba de un tema del cual Damian ya tenía conocimiento.

Aburrido de la palabrería innecesaria, dejó que sus ojos vagaran por el lugar; Jaime y Cyborg se sentaban en la primera hilera de mesas, el latino se rompía la cabeza tratando de seguir las cuentas de Drake, Cyborg apenas reaccionaba, como si hubiera puesto su cuerpo en automático y Drake les daba la espalda, hablando sin darse cuenta de la poca atención de su público.

Sin poder detenerse, sus ojos cayeron sobre la mueca irritada de Raven y después sobre la apertura de su vestido en el área de sus piernas. Ella tenía los brazos cruzados por debajo de sus pechos, acentuando su escote. Damian culparía a su aburrimiento y a sus alborotadas hormonas por dedicar un buen tiempo en observar su figura.

"¿Qué tanto miras?" Raven le susurró hostilmente.

"Nada, solo que tu ira irracional me es entretenida." Damian susurró en regreso, usó su dedo para acomodar un tirante flojo del vestido azul en su hombro, aprovechando la acción para rozar inocentemente su brazo. Ella de inmediato lo alejó.

En lugar de molestarle, a él le regocijo su actitud.

"No puede ser irracional sí existe un factor que la causó. Gracias a ti, estuve horas en una fiesta con hombres grotescos que solo miraban mi escote. Es el segundo castigo que tu falta de responsabilidad me hace pagar."

El nuevo dato le desagradó, pero dudaba que Raven no pudiera manejar por su cuenta a unos cuantos civiles. Conociendo la sensibilidad de su empatía en reuniones sociales podia jurar que ella uso sus poderes para pasar desapercibida en aquella dichosa fiesta.

"Mientes, tu nunca soportarías un trato así."

"¿Quieres apostar?" Ella chasqueó la lengua en mofa.

"Sí me hubieras invitado nada de eso te hubiera ocurrido ¿No crees?."

"Me quise ahorrar los inconvenientes." Los iris de la mitad demonio brillaban en un modo juguetón pero también malévolo. "Además, tu presencia hubiera arruinado mi oportunidad de hablar con los autores y las celebridades mas cotizadas del país."

Damian le echó un vistazo, pero ella ya lo ignoraba. Prefiriendo escuchar la innecesaria presentación de Red Robin a seguir conversando con el moreno.

La pilla se contradecía en su argumento; primero le asqueada y después ,¿Estaba interesada en la atención de celebridades?. Incongruente.

Su actitud parecía ser un truco por provocarlo, y podía estar convencido de que toda su hostilidad era una venganza porque él tenía cierta culpa en que ella asistiera a esa estúpida fiesta.

Ella primero trató de golpearlo con su ira, pero como eso no le funcionó, ahora usaba los celos para sacarle una reacción.

Él casi cayó en su juego...casi.

Una esquina de su boca se levantó cuando a su mente arribó una brillante y traviesa idea. Él también sabía jugar su mismo juego. Después de todo, llevaban meses de experiencia.

Damian vigiló que los demás estuvieran ocupados en sus propios asuntos para acercar su silla a la de Raven. Sin que nadie se percatara de su movimiento, tomó la oportunidad para comenzar su propia provocación.

Cuidadosamente, él posicionó una mano sobre la rodilla de Raven, sintiendo la suavidad de su piel al instante. Ella se tensionó bajo el tacto, pero Damian ignoró la duda en sus ojos para continuar con su persuasión.

Las yemas de sus dedos rosaron sobre la piel expuesta de su muslo, tentativamente subiendo por un camino lento que cada vez se acercaba más a encontrar la parte mas sensible de su cuerpo.

"¿Qué tratas de hacer bastardo?." Raven atrapó su mano antes de que él pudiera traspasar los límites de lo moralmente permitido.

"¿Qué?." Él comentó inocente mientras sus dedos trataban de liberarse del agarre. Nada extrañado que ella hubiera captado sus intensiones. "Quiero compensar de alguna forma lo que mis acciones te hicieron pasar."

"Invadiendo mi espacio personal es una pésima forma de hacerlo. Un acto suicida de tu parte."

"Me atreveré a correr el riesgo por tu bienestar."

"Te estas pasado de listo conmigo." Raven gruñó y él sintió el fuego del infierno en su tacto. "¡Ni te atrevas hacerlo!"

El arrebato de la mujer logró llamar la atención de los demás.

"Raven, ¿Estas en desacuerdo con el cambio al presupuesto?" Tim se dirigió a la chica del grupo, pensando que su descontento estaba relacionado a su presentación.

"No Tim. Pero apreciaría que te apresura-..aah..." Un suspiró de sorpresa cortó el hablado de Raven.

El buen Tim Drake fue la perfecta distracción para que Raven aflojara el agarre en la mano de Damian, dandole la libertad de seguir su trayecto inicial que terminó finalmente entre sus piernas. Damian disimulo su expresión, pero sintió la mas grata satisfacción al tenerla en la palma de su mano.

"¿Rae, estas bien?" Jaime cuestionó ante la congelada chica.

"¿Raven, que pasa?" Damian descaradamente secundo la preocupación del latino, mientras por debajo de la mesa sus dedos rozaban su ropa interior, sumamente emocionado al descubrir que usaba un coqueto encaje.

Agradecía que la mesa donde se encontraba fuera alta y ocultara sus actos, pues seguramente sería todo un escándalo para los tres varones presenciar como Damian hundía la mano entre las piernas de la mitad demonio.

"¿Estas bien bruja?"

"Si, Victor." Raven dijo entre labios cerrados, sostuvo el aliento y luego exhaló para continuar. "Reanuda Tim."

Dicho eso, los tres hombres regresaron a la presentación, dejando a las dos aves en su propio mundo.

"Damian...no." Las cejas de Raven se fruncieron, ló sostuvo de la muñeca, sus uñas enterrándose en la piel morena por que desistiera.

Pero le calor y la humedad en los dedos de Damian contradecía totalmente sus palabras.

Al principio solo quería provocarla nada más, jugar con ella, pero ahora había quedado hipnotizado con la visión de sus ojos, el diminuto rubor en las mejillas de Raven y al sentir como ella temblaba por completo bajo su tacto.

Su propio juego de provocación terminó ser un cuchillo con doble filo y logró afectarlo.

La presente situación era excitante y que fuera casi prohibida lo volvía mas tentadora.

"No." Ella nuevamente dijo, pero el temblor en su voz le decía que dudaba de su propia respuesta.

"Confía en mi."

Raven buscó en sus ojos algún rastro de mala fe, pero al encontrar pura sinceridad, el firme agarre en la muñeca del moreno se aflojó, de la misma manera en la cual ella entregaba su confianza.

Él le sonrió al acariciar con un solo dedo los resbaladizos pliegues de sus labios y ella respondió con un leve zumbido, abriendo sus piernas para darle todo acceso.

Ambos se ahogarían en la lujuria y se olvidarían de la sensatez por unos minutos.

Su pulgar se presionó contra la sensibilidad de su entrada, rozando lento y precisó, trabajando en ella con paciencia. Por un momento Damian se imaginó que sus dedos eran un pincel que pintaba con caricias la más placentera imagen en el cuerpo de Raven.

Fuego comenzó a trepar por el cuello de Raven mientras ella aun lo sostenía de la muñeca, como si esta fuera la única ancla que la mantenía en el mundo.

Ella se inclinó hacia él, apretando su mano con el deseo de tener más fricción. Damian la complació al mover dos dedos dentro de ella, empujando con un ritmo constante. Al instante la vió llevarse una mano a la boca, ahogando sus gemidos, demasiado entregada como para darle vuelta atrás a su decisión.

Damian sentía como ella se estremecía en respuesta a cada una de sus caricias mientras observaba como sus amatistas se enfocaban pendientes a que los demás estuvieran ocupados.

El riesgo de ser descubiertos en su juego erótico era un cohete que elevaba la excitación en ambos. Un juego muy peligroso pero que ya era imposible de abandonar.

Pero mientras Raven estaba pendiente a los demás, Damian era incapaz de apartar su atención de ella. El color carmesí en su cuerpo le daba un adorable tinte a su piel y sus ojos se nublaban por la necesidad de sentir ese placer que tentaba recorrer pronto cada esquina de su ser.

La mera vista ardió a Damian con la llama del deseo.

Inconscientemente, se humedeció los labios conforme su propia excitación se contraía dentro de sus pantalones, advirtiéndole que también necesitaba ser atendido.

El rubor en las mejillas de Raven se intensificaba con la misma rapidez que Damian frotaba sus dedos dentro de ella, curvándose de nuevo en su punto más sensible, apresurado por llevarla a sentir ese placer que tanto anhelaba o él iba a acabar por tomar su cuerpo aquí mismo de una manera u otra.

Al sentir la tensión de su cuerpo ardiendo entre sus dedos, Damian supo que Raven estaba muy cerca de terminar. Añadiendo ligeras caricias sobre su clitoris a su ya constante ritmo de sus dedos Raven alcanzó en segundos el punto culminante de su excitación.

Ella jadeó en silencio, mordiendo su mano mientras el placer que sentía se manifestaba en sus sentido, desde el leve brillo mágico en sus ojos hasta en la forma en la cual su espalda se curveaba del respaldo de la silla.

Todo parecía haber salido bien....hasta que algo explotó a lo lejos.

Ambas aves se tensaron al ver una mancha de energía oscura rodeando la sala, a su paso provocando una serie de eventos desafortunados. Empezando por tirar las anotaciones de Jaime, haciendo que la silla de Cyborg se rompiera bajo su peso y al final, desaparecer tras estrellarse contra las lámparas en el techo, dejando a todos en la oscuridad.

Damian apartó su mano lejos de Raven cuando nuevamente las miradas cayeron sobre el par de aves.

La presentación quedo más que olvidada a este punto.

"Raven, comienzo a creer que tienes un problema con la reunión." Tim se dirigió a la causante de los estragos.

"No..." Raven resopló entre dientes, aun perdida en el abismo de su éxtasis como para pensar correctamente.

"Hey, ¿Porque estas tan roja bruja?."

'Tanta discreción para nada.' Damian pensó con diversión.

La vergüenza pintada en las mejillas de su complice era algo que disfrutaba secretamente, pero tampoco dejaría que se hundiera sola. Siendo parte responsable de la inapropiada situación, Damian tomó la iniciativa para salvarlos de quedar al descubiertos.

"Raven no sabe controlar su ira, pero su punto quedo bastante claro." Damian cruzó los brazos, una mueca aburrida apareció en su rostro. "¿No te das cuenta Drake?, tu presentación es una perdida de tiempo. Esos números ya los conocemos."

"¿Es eso cierto Raven?"

Agitada y avergonzada por la atención de los tres confundidos hombres, a ella le fue imposible aportar su opinión.

Pero la mente de Damian trabajó más rápido y encontró la excusa perfecta para salirse de este lugar entre tanta controversia.

"Es la verdad, Drake." Damian se levantó y al tomar la muñeca de Raven la invitó a que también se alzara de su asiento. "Nos retiramos. Como saben, aun tenemos que encontrar a una persona desaparecida, eso es más importante que estar escuchando el presupuesto de la torre."

El silencio se apodero de la sala conforme Damian caminó hacia la salida con Raven y sus tambaleantes piernas detrás de él.

No dijo una mentira, en verdad tenían responsabilidades más relevantes. Por eso, primero encontrarían un lugar privado donde pudieran terminar lo que comenzaron aquí, para después enfocarse de lleno en aquella investigación.

Una mueca traviesa apareció en sus labios ante el mero pensamiento.

"¿Que diantres acaba de ocurrir?"

El comentario de un indignado afroamericano fue lo ultimo que escuchó al cerrarse la puerta tras de ellos.

Damian apenas alcanzó a dar un paso cuando la magia de Raven los desapareció de los pasillos, transportándolo a otro lugar que él no logró reconocer debido a la pesada oscuridad.

"Te encanta jugar con fuego Wayne." Raven lo empujó de los hombros haciendo que su espalda golpeará con fuerza una pared.

Incluso en la completa oscuridad él podía apreciar la letal silueta de Raven. De repente le comenzó a faltar el aire, su garganta picó con sed y sus manos se llenaban de ansiedad por tocarla. Ahora ella lo tenía donde quería y Damian se sentía mas que dispuesto a sucumbir ante su poderosa presencia.

"Contigo siempre se juega con fuego Raven." Damian mantuvo la mirada contra esos orgullosos amatistas. Sintiéndose travieso y vanidoso después de lo que habían hecho allá atrás.

