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Chapter Two

La muerte de la madre de JiMin, destruyó un poco más a ese pequeño de trece años.

Recuerda que esos días faltó a la escuela y su madre le pidió que se cuidara mucho, que ahora solo serían su padre y él. No sabe cuanto tiempo ha llorando, ni cuanto tiempo ha dejado de hablar...

Su padre le abraza, e incluso tuvo que volver a cargarlo como cuando tenía seis años, porque no dejaba de llorar. Los pocos parientes cercanos están alrededor de ellos tratando de darles apoyo, pero la tristeza de JiMin es demasiado grande y dolorosa.

Su madre le dijo que iba a mejorar, que todo estaría bien, que era un buen hospital, que habían buenos doctores y enfermeras, él confió en esa palabras, él creyó que solo serían días en ese lugar.
Pero esos días, se hicieron semanas, y las semanas meses...
Su madre pasó un año, dos meses, tres semanas y cuatro días internada en ese buen hospital.

JiMin no entiende si acaso fue un mal hijo, y por eso su mamá ya no está. Su padre tuvo que decirle que mamá estaba cansada, y que estuvo enferma mucho tiempo, y que aunque quiso ser fuerte para él, su cuerpo ya no resistió.

JiMin no quería que su mamá falleciera, dolía mas que todos los abusos que había recibido todo ese tiempo en la secundaria.
Su padre, luego de pasar con él en brazos la mayor parte del funeral, tuvo que dejarlo en su habitación descansando para poder salir y despedir a cada uno de su familiares y amigos cercanos que se hicieron presentes para hacerles compañía y brindarles apoyo por medio de un abrazo.

JiMin volvió a la escuela una semana después. La depresión en que estaba sumido le hacía comer de más ganandose mayores insultos.
Sus maestros nunca decían nada, no entendía que estaban esperando, se suponía que ellos eran lo adultos y debían parar ese maltrato que recibía uno de sus alumnos.

- ¡El gordo tiene puesto un sueter rosa!- una niña que siempre usaba coletas gritó y todos comenzaron a gritarle que era una niña por usar rosado.

A cada paso que daba dentro del pasillo que lo llevaba a su aula, los insultos y burlas eran mayores. Lo golpeaban contra los casilleros, y en el abdomen, a veces patadas.
Lo atacaban cada que podían.

Incluso algunos le mandaban amenazas a su celular.

"Muerete"

"Suicidate"

"Te odiamos"

"Estamos mejor sin tí"

"No nos gustan los gordos"

"Eres un cerdo"

"Estorbas"

"Nadie te quiere"

JiMin no sabía como parar con todo eso. Se sentía horrible y el hecho de que su madre no estuviera para recibirlo, que su padre llegara tarde y apenas podían decirse un buenas noches, que su nana comenzara a regañarlo por llegar tan sucio... le estaba dando mas ansiedad.

JiMin ya no medía lo que comía, lloraba en el baño cada vez que tenía la oportunidad y por las noches, no podía descansar. Todo le estaba pasando factura.

JiMin quería ser fuerte. Pero todo era tan cansado. En un año y todo se había vuelto peor y más horrible para él...

Dos años recibiendo golpes e insultos, que lo dañaban cada vez mas.
No eran bromas, como algunos decían. No era divertido, como otros pensaban.

Al principio solo eran golpes, pero la última vez un grupo de chicas vanidosas le tiraron su comida sobre la ropa, haciendo que la sopa quemara sus piernas y tuviera que correr al baño para quitarse lo caliente con agua. Solo para encontrarse al grupo de chicos que siempre lo molestaba. Ellos se rieron y lo golpearon haciendo una herida en su cabeza.

JiMin ni siquiera sabe como es que pudo llegar a su casa esa ocasión. El golpe lo tenía mareado.

JiMin se repetía mentalmente, un día más... un año más, la secundaria está a punto de terminar.

Pero nunca dejaron de golpearlo.

Y ese día... fracturaron su brazo derecho.

Una mañana de otoño, a punto de finalizar la secundaria, el señor Park es sacado de una reunión por la llamada de un hospital.

JiMin había empezado su mañana de manera normal y tranquila, recibiendo tirones en su cabello y algun que otro empujón. Pero cerca de la hora del almuerzo, el profesor no se presentó y la hora era libre. JiMin siempre le tuvo miedo a las horas libres. Era donde mas lo golpeaban... y esa mañana no fue la excepción.

El trío de amigos que siempre lo golpeaba y le hacía las bromas mas pesadas, lo rodeó. Uno le tomó del brazo mientras otro apartaba la mesa, y el líder del pequeño grupo dejó ir el primer golpe en el estómago, todos victoreaban como sí fuese un maldito programa de entretenimiento o un reality show. JiMin lloraba pidiendo que se detuvieran. Y los insultos como niña, cerdo, gordo, inútil, no se hicieron esperar, acompañados de risas burlonas.

En una patada al aire, un grito de dolor salió de su boca, su brazo derecho dolía, ardía y se dejó caer al suelo lleno de moretones y alguna que otra cortada. Todos reían como si ese era el final de un gran espectaculo. La diversión terminó cuando el coordinador entró al aula encontrandose a JiMin en el suelo. El chico que mas lo molestaba dijo que se había caído y golpeado con la mesa. Pero el coordinador al ver el estado del chico supo que sus compañeros tuvieron algo que ver... llevó al castaño a la enfermería del lugar y le dijeron que debía ser trasladado a un hospital porque tenía una fractura en el brazo

Cuando el señor Park vio a su hijo de esa forma se le partió el alma...

Lloró pidiendo perdón, y prometiendose hacer algo para solucionar ese problema.

Nada ni nadie volvería a hacer sufrir a su hijo...

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