
Chapter Twenty-Eight
Cuando JiMin supo que sus acosadores del pasado estaban en la misma universidad, evitó encontrarselos o transitar en algunos lugares dónde los había visto. Estaba alerta... sobre todo cuando ninguno de los chicos estaba con él.
Pero no puedes huir siempre.
- ¡JiMin!- detestaba escuchar su nombre salir de los labios de esa persona, la recuerda con dos coletas y sus gritos. Hay cosas que no puedes olvidar, y que no quieres revivir.
Cuando la mira, sigue usando esa coletas aniñadas, pero su cabello es más largo.- Woah, es increíble verte de nuevo y tan diferente... ¿no me recuerdas? Fuimos amigos en secundaria...
JiMin siente ganas de golpearla. Pero odia la violencia, la odia, porque de esa forma, muchos recurren al suicidio o mueren en medio de dichas acciones agresivas. Solo la mira serio.
- No recuerdo que hayamos sido amigos...- menciona sin mostrar emociones realmente y se encoge de hombros. Toma su mochila y guarda sus cosas dispuesto a alejarse de esa mesa, había estado sentado esperando por HoSeok para ir a otra clase que tienen en el mismo edificio.
- Vamos- la chica ríe- A Daniel le dará gusto saber que estás aquí, ya sabes... muchas nos decepcionamos al saber que le gustaban más los chicos- se sienta frente de JiMin.
- Pues a mi no- JiMin dice y se levanta dispuesto a marcharse.
- ¡Espera!- la chica le dice- Vamos juntos...- intenta tomar el brazo del rubio y JiMin se aleja.
- No fuimos ni somos amigos, prefiero mantener mis distancias- JiMin dice. No quiere ser demasiado obvio.
- Solo eran juegos de niños...- su risa odiosa vuelve a escucharse- No puedes molestarte por algo que todos vivimos... también debiste disfrutarlo...
JiMin presiona sus puños y siente asco por las palabras que esa chica le da. Joder, no puede hablar en serio. Esos juegos de niños, rompieron su brazo. Esos juegos de niños acabaron con su infancia feliz, esos juegos de niños, lo llenaron de inseguridades y marcas que no deseaba. Él nunca lo disfrutó, en cambio, pedía llorando que se detuvieran, que lo dejaran tranquilo... no era su culpa tener una familia bonita y unos padres atentos y cariñosos, tampoco era su culpa que su padre siempre le comprara lo que pidiera o necesitara...
Se da la vuelta y siente alivio al ver a HoSeok esperando por él.
Cuando el pelinegro lo mira, le cuestiona con la mirada. Una vez dentro del edificio y sabiendo que esa mujer no lo persigue, sus piernas ceden y HoSeok alcanza a atraparlo.
- Gracias, Hyung- le sonríe.
- Ahora deberás decirme que pasó, JiMinnie, y no hay excusa que valga...- le dice mientras se sientan en los escalones que llevan a la segunda planta. El mayor le da una botella de agua y también aire con uno de sus cuadernos.
- El pasado...- le dice. JiMin se puede ver así mismo, con manchas de cualquier cosa en su uniforme, puede ver a ese JiMin de trece años, enfermo emocionalmente, lleno de rasguños y heridas que nunca pidió, pudo verse con su brazo enyesado de nuevo. Y eso, le hace estremecer.- Me encontré con alguien que no quería encontrarme...
- JiMinnie...- HoSeok acaricia su cabello- No nos ocultes nada... menos a YoonGi, y no te preocupes, vamos a estar pendientes pero habla con YoonGi...
El rubio asiente, sabe que tiene que decirle a su pareja lo que está pasando. Teme lo que sea que pase, quizás está exagerando, pero la prevención nunca está de más. No volverá a quedarse callado...
Las clases transcurrieron con normalidad, y al momento de salir, JiMin solo buscaba volver a su hogar. Deseaba su carrera, pero enfrentarse a Seúl de nuevo no parecía tan sencillo cómo esperó o imaginó.
Al llegar. YoonGi le dijo que ordenaran pizza que tenía un tarea que hacer y que no tardaría mucho, pero prefería hacerla antes. JiMin asintió y tomó a su bebé para jugar un rato con él. JungKookie siempre le sacaba sonrisas, su hijo era una ternura. Y lo amaba mucho. Su nana se había ido y dejado solos, ya que él prefería encargarse de su bebé, justo cómo su madre hacía siempre, no importaba la cantidad de trabajo que había, apartaba un momento para salir con él o incluso llevarlo a su trabajo, al igual que su padre. Por eso, a pesar de la carga academica que pudiera tener, su Kookie siempre tendría su tiempo y atención.
Al salir de su estudio, YoonGi mira a JiMin alimentando a JungKook con pequeño bocaditos de fruta triturada. El pequeño disfrutaba mucho de los sabores dulces.
- Has estado distraído...- YoonGi comenta al verlo.- ¿Qué sucede, cielo?- pregunta colocando sus manos en los hombros de su pareja.
JiMin desvía su mirada y suspira.
- Me encontré con alguien que no quería ver... sé que tarde o temprano iba a encontrarlos, pero solo estoy paranoico...- dijo susurrando, más para sí mismo, que para su pareja.
YoonGi entiende perfectamente a lo que JiMin se refería. Se sentó al lado de JiMin, y miró con una sonrisa a su hijo, quien de inmediato, estira sus bracitos para ser cargado por su papá.
La pizza llega y JiMin le dice que hablen después de dormir a JungKook. Comen mientras miran una película animada, JungKookie se duerme en brazos de su papá y JiMin va a dejarlo a su habitación. YoonGi ordena la sala y apaga todo.
Cuando llega a la habitación, su pequeño ya está dormido y arropado en la cuna. JiMin está cambiandose y sonríe. Su esposo es lindo...
- Ahora sí, dime qué pasó... te noté nervioso y preocupado...- YoonGi le dice. Ambos se sientan en la cama, el mayor toma la mano de su pareja mientras le sonríe con tranquilidad que quiere darle a su esposo.
- Me encontré con una chica... ella era la que siempre vigilaba mientras me golpeaban...- JiMin le explica entrecortado- Me da miedo que le haya dicho a ellos que estoy aquí...- siente las lágrimas salir de sus ojos, y la impotencia que el estruja el corazón. No quiere volver al pasado.
- ¿Quisieras regresar a Daegu?- le pregunta YoonGi, no le gusta ver ese miedo en los ojos de JiMin.
- Es dificil Hyung, quiero quedarme pero en este momento no me place regresar a la universidad...- susurra. YoonGi le abraza y le refugia entre sus brazos. Queriendo darle la calma que el menor necesita en esos momentos.
- Eres valiente mi amor, es algo que no quiero que olvides...- el mayor dice con tranquilidad y un susurro bajo- Has cambiado mucho y dijiste que el miedo no te frenaría... ya no estás solo... me tienes a mí, y a nuestros amigos... incluso a nuestro pequeño bebé...
JiMin asiente. Quizás eso necesitaba... recordar que había cambiado y ya no era ese pequeño miedoso, y asustado... ahora era más fuerte... él había cambiado...
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