El semblante de Raven se transformó a peligro en cuestiones de un parpadeo, y antes de que lo supieran sus labios se encontraron en un beso con una firme petición de atención. En nada sus manos se encontraban uno sobre el otro, dedos desesperados apretaban sus prendas en afán por quitarlas del camino en la anticipación de acabar con lo que habían empezado.

Damian la abrazó como si ella fuera su única razón por permanecer cuerdo, quería sostenerla y tenerla en sus brazos para siempre, pues parecía que no era suficiente tenerla cerca, la deseaba por completo, cada placer, cada tacto, cada gemido....saciarse de ese hermoso pecado que con toda dicha cometía una y otra vez sin descanso.

Les tomó bastante tiempo reconocer sus sentimientos, pero una vez que se liberaron de las cadenas en sus corazones vaya que aceptaron con manos abiertas la pasión que constantemente sentían mutuamente.

Los labios de Raven tenían algo perverso que le encantaban, lo invitaban a caer en un abismo de tentaciones que estaba gustoso a aceptar.

Como deseaba destrozar la delicada tela de ese vestido azul que incitó el inicio de todo y acariciar con toda libertad la piel que ocultaba con tanto recelo.

"¿Que están haciendo?"

Damian apaciguó el ritmo de sus besos al creer escuchar el susurró de una dulce voz. Suspiró tranquilo en pausa, aun sostenía a Raven mientras su cerebro trabajaba en confirmar si aquel sonido no fue producto de su imaginación.

"Dime que solo yo oí esa voz."

El comentario de Raven de inmediato alertó a su mente.

Damian abrió los ojos para ver de frente con toda claridad a la confundida mitad demonio en sus brazos. Compartía el mismo sentimiento de confusión, porque para empezar, ¿Quién había encendido las luces en la habitación?.

"Se besaron como mis papás, ¿Cuando se van a casar?."

La tierna voz se escuchó de nuevo para hacerlos entrar en la realidad como si una cubeta de agua helada hubiera caído sobre ellos, apagando en su paso la llama de la lujuria de sus cuerpos.

El par de aves voltearon al mismo tiempo para toparse con unos intensos ojos verdes. Una jovial Mar'i Grayson los miraba con inocente curiosidad mientras su pequeño cuerpo flotaba a unos centímetros de ellos.

"Estoy viviendo un maldito Déjà vu." Raven quiso apartarse de él, pero al moverse tan apresurada se tropezó con sus propios pies.

Los buenos reflejos del hombre lograron salvarla de una caída, pero el incidente sirvió para dibujar una deslumbrante sonrisa en la menor.

"¿Esto significa que Raven será mi tía?"

"¡No!." Raven gritó mortificada.

Damian la ayudó a ponerse de pie, soltándola para que ella pudiera acomodar el mal estado de su vestido.

Él estuvo muy cerca de deshacerse de la prenda...

"Pero se besaban." Mar'i murmuró en un puchero de decepción.

Esto no podía estar pasándoles por segunda ocasión.

El hecho dejó aturdidos a los dos adultos, tanto que el tiempo se volvió irrelevante para ellos.

Un segundo estaban frente a Mar'i y al otro, la niña ya los tenía sentado en en una especie de interrogatorio. La menor hacia pregunta tras pregunta, emocionada por su descubrimiento mientras que Damian y Raven aun no creían la absurda forma en la cual el destino se reía de ellos.

Poco después descubrieron que Raven los había enviado a una sala de entrenamiento abandonada, donde casualmente Mar'i había decidido tomar una siesta, despertando justo a tiempo para ser testigo del espectáculo de manoseos entre los dos adultos.

La niña continuó parloteando y ellos voluntariamente dejaron de escucharla cuando preguntó cuanto tiempo debía esperar para tener nuevos primos con quienes jugar.

"Es imposible, debí haber sentido su presencia cuando llegamos aquí." Raven le murmuró en secreto, aprovechando que Mar'i hablaba sin prestarles atención. "Es la segunda vez que nos descubre. ¿Qué pasa conmigo?"

Entendía su preocupación, y aunque Damian también se sentía apenado por ser tomado de sorpresa por la menor...Otra vez, sabía que no tenía caso seguir agobiándose por el asunto. Además, los padres de la menor eran las personas menos discreta del mundo al demostrar afecto, para su sobrina unos meros toqueteos en la oscuridad eran nada.

"Lo que pasó, ya pasó." Damian la tomó de la mano unos segundos, queriendo tranquilizar su preocupación. "No es como si pudieras borrarle la memoria otra vez."

"¿Que a mi que?" La niña preguntó, pero al ver que Damian la despidió con una mueca, ella continuó con su alegre parloteó.

"Le dirá a Kory y a Dick en cuanto pueda." La ansiedad de Raven no se apaciguaba.

"No le van a creer, Raven."

"¿Quieres arriesgarte?"

De ninguna manera.

Disfrutaba de la privacidad que tenían en estos momentos, una manera de descubrir poco a poco sus sentimientos sin ninguna presión. Pero esa privacidad y calma se acabaría en cuanto el secreto de ellos fuera descubierto.

Debía evitar que el secreto se esparciera, sin importar como fuera.

"Grayson." Damian llamó a su sobrina. "Lo que viste debe permanecer en secreto. Suelta una palabra y todos tus peluches terminaran decapitados por mis manos."

"Damian."

"¿Qué?" Él preguntó sin remordimiento.

Raven lo empujó por los hombros en una advertencia por que guardara silencio. Damian rodó los ojos y con una mano señaló a la menor, desafiando a la mitad demonio por traer a la mesa una mejor solución que la suya.

"Mar'i." Ella suspiró, la serenidad de su voz atrayendo a la niña. "Lo que viste debe permanecer en secreto. Nadie puede saberlo."

"¿Porque?."

"Porque queremos....que sea sorpresa, ¿Entiendes?."

"¿Eso es lo mejor que se te ocurrió?" Damian resistió la urgencia de golpearse la frente. El intento de Raven terminó siendo peor que el suyo. "Usa tu magia para convencerla."

"No puedo Damian. Le puedo causar un trauma psicológico de por vida, tu familia ya tiene mucho de eso."

"Esta bien, guardaré el secreto."

Tanto Damian como Raven se sorprendieron con la repentina contestación de la niña.

Eso fue fácil.

Sin embargo la sensación de alivio les duro poco, cuando la expresión de la niña transformó su inocencia en plena travesura.

"Prometo nunca decir nada Tío Damian. ¡Pero primero!, quiero algo a cambio."

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-De regreso a la dura realidad del presente.

Como le gustaría a Damian recuperar ese autocontrol que tuvo durante tantos años y perdió a manos de una bruja.

Las consecuencias de un mal manejo de impulsos carnales llevó al par de aves a una desolada playa debajo del famoso Golden Gate de San Francisco, un lugar donde la naturaleza reinaba lejos de la mano destructora de la humanidad. Un sitio abandonado por turistas y bañistas gracias a las salvajes olas y el ruido de los carros que pasaban sin parar en el gran puente encima del mar.

Así es, la petición de Mar'i a cambio de guardarles el secreto fue que la trajeran a pasar una tarde en una de las playas más peligrosas de la ciudad, pues según ella, la playa en la torre era muy aburrida. Con padres tan ocupados era imposible que viniera sin supervisión a este lugar y coincidía justamente que la chiquilla se había encontrado a las víctimas perfectas para cumplir su deseo.

"¿Qué pasa con nosotros?, solíamos ser los mas respetados del equipo." Raven comentó agriamente por debajo de su sombrero. Un muy peculiar accesorio a la opinión de Damian. "Manipulados por una niña. Patético."

A lo lejos Mar'i volaba contenta por la desolada arena, cargando todo los neceseres que habían traído con ellos mientras buscaba un lugar donde dejarlos caer.

"Tú le enseñaste la habilidad de manipular."

"No para que la usará en mi contra."

"Raven, Tío Damian, ¡Aquí!." Mar'i les gritó al bajar su carga en la arena. Sin perder tiempo, se quitó su vestido para revelar su traje de baño rosado.

"Mar'i esta contenta." Damian señaló a la niña que ya corría hacia el mar.

"Por lo menos alguien lo está."

De mala gana Raven le entregó la bolsa que cargaba, sin decir más se fue a donde la niña abandonó sus cosas. Con sus poderes extendió una manta blanca sobre la arena y enterró una gran sombrilla para acomodarse por debajo de su sombra. Se veía cómoda a pesar de que una aura de energía negativa flotaba a su alrededor.

Damian alzó una ceja, intrigado por la actitud de la mujer al seguir su camino.

Desde hace pocos días notó un ligero cambio de humor en ella; Constantemente distraída, malhumorada, insolente y corta de paciencia, tan solo ayer ella perdió toda su calma en contra de la amazona durante un entrenamiento y le rompió un brazo.

Era como si algo la estuviera molestando, y comenzaba sospechar que el origen en el cambio de su actitud se debía a él, al nuevo cambio en su relación, o aun peor, ambas cosas.

Han pasado semanas desde aquellas dos noches en las que sus corazones oyeron las mutuas confesiones de sus sentimientos. Desde entonces su relación se convirtió en algo más intimo y personal, a pesar de que aún no discutían una formalidad al etiquetarlo oficialmente, creían que mantenerla en privado era lo mejor por el momento.

La dinámica entre ellos cambio pero también siguió el mismo curso. Nuevo, pero al mismo tiempo los cubría con la manta de la familiaridad.

Por un lado la tensión incómoda que los estuvo atormentando por meses desapareció, libres de disfrutar tiempo juntos sin ningún pensamiento adverso, duda o inseguridad. Mientras, por otro lado, ese fuego de pasión que inició en un viaje a Las Vegas había revivido con intensas llamas de la lujuria.

Ahora el deseo entre ellos era persistente, insaciable y buscaba cada oportunidad por aparecer, como lo hizo en la reunión de Tim Drake y en el inoportuno accidente frente a Mar'i Grayson.

Pero Damian no veía un problema verdadero, a su parecer todo marchaba correctamente. No encontraba una explicación tras el mal humor de Raven.

Quizás él no cumplió las expectativas de Raven y ya la estaba aburriendo. La idea le mortificaba, tanto que buscó consejo en el único cerebro sensato que tenía conocimiento de su secreto con Raven: Jonathan Kent.

Si, el grupo de entrometidos conformado por Superboy, Red Hood y Ravenger ya sabían todo. Algo inevitable debido a las frecuentas visitas de Raven a su departamento y viceversa. Pero ese era un asunto para explicar en otra ocasión.

A Damian le hubiera gustado buscar ayuda con alguien más apto que Jon, pero por el momento era la única opción que tenía. Así de desesperado se sentía por saber que ocurría con Raven.

Inesperado asombro se llevó cuando Jon le confirmó que la culpa recaían en Damian y su falta de sentimentalismo. Según amigo, para mantener una relación sentimental saludable y equilibrada debía haber más que trabajó y una vida sexual placentera. Tenía que darle oportunidad a otro tipo de intimidad, a una conexión personal, un tiempo de calidad a solas, un cortejo,...citas.

Una cita; Una actividad social realizada con el objeto de evaluar la idoneidad mutua de pareja.

Damian encontraba lógica en el argumento de Jon a pesar de que este usó a sus padres como ejemplo.

Raven y él empezaron directo con lo físico ignorando la indole emocional. Últimamente solo pasaban tiempo juntos al trabajar en misiones, investigar sobre el caso de Djinn o con actividades íntimamente placenteras.

Después del fiasco con Mar'i, quizás si era verdad que estaban explotando demasiado el ámbito sexual de su relación, tal vez era momento de bajar un poco el ritmo y permitirse más tiempo de calidad.

No quería revivir el fiasco de Emiko con Raven, ni siquiera podía imaginárselo. Estaba totalmente comprometido en hacer que este cambio entre ellos fuera tan bueno como el lazo de su amistad.

Raven significaba demasiado en su vida como para arruinarlo, y si tener citas era la solución a sus sospechas, tendrían una en cuanto antes.

La noche anterior, arregló los horarios de la torre para darles el día libre y que así nadie pudiera interrumpirlos. Porque, aunque no le encantara la idea de ocupar su día cuidando a la hija de los Grayson, la excursión a la playa era la excusa perfecta para pasar ese tiempo de calidad que tanto les hacia falta.

Incluso con Mar'i presente, ambos podían tener una cita...¿No?.

