
Capítulo 18
~Aaliyah Turner Green~
Sabía que ir a buscarlo solo me traería mas problemas que soluciones.
Ahora estoy confundida.
La verdad siempre fui mala manejando mis sentimientos y por eso opté por no pensar en ellos, eso me había funcionado hasta que apareció Oran. Había arruinado todo.
Idiota y maldito estúpido.
Oran White Jackson, el culpable de que me sienta como la peor basura que haya existido en este mundo luego de usarlo para que me metiera el pene.
—¿Qué quieres? —digo molesta con quién sea que acaba de entrar por mi oficina, mi novio me ve algo asustado—. Estoy un poquito estresada, lo siento.
—¿Un poquito? Si se pudiera matar por medio de la voz yo habría pasado a una mejor vida —exagera como siempre.
—Cállate o podría ser real.
—Imagino que alguien despertó de malhumor —ríe porque sabe que estoy tal cual él dice y eso me enoja más —. ¿Ahora que pasó?
—Acabo de cometer una estupidez.
Ah, y me acosté con Oran.
—Ok, cuéntame. ¿Sabes que somos una pareja, no? Debemos confiar el uno en el otro —comenta, tiene razón y no sé por qué no le he dicho si él accedió a nuestra relación no convencional —. Interesante, ahora entiendo tu enojo, es razonable.
Iba a responder a sus comentarios tan estúpidos pero un mensaje llegó a mi teléfono.
¿Que carajos?
~×~
~Oran White Jackson~
El silencio se acabó.
La rubia que me utilizó hace apenas unas horas entró a mi oficina con un gran bullicio acompañándola, estaba molesta conmigo. ¿Y ahora qué? ¿Ya estaba de mal humor otra vez?
—¡¿Hablaste con alguien, maldito estúpido?! ¡¿Fue con alguien de los White?! —grita—. Estás muerto, Oran —caminó hecha furia, tenía los puños a los lados y lo agradecía porque sino me habría golpeado con uno de ellos.
—Respira ¿quieres? Cuando te calmes puedes decirme ¿de que me estás hablando? —le pregunté teniendo por mi vida. Quería tener todo calmado para que las posibilidades de acabar en un panteón disminuyeran.
—¿Hablaste con alguien maldito soplón? —vuelve a preguntar luego de hacer lo que dije —. ¡Esa era la primera y más importante regla! —sigue gritando.
—Exacto. ¿Por qué le diría algo a alguien? Yo valoro mi vida —contesto —. Tranquila linda, no dije nada.
—Un mensaje de un numero desconocido lo contradice — señala como si supiera quién le escribió.
—Interesante. Así que sí guardaste mi número —nuevo las cejas sugestivamente haciendo notar ese detalle.
—¡Ah! Eres un tarado —se le escapa una leve sonrisa que trata de ocultar, pero ya la he visto.
—Sí, el tarado que te atrae —digo —. ¿O me vas a decir que lo que sentiste en la mañana no es atracción?
Me mira y sé que quiere matarme o quizás quiere besarme, ya no sé distinguir.
—Atracción. Sí eso fue.
—¿Realmente quieres que me trague esa mentira, Ali? —curioseo —. Admite que sientes algo por mí —el miedo desaparece de a poco.
—Un poco de odio.
De verdad se empeña en no sentir. Es admirable su persistencia, pero es obvio que me ama.
—Vamos linda, no voy a juzgarte por gustar de mí —había tenido muchas novias como para contarlas, Aaliyah no sería la excepción por mucho que se esforzara.
—Cómo detesto que me llamen así. ¿Quieres dejarte de mierdas sentimentales y decirme que fue lo que hiciste? ¿Por qué tengo este mensaje en mi teléfono? —frunce el ceño y me muestra el celular. Identifico el número, es el único que me sé a la perfección —. ¿Entonces? ¿Que hiciste?
—¿Entonces? ¡Yo no hice nada!
—Tienes que aprender a mentir, White. Ahora dime ¿de quién es éste número? Y ¿qué quieres que haga con el dueño? Porque podría empezar enseñándole que no se me amenaza sin salir ileso. Y tú no te quedas atrás —me toma de la camisa bastante fuerte. El miedo ha vuelto.
—¡No estoy mintiendo, Aaliyah! ¡Te lo juro! No conozco ese numero, jamás lo había visto en mi vida —mi voz sale mas aguda de lo que quería —. Estas lastimándome —me suelta al ver que es cierto lo que digo.
—Ok, voy a elegir creerte solo porque en verdad parece que vas a cagarte del miedo. Pero si algo así vuelve a pasar no voy a tener piedad —amenaza y me suelta —. Está bien, tengo trabajo que hacer.
—Ok, te veo luego, supongo —me acaricio el cuello buscando que ya no duela tanto, esa mujer es fuerte.
