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Capítulo 3


Los siguientes días han sido muy extraños, Taehyun, es un idiota desgraciado con otros, pero, por alguna razón, conmigo es amable, tierno y cariñoso, quizás yo le recuerdo a su madre, lo imagino porque cada cosa que hago con él, me cuentas algo de ella.

Por ejemplo, hace unos días me adueñé de la cocina, las empleadas me rogaron que no lo hiciera o el señor Kim podría hacer algo encontrá a ellas, pero mi porfía fue más allá y aún así quise cocinar yo.

Cuando Tae bajo por el desayuno y me vio las miro con caras de asesino, ellas temblaron y antes que les dijera algo le conté que fue mi culpa,.desde ese día, les tiene dicho que si yo quiero cocinar ellas desaparezcan, y además me dijo que su madre cocinaba deliciosos postres y la tarta que hice ese día le recordó a ella.

Lo mismo pasó con la jardinería, y con el cuidado de los animales.

De hecho, Jungkook, le reclamó que los perros ya no servían para asesinar porque los deje muy dóciles. Ahora le movían la cola a cada uno de sus víctimas y Tae solo sonríe con ello.

¿Cómo lo sé?
Lo oí en una de sus conversaciones en el despacho.

Esa tarde entre por un libro, sé que no debo entrar aquí porque me lo tiene más que prohibido, pero hay buena lectura y es algo a lo que no me puedo negar.

Al momento de salir escuché las voces, y corrí a esconderme.

Ahí escuché todo y Tae fue muy paciente de oír sus reclamos, él bebía una taza de té y yo lo observé tan cerca que un suspiro salió de mi pecho.

Ahí fue cuando me di cuenta que Kim, comenzó a gustarme. Desde entonces, intento evitarlo y lo nuestro ha sido solo peleas.

Lo peor es que en dos días se cumplen las dos semanas, y no sé si quiero irme.

- Hola -me dijo y fingí leer el libro abierto frente a mi, desde hace unos veinte minutos sigo en la misma página porque no puedo concentrarme.

- Hola -le respondí y cambié la hoja, que no se me olvide que había quedado en la página 78.

- Quería saber si -aclaro su garganta- puedes acompañarme a un lugar.

- ¿Dónde?

- ¿Puedes o no? -dijo pesado y cerré mi libro con molestia.

- Qué más da ya interrumpirte la lectura -me levanté de mi lugar y me quedé viendo- ¿Y bien?

Lo ví dudar, pero respiro profundo y camino delante de mí indicando un camino.

- Hace unos días te vi sacar una manta para sentarte en el césped, y luego miraste el cielo.

- Tan pendiente estás de mi

Se detuvo en medio camino, giro en su eje y miro en mi dirección.

- Eres tan mal agradecida, te he dado todo lo que quieres.

- ¡¿Te lo he pedido a caso?!

- ¿Cuál es tu puto problema?, intento ser amable contigo, quiero hacerte sentir bien y tu solo me respondes esquiva y grosera.

- Ese es mi problema -conteste furiosa-no lo haces fácil, siento que quieres convencerme para que me quede, siento que me obligas a permanecer aquí y no soporto un día más a tu lado.

- Entonces lárgate de una buena vez, ¿Crees que para mí es fácil?, en mi casa todos me respetaban, lo que yo decía de hacía, y tu solo llegaste a complicarlo, ahora todo te lo preguntan a ti, yo ya no existo, no hay respeto.

- Tu no impartias respeto sino miedo, Taehyung, y si pudiera me habría ido desde el primer día que entre aquí. Pero tú me rogaste que me quedara, me chantajeaste, abusaste de nobleza y solo quieres perjudicar lo que soy.

- Yo te salve, niña mal agradecida -dio dos pasos a mi- el idiota que tenías como padrastro, fue quien intento matar a tu madre para cobrar un seguro, el que estaba a tu nombre e iría por tí -dio otros dos pasos a mi- pero no te preocupes, si quieres mañana puede irte al fin.

Paso por mi lado molesto, sabía que mi padrastro sería capaz de cualquier cosa, esto que me dijo no me extraña pero, porque siento que le herí.