"Aun me cuesta creer que Mar'i nos descubrió por segunda vez." Raven frunció los labios, sus ojos fijados al mar. "Debí haberla sentido."

"Estabas muy distraída conmigo." Él le sonrió coquetamente, pero la mujer no simpatizó con su comentario.

"No es algo para bromear. Me molesta, en especial porque ahora tenemos que pasar un día en la playa....Glorioso."

"Ya estamos aquí, lejos de la torre y de los demás en una playa para nosotros solos. Perfecto para..." Damian rascó su nuca, indeciso en decirle sus planes. "Investigué que hoy habría buen clima...y, ¿Sabias que hay un 55% de ver a un tiburón en esta playa?."

"¿Qué tanto estas diciendo Damian?."

"Nada, trató de darle otra perspectiva a esta salida, sacarle el mejor provecho y quizás...considerarla como una cita." Él dijo formal, cruzando los brazos detrás de su espalda para mantener el coraje. "Nunca hemos tenido una cita."

"¿Una cita?"

"Es una sugerencia, no un compromiso.." Damian apretó las manos al ver a Raven desinteresada en su propuesta. "Olvídalo, fue una tonta idea."

Quedó como un gran idiota, nunca mas seguiría los consejos de Jonathan Kent. Debió suponerlo, Jon carecía de experiencia en casi todo los ámbitos de este universo, él ni siquiera fue capaz de conquistar a Kathy Branden. La granjera que muy recientemente le había rotó el corazón al rechazarle sus sentimientos.

"Esta bien, si insistes tanto."

Una tibia sensación se apoderó del pecho de Damian al escucharla, más se atrevió evaluar si su decisión había sido sincera antes de realmente emocionarse.

"No es una obligación."

"Pero si es de mala educación declinar una invitación de alguien que parece que se va a desmayar de los nervios." Ella le sonrió por debajo de su sombrero mientras un discreto rubor se esparcía en sus mejillas. "Acepto tener una cita contigo."

Era oficial, esta sería su primera cita. Ahora, ¿Que se suponía que debían hacer?.

"¡El agua esta de maravilla!" Mar'i voló alrededor de ellos mientras gotas de agua escurriendo de su traje de baño. "Vamos, hagamos una carrera hasta esa piedra."

La menor señaló a una enorme piedra a mar adentro apenas era visible. Unos cinco kilómetros de trayectoria, un ejercicio desafiante al agregar la fuerza de las olas. Tal vez era debido a su buen humor, pero la oferta de la niña solo tentadora para Damian.

"¿Estas segura que podrás contra mi?" Damian cuestionó a la pequeña que cabeceó contenta.

"Damian, ¿Competirás contra una niña a mar abierto?"

"¿Porque no?, es un buen ejercicio matutino." Damian estiró sus músculos preparándose. "Grayson es resistente, es capaz de nadar esa distancia sin cansarse."

"Eso me da tanta calma." La chica rodó los ojos pero no dijo más. Tampoco estaba complacida y mucho menos tenía intenciones de salir de la sombra.

"¿Vienes Rae?"

"Te cansas Mar'i, a Raven le da miedo el sol."

"¡Mientes Tío Damian!, Raven es valiente."

"No cuando se puede quemar como un camarón si sale debajo de esa sombrilla." Damian silenció su burlona risa al sacarse la playera.

"Me quedaré aquí Mar'i porque alguien necesita estar en la orilla y vigilar que no les pase nada. Oí por ahí que hay tiburones en esta zona, pero sin preocupaciones, que cuidaré especialmente que ninguno se coma a tu tío."

A él le causó gracia la malicia de su voz y el hecho de que ella estuviera guardando la ropa perfectamente doblada que él le pasó hecha un desastre en una de las bolsas.

"Quédate en la sombra Raven, no quiero que te desmayes por un golpe de calor. ¿Quién animará mi victoria si te ocurre eso?"

Él chasqueó la lengua en mofa al escuchar una mala palabra salir de los labios de la mitad demonio junto cuando corrió a donde Mar'i lo esperaba en la orilla de la playa.

Si, este podía ser el comienzo de una prometedora cita.

—————————————————-

"¿Leyendo en la playa?, una actividad cliché hasta para ti."

Damian justo regresaba de nadar para toparse con Raven aun oculta bajo la sombra. Ella de alguna forma se las ingenió para acaparar el refugio sobre la arena con varios libros.

"Disculpa si me interesa más avanzar nuestra investigación a participar en un maratón de natación contra una niña. Por cierto, ¿También tengo que animar tu derrota?. "

Le impresionó que ella hubiera estado pendiente de ellos mientras nadaban, tanto para saber que Mar'i había llegado primero a la piedra que él.

"La deje ganar."

"Damian, los dos sabemos que eso es una mentira."

"Me ganó en los últimos metros porque me dió un calambre."

"Patética forma de perder." Raven tenía una mueca de desagrado en sus labios, pero incluso así, escondió una nota de burla en su voz. "Y ¿Podrías secarte?, me estas mojando."

Tras su queja Damian notó como gotitas de agua escurrían de su cuerpo para caer sobre el kimono negro que ella usaba.

"A lo que veo, serán las únicas gotas de mar que tocaran tu cuerpo, ¿Vas a quedarte leyendo bajo la sombra todo el día?"

"Tal vez." Raven dijo, y aun con su vista en el libro le entregó una toalla para que se secara. "Tu fuiste quien sugirió que esto fuera una cita, pero a la primera oportunidad que tuviste, me abandonaste. Tengo que entretenerme con algo."

Cuando Damian se sentó a su lado, Raven le dió un vistazo cuidadoso, como si se asegurara de que él estuviera completamente seco para después recargar la espalda contra su pecho.

Damian se quedo quieto, procesando la repentina peculiaridad de la mujer, que ahora estiraba sus piernas sobre el mantel y suspiraba aliviada al encontrar la posición mas cómoda en él.

Encontraba gracioso como ella se dejaba caer en él, después de haberle reclamado con tan poca emoción haberla abandonado hace un rato.

"Si quieres mi atención, solo tienes que pedirla Raven." Él dijo presumido al enredar sus brazos en la pequeña cintura de la chica. "No tienes porque fingir apatía."

Sin nadie presente y con Mar'i ocupada a lo lejos haciendo castillos de arena, Damian se permitió gozar de lo bien que se sentía tenerla en sus brazos.

"Por favor, puedo sobrevivir sin tu atención."

"Y ¿Por eso te lanzaste a mis brazos?."

"Tú lanzaste tus brazos en mi, yo solo quería usarte como silla, me duele la espalda y el brazo de estar leyendo."

"Entonces déjalo y disfruta del día." Damian cerró el libro de Raven, ganándose de ella un gruñido en desaprobación. "Se que es importante pero puede esperar por unas horas. De todas formas ire a la torre antes de patrullar para revisar que todo este en orden."

"No lo creo de ti, ¿Quién eres?." Ella se cruzó de brazos, pero siguió hundiéndose más en él al suspirar. "....¿Ahora que se supone que haga?"

"¿En una playa Raven?. TT...me pregunto que se podrá hacer en una extension de agua tan grande."

"Sarcástico. Pero no me apetece nadar o llenarme de arena...aunque si tengo hambre. " Ella habló, golpeando de mala gana sus manos fuera de su cintura, tal fuera una reprimenda. "Busqué en las bolsas, trajiste agua, pero nada de comida."

"La ingesta de alimentos es desfavorable a la hora de nadar, por eso te dije que comieras antes de venir."

"Era muy temprano, no tenía hambre. Ahora si."

"Roth, te comportas como un infante." Damian protestó, pero igual se las ingenió para acercar una de las bolsas que trajeron, y en una de ellas milagrosamente encontró una barra de proteínas. "Toma."

Raven le arrebató la barra sin queja, realmente debía estar hambrienta. Damian se ahorro el comentario y se buscó para si mismo un poco de agua.

"Un opción poco apetitosa..." Raven hizo que la barra flotara en el aire para acercarla a su boca y darle una gran mordida. "....servirá por el momento."

"¿Eres tan floja como para también usar tus poderes al comer?"

"A lo que llamas pereza, yo le llamó ingenio." Con tres mordidas ella acabó el bocadillo. La envoltura desapareció en la nada y ella giró el rostro hacia él con un ligero puchero en los labios. "Aun tengo hambre."

Damian frunció el ceño en un vago intento de comprender la situación."Empiezo a cuestionarme si esta hambre es la causa de tu mal humor."

Se percató de su error demasiado tarde, pues no tardo en sentir como Raven se iba rígida en sus brazos.

"¡¿Qué dices?!. No tengo mal humor."

Él tragó saliva nervioso ante la contestación hostil y tan a la defensiva de Raven. Era inútil desmentirse, a este punto únicamente le quedaba confrontarla con las sospechas a su cambio de humor, y saber de una buena vez si eran causadas por él.

"He percibido un poco más de hostilidad de tu parte últimamente. ¿Te molesta tanto estar en la playa?"

"No."

"Entonces es algo más, haz actuado así por días."

"Nada me molesta." Ella negó nuevamente.

Damian sabía que caminaba por una capa de hielo delgado. Pero ya estaba decido a descubrir la verdad aunque el riesgo le costará caro más tarde.

"Ayer le rompiste un brazo a Wonder Girl en el entrenamiento."

"Tuve suficiente de su actitud, por fin pudo romperme los nervios."

"¿Estas enojada con ella?"

'O ¿Conmigo?'. En realidad él quiso decir.

"No estoy enojada con nadie." Raven movió sus labios en pensamiento. Hasta que finalmente soltó en un débil susurró "....solo me siento frustrada."

"¿Por que?, ¿Te arrepientes de la decisión que tomaste?."

Su primer instinto fue ir directo a la cuestión que mas le preocupaba. Sin embargo, escucharla reírse tras confesarle su inseguridad agravó su paranoia.

"Claramente ese no es el caso." Raven volvió a tomar sus manos para envolverlas en su cintura. Esta vez jugó con sus dedos conforme encontraba palabras para continuar. "Me frustra no haber sentido a Mar'i cuanto aparecimos en esa habitación. No sentí su presencia, y últimamente me ha pasado lo mismo con otras personas."

"¿Cómo es posible?, sentiste a Zatara antes de que entrará a la biblioteca el día que nos prestó los libros, y siempre sabes cuando Jason llega al departamento."

"Eso es porque estaba a la expectativa de sus llegadass." Ella negó con la cabeza. "Me pasó contigo esa noche que me atrapaste con 'el regalo de Rose', por nuestra conexión debí haberte sentirte en cuando llegaste al edificio, pero no fue así. Es extraño, siento que me ocurre desde que llegamos de Japón, y no estoy segura si es un problema grave o solo un efecto pasajero."

Finalmente descubrió la razón de tras su actitud, y observando sus iris, Damian veía cuanto conflicto existía en su mente; a ella le preocupada por sus poderes y ambos sabían muy bien que una falla en su magia podía significar malas noticias.

Pero él la conocía a la perfección y lo único que ha percibido diferente en ella ha sido su persistente mal humor. Sí sus poderes anduvieran mal, él ya lo hubiera notado.

"Luces bien para mi." Él atrapó los dedos de la mujer para que pararan el jugueteo nervioso con los suyos. Enredó sus manos juntas y se le acercó para susurrarle al oido. "Quizás mi estrategia de romance ha causado un efecto severo en ti. Solo puedes pensar en mi y te distraigo de tus alrededores."

Culparía totalmente a los efectos melosos de una relación por cada frase o acción que salía de su mente. Era una cuestión real, lo leyó en un libro de psicología.

"Claro, porque vives en mi mente." Ella rodó los ojos, pero lejos de molestarse parecía haber tomado el comentario con humor. "Más que una estrategia, suena a una manipulación mental, Romeo."

"Recuerda, dejamos ese apodo atrás porque tu serías una pésima Julieta."

"De todas formas, caramelito dulce te queda mejor."

Damian frunció el entrecejo al ver la pilla sonrisa en los pequeños labios de Raven, al final no pudo resistir más y esa sonrisa se transformó en una ligera carcajada. Siempre encontraba la forma de retorcer sus palabras a su contra y al parecer aun recordaba ese maldito apodo de su pasado.

Se sentía humillado, pero valía la pena al escuchar su alegría.

"Veo que tu humor ya ha mejorado." Damian destaco al sentir la vibra de la risa de Raven en sus brazos.

