
Capítulo 32
~Aaliyah Turner Green~
Oran había intentado muchas veces más que visitara a su detestable familia, pero me había negado.
Tenía muchas cosas en la cabeza como para pensar en caerle bien a un clan de horribles personas.
Revisaba los últimos ingresos del mes y me dí cuenta que cada uno de mis pupilos debía generarme dinero para ayer o no viviría hasta mañana. Justo allí entró una amiga y trabajadora: Heaven. Esperaba que una repuesta a mis problemas cayera del cielo, literalmente.
Así que dejé mis cosas de lado.
—¿Se puede saber que necesitas?
—¡Wow! Alguien amaneció de un humor peor al común.
—Eso significa que no estoy para bromas...
—Necesitas bajarle un poco a tu mal humor, Aaliyah. Pero no estoy aquí por eso, creo que te has dado cuenta de que tenemos un pequeño desajuste en las cuentas. Y tengo una idea para solucionarlo —dijo y yo me senté, ella prosiguió —. Implica que pongas en marcha un grupo élite que pueda extraer una pieza única en la exposición del museo de Roma —me enseña una de las piezas más famosas del mundo, así de cara también.
—A ver si entendí... ¿Me estás pidiendo que entrene a personas para robar? —pregunté y ella asintió.
—Igual eso es lo que hacemos aquí ¿no? —dijo, y tenía un punto, pero lo que ella quería era muy riesgoso —. Esa sola pieza te salvaría de todos tus problemas económicos y evitaría que tuvieras que cerrar la organización con la que siempre soñaste, no es eso lo que quieres, ¿o si?
—Tienes razón, Heaven. Solo que olvidas que acabo de salir de un juicio y si algo sale mal no podré limpiar mi nombre, terminaré en la cárcel igual que todos los imbéciles de allí —argumento —. No voy a acabar así —no podía acabar así, aunque la idea de Heaven era tentadora, no podía hacerlo sola y el único que estaba a mi nivel ahora estaba en prisión.
—Estás siendo paranoica. No vas a ir a prisión.
Heaven, estás comenzando a molestarme. Y eso no es bueno para ti.
—¿Acaso no escuchaste? He dicho que no —puse mi mejor cara seria porque ya estaba comenzando a hartarme su necedad —. Ya hallaremos otra manera.
Heaven también se veía molesta con mi repuesta. Sabía que tampoco quería que cerrara mi organización.
No dijo nada más y se marchó. Debía buscar una solución a mis problemas económicos rápido, y aunque su idea era genial no podía arriesgarme a acabar igual que Fawke. Y no tenía la paciencia para enseñarles a un grupo de ineptos a ser criminales de élite.
Imaginé, de pronto, aquella misión en Noruega...
—Inicia operación «Servido en bandeja de plata» —sonrío hablando por su audífono aunque estábamos al lado del otro.
—Los audífonos son para cuando no estemos en la misma habitación, bobo.
Esa misión había sido una de las más divertidas. No conseguimos el objetivo de la misma, pero si logramos algo mucho más valioso: habíamos formalizado nuestra relación de pareja, aunque finalmente terminaría unos años después.
~×~
~Oran White Jackson~
No entendía por que de repente Aaliyah había comenzado a ser tan melosa conmigo. De un tiempo para acá ya ni siquiera tenía que esforzarme por tenerla cerca porque Ali parecía una abeja tras polen.
Obviamente era normal ser cursi cuando estas de novio, pero no para que fuera como chicle pegado a ti todo el tiempo. Esa estupidez harta.
Caminé lejos de ella porque quería que me dijera ¿qué demonios esta pasando?
Había intentado adivinar, pero mi novia es una de las mujeres más complicadas y misteriosas que conozco, así que me rendí.
No iba a conseguirlo de igual forma.
Ella se acercó y comenzó a besar mis brazos.
—Realmente has estado muy extraña, Aaliyah. ¿Vas a decirme que te pasa? —digo, pero ella me ignora totalmente —. Ok, basta. ¿Qué te sucede? —me acerco a ella y la tomo de la mano.
No quería decirme, pero aunque lo negara yo había aprendido a leer a Ali, a veces me equivocaba aunque sabía que hoy le sucedía algo. Toda la semana se la había pasado enfrascada en su oficina y eso no era usual.
—¿Me vas a decir que tienes? —le sonreí tiernamente para que le fuera fácil hablar.
—Algo está preocupándome.
—Resolvamos ese problema que te tiene tan preocupada, entonces. Soy tu novio Aaliyah, estoy aquí para ti y voy a hacer todo lo que esté en mis manos para que no te aflijas —digo —. Ok, ¿y de que se trata exactamente ese problema? —le hice una seña para que se sentara al lado mío y así lo hizo, luego de un par de segundos lo soltó.
—Estamos a nada de quebrar.