Las luces del lugar se encendieron de un momento a otro, frente a mí, había un domo mis pies no pudieron contenerse y camine hasta él para ver si interior, el techo era completamente de vidrio, y casi toda la colección de libros que miraba embobada la primera vez que entre a su despacho estaba frente a mis ojos.

Los recuerdos de papá, fotografías con mamá, incluida una que otra foto con amigos y las que me tomé con los pitbulls de la casona que ahora son más dóciles que un conejo.

Mi corazón se estrujó por completo, fui tan dura con el que me arrepiento.

Me quedé pensativa, mi corazón latía sin medidas y recuerdos anteriores que me hacían feliz junto a Tae llegaron como oleadas.

¿Tendré el mal de Estocolmo?

Luego de que las horas pasarán rápidamente decidí ir hasta la casa, quizás, era tiempo de que hablara con él y me disculpará, de todas, formas, mi estancia aquí no ha sido incómoda, Kim se ha encargado de hacerme sentir bien, siempre me da regalos, me dió un cuarto y dejo que lo adornará como yo quisiera, él no se ha negado a nada aún sabiendo que su servidumbre le cuestionaba.

- Ella se volvió en su talón de Aquiles -escuche antes de entrar, la ventana estaba ligeramente abierta.

- No creo que sea necesario llegar a estos extremos.

- Debemos volver a tener a ese Taehyung sin corazón.

- ¡Appa!.

- Escucha Jungkook, si no lo haces tú, lo hará otro, deshacete la muchachita, o está organización caerá tarde o temprano.

- No, yo no traicionaré la confianza de Tae, quizás la chica se volvió su talón de Aquiles, por eso me pidió que la cuidara cuando él no esté.

- Entonces tendremos que ir sobre ti -escuche un disparo que retumbó en mis oídos.

Me sobresalté, y quede inmutable, ellos venían por mí, era mi fin, y lo que más miedo me daba es que, no volvería a ver a Taehyung.

-

Pov Tae.

- Es una niña muy insolente -repetía mientras caminaba directo a la casa, pero en su lugar cambié de dirección hasta mi carro.

Subí a él, encendí y aceleré tanto que el humo de la llanta quemándose contra el asfalto se hizo presente.

No entiendo cómo es que Violet me pone de cabeza de todas las formas habidas y por haber.

Es una chica en extremo hermosa, mimada, y me dominó en el momento en que la ví, ese día juré que la protegería cueste lo que me cueste, y si tenerla en mi casa encerrada era la solución así lo sería.

La primera noche que durmió en mi alcoba, tomó la ropa de mi closet y dividió la cama con ella como si hiciera una muralla, por fuera me enfurece que hiciera eso y por dentro la encontraba lo más tierna que pudo existir.

- Es para que ninguno duerma en el sofá -dijo en aquel entonces deje caer en mi lugar y ella en el suyo, al día siguiente estaba muy acomodada en mi pecho y la ropa tirada por doquier en el piso, fue ahí que capturó mi corazón.

Me desvivía por esa arrogante niña, se volvió mi debilidad y si debo chantajearla para que se quede a mi lado lo haré.

Y ahora que las dos semanas están próximas, ya no se que hacer para que se quede a mi lado, el solo pensar que se irá y me dejará me quita el aliento y no puedo respirar.

Detengo el carro a un lado del camino y salgo para tomar aire, ¿que me has hecho, Violet? Levantó la mirada al cielo retomando mi respiración, está es una clara prueba de mis ataques ansiosos.

Vuelvo mi mirada a la lejanía dónde está mi mansión, y algo en ella llama mi atención.

Humo.

Desesperado vuelvo a mi carro y me devuelvo en el camino, deseando en lo profundo de mi corazón que nada le suceda a ella, Jungkook, cumple tu palabra y protegerla con tu vida, o yo mismo seré capaz de volarte los sesos.

Agarró el arma que está en mi guantera y al internarse en mis terrenos derrapó en el asfalto apuntando con mi semi automatica negra por la ventana del copiloto, no son mis hombres, a ellos los conozco bien, y por el tatuaje en sus cuello puedo reconocer que son los hombres de Jeon.

Siempre me ha tenido odio porque le robe a su hijo, yo solo lo trate mejor a como él lo hacía, cuando lo recibí en mi casa, Kookie estaba más en el allá que acá, si, lo rescate en una de mis redadas, lo tenían amarrado a una viga y se notaba que no había comido hace mucho, según Jeon, era para hacerlo más fuerte.