"Tu humillación siempre sirve para hacerme olvidar de mis preocupaciones, la mejor terapia del mundo."

"Son preocupaciones sin fundamentos, si hubiera algo malo contigo o tus poderes ya lo hubiera notado." Damian comenzó a jugar con los cordones de su Kimono, aflojando el nudo para tener un vistazo de su bikini. "Pero me alegra que los golpes a mi autoestima te sirvan de algo."

"No seas—-" Raven paró abruptamente, quizás por que en ese preciso instante Damian rozaba su muslo con la palma de su mano. "¿Podrías dejar de tocarme?, por culpa de eso estamos aquí."

"Te gusta, pero temes admitirlo."

"Ya quisieras." Raven dijo entre dientes, más nunca hizo nada para detenerlo.

Genuina diablura viajó por su mente cuando ella no se opuso del todo a la idea de su tacto. Estaban en una cita, el contacto físico era de esperarse, ¿no?.

La invitación era tentadora, pero tuvo que dejarla ir. Le era suficiente con tenerla en sus brazos mientras las olas y la brisa del mar los acompañaban en esta serenidad que les era difícil de disfrutar. Una playa tan sola era la oportunidad de tener privacidad fuera de las paredes de sus departamentos, y él disfrutaría cada segundo de ello.

Aunque, unos cuantos toqueteos no estarían de más.

"¡Alerta, dos nerds en la playa!"

Una chillona voz retumbó más allá del ruido del mar o de los carros para acabar con la tranquilidad. Reconocieron a quien era dueña de aquella voz al oír una familiar risa.

"Te dije que no puedo sentir las presencias de otros." Raven le murmuró al cerrar su kimono y retomar una posición más decente entre ellos. "Pero sabiendo que ya esta aquí, se que Rose viene acompañada."

Damian gruñó descontento, justamente veía un par de hombres caminar detrás de Rose Wilson, directamente hacia ellos.

El grupo de entrometidos los encontró.

"¿Qué pecado cometimos para merecer tantos castigos Raven?."

"Puedo decirte varios, pero los principales; Tu vienes de la Liga de asesinos y yo soy la hija de Trigon el terrible."

"Ah si...mi mente siempre omite esos diminutos detalles."

Raven palmeó su espalda mientras veían a los tres invasores instalar todas sus cosas justo al lado de ellos. O mejor dicho, Jon lo hacía mientras los otros dos se hacían los tontos para no ayudar.

"Vinieron muy escondidos, pajaritos enamorados." Jason dijo al invadir descaradamente el refugio de las dos aves. "Buena suerte que los alcanzamos."

"Jon, veo que sigues sin saber guardar un secreto." Damian miró de reojo al culpable. Jonathan Kent era la única persona que tenía conocimiento de su ubicación.

"La idea surgió espontáneamente." Jon no parecía apenado por su traición. "Es un bonito día para venir a la playa."

"¿Y específicamente a esta misma playa?. Púdrete Kent."

"Lenguaje, hay niños presentes." El superchico dijo escandalizado, pero el moreno nunca desistió la energía asesina sobre él, haciendo así que confesara su fechoría. "Lo siento Dami. Jason y Rose fueron persistentes, tuve que decirles."

"O mejor dicho, Jason y Rose son unos chismosos sin remedio."

"¿Qué puedo decir Rae?, me encanta estar informada." Rose inspeccionaba sus uñas, fingiendo estar ocupada mientras esperaba a que Jon terminara de ensamblar todo. "Deja de quejarte que traigo regalos: ¡Mucho alcohol!."

"Como si fuera aceptar un trago viniendo de ti, nunca más cometeré ese error.

"Oye, eso me recuerda. Kory ya trabaja en tu nuevo uniforme. No debe tardar mucho en terminarlo, ya sabes, a ella no le gusta usar mucha tela en sus diseños."

"Ni loca usare un vestuario confeccionado por Kory." Raven le susurró a Damian, aprovechando que los recién llegados se distraían con la pequeña niña.

"No deseches la idea tan rápido, tal vez sea una elección interesante de uniforme."

Damian lo decía con honestidad, le interesaba ver una de las creaciones de Koriand'r en Raven. Por mera curiosidad nada más, y quizás únicamente para su privilegiado deleite. La mujer del espacio era famosa por usar una vestimenta bastante...provocativa, podía imaginarse a Raven usando algo así y le gustaba demasiado la idea.

"Se lo que piensas pervertido." Raven lo golpeó débilmente en la pierna.

"¡Hablen mas fuerte, tienen invitado!."

"Los tórtolos quieren un tiempo a solas Rosa, van a tratarnos con su indiferencia para deshacerse de nosotros."

"Siempre queremos deshacernos de ustedes Jason. Tal vez no tanto de Jon, el es tolerante."

"Habla por tu cuenta, Raven. Yo no tolero a ninguno." Damian añadió, en respuesta obtuvo un quejido ofendido del superchico.

"Estás en la playa Raven, no en un culto religioso. ¿Por que traes puesto ese kimono?".

La sombra de Rose Wilson se sobrepuso sobre el par de aves, con las manos en las caderas y su bikini anaranjado, enfocó su pesada mirada en Raven.

"Vete a molestar a otro lado Rose."

"¿Haz pisado la arena?."

"No, disfrutó de la sombra."

"Creo que disfrutas más estar encima de Damian."

"A mi no me molesta." Damian agregó dominante, atrapando a la mitada demonio en su agarre.

"Tu no tienes derecho a opinar, eres como el muñeco de Raven."

Seguía sin molestarle.

"Todo el tiempo estas con él, vayamos a nadar juntas..." La mercenaria sin aceptar un no como respuesta tomó a Raven de los hombros."...¡Arriba!."

A pesar de su larga melena plateada, Rose Wilson aparentaba ser una chica cualquiera, cuando en realidad era una persona con varios dones extraordinarios ocultos. Como lo era una gran fuerza. Sin ningún esfuerzo logró levantar a la mitad demonio a sus pies, rompiendo incluso el agarre que Damian tenía de su cintura.

"Déjame en paz Rose, no quiero entrar al agua." Raven empujó a la rubia lejos.

"No te va a pasar nada con un poco de sol, bruja. ¡Te voy arrancar ese kimono aunque sea lo ultimo que haga!"

La mercenaria era terca, pero Raven también lo era.

Y fue así como entre varios empujones iniciaron una batalla de forcejeos por el pedazo de tela envuelto en el cuerpo de la mitad demonio.

"Miren chicos, la naturaleza en su pleno esplendor." Jason señaló a las mujeres que poco a poco se acercaban mas a la orilla entre jalones y empujones. "Pelea de chicas."

"Hay que separarlas." Jon hizo un intento por ir hasta ellas, pero el forajido lo detuvo.

"¿Y perdernos este espectáculo, nene?."

"Aun no logro descifrar como funciona la amistad de Raven con Wilson." Damian comentó cuando los ojos de Jon cayeron en él buscando apoyo. "Lo resolverán por su cuenta."

Esas dos tenían una relación como la de Jon y él; hostil, pero funcional. Evitar entrometerse les ahorraría problemas. Además, Raven fácilmente podía contra Rose Wilson.

Sin embargo, lo que Damian si consideraba un problema era Jason Todd y sus ojos perversos, observando la discusión entre las mujeres como si fuera un espectáculo especial para él.

Damian no pudo resistir mas tiempo y empujó el rostro del hombre hacia otro lado. "Todd, si quieres conservar tus córneas, te aconsejo que tu atención se enfoque en algo más."

"Enano, no seas celoso, arruinas la diversión—-...¡Diablos!..Mar'i se les unió. Esa niña, que manera de romperme las fantasías."

Mar'i volaba alrededor de las mujeres, sonriendo en lo que pensaba era un juego más.

Gracias a la menor, el forajido perdió el gusto por la escena, y sin nada más por hacer tomó un flotador antes de retirarse al agua.

Con la ausencia del forajido, Damian quedo a solas con su mejor amigo, quien peculiarmente llevaba un buen rato en silencio. Jon le dirigía sigilosas miradas para después apartarlas apresuradamente a otro lugar. Un movimiento altamente sospechoso.

"¿Qué pasa contigo Jon?."

"Nada Damian."

Y con el diminuto temblor en la voz de su amigo, supo que definitivamente ocurría algo.

"Habla Kent."

"No se de que hablas."

"Puedes decirlo o puedo obligarte a decírmelo. Tu decisión." Damian espero paciente, tarde o temprano el joven sucumbiría ante la presión.

1...2...3...

"Mi prima quiere hablar contigo."

"¿Otra vez con eso?." Damian sentía que Jon usaba el tema de su prima como una distracción. Sin embargo, la cuestión de esa rubia en negación ante el rechazo le era intolerable y lo dejó pasar. "Tendré que usar un poco de Kryptonita con ella, es la única opción para que me deje en paz."

"En lugar de pensar en dañar a Kara deberías considerar decirle a Raven la verdad."

¿Decirle a Raven la verdad?. Ese si que sería el peor error a cometer. Las cosas iban bien así como estaban, sería una tontería arriesgarlo. Desconocía totalmente como Raven reaccionaría y hasta este punto de su vida, él no tenía ninguna intención por descubrirlo.

"Ya es tarde para la verdad."

"La mentira tarde o temprano saldrá a la luz."

"Se lo que hago Jon, solo necesito que tú prima se aleje de mi. O aun mejor, que se vaya de la torre."

"¿Porque lo ocultas?, nada malo ocurrió. Fue un accidente, Raven es muy comprensiva y tolerante."

Como acto del destino, justo cuando Jon terminó de hablar unos gritos los hicieron que voltearan a la orilla de la playa, en donde la situación entre las femeninas había dado un giro inesperado. Raven se encontraba tirada en la arena con su traje de baño verde visible mientras Rose mantenía en sus manos como un premio el kimono negro de su amiga.

"¡Mar'i, quémalo!." Rose lanzó la prenda al aire solo para que fuera reducida en cenizas a cortesía de los poderes de la niña.

"¡MAR'I GRAYSON!."

"¡Lo siento Rae, lo hice sin pensar!." La niña admitió apenada antes de huir al ver a Raven cada vez más molesta.

"Ese kimono era horrible, así que basta de llorar Bruja."

"Me la vas a pagar, nadie te va extrañar en este mundo Rose."

Ahhh!."

Cuando Damian vió una carga de arena rodeada de energía oscura flotando sobre el cuerpo de Rose Wilson supo que era el momento de interferir, o la ira cegadora de Raven dejaría al equipo con un integrante menos.

"¿Aun crees que ella es tolerante Jon?" Damian reclamó al ojiazul al pararse. "¡Raven baja eso!..... ¡No sobre Wilson!"

Jonathan Kent únicamente pudo retractarse de sus palabras en silencio.

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"Damian, ¿Me equivoco al decir que esto es ridículo?."

"De lo mas ridículo que hemos hecho juntos."

"Pero también es agradable."

"Nuevamente aciertas."

Damian coincidía con Raven, por que estar en el mar, sobre un flotador gigante en forma de flamingo era sumamente ridículo, sin embargo, el meneó de las olas debajo de este lo convertían en toda una experiencia terapéutica.

Raven se encontraba acostada sobre su estómago con una expresión de serenidad mientras él a su lado, mantenía los brazos cruzados detrás de la cabeza observando las nubes.

Después del incidente del kimono fue más sencillo persuadir a Raven en participar en otras actividades diferentes a estar debajo de una sombrilla.

Estuvo dispuesta en ayudar a Mar'i en enterrar al forajido en la arena, Jon logró hacerla participar en un amistoso partido de voleibol y hasta Damian la convenció de entrar al mar, aunque tuvo que ser sobre el flotador pues ella se negaba rotundamente a mojarse.

A unos metros, los entrometidos nadaban con Mar'i para dejar a las aves relajarse y disfrutar de la compañía mutua en paz.

La calma que Damian sentía en su interior era inmensa; el equipo estaba completo, el nivel de crímenes bajaba, la salud de Alfred mejoraba y Raven se encontraba a su lado.

Con momentos así, le era difícil buscar algo de que quejarse.

"¿Vamos a cenar antes de que comience tu patrullaje?."

"¿Es eso una invitación a una cita?" Damian cuestionó con duda, pero por dentro la idea le encantaba.

"Tal vez." Ella recargaba la barbilla en sus brazos y sus ojos en lugar de mirar a las olas estaban en él. "Esta cita fue invadida por unas escandalosas hurracas, eso la arruinó un poco. ¿Quieres ir, si o no?."

