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Chapter One

- ¡¡El gordo esta entrando!!- la voz de un chico de trece años se escuchó en todo el salón. Todos estaban riendo cuando el pequeño de cabellos castaños apareció por la puerta.

En cuanto llegó, una nube de harina lo golpeó. Su cabeza estaba gacha sobre todo porque después sintió el agua también sobre su cuerpo.

Las risas maliciosas y llenas de satisfacción abundaban. Y el pequeño castaño solo esperaba que eso acabara.
Ya estaba cansado y sus ojos estaban llenandose de lágrimas.

- ¡Eres una niña, JiMin!- le dijo uno de los niños apuntandolo, provocando una risa mas fuerte en el salón.

- ¡Solo las niñas lloran!- gritó otro- Niña, niña...

JiMin no podía evitarlo, todos comenzaron a corear a ese chiquillo de la misma edad, el castaño caminó hasta su mesa y se sentó, para mala suerte, le habían pegado chicle en el asiento de su silla. El menor ya no lo soportaba...

Las risas eran estridentes y molestas. Estaba llorando, quitando los restos de harina grumosa en su cabello y uniforme, con su pañuelo de pollitos que su mamá le había regalado cuando cumplió diez años. En ese momento, los maltratos no existían hacía su persona...

- ¡Usa pañuelos de bebés!- gritó una niña en el salón. Los niños liderados por el chiquillo mas alto le arrebató el pañuelo y le escupió para luego tirarselo de nuevo, lastimando los ojos de JiMin, y volviendo sus lágrimas mas densas.

- ¡El gordo es una niñita y un bebé!- dijo el chico. JiMin ya no quería, estaba agradecido que era viernes, tendría dos días para alejarse de esos compañeros que lo lastimaban a diario.

Los insultos no paraban en ningun momento, hasta que uno de los niños lo empujó y cayó con todo y silla, golpeando su cabeza. Se encogió en su lugar, deseando con todas sus fuerzas desaparcer.

- ¡La maestra!- una niña de coletas altas avisó y todos se sentaron en sua respectivos lugares, JiMin se levantó y su mirada estaba baja, llorando en silencio.

Una mujer de unos cuarenta años entró al aula de primero de secundaria, y pasó una vista por los alumnos, el niño Park estaba con la cabeza gacha de nuevo. Chasqueó la lengua y golpeó sus libros sobre el escritorio.

- Bien clase, abran libros y cuadernos- comenzó diciendo mientras anotaba la fecha y la asignatura en la pizarra. Ignorando las claras manchas blancas en la ropa de JiMin, quien con un temblor en sus manos sacó sus cuadernos y útiles.

La mujer comenzó a explicar tomando de poco que los niños problematicos le estaban lanzando bolitas de papel al menor, y cuando alguno se paraba, le golpeaban el brazo mientras caminaban.
Cuando terminó la clase de sociales y luego de lenguaje, todos los niños salieron corriendo y algunos empujaron a JiMin mientras iban por sus lonches para la comida.

La mujer no le vio importancia y salió de igual forma. JiMin estando solo, lloró mientras escondía su rostro entre sus brazos. Lloraba para no llorar en casa y que su padre no se preocupara, su mamá estaba enferma y papá casi no estaba en casa.

Los insultos y golpes dolían, tenía raspones y moretones feos en su cuerpo, su uniforme siempre estaba sucio. Su nana tenía que lavarlo creyendo que JiMin era un pequeño juguetón y por eso se ensuciaba todos los días.

JiMin podía vivir cómodamente, tener una bonita familia, pero sus días escolares, cada hora era una tortura. Cada minuto que pasaba deseaba volver a casa, a cada segundo deseaba no despertar otra vez.
A nadie le importaba realmente como se sentía. Y sus padres, no podía hacerlo eso a su madre, su mami que siempre lo hacía sonreír, ella que siempre le preparaba su comida con cariño y le daba su postre favorito cada tarde junto a su chocolatada. Ella que lo abrigaba cada noche con tanto cariño y le daba un beso de buenas noches... por esos recuerdos no quería que ella se preocupara, ella estaba enferma y por eso se habían mudado a Seúl. Él lo entendía, él haría lo que sea para que su mamá estuviera bien.

- Mira...- JiMin levantó la cabeza, con ojos asustados- El gordo esta solo...

- Ese cerdito no sabe nada...- la risa de ellos tres le asustó aún más.

- La niña nos tiene miedo- ríe otro.

- Mas te vale que te calles- dijo y golpeó a JiMin en la mejilla. Haciendo la zona arder y ponerse roja.

Con sus ojos, pedía que ya no lo lastimaran, que lo dejaran en paz, que ya era suficiente... pero nadie miraba ese dolor en sus ojos. A esos niños no les importaba.

- El bebé está llorando- las risas son mas altas y una patada en su estómago lo hace doblarse de dolor en el piso. El chico más alto, toma el estuche de JiMin y mira las cosas nuevas que tiene- ¡Tiene los nuevos colores!

- Los colores son muy bonitos- dice otro maliciosamente- Ese cerdo no los merece...- los chicos se repartieron los colores y los otros lápices los quebraron y se los tiraron a JiMin, algunas estillas quedaron en el brazo que el castaño usó para cubrir su rostro.

Lo dejaron llorando, y se fueron riendo y guardando los colores en el bolsillo de sus pantalones...

JiMin se levantó y suspiró hondo, reteniendo las lágrimas porque la siguiente clase estaba por empezar.

*********
Les advierto que esto es dificil para mí, pero quiero hacerlo, darles el ambiente de mis siguientes