Corro al interior luego de no fallar en mis disparos directo a sus rostros, odio no disfrutar la muerte de uno de mis enemigos, pero ahora me importa más la vida de mi amigo y Violet que hacer sufrir a otros.

Jeon un día llegó con un acuerdo de paz entre bandos, dijo que solo era para recuperar el amor de su hijo, pero siempre lo tuve bajo observación... ahora que lo pienso, ¿por qué Kook no me dijo de este ataque? ¿estará enredado con él?

Maldición y yo le confíe lo más preciado para mí.

El humo me hace respirar, disparó a los ventanales que rodean mi hogar y el en aire se disipa, en el piso encuentro el cuerpo de Kook, está herido con su estómago y es cuando afirmó que el nunca me traicionaría.

- Jungkook -golpeó su rostro- despierta amigo.

- ¿Se la llevaron?

- No lo sé, no lo creo, había hombres de tu padre aquí.

- La vertiente -dijo y volvió a quedar inconsciente.

La vertiente es como le decimos a un lugar secreto, solo hace unos días le mostramos el camino a Violet, espero que ella esté ahí.

Tomó a Jungkook sobre mi hombro, y caminó con él a cuestas hasta llegar a mi auto, se queja de dolor, sobre todo cuando lo deja en el asiento.

- ¡Señor Kim! -escuche y apunte con mi arma dispuesto a disparar, pero me detengo al ver al jefe de mis guardias, quien levantó sus manos.

- Hoseok -la bajo con duda, a estas alturas dudo de todos.

- Mis hombres ya mataron a unos cuantos, el señor Jeon está herido y dejó un rato que lleva al bosque.

- ¿Y Violet?

- Mi hermana la llevó a un lugar seguro -al fin pude respirar- apenas oímos el disparo nos alertamos, seguimos el protocolo, Señor, nos enseñó bien.

- Bien -mire a Kook- cuida de él, llévalo a la vertiente yo iré por ese malnacido -quise caminar pero Kookie me detuvo.

- No lo mates, ese idiota es mío -dijo casi sin fuerzas, Jungkook me reclamo la vez que firmamos el acuerdo de paz porque el quería matarlo y solo esperaba el momento preciso.

- Lo cazares por ti, hermano, mantente vivo.

Y así es como solté a los perros para que me ayudarán a cazar. ¿Quién diría que estos perros asesinos son los mismos que Violet adiestró para que sean tiernos y sumisos junto a ella? Por eso y más es que me gusta.

Con solo un silbido de mi boca echaron carreras buscando el aroma de la sangre, y yo caminé detrás de ellos tranquilamente.

Un par de finitos oí un grito, lo encontraron, apresure mis pasos y silbe nuevamente para que nada de hagan pero si lo vigilen. Ese imbécil me las pagara por meterse en mi casa, intentar matar ai amigo y poner en riesgo la vida de la mujer que... De Violet.

Al llegar a él, veo que tiene un brazo roto, unos cuantos golpes en su rostro y un disparo en su estómago.

- ¿Quién fue? -pregunto sonriente- Tu hijo te dió una paliza.

- Tu lo pusiste en mi contra -grito y mis perros gruñeron.

- Ese fuiste tú, con cada castigo que decías amor, ahora él te quiere vivo para terminar contigo, y yo muero por matarte aquí mismo.

- Prefiero mil veces morir en manos de Jungkook que en las de un débil como tú, el mundo algún día sabrá que tienes un talón de Aquiles, y esa puta no te durará por mucho tiempo.

- ¿¡Qué dijiste!? -pateo con odio su estómago dónde estaba herido- ¿Te atreves a amenazarla? -vuelvo a golpear- maldito hijo de puta -golpeó y el odio me gana- ¡Pierna! -ordeno y mis carnes comienzan a morder y sacar pedazos de carne.

La sangre sale a gorgones y el bastardo gritó como una loca a la que se follan, desesperado y rogando piedad.

- Stop -susurro y los perros se detienen.

Está inconsciente, por lo que tomó de su corbata barata y le amarró las manos y así, me lo llevo por todo el camino.

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