La contestación de Damian nunca llegó gracias a un inoportuno movimiento brusco en las olas que agitó el flotador y desconcertó a sus dos tripulantes. Segundos después Jon salió del agua, sonriendo ampliamente y bastante ignorante al accidente que casi cometió al nadar tan cerca de ellos.

"Que imprudencia la tuya Jonathan, casi nos volteas." Raven alcanzó a pellizcar una de las mejillas del superchico.

"No lo toques." Él alejó la mano de Raven de Jon, enojado más por el hecho de ser interrumpido por dicho chico que por la mera acción. "Tiene gérmenes de granja."

"Entonces tampoco deberías tocarla, tu amas visitar la granja Dami."

"¡Ya te dije que no me llames así!"

"Es cierto Jon, le gusta que le digan Caramelito—-Mmph.."

"Ni lo pienses Roth." Damian alcanzó a detener a Raven de filtrar el apodo de su pasado al cubrirle los labios con la palma de su mano.

Jon continuó recargado sobre el flotador, sin intenciones de marcharse, curioseando sus ojos azules entre el intercambio del moreno y la mitad demonio. Extrañamente, Jon se dió vencido rápidamente en descubrir el secreto de Raven.

"¿Que quieres Jon?." Damian cuestionó.

"Nada."

"Bien, piérdete, nos estas arruinando el día."

"Siento una pregunta salir de tus labios Jon, ¿En que podemos ayudarte?"

"Wow Raven, siempre sabes lo que pienso. ¿Como lo haces?, es sorprendente." Jon la halagó, nunca rompiendo la brillante sonrisa de sus labios.

"Consigue tu propia chica a quien idolatrar, Super bobo."

"Solo trato de ser amable, Don gruñón."

Raven dejó salir una risilla, y no lo malinterpreten, a Damian le agradaba se testigo de que ella se estuviera divirtiendo. Sin embargo, no apreció que el superchico la hiciera reír, menos cuando el sujeto de la burla era él. Tampoco apreciaba el rostro de Jon tan cercano a Raven, sonriéndole, haciendo ojitos de cachorro a su dirección....Jon quería morir.

"Ya dinos que quieres y lárgate." Damian golpeó al joven lejos del flotador.

El cuerpo de Jon se sumergió ante la inesperada acción, reapareciendo después con un tosido. Para Damian, esa tos sonaba más falsa que las disculpas de Jason a su Padre cuando rompía algo en la baticueva.

"¿Qué?, él puede respirar bajo el agua." Él se excusó al sentir que Raven lo desaprobaba.

"¡No tienes porque ser tan malo!, yo solo trataba de adular a Raven para que aceptara acompañarme a la feria del muelle esta noche.....¡Espera, lo dije mal!." Jon alzó los brazos en defensa cuando Damian se tronó los dedos en amenaza a su persona, era aterrador. Por su parte, Raven solo escuchaba secretamente entretenida. "Quiero que me acompañen, los dos. Si convencía a Raven era mas seguro que tu viniera. Yo...llevare a una amiga."

"¿Una amiga?" Los ojos de Raven brillaron con intriga. "¿Estas saliendo con alguien Jon?."

"¿Que?, ¡No!, ella es una amiga. Le hable sobre las cosas que se hacen en San Francisco y quizo venir a conocer..."

"No." Damian contestó en definitivo, sin esperar que el chico terminara su explicación.

"¿Por que no?, ¡Será divertido!."

Porque Damian tenía poco tiempo libre debido a su patrullaje, y prefería usarlo en una cena a solas con Raven que jugando al chaperón con Jon y su dichosa amiga. Además, había una probabilidad del 89% de que esa chica fuera la granjera y con eso, había un 100% de que la visita a la feria fuera un tremendo desastre.

"Iremos contigo."

Damian giró tan rápido a Raven que casi se dislocaba el cuello, buscó en su rostro algún rastro de mentira. Nada, ella estaba firme en su decisión.

Los planes de un tiempo a solas se hundieron en el mar sin ni siquiera tener una oportunidad de formalizarse.

"Que alivio, con ustedes ahí sera difícil que la situación se malinterprete por una cita o algo así." Jon se ruborizo, creyendo su mentira, más no se dio el mismo caso en la pareja de aves. "Ah, y no se preocupen por cambiar muchos sus apariencias, ella los conoce."

"¿Es Kathy?" Raven preguntó y el rostro del joven de metrópolis cayó en un sudor.

"Eh...No."

Damian ahora se sentía honestamente interesado, ¿Jon tenía una amiga y/ó enamorada misteriosa?. Fascinante. Tal vez acompañar a Jon no sería una perdida de tiempo, pues le gustaba la idea de tener la oportunidad por humillar a su amigo frente a su 'prospecto'.

"¡Tío Damian, Raven, Jon!" Mar'i nadó hasta ellos con ansias. "¿Quieren unirse a un juego de luchas?. El tío Jay va a jugar conmigo."

"¿Me vez como una persona que quiere mojarse Mar'i?" Raven resopló desinteresada a la siempre optimista y alegre niña.

"En realidad, te vemos más como una persona que se convierte en una Langosta." Jason apareció al otro lado del flotador, justo a los pies de la pareja, y con mofa señaló a la mitad demonio.

Las manchas rojas causadas por la exposición al sol en la piel pálida de Raven era más que evidentes. Un factor conveniente para que el forajido sacará a relucir el encanto de su personalidad por encontrar a quien lo matara de nuevo.

"Vete al diablo Jason."

"Aunque la carne de langosta no es tan deliciosa como la de conejo. Oye, que casualidad tu tienes uno, quizás esta noche cene un buen filete a la Ser Jorah." Jason sopló un beso a la demonio, dispuesto en enfurecerla y en su intentó también buscar molestar a Damian.

Y, ¿Cómo decirlo?. Lo consiguió.

Damian tenía listo su pie para patear el desgraciado rostro de Red Hood, pero de la nada, unos tentáculos oscuros tomaron al forajido de los hombros y lo lanzaron volando por el aire hasta caer con un doloroso estruendo en el agua.

Ver a su hermano mayor gritar en horror por los cielos fue una acción satisfactoria para Damian, y lo mejor de todo era que la culpable ni se esforzó en mover un solo dedo para hacerlo.

"Ingeniosa." Damian la felicitó con una caricia en la espalda.

"Aw, ustedes son lindos, pero tan escalofriantes." Jon dijo mientras poco a poco se alejaba de ellos.

"¡Rae!, ¿Porque hiciste eso?, él tío Jay iba a ser mi pareja para jugar a las luchas."

"Te hice un favor Mar'i, tu tío Jay es el peor aliado que puedes encontrar."

"Pero quiero jugar a las luchas; las chicas pelean arriba de los hombros de los chicos por ver quien cae primero al agua." La menor le explicó emocionada. "¡Y la victoria será para la mejor guerrera intergaláctica!"

"Si, si...suena sumamente divertido." Raven recostó el rostro en sus brazos, lista para una siesta.

"Lo siento linda, pero sin compañero estas fuera de la competencia." Rose se recargó sobre el hombro de Jon. "Jon y yo íbamos a ser pareja, y como tu no tienes, ganamos automáticamente."

"¡No, ahí viene el tío Jay!" La menor señaló a lo lejos donde una figura nadaba hacia ellos. "Podemos esperarlo. Por mientras que el tío Damian y Raven compitan con ustedes."

"Ya les dije que estoy bien sin mojarme."

"Pero Rae..."

"No seas aguafiestas bruja, dale el gusto a la niña."

Los abucheos continuaron por parte de la menor y Rose, ambas insistiendo por la participación de la mitad demonio en dichoso juego.

El tiempo bajo el sol y junto a Raven fue estimulante, pero Damian Wayne nunca huía de una competencia sin importar lo absurda que fuera. Especialmente una donde se le presentaba la oportunidad de vencer a la mercenaria revoltosa y a Superboy que arruinó sus planes de esta noche.

La malicia relució en la mente del joven Al Ghul.

"Damian." Raven lo llamó con firmeza y sospecha al percibir la confabulación en los iris verdes del moreno. Ella conocía las consecuencias de esa mirada. "¿Qué vas hacer?"

Él se mantuvo en silencio conforme la sostuvo de su cintura, ella se tensó pero ya era demasiado tarde para que pudiera detenerlo.

Sí Raven se negaba entrar al agua por su propia voluntad, él tendría que motivarla en hacerlo.

De un saltó sumergió sus cuerpos juntos al mar.

Ella luchó en sus brazos bajo el agua, lo que ocasionó que Damian la abrazara contra su cuerpo, buscando su atención para sonreírle... se sentía juguetón.

Raven frunció los labios y lo empujó con tantas fuerzas que él tuvo que soltarla.

"¡¿Estas mal de la cabeza?!" Raven tosió al regresar a la superficie.

"Vas a estar bien."

Le era difícil tomar en serio el peligro de su voz cuando lucía tan encantadora estando empapada, con el cabello pegado a su rostro, acentuando así el colorete del sol pintado en sus mejillas.

"Fue un placer conocerte rollo de canela." Rose le comentó en actuada pena.

Si, su destino tras su travesura fue similar a la de Jason, siendo víctima de la ira descontrolada de una demonio. Aunque muy en su interior, Damian pensaba que ella había sido menos severo con él.

Pero valió la pena, porque si nunca hubiera bajado a Raven de ese flotador, ambos se hubieran perdido de una grata experiencia.

Convenció a Raven de unirse junto a él a la competencia de la niña, pero solo para perder en la primera ronda contra Rose Wilson y Jon Kent. Damian sospechaba que ella perdió apropósito como protesta por haberla obligado a participar en primer lugar.

Sin embargo, perder les presentó otra manera de ganar. Pues ser testigos de como Superboy y Ravenger eran alzados varios metros por el aire a manos de una pequeña Mar'i para después dejarlos caer al mar, mientras el atardecer decoraba la escena fue lo mejor que pudieron presenciar aquella tarde.

Especialmente para Damian cuando escuchó la más melodiosa carcajada a voz de Raven, una risa tan suave como un bocado de miel dulce. Ella pudo olvidar eso que le preocupaba para divertirse libremente, y él saboreó cada segundo de su felicidad.

Raven dijo que la cita se había arruinado, pero Damian creía que había resultado simplemente perfecta.

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El sol se ocultó en el cielo para darle camino a la noche, y aunque el par de aves ya había cambiado de escenario, Damian aun tenía la playa como panorama, solo que ahora la observaba desde el concurrido muelle de San Francisco.

Raven y él se encontraban parados cerca de la entrada de la dichosa feria del muelle, esperando desde hace más de veinte minutos al idiota de su amigo.

Era poco decir que Damian no estaba complacido, y su malestar se agrandaba con el pasar de cada segundo. Había perdido una oportunidad valiosa de una cita formal con Raven por culpa de un mitad alien que ni siquiera se dignaba en aparecer.

Faltaban cuatro horas para que su patrullaje comenzará y por el bienestar de Jon esperaba que llegara pronto ó él mismo le clavaría el puño en el rostro con los nudillos llenos de ese mineral verde que el superchico tanto odiaba.

Curiosamente, Raven ha esperando pacientemente, al parecer sus preocupaciones y el mal humor se fueron junto a las olas de la tarde. Los rastros del sol impregnados en sus mejillas eran más notorios bajo la tenue luz de los faroles en el muelle, dandole a su imagen una aura romántica, mística e intima.

Si tan solo la noche fuera únicamente para ellos.

"¿Porque vinimos aquí?, íbamos a ir a cenar." Él rompió el silencio, cruzando los brazos. Su disconformidad demostrada.

"Por lo que me contaste, Jon ha guardado bien nuestro secreto, es justo regresarle el favor." Raven le lanzó una mirada divertida. "Y deja de lloriquear, aquí también hay donde comer."

No era lo mismo.

"Lo ha guardado por que esta amenazado por mi."

"Lo ha guardado por nuestra amistad. Podemos quedarnos una hora o dos y después desaparecemos."

"Me gusta la idea." Él le regaló una coqueta mueca al ayudarle en acomodar el gorro negro que ella usaba, teniendo cuidado en ocultar correctamente la joya roja en su frente y los mechones de su colorido cabello.

Tal como les sugirió Jon, ninguno uso trucos o hechizos para cambiar sus apariencias. Nadie les prestaba atención, a simple vista los dos lucían como una pareja cualquiera.

