El cielo estaba cubierto por una densa oscuridad.

Un enorme coloso hecho de roca se alzaba imponentes ante la figura "insignificante" de un erizo de púas doradas y ojos rojos. Probablemente siendo la última esperanza para el mundo.

Y el único capaz de vengar a aquellos que no pudieron hacer nada contra esta entidad.

--- Por lo visto aún no quieres entenderlo... ---. Decía aquel ser, cuya "voz" principal estaba formada por las voces de sus anteriores víctimas. --- No puedes detenerme... No puedes contenerme... Soy infinito... El principio y el fin de todo... ---.

El erizo escuchaba aquel monólogo sin despegar su mirada del adversario. Cuestionadose cómo es que se había dejado manipular por alguien, o mejor dicho, por algo tan egolatra y carente de sentido común básico.

--- Se lo he dicho a aquellos que vinieron antes de ti, su mundo y todos los que lo habían esta podrido... Aquellos que se interpusieron en mi camino y lograron encerrarme a costa de sus propias vidas sólo retrasaron lo inevitable... Ahora que el círculo finalmente se cerró, finalmente podré cumplir con mi propósito... Continuar con el curso de la historia ---.

--- ¿Realmente crees que voy a tragarme eso? ---. Cuestionó aquel erizo. --- El mundo no es perfecto, al igual que aquellos que lo habitamos... Sin embargo, es ahí dónde radica la verdadera esencia y belleza del mismo... ---. Afirmo. --- Estoy aquí.. Atravesando y superando estas nuevas fronteras... Luchando con mi vida contra mis miedos... Sosteniendo los sueños y esperanzas de aquellos a los que amo... Caminando hacia adelante, siempre hacia nuevos horizontes... Dispuesto a cambiar el rumbo de esta historia, en búsqueda de un mejor final para todos ---.

El suave tacto de una gota de rocío sobre su cabeza provocó que la pequeña criatura abriera sus ojitos con algo de molestia, frustrado porque algo tuvo que interrumpir su sueño nuevamente.

--- Agh~... Justo en la mejor parte... ---. Se quejó un pequeño Chao color azul mientras se incorporaba de su cama hecha de paja seca, dando un buen estirón para despertarse.

Creyó que esta vez lograría presenciar el desenlace de aquella batalla.

--- ... Siempre habrá otra noche ---. Suspiro mientras caminaba hacia una cesta llena de frutas Chao dispuesto a desayunar.

Sora.

Ese era el nombre de aquel Chao.

Un huérfano de origen desconocido, cuya única pista de su pasado era que llegó repentinamente al planeta Garden 1999 en una cápsula de escape cuando aún era solo un huevo, por lo que las teorías sobre lo que pudo haberle ocurrido antes de llegar eran variadas. La más aceptada era que la nave donde viajaba terminó en un fuego cruzado y los tripulantes lo dejaron en esa cápsula con tal de salvarlo, aunque nadie estaba seguro a que bando pertenecía, ya que todos los Chao tienen una naturaleza neutral al nacer.

En todo caso, Garden 1999 era una colonia de los Neutral Chao, por lo que Sora fue adoptado y criado como tal por el líder del lugar, centrándose únicamente en mejorar sus habilidades. A diferencia de otras especies, los Chao no acostumbran a formar núcleos familiares, pueden haber parejas pero las crías son esencialmente criadas por todos. Sin embargo, el líder decidió hacer una excepción con él debido a que, como fue el primero en llegar al lugar donde se estrelló la cápsula y encontrar el huevo, sintió que era su responsabilidad cuidarlo y protegerlo.
En todo caso, Sora optó por centrarse en mejorar su velocidad, inspirado por las leyendas que hablaban de un valiente y veloz héroe de color azul llamado Sonic The Hedgehog, logrando incluso adquirir una forma física similar a la suya y su característico color azul. Se podría decir que tenía una ligera obsesión con él, nada más lejos de la realidad, aquel erizo era su inspiración y modelo a seguir, quería vivir tantas aventuras como él, conocer nuevos lugares y amigos, sin embargo, ese era un sueño casi imposible.

Garden 1999 era una de las tantas colonias cuyo único propósito era producir alimento para abastecer a todos los Neutral Chao y, en ocasiones, venderlo a los Hero Chao o, muy raramente, a los Dark Chao en tiempos durante los que sus propias colonias no producían lo suficiente. Esto significaba que no contaban con naves propias para salir del planeta, debido a que aquellos que solicitaban la comida enviaban sus propias naves para recoger el pedido y efectuar el pago, por lo que nadie ahí aspiraba a mucho más allá de algo que no estuviera dentro del planeta.

Cosa que le recordó a Sora que debía ir a cumplir con sus responsabilidades.

Tras terminar de comer las frutas Chao, Sora se apresuró a salir de su habitación, dirigiendo a la entrada de la casa. El líder, a quién veía como su abuelo, no estaba en casa por lo que asumió que había madrugado y, al igual que él, iba a cumplir con sus responsabilidades. Ser la autoridad no era fácil y pesé a sus esfuerzos por no causarle problemas, Sora no podía evitar meterse en algún que otro lío debido a su curiosidad.

En todo caso, eso no era lo importante, tenía deberes que atender.

--- Hoy será otro día maravilloso ---. Dijo con confianza para luego salir hacia el exterior.