—¡Oh, señor! Le recuerdo que hoy tiene un almuerzo familiar al que asistir —aparece mi secretaria apresurada por todo lo que tiene que hacer.
—Aunque me encantaría no asistir, hoy sí tengo asuntos pendientes con ellos —le comento aún sabiendo que ella no entiende nada.
—Ok, tendré preparado su traje en quince minutos —se acomodas sus anteojos y se sonroja cuando le sonrió.
—Bien, señorita —ella es una de mis muchas conquistas, es que soy irresistible.
Se va, pero entra alguien más.
—¿Te puedo ayudar en algo, Heaven? —pregunto y no responde —. Me encuentro un poco ocupado así que si quieres algo solo dilo porque me haces perder el tiempo —creo que pasar mucho tiempo con Aaliyah me ha pasado factura y ahora también estoy de mal humor.
Sigue en silencio, mi paciencia se está terminando ¿qué carajos quiere? ¿Solo vino a joder mi existencia? Porque lo está logrando.
—Intento averiguar si es cierto lo que dicen —sonríe mientras camina hacia mí.
—Te aconsejo Heaven, que mejor ocupes tu tiempo en hacer tu trabajo —comento. Sigo con el mío.
—No tengo nada que hacer porque mi jefa no me ha asignado nada. Y soy curiosa por naturaleza así que aquí me tienes —se regodea —. Te dije que quiero averiguar si es cierto lo que dicen, Oran. Eso haré.
Coloca sus manos alrededor de mí cuello y me besa, no correspondo.
—Lo he comprobado. Así que tu tipo es la reina oscura simplemente. Todos ya notaron que estás enamorado de ella.
Heaven se va tan rápido como vino. Me dejas mil preguntas en la cabeza. ¿Acaso todos mis empleados hablan de mí a mis espaldas? ¿Acaso estoy enamorado?
~×~
~Fulton White Jackson~
Sentía un poco de miedo por cómo reaccionaría esa loca.
Oran no debía enterarse de eso, pero esa perra era una chismosa que no pudo guardarse las cosas para ella misma.
Las cenas familiares nunca han sido el fuerte de los White Jackson y ésta no era la excepción. Después del divorcio de mis padres ellos dividieron las acciones de la empresa, por lo que aún veía a mi madre de vez en cuando en eventos como el de hoy.
—¿Cómo es posible que hayas perdido esa cantidad de dinero sin darte cuenta? —le cuestiona mamá.
—Hace años que no reviso mi estado de cuenta, siempre tengo dinero, mamá. No debo preocuparme por eso.
—Realmente no, no debes hacerlo hermanito. Pero deberías empezar a velar por quienes dejas entrar a tu vida y quienes no. Deberías de ser aún más cuidadoso con quien decides pasar la noche —comento sabiendo que él entiende lo que quiero decir.
—En efecto. Debo escoger bien en quien confío —le dio un bocado a su filete —. Las personas suelen ser de doble cara ¿o no? —todas las personas a mi alrededor pusieron su mirada en nosotros tratando de entender que sucedía.
—¿Algo que quieran contarnos? —indagó papá.
—Hijos míos, ¿por qué están discutiendo? ¿Ahora que hizo Oran?
—¡Mamá! Estoy seguro de que él no es el culpable —mi otro hermano menor le puso una mano en el hombro dándole su apoyo.
—Así es. Esta vez yo no hice nada.
—Oran está molesto conmigo porque a su novia no le agrado —conteste sabiendo que desviaría su atención.
Magnífico.
—¡Ella no es mi novia! —alegó mi hermanito intentando salvarse. Asunto resuelto.
Nyo y el resto de mis hermanos empezaron a bromear con él sobre su nula capacidad para mantener a una mujer a su lado por más de seis meses.
Ah, mi hermanito y sus muchas anécdotas que podía relatar con claridad...
Cada vez que salía de fiesta entre sus 18 a 20 años mi hermano terminaba jodidamente "enamorado" de la chica con la que se había acostado. Claro que esa mierda acababa cuando lo mandaban directo a la friend-zone y se alejaban de él. Intentaba con desesperación conseguir una novia que le durara al menos al terminar el mes, nunca lo logró.
Mamá era la siguiente en la ronda ore preguntas dirigidas al menor de mis hermanos. Papá había sacado su curiosidad en los últimos diez minutos mientras pasó interrogando a Oran. Claro que las preguntas que mamá hacía eran todas una nueva razón para una pelea entre ellos. Aunque no sería algo nuevo en su relación.
La cena se había convertido en un complot en contra de Oran. Mientras tanto yo solo pensaba en la manera en la que hundiría a la presunta novia. Intentaría hablar con mi hermano y si no obedecía tendría que acudir a las autoridades. Sabía que estaba metiéndome el la boca del lobo, pero era oír una causa mayor.
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