"¿Un conejo?." Él señaló al dibujo del feliz animal orejón impregnado en la blusa negra que ella llevaba puesta. "Ahora que eres dueña de uno, ¿Te apasionan tanto?"

"Fue un regalo de Mar'i y Kory. Es Bugs Bunny*." Ella acentuó, como si esperara que Damian conociera el dato.

"¿Quién?"

"Increíble." Ella negó con la cabeza, sin poder creer su ignorancia. "Y tu, ¿Porque llevas puesta la ropa de Jon?"

"Por alguna razón me pidió intercambiar ropa, acepté porque me sirve para despistar a la gente. Damian Wayne es una figura publica." Damian se ajustó el par de lentes en sus ojos. "Lo que me pareció extraño fue que él me pidió a cambio uno de mis sacos."

"¿Usara un saco para venir a la feria?, suena a que se esta esforzando en impresionar a esa amiga suya."

"Me siento mal por la pobre chica." Damian suspiró con la cabeza baja, nada apenado. "Jon hará un tonto de si mismo."

"Hmm...Jon me comentó lo mismo cuando se entero oficialmente de nosotros."

"¿Él dijo que?"

"Sabes." Raven desvió la explosiva reacción con toqueteos coquetos en la chaqueta de mezclilla que él llevaba puesta. "Esta chaqueta te da un toque sureño muy cautivador."

Damian se obligó a olvidar la insolencia de su amigo ante el tono seductor de la mujer. Sabía como distraerlo; inflar su ego siempre le funcionaba, y aunque él estaba consiente de sus intenciones se dió el lujo de caer en su juego.

No le daba miedo admitir que le gustaba la atención que le prestaba.

"¿Ah si?. Pues yo la odio." Damian enredó sus brazos en la parte baja de su cintura donde podía jugar con la orilla de su blusa negra, regresando el mismo acto de provocación. "Jon no vendrá, vámonos."

"¿Y perdernos de la misteriosa cita de Jon?. Quiero estar presente para poder recolectar bochornosos relatos en su contra."

"Me gusta como piensas Roth, tienes un buen cerebro. Y yo pensando que mi interés contigo se debía a tus piernas."

"¿Mis piernas?, ugh...es el peor halago que se te ha ocurrido."

Damian se deleito con el amargo comentario. No tenía una mejor contestación más que callarla al juntar sus cuerpos en un abrazo. Cada vez estas acciones eran mas naturales en ellos, pues Raven automáticamente se moldeó cómodamente a él.

Ambos sentían miradas curiosas sobre ellos entre los asistentes en el muelle, pero les importaba poco. No siempre podían disfrutar de estos momentos en público, y Damian atesoraría el abrazo como un maldito codicioso.

Entre los murmullos de la gente, alguien aclarando fuertemente la garganta los hizo cortar el dulce momento. Las dos aves se separaron para ver quien se había atrevido a interrumpirlos.

"Espero no estar interrumpiendo algo importante."

Tal vez si existía una irregularidad en los poderes de Raven, o él era realmente bueno para distraerla, porque Jon finalmente había aparecido y ninguno se percató de su previó arribo.

"Tan oportuno como siempre Kent." Damian le echó vistazo de recelo al desvergonzado joven. Rápidamente su humor cambió a engreído al ver el atuendo formal de su amigo. "Luces como un plebeyo con esa ropa."

"Esa es tu ropa Damian." Raven le recordó.

Diablos...La frustración y sed de venganza lo cegaron de aquel detalle.

"En él se ven mal."

"¿Porque?" Jon rápidamente verificó que todo estuviera en orden con su aspecto. "Planche todo como me dijiste."

El idiota de su amigo estaba nervioso, Damian sabría sacarle beneficio a la situación. En menos de una hora seguro recopilaría información suficiente para mofarse del superchico por más de cuatro años.

"Hola, soy Rachel." Raven se interpuso entre la discusión de los dos amigos para presentarse con la rubia escondida detrás de Jon. "Debes ser la amiga que Jon justamente esta tarde nos dijo que existía."

"¡Rachel!" El superchico chilló apenado.

Damian gozó la sátira sinceridad de Raven, pero su atención se movió rápido a la a la chica que acompañaba a Jon. Por alguna razón le parecía familiar, más no sabia de donde.

"Imra Ardeen.*" La misteriosa persona se presentó con una pequeña sonrisa. "Se quien eres, Raven. Los libros y la información que me ha pasado Jon no le dan justicia a tu persona, es un honor."

Damian ignoró el atento interés de la joven por Raven para pensar en donde demonios había escuchado ese nombre en el pasado.

"Eres una telépata." Raven concluyó al examinar a la chica con un ligero ceño en su frente. "Intentas leer mi mente. No es apreciado."

"Lo siento, es inevitable." La rubia se disculpó.

Entonces él lo vió, en uno de sus dedos, la misteriosa rubia llevaba un anillo dorado con una L grabada prominentemente. La respuesta a su cuestión fue resuelta.

Imra Ardeen; telépata e integrante de La Legión de Superhéroes, una organización del siglo treinta y que honra el legado de Superboy.

La misteriosa amiga de Jon venía del futuro.

No hace mucho Jon tuvo su propia aventura en el futuro con la legión. Por lo cual Damian nunca se imaginó que el superchico durante su expedición se había conseguido un souvenir tan...humano.

"Este es Damian." Raven le tocó el hombro, despertándolo de su análisis. "Es buena persona, pero hoy será más hostil de lo normal porque le dará celos ver a su mejor amigo con una nueva amiga."

"Aww Dami, siempre serás mi mejor amigo." Jon lo abrazó, levantando al moreno del suelo.

"Suéltame."

A Jon le entró la amenaza por un oido y le salió por otro, pues duro un tiempo considerable antes de bajarlo....Raven le iba a pagar esa ofensa a su ego.

"Iremos a comprar los boletos, los vemos en la entrada."

"Jon esta nervioso y emocionado." Raven mencionó una vez que los dos chicos se alejaron. "Supongo que un clavo saca a otro clavo del corazón, aunque me sorprende la rapidez con la que se recuperó de Kathy."

"Que clase de proverbio es ese..."

"Estoy traumatizada, Jon ha cambiado mucho del chico inocente que conocí hace tantos años. Ahora va de chica tras chica."

"Ese es un concepto erróneo sobre Jon, él es un tonto ingenuo, no un inocente. No te podrás imaginar la colección de revistas Playboy que guardaba en su cuarto porque sus padres le censuraban el internet."

"Desagradable." Ella arrugó el rostro con asco, pero la traviesa curiosidad se reflejó persistente en sus ojos."Cuéntame más."

Damian puso su mano en la parte baja de la espalda de Raven para guiarla hacia la entrada de la feria.

"Solo si prometes no mantenerlo en secreto."

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"Dime Jon, ¿Cuánto le pagaste a la chica del futuro para que aceptara salir contigo?"

"Y tu, ¿Cuanto le pagas a Raven para que te tolere, eh?"

"La pregunta correcta sería, Como. Y créeme, no querrás saber la respuesta de eso." Damian le sonrió con picardía a su amigo. Era bueno poder hablar con alguien de confianza sobre su vida.

"Fue mi error preguntar." Jon se estremeció a la insinuación.

Los super hijos se habían alejado de las chicas para comprar comida mientras estas buscaban un lugar donde sentarse.

El tiempo había pasado rápido y cuando menos lo supo después de tantas vueltas en el lugar, Raven dio sus primeras señales de hambre. Apaciguar ese apetito era su primera necesidad y por eso ya llevaba las manos llenas con golosinas mientras esperaban en una linea para comprar una pizza.

"¿Qué piensas de Imra?"

Damian se percató de la esperanza en los ojos de Jon, al parecer su respuesta era importante para él. Solo por eso se ahorraría el comentario que le tenía reservado sobre estar enamorado y en completa negación con una chica que apenas conocía. Además, sería hipócrita de su parte decirlo, cuando a Damian le tomó años reconocer sus sentimientos por cierta mitad demonio.

"Tolerante, pero me intriga averiguar si su presencia en el presente representa algún peligro para la humanidad."

"Para nada. La tecnología de su anillo le permite viajar en el tiempo sin arruinar la linea temporal, ¿No es eso genial?."

"Tal vez deberíamos pedirle un par de esos anillos para dárselos a los desastrosos velocistas de Central City."

"¡Buena esa, porque ellos siempre arruinan la linea del tiempo!." Jon lo golpeó amistosamente en el hombro, sí es que un golpe que lo hizo tambalear se pudiera llamar amistoso.

Fue tanta la fuerza con la que su amigo lo golpeó que el algodón de azúcar en sus manos salió volando para conocer personalmente la suciedad del suelo.

"Hey, fíjate. Ese algodón de azúcar era para la adicta al dulce de mi novia."

"¿Novia?". El Superchico no pudo controlar su sonrisa.

Mierda.

Era la primera vez que lo decía, y tuvo que ser en voz alta en presencia de un bufón. Ni a Raven la había llamado así personalmente, el status en la relación era algo de lo que aun no hablaban.

Pero siendo sinceros, a él le gustaba como la palabra sonaba en sus labios.

"Vaya, hasta que lo reconoces, estoy orgulloso de ti." Jon rió entre dientes, obvio a la sigilosa pena del moreno. "¡Dame esos cinco, ya no tienes miedo!."

"Desconozco el significado de la palabra temor, Kent."

"¿Qué hay de esa vez que nos escondiste de Alfred cuando rompimos el jarrón de la dinastía Ming de tu padre?, o el mas reciente, guardar cierto secreto sobre una prima mía porque te aterroriza que Raven....-"

"Entonces." Damian lo interrumpió, fingiendo interés en el menú de la pizzería cuando la conversación se volvió desfavorable para él. "¿Como es que te hiciste tan cercano a Saturn Girl?, solo estuviste unos días en el futuro Jon."

"Para mi no fueron unos días." Jon respondió al tono regañón del moreno.

"Correcto." Damian titubeó. "Recuérdame otra vez, ¿Cuanto tiempo estuviste en el futuro?, y precisamente, ¿Que hiciste ahí?"

"Esa es información confidencial."

La expresión de Damian se endureció al no estar complacido por el aire de superioridad del mitad alíen. Como si ir al futuro y tener tu propia liga de héroes que te idolatraban fuera la gran cosa.

Tarado.

"Por lo que veo, esta 'reunión' es una forma para demostrar tu atracción por Saturn girl. ¿Tan rápido fue tu recuperación de Kathy?."

"Kathy...¿Ahora que me rechazó si te aprendiste su nombre?" Jon chasqueó la cabeza, incrédulo ante el método de su amigo por incomodarlo. "Si te interesa saber, seguimos siendo buenos amigos. Irma también es una amiga y esta 'reunión', es una salida entre amigos."

"Ni tu te crees esa patraña. Deja te doy un consejo y se más perspicaz, por una razón desconocida toda la legión de Superhéroes te idolatra."

"¿Qué quieres decir?"

"Que Saturn Girl se ha idealizado una imagen de ti a través de libros e historias, la realidad puede serle decepcionante. O su interés en ti puede ser meramente por fanatismo o por tener un guía personalizado para visitar el pasado."

"Tan pesimista como siempre Dami."

"Soy realista."

Jon echó un vistazo tras de ellos, encontrando a las dos mujeres ya en una mesa. Ambas conversaban, la rubia lucía muy amena a la plática mientras Raven dejaba resaltar una aura tenebrosa a su alrededor.

"No lo sé, Imra ha sido muy amable conmigo." Jon murmuró al desquitar la vista de las chicas y regresar a su amigo. "Raven se daría cuenta sí sus intenciones son deshonestas, ¿Verdad?."

"Espera, ¿Estas usando a Raven para tu propio beneficio?. Por eso quería que viniéramos."

"¿Que?, no, no, no...nunca usaría a Raven." Jon desvió su atención a otro lado, acción que solo acreditó la gran mentira que dijo. "¡Oye!, vayamos a jugar un poco mientras esperamos la pizza, y de paso te repongo el algodón de azúcar que tiré."

"¿Tu lo vas a comprar?, ¿Con que dinero?,"

"Si Damian," Jon le sonrió a pesar del hilarante sarcasmo del moreno. "Yo también gano dinero."

"¿Entonces porque he pagado todo?, ¡¿También me estas usando a mi Kent?!"

"Míralo como un pago por todos los favores que te he hecho."

"¿Cuales favores?." Damian murmuró amargamente.

Jon ignoró la queja para arrastrarlo por cada uno de los puestos de juegos hasta que la comida estuviera lista.

