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Prefacio

Érase una vez...

No, no es cierto. Nuestro protagonista se llama Park Chanyeol, hijo del feliz matrimonio de Park Jungsoo y Cho Seji. Desgraciadamente la mujer murió al dar a luz, cuando la noticia le fue dada a Jungsoo juró proteger a su hijo de todo, lo amaba demasiado.

Jungsoo era dueño de una cadena de Talleres mecánicos, tenía mucho dinero por lo cual jamás le hizo falta algo a su pequeño, quien no creció siendo presumido u orgulloso, era Park Chanyeol, el happy virus del pueblo. Amaba ver como su padre trabajaba y aprendió del oficio muy rápido, eran muy felices los dos juntos, pero Jungsoo no podía evitar sentirse solo de vez en cuando. En una de sus muchas salidas, conoció a Kim Heechul un chico extravagante, divertido y por ello no fue difícil enamorarse. Él era bisexual y bien sabido por su hijo, quien se puso feliz cuando supo que su padre conoció a alguien, tenía diez años cuando Heechul llegó a su vida, pero no llegó solo tenía dos hijos, Kim Ryeowook y Kim Seokjin, que al contrario de Chanyeol carecían de humildad y cortesía. 

La boda no tardó en llegar se casaron al año y, aunque Chanyeol no toleraba mucho a sus hermanastros era feliz porque su padre lo era. Él a temprana edad empezó a trabajar en uno de los talleres de su padre porque amaba la mecánica, Heechul se volvió gerente de la cadena y sus hermanastros ayudaban con la administración, eran una familia.

La tragedia llegó dos años después cuando Jungsoo falleció de un infarto. Chanyeol lloró todos los días durante mucho tiempo y, aunque sí Heechul sufrió, a los dos días ya estaba pidiendo que el testamento sea leído, un testamento del cual el hijo mayor nunca tuvo conocimiento. Lo único que Chanyeol sabía era que se volvió prácticamente el esclavo de los Kim y un simple empleado, pero no le importaba, porque ni todo el dinero, ni toda la riqueza le devolvería su padre.

Era chistoso como los tres hermanastros compartían algo, los gustos homosexuales. Chanyeol veía como los dos salían en citas y conocían chicos, mientras él tenía que trabajar para mantenerse. Tenía dieciocho años y no sabía lo que era tener una cita o ir a la universidad de manera correcta como sus hermanastros, tuvo que recurrir a una alternativa sabatina por su empleo, seguía siendo mecánico y aquello no era algo que le molestaba. Con el tiempo se acercó a los empleados aún más y se volvió mejor amigo se un chico llamado Jongin, también de otro que se llamaba Han, un chico que parecía chica pero podía darle una patada en el trasero cuando de autos se trataba.

—Oh… ¿No es hermoso? —Chanyeol y Jongin voltearon a ver a su amigo.

—¿Quién? —Pregunta Chanyeol.

—Oh Sehun, es el heredero de las Empresas Oh. —Jongin y Chanyeol voltearon a ver la pantalla donde estaba un chico de cabello negro y mirada dura dando una entrevista—. Es de este pueblo, dicen que pronto vendrá y ofrecerá una súper fiesta para conocer chicos. ¿Puede ser más perfecto?

—Ser gay no te hace perfecto —contestó JongIn casi con fastidio.

—A él sí—Han suspiró.

—Deja de suspirar y ponte a trabajar que el cliente vendrá pronto —El más alto de los tres, quien era Chanyeol, le dió un pequeño empujón.

Lo que Han dijo no fue mentira, a la semana Chanyeol estaba en el pequeño centro comercial del pueblo comprando los trajes que sus hermanastros le dijeron que vaya a comprar, de verdad estaba histérico, no los soportaba, pero tenía que obedecerlos para ganar unos wones más, pues Heechul le pagaba un poco extra por cumplir los caprichos de sus bestias. Por un momento le pasó por la mente ir a la fiesta, coquetear un poco con el chico y a lo mejor librarse de su espantosa familia. Al llegar a la casa corrió y se dirigió al armario, sacó el traje de su padre, aquel traje fue el que usó en la boda con su madre, era azul marino y elegante. Al probárselo le calzó a la perfección, se peinó y bajó cuando vio que sus hermanastros irían.

—Yo me veo más guapo —dijo Ryeowook.

—Pobre cosita fea, tu no eres nada guapo a mi lado —contestó Seokjin.

—¡Ya, niños! Los dos se ven hermosos, cualquiera podría conquistar a Sehun —Heechul intentó calmar a sus hijos y cuando se dio la vuelta se encontró con su hijastro—. Oh ¿Chanyeol? —Los hermanos Kim giraron y vieron lo guapo que el chico se veía, sintieron envidia.

—¿Puedo ir? —pregunta tímidamente.

—Claro —dijo Heechul no muy convencido. No era ciego, Chanyeol con los años se volvió más atractivo y con ese traje atraía mucho la atención.

Seokjin estaba demasiado molesto y era porque cuando lo vieron cargando sus compras, muchos de sus amigos querían saber quién era el alto que lo acompañaba, camino a él y fingió tropezarse para manchar su traje de vino.

—Lo siento, Chanyeol —mintió—. Vete a cambiar, el chofer no tarda en llegar.

—Yo, no tengo otro traje —admitió mientras veía como la camisa estaba manchada.

—Lo siento, cariño —contestó Heechul—. El chofer ya llegó. Nos vemos al rato, Chanyeol.

El más alto no pudo evitar llorar, era el coraje porque aquel traje era lo único que conservaba de su padre, ahora estaba arruinado porque su ganancia no daba mucho para una buena tintorería y ahora estaba arruinado. Corrió al patio de su hogar y se sentó en la banca que solía sentarse con su padre. Estaba llorando con la cabeza baja, lo que hizo que ignorara esa luz que estaba merodeando a su alrededor. Un muchacho de piel blanca, vestido totalmente de rosa se manifestó frente a él, pero estaba tan dolido que ni cuenta se dio.

—Tan grandote y tan chillón —dijo una voz desconocida.

Chanyeol se paró de golpe y lo vió, era un chico más bajo que el, no pudo evitar asustarse, su casa estaba cerrada.

—¿Quién eres? ¿Cómo entraste? ¿Qué quieres? —El más alto limpió sus lágrimas y lo miró confundido.

—Cálmate grandote, tus lágrimas me trajeron —el desconocido puso su peso sobre una pierna y rascó su nuca—. ¿Sabes qué molesto es esto? Por dios, estaba con Kyungsoo hablando de lo bien que se ve Song Joong Ki sin camisa y me salen con que estás chillando.

—No entiendo —Chanyeol estaba realmente contrariado.

—Soy tu hada... perdón, la costumbre de esos cuentos horribles, soy tu padrino mágico y llegue a volver tu vida más fácil, ahora apareceré cada vez que tú quieras, no entiendo porque esperaron tanto, has sufrido grandote.

—¿Mi vida más fácil? —pregunta Chanyeol sin entender.

—Sí, te dejo el manual

"Cómo cuidar a tu padrino mágico y no arruinarlo en el intento"

—¿Entonces puedo pedirte lo que quiera? —El joven mecánico no puede creer lo que está pasando.

—Así es.

Al parecer la vida de Chanyeol se pondría muy fácil

¿O no?

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