De pronto su voz ya no sonaba tan segura como siempre. Eso preocupa.
Haré uso de mi voz suave y de todos los trucos de casanova que siempre me han servido.
—Imagino que los encargados de finanzas hicieron mal las cuentas. No debes preocuparte.
—Oran, esto es algo serio. Es verdad, si no hacemos algo para financiar nuevas operaciones vamos a quebrar —comienza a hiperbentilar y me angustio —. ¡Hay que actuar ya!
—No creo que sea tan grave como dices, pero si te preocupa tanto voy a financiarlo yo. Al fin y al cabo soy tu socio, Aaliyah —propongo —. ¿Ya lo ves? ¡Problema resuelto!
La veía un poco más calmada, pero seguía queriendo decirme algo, se notaba.
—No será posible.
—A ver ¿por qué?
—Debido a que tu familia tiene la mayoría de tus acciones en su empresa, no van a darte el dinero por querer ayudar a tu novia —dice —. Debemos ser algo más, Oran.
—¿Intentas pedirme matrimonio? —me alejo un poco, de la sorpresa.
—Sí. Oran White Jackson, ¿quieres casarte conmigo?
Aaliyah se arrodilló frente a mí con una argolla entre sus dedos. Sabía que la amaba y acepté. ¡Estábamos comprometidos!
~×~
~Fulton White Jackson~
¡Oran!
No podía echar a perder su vida con una delincuente como ella.
—¿Tienes idea de lo que quieres hacer? —pregunté —. No puedo creer que te hayan educado tan bien como para terminar con una criminal.
—¡Respeta a Ali! ¡Ella no es quien dices!
—Si no te das cuenta de la mujer que tienes al lado ¡eres estúpido! —grité.
—¿Insultandome ahora? —pregunta y veo como se remarcan sus venas.
—Así tal vez recapacitas — espero que su impulso por golpearme no se vuelva realidad —. ¿Ahora que vas a hacer? ¿Golpear a tu hermano mayor por ella?
—Te he respetado toda mi vida, no sólo porque seas mi hermano mayor, eras mi amigo, mi apoyo. Pero parece que todo eso quedó en el olvido —comenta.
—Solo quiero lo mejor para tu vida —trato de acercarme a él, pero se aleja de mí.
Tiene que abrir los ojos.
—Tu mejor que nadie sabes que solo quiero protegerte, hermanito —le informo —. Te amo y solo quiero cuidarte, y lo hago al decirte que Aaliyah no es para ti.
Trata de decir algo, pero no se atreve.
—¿Ahora me entiendes?
—Intento creerte, pero no es cierto nada de lo que dices —argumenta y ahora el confundido soy yo —. Deberías de respetar mis decisiones si en verdad te importara tanto tu hermanito. Pero no lo haces y no lo harás.
—¿De verdad crees que puedes cederle tu parte del patrimonio a esa mujer?
—Su nombre es Aaliyah.
Oran no dice nada más y camina directo a la oficina de mi padre. Lo hemos perdido por esa tal Aaliyah.
~×~
~Judith Turner Green~
¡Mi hermana se casará!
Imaginé que quedaría sola por toda la eternidad, pero no.
¡Seré dama de honor!
Solo podía pensar en el hermoso vestido que usaría en su boda. Pero mi ilusión se esfumó cuando ella me golpeó en la cara.
—¡Aaliyah! —grité y ella rió.
—Intentaba que me prestaras atención. ¡Y dio resultado! —rió aún más.
—No era necesario que usaras tu fuerza bruta en una patada contra mi cara, ¡tarada! —le recalco —. Hagamos algo divertido, mujer. Ya me cansé de escuchar tu plan de negocios y estafa a tu futuro esposo.
Intentó objetar algo, pero le puse una almohada en la boca antes.
—Bien, si no quieres seguir hablando conmigo al menos busca una buena película, Judy —dijo —. Ok, esta no. No. No. No. No... ¡Ésta!
—¿De verdad rechazaste ver Chemical hearts por ver Los juegos del hambre? —indagué —. Voy a tener que enseñarte del buen cine, Ali.
La vi sonreír.
—¿Realmente crees que eso es cine? Solo son dos pubertos hormonales con ganas de tener sexo.
—¡Eso no es cierto! Es muy buena.
—Esta bien. Veámosla.
Aaliyah le dio play a una de mis películas favoritas: Chemical hearts. Terminó aceptando que en realidad si era una buena historia e incluso la vi derramar unas lágrimas.
—Ok, era una buena película, debo admitir —dice —.
Incluso le doy un 9 de 10.
Reímos ante el comentario de Ali.
—¡Wow! Mira la hora, ya es tiempo de dormir. Mañana inician los preparativos de la boda.
—Vaya, parece que sí quieres casarte.
Ella rió ante eso, yo no pude.
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