Al paso de unos minutos regresaron con las manos llenas a donde las chicas.

Damian regresó irritado, pero disimulo su amargura al sentarse al lado de Raven quien de inmediato le arrebato el rosado algodón de azúcar de las manos.

Omitió la advertencia que siempre le decía sobre como la gran ingesta de dulce causaba caries al ver sus amatistas iluminarse en discreta satisfacción al darle el primer bocado a esa nube azucarada.

"¿Sabor frambuesa?" Ella cuestionó curiosa al saborear el segundo bocado del dulce.

"Te he visto toda la semana robando las frambuesas de Ser Jorah del refrigerador, simplemente supuse que era un antojo tuyo."

"Hijo de detective." Ella se ruborizó, avergonzada de haber sido atrapada en su pequeño hurto.

"¿De donde sacaste eso Jon?." Imra señaló al superchico.

La atención del grupo cambió al enorme oso de peluche que Jon había sentado en una de las sillas desocupadas.

"¡Lo gané!"

"¿Lo ganaste?, leí sobre ellos hace poco."

"¿No hay ositos de peluches en el futuro?"

"Prohibidos desde la quinta guerra mundial cuando se usaban como porta bombas."

"Un dato pertubador, deberíamos hacer una anotación sobre eso." Raven susurró a Damian, aprovechando que la otra pareja se había distraído con el inofensivo peluche. "¿Que hay de ti?, Conociendo tu afán por competir, supongo que también ganaste algo. ¿Donde esta tu peluche bomba?"

"Toma, puedes quedártelo." Él sacó su premio de su pantalón para ponerlo en las expectativas manos de Raven.

"¿Un llavero?."

Una vena saltó en su frente a la poca impresión de Raven en el llavero en forma de luna en sus manos. En ese maldito llavero residía todo su malestar.

"¡Era un juego arreglado!"

Esta vez no decía una excusa. Después de salirse de la fila de la pizza, Jon lo arrastró a un juego con un mecanismo simple, lanzar una pelota para derribar una torre de botellas. Sencillo a primera vista, pero en realidad una trampa más para explotar los bolsillos de las personas.

La pelota de Damian apenas reboto al pegar a las botellas, mientras con su super fuerza fue fácil para Jon destrozar hasta la pelota cuando golpeó aquella torre fraudulenta.

"Es verdad, las botellas estaban pegadas." Jon concordó al sacudir el enorme peluche como si fuera un trofeo. "Por eso no me sentí mal al destruir el juego. El dueño se asustó tanto que me regaló este oso."

Pero el destino era curioso, pues aunque Jon ganará el premio mas grande, Imra parecía estar interesada únicamente en abrir el oso para ver su interior como si fuera un experimento de la NASA mientras que Raven, en completo silencio tomó el llavero que Damian le dió para anexarlo a su juego de llaves.

Damian debía reconocer que esa acción desapareció por completo su malestar, y lo hizo sentirse orgulloso por haber ganado algo para Raven.

Haber ganado algo para su novia.

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La noche casi llegaba a su fin.

Faltaba una hora para que su patrullaje junto con Jaime y con los héroes jóvenes en ascenso comenzara. A esta hora, el latino seguro ya andaba en las calles de San Francisco con los chicos y Damian solo iría para supervisar el progreso de los susodichos.

Tal vez a Jaime no le molestaría que él llegara unos cuantos minutos tarde.

Patrullar era uno de los deberes que Damian más anticipaba realizar, pero hoy no encontraba deseos de cumplirlos. A decir verdad, no tenían muchas intensiones de irse.

Todo parecía carecer de importancia cuando disfrutaba de la compañía de Raven.

Ella se encontraba con la mirada distante hacia el horizonte donde a lo lejos uno podía admirar la Torre de los Titanes reluciendo entre el majestuoso océano y el oscuro cielo estrellado. Una visión difícil de ignorar, y aún así Damian no era capaz de quitar su atención del rostro de la mujer, que parecía competir con la belleza misma del natural paisaje.

Quizás decir eso era cursilería de su parte, pero era una idea que abrazaba con toda seguridad.

"Estar aquí arriba revive viejos tiempos, ¿No crees?"

La agradable voz de Raven borró la tensión de los hombros del hombre.

"Si..." Damian arrastró su voz en pensamiento.

Tantos lugares en el mundo y el destinó los trajo al mismo lugar donde la chispa de atracción nació entre ellos.

Nunca se imaginaron que al subir a la rueda de la fortuna, esta les regalaría un viaje al pasado, a donde dos jóvenes temerosos, con el peso de sus conflictos sobre sus hombros apenas podían intercambiarse miradas mientras el juego giraba y giraba en eterno movimiento.

Vaya ironía que ese evento fuera el encargado en desencadenar tantas experiencias a lo largo de los años que causaron grandes cambios en sus vidas. Como si la rueda hubiera representado todo este tiempo sus destinos, una permanente evolución que nació del compañerismo hasta lo que hoy en día significaban para el otro.

"Antes eras un completo bastardo, espera un minuto, aun eres uno."

"Y tu sigues siendo una bruja fría." Él bufo simpáticamente. Justo cuando pensaba que entraban a un momento melancólico ella lo golpeaba con sus palabras. "Pero aquí estamos juntos en el mismo lugar de hace años."

Damian encontró la mano de Raven que descansaba sobre el asiento de la cabina para unirla con la suya, dándole un leve apretón para sentir el calor de su palma. Al contacto ella rompió su enfoque del mar para mirarlo, y una sonrisa apenas se iba a dibujando sobre su rostro cuando de la nada ella expresó una mueca de dolor.

"¿Qué ocurre?" La alerta de su propia voz tomó desprevenido a Damian.

"Nada." Raven disipó su preocupación, soltó su mano para sobar su brazo derecho sobre la manga de su blusa. "Me arde el brazo, tal vez sea una quemadura solar."

La mitad demonio había perdido la batalla contra el sol de la tarde, los restos de su derrota se mostraban en los coloretes en sus mejillas y en la piel de sus descubiertas piernas.

Su estado le causó intriga desde que la vio salir de la ducha de su departamento con la silueta de su traje de baño marcado en su piel.

Habían pasado horas desde que dejaron la playa, pero esas quemaduras en Raven no se disipaban.

Durante el transcurso de la noche, Damian se preguntó a si mismo si es que esas quemaduras le causaban algún dolor a la mitad demonio. A causa de ese pensamiento ello hizo una compra medio extraña cuando estuvo buscando comida junto a Jon. Por la mueca de dolor y por la manera en la cual Raven se sobaba el brazo pudo concluir que su suposición fue acertada.

Damian jugó con una pequeña botella en el interior del bolsillo en su chaqueta antes de decidir sacarla y entregarla a la mujer. "Te compre esto."

"¿Qué es?" Ella inspeccionó cuidadosamente la botella para leer su contenido. "¿Aloe?"

"Para las quemaduras." Él le señaló el rostro, la parte más afectada de todas. "Te sorprendería lo que le pueden vender a los turistas en una feria."

Sin decir nada, ella sacó su teléfono para usarlo como espejo y aplicarse un poco del aloe en el rostro.

Viendo como sus facciones se relajaban ante la frescura sobre su piel, Damian comprobó que había hecho bien con su compra.

"¿Porque las quemaduras no se han curado?, ya paso mucho tiempo."

"Eventualmente se van a curar."

Algo en su tono de voz le decía a Damian que ella también estaba extrañada por la situación. Sin embargo, esfumó el pensamiento.

"Viviste en el infierno. ¿No deberías ser resistente al calor?"

"Las llamas del infierno no me pueden lastimar porque son parte de mí. El sol es totalmente diferente a eso....A veces mi piel es difícil de curar." Raven cerró la botella y alzo el rostro de su espejo improvisado para fulminarlo con sus ojos al escucharlo reír. "No es gracioso Damian."

"Es absurdo. La princesa del inframundo sensible como una pieza de porcelana ante los rayos del sol."

"Espero que te apuñalen cuando salgas a las calles." Ella no apreció la broma.

"Eso es un deseo muy severo, incluso viniendo de ti."

"De alguna forma tienes que pagar por lo que hiciste en esa reunión de Tim. Que te apuñalen me parece un precio justo. "

"Como si no lo hubieras disfrutado, demonio." Él le respondió presumido.

"Un día de estos Wayne, solo espera tu castigo divino."

"Si algo me pasara tu serías la mas afectada."

"Tienes razón, si mueres seria un inconveniente, una molestia para todos...mucho papeleó innecesario por hacer."

Damian rodó los ojos an su ataque, pero no tuvo tiempo de pensar en una contestación cuando sin previo aviso el juego dejó de girar.

"Se detuvo."

"Observadora." Damian se mordió los labios para evitar reír de la sombría mirada de Raven. "Le pague al operador para que parara el juego. Jon me molestó hoy, mi plan es gozar en primera fila el espectáculo de su humillación."

Despreocupado señaló a la cabina en la cima del juego donde podían observar al superchico teniendo un episodio de pánico por estar a solas con la chica de futuro.

"Por eso insististe tanto pasar primero que ellos." Raven lo analizó impresionada. "Difícil de creer, hace unos años ni siquiera sabías dar un abrazo, y ahora pagas para darle privacidad a tu mejor amigo en el juego mas romántico del parque."

"Nada de romance, para eso esta el túnel de amor, su nombre lo dice. Yo quiero verlo sufrir"

"Pero ese lugar huele horrible desde afuera, nunca entrarías ahí. La rueda de la fortuna era tu única opción. Vaya Damian Wayne, un cupido en ascenso."

"Te equivocas, buscó venganza y humillación."

"Los años te han ablandado, acababas con veinte hombres sin pestañear y ahora eres un amantes de los animales y un secreto romántico. ¿Todo bien contigo?."

"Aun puedo acabar con veinte hombres sin pestañear, Raven."

Damian arrugó el rostro, pero dejó que la chica se riera de él para mirar hacia la cabina de su amigo. Casi escupía en risa al ver al superchico sudar gotas tras gotas de nervios mientras parecía jugar con uno de sus brazos, pues cada vez que intentaba colocarlo en el hombro de la chica esta se daba cuenta y él lo retiraba rápidamente con vergüenza. Lo mejor de todo, era que el enorme oso sentado entre los dos dificultaba su táctica.

"Es una chica agradable." Raven también miraba a la pareja. "Tenemos poderes similares, pero al parecer el término de privacidad no existe en el futuro, la sentí leer mi mente más de una vez."

"Debió ser incómodo. Tu odias eso."

"Si, pero fue sincera al decir que le era inevitable."

"¿Y tu usaste tus poderes en ella?, ¿Porque vino aquí?"

"Nada fuera de lugar, solo que el futuro debe ser muy aburrido para que aceptara venir a una feria de este siglo. O quizás su atracción por Jon es tan grande como para soportar entretenimiento a la antigua."

"A Jon le agradará escuchar eso." Damian suspiró al extender sus brazos por detrás del asiento. "Es una chica rara, pero supongo que debe serlo para idolatrar a un tonto como Jonathan Kent."

"No te pongas celoso." Raven se recargó sobre su brazo, y con vanidosa actitud continuó. "Ella dijo que era un honor conocerme, pero nunca te mencionó. Debes ser aburrido en el futuro. Boo...."

"Como si necesitara la aprobación de una rubia."

Honestidad ante todo. No quería nada con las rubias.

"Bueno después del fiasco con Kathy Branden, Imra es una buena opción para Jon, linda e inteligente."

"¿Tu tienes una cosa por las rubias no?, primero la intolerante de Supergirl y ahora la chica del futuro."

"Mmmm...me agrada más Imra. Tiene una aura ligera."

Extraño que de la noche a la mañana cambiara su opinión de su ídolo de la adolescencia, pero Damian no la cuestionaría, para él esto era mucho mejor.

"Igual sigues siendo mejor que ella." Él le aseguro, las yemas de su dedos tocando ligeramente su hombro.

Entonces ella dejó salir una carcajada tan sincera y melodiosa que Damian sabía que en estos instantes ella no se preocupaba ni por secretos, villanos, ni que sus poderes fueran a escapar para encontrar algo por destruir.

Ellos eran dos personas normales, disfrutando la cotidianidad de la vida misma.

"Mírate, tratando de adularme otra vez, sospechó que quieres algo de mi." Raven se acercó un poco más a él y en el abrupto final de su broma ella le susurró. "Tengo Frío."

La repentina declaración de la mujer lo confundió, el clima era demasiado agradable como para ser considerado frió. Pero quizás esos shorts cortos que ella usaba no la protegía lo suficiente de la ligera brisa del mar.

"Te daré mi chaqueta.".

Cuando hizo afán de quitarse la dicha prenda ella paró sus intenciones al instante, sus gemas amatistas lo observaban con determinación mientras el colorete de sus mejillas se intensificaban.

"No quiero tu chaqueta. Buscó otra alternativa que me brinde calor..."

"¿Hmm?."Él dijo en un vago intento de comprender la situación

La determinación de su mirada paso a iluminarse con una traviesa picardía que incitaban a una invitación que logró impregnar el mismo rubor de su rostro al de Damian.

Bruja sigilosa.

Damian tardo en procesar su petición, pero vaya que no tardaría en complacerla.

La abrazó de la cintura para pegarla a su cuerpo, ella cerró sus ojos disfrutando como él escondía un mechón de su cabello por debajo de su gorro.

Los latidos del corazón de Damian se aceleró contra su pulso mientras sus ojos se enfocaron en esos labios. Mierda...cuantas ganas tenía de besarla...se corregía, iba a besarla incluso si en las alturas todo el mundo pudiera verlos.

Damian estaba decidido a tomar sus labios con toda la intensidad que su corazón deseaba demostrar, pero antes de que sus labios pudieran tocarse un insistente y molesto sonido los desconcertó. Ambos se separaron abruptamente para ver de donde provenía.

"Contesta." Raven bufó irritada al insistente celular de Damian. "Más vale que valga la pena."

Quien quiera que llamara, debía tener algo importante por informarle.

"Son mensajes de Jaime." Damian leyó con rapidez cada uno de ellos. "Me necesita cuanto antes."

"Tu patrullaje comienza en una hora. ¿Hay problemas?"

Jaime había salido temprano con el grupo de aprendices, y le acababa de mandar un código naranja; asunto urgente pero no de vida o muerte. Debía ser importante si es que lo llamaba antes de su turno.

Pero cualquiera que fuera el asunto, no le arruinaría la noche a Raven o a Jon. Era innecesario hacer un escándalo cuando ni siquiera sabía con que iba a lidiar. Al final solo podía ser que Jaime necesitaba ayuda para controlar a un grupo de adolescentes con super poderes.

"No." Él mintió, evitando darle el frente para no levantar sospechas. "Solo hay más movimiento de lo esperado, quiere que le ayude a supervisar a los chicos. Sera mejor bajarnos, todavía tengo que ir a la torre."

"Bien." Raven le extendió la mano, él la tomó pensando que era una petición por que la sostuviera, pero pronto supo su error cuando ella golpeó su mano lejos. "No, dame las llaves de tu carro, tu uniforme esta en la cajuela chico listo. Lo traigo, te cambias en el baño, te teletransporto a donde Jaime y yo voy a la torre a terminar tus pendientes."

"No hace falta que lo hagas, ire a la torre después del patrullaje. Tu quédate aquí."

"¿Y ser la tercera en discordia de esos dos?" Raven enfatizó con el hombro a la incómoda pareja al tope del juego."No gracias, las llaves."

Con más exigencia ella volvió extender su mano, y él sin tener como oponerse se las entregó.

"Pensé que querías descansar de la torre hoy."

"Este era mi descanso." Ella encogió sus hombros, sentándose correctamente una vez que la rueda reanudó su movimiento. "Siempre puedo decir mañana que me enfermé del estómago y faltar. Jaime lo creerá, confía fielmente en mi palabra."

"Pero yo sabré que es mentira."

"Si sabes lo que te conviene, podrás guardar el secreto."

Damian le echó una mirada incrédula que fue borrada al escuchar el grito familiar de Jon.

Arriba de ellos la cabina de su amigo se movía, Jon lucia completamente avergonzado mientras agitaba las manos frente a la confundida rubia. Al parecer había caído en el regazo de la chica por accidente.

Lástima que ocurría algo interesante ya que se iban a bajar.

"Como yo iré a la torre, aun tenemos un poco de tiempo por gastar. Paguemos al operador del juego por una vuelta más." Raven le dijo, complice al espectáculo en la otra cabina. "A Jaime no le molestará esperar veinte minutos si le llevas una foto de Jon haciendo el ridículo."

"Eres malvada." Damian le susurró de regreso.

"Soy la hija del diablo." Ella se abrazó al brazo del moreno para descansar la cabeza sobre su hombro. "¿Qué esperabas de mi?"

Damian esperaba muchas cosas de ella, por ejemplo no caer en sus encantos tan rápido como lo estaba haciendo recientemente.

Un asunto perdido para él, ya era demasiado tarde para detener la caída.

—————————————

"Fue divertido hacer algo diferente."

"Un cambio a la rutina siempre es bueno."

Damian chasqueó la lengua divertido al recordar las escandalosas expresiones que consiguieron de los demás asistentes cuando los dos entraron a uno de los baños públicos. Y ni hablar de la mirada que Jon le lanzó al despedirse bajo la gran rueda de la fortuna.

"Dejaré tu coche en la torre, o ¿Quieres que lo deje en tu departamento?"

Mientras Damian se vestía con su uniforme, observó por el reflejo del espejo a Raven flotando para quedar detrás de él y ayudarle a subir el discreto cierre del traje.

"Puedes dejarlo en la torre."

Damian se colocó el antifaz sobre sus ojos, añadiendo así el ultimo detalle que necesitaba Nightwing para salir a las calles. Era hora de irse, pero entonces, porque tenía la sensación de que aun le faltaba algo por hacer.

"Tu transporte está listo." Raven abrió un gran portal en la pared del baño, sabiendo ya de antemano las coordenadas que Jaime le envió.

Damian no tenía intenciones de moverse.

La imagen de ella flotando frente a él y señalando al portal con el impaciente gesto de su mano le causando gracia.

"¿Es todo?, ¿Me despides con la frialdad de tu indiferencia?"

Cuando los ojos de Damian cayeron a los labios de la chica supo la razón por la cual le costaba tanto marcharse.

"¿Que puedo decir?." Raven suspiró agotada. "Es cansado pretender que me agradas en público."

"¿Pretender?" El tono de indignación en su voz solo enganchó una sonrisa traviesa en ella.

"Háblame solo si es de vida o muerte ¿Entendiste?." Ella lo tomó por las mejillas, ligeramente hundiendo sus uñas contra su piel morena.

"Cuanta consideración de tu parte." Damian dió un paso más cerca causando que lo soltara mientras que sus esmeraldas aun fijados a esos tentadores labios.

Ante la proximidad entre ellos, los ojos de Raven se ablandaron al sonreírle y Damian no pudo evitar imitar la acción.

En las sombras del oscuro baño la imagen de Raven era un deleite estético que estuvo gozando durante la noche. Saber que ahora le pertenecía de alguna forma le hacia sentir miles de colibríes revoloteando en su estomago.

Su corazón se hundía con el peso de su emociones al notar como sus rostros inconscientemente se acercaban.

Damian se negaba a perder la manera en que los labios de esta mujer poco a poco lo invitaban a sentirlos, o de como la profundidad de su alma brillaba por debajo de sus largas pestañas.

Esperó paciente a pesar de que sus ansias por tenerla crecían desenfrenadamente.

Primero quería absorber toda su imagen y ahogarse de su fragancia natural a lavanda mezclado con el aloe que se colaba a su olfato. Pero en medio de su Epifanía, decidió que había esperando bastante y la beso sin más pensamiento. Suave, lento y prolongado permitiendo que cada uno de sus sentidos se impregnaran sobre ella.

Con el toque de sus labios, Raven lo llenó con su afecto, entregándose y evocando en él sensaciones que solo era capaz de sentir con ella. Abría su corazón para darle libertad a sus emociones de girar a su alrededor como si representaran las más puras nubes del cielo.

Unos solos roces de su dulce boca y él era un regocijo de pies a cabeza. Juraba que nunca llegaría a cansarse de este sentir.

Damian bajó las manos a su pequeña cintura, aferrando sus dedos a la piel desnuda debajo de su blusa. Presionó su cuerpo con fuerza contra el suyo, permitiendo que cada peligrosa curva se suavizara bajo su tacto de la manera mas sensual y sincera que él podía permitirse.

Capturó la sonrisa de la mujer en sus besos, una y otra vez, expresando el deseo que no se podía transmitir con las palabras. En ese momento pensó que nada en el mundo existía a excepción de ellos. No necesitaban más que compartir el calor de sus almas entrelazándose juntas.

La sensibilidad del contacto que estuvieron anticipando hacía crecer la necesidad que tenían por aferrarse al otro conforme sus labios se encontraba en una explosión de llamas.

La lujuria se hacía paso entre el afecto con cada segundo que se mantenían en los brazos del otro.

Raven gruñó con un poder de dominio contra su boca al aferrarse a él como si su existencia dependiera de ello. Damian sabía que estaban a punto de perder el poco raciocinio que aun quedaba en sus cerebros.

Pero no fue sino hasta que él sintió como su espalda era presionada contra la pared del sucio baño que algo alertó a su mente en parar antes de que esto se saliera de sus manos.

"Necesito irme." Él dijo en el susurró de un beso, desconociendo si la indicación era para él o ella.

"El portal esta abierto." Raven murmuró lo obvio contra sus labios.

Él tenía el poder para marcharse, solo necesitaba dar unos cuantos pasos a su derecha y estaría fuera, pero Raven seguía en sus brazos....él se negaba a romper el contacto.

Desiciones, decisiones...¿Irse, o quedarse a abusar de los dulces labios de una pequeña diabla?

"Buenas noches Damian."

El fantasma de un beso fue lo ultimo que sintió antes de que su cuerpo fuera succionado por la oscuridad. El calor, la presencia, el sabor y el aroma de Raven desapareció de su percepción para ser entregado a los brazos de una seca noche a las afueras de San Francisco. La bruja infernal lo teletransportó a las calles sin que se diera cuenta. Al final, ella tomó la decisión por él.

Damian negó con la cabeza mientras trataba de recuperar el ritmo en su pulso. Se encontraba demasiado complacido por los acontecimientos de su día como para tomarle un peso relevante a lo que le acababa de ocurrir.

Sus planes originales del día dieron giros diferentes, pero al final cumplieron cada una de sus expectativas. Se sentía tan ligero en su interior que por primera vez en mucho tiempo optaría por un ritmo calmado al patrullar.

Raven era su dolor de cabeza y lo volvía constantemente loco por distintas razones, pero sin lugar a dudas daría su vida por esa mujer.

Sin rabia que desquitar, los criminales con los que se topara esta noche serían afortunados.

Ninguno perdería sus dientes a merced de sus puños.

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NOTA:

¿Que es esto?: Tres one shots que se volvieron un capitulo de relleno.

La escena de la playa esta inspirado en una fanedit que hice del Damirae para una Damirae Week hace unos años y en un episodio de ATLA. Queria editar más ese pedazo pero ya quiero avanzar con los otros capítulos.

*Bugs Bunny.: Amo las referencias y recordé que a Dc comics les encanta poner referencias de los Looney Tunes.

*Imra Ardeen/ Saturn Girl: Una telépata  del siglo 31, miembro fundador de la Legión de Superhéroes.  (Saturn girl y Jon en la foto de abajo).

*Legión de Superhéroes: Un equipo con cientos de superhéroes de toda la galaxia que se viven en el futuro (siglo 31). La fundación de la Legión se inspiró en las historias e ideales de Superman, transmitidos de generación en generación. Retroceden en el tiempo para reclutar a Jon Kent (Superboy) para que les enseñe en carne propia esos ideales (O eso es lo que se sabe en el equipo actual.)

Este equipo ha aparecido en los Comics, tuvieron una serie animada, En la serie de Smallville, en la Serie de Supergirl o en la película La liga de la justicia vs. los cinco Fatales. Les aseguro que en todas Imra Ardenn hace aparición.

Actualmente en los comics Jon tiene 17 años y vive en el futuro con este grupo de heroes. Su escritor Bendis ha confabulado el rumor que Jon y Imra tendrán una especie de romance. Es casi oficial, pero todo puede pasar.

La verdad me gustan, porque desde el inicio Saturn girl siempre estuvo a la ayuda de Jon y se ven bien lindos juntos. Lo siento Kathy, pero como DC.. te olvido :(

Si tienen alguna pregunta no duden en hacérmela saber.

WIKITEPHY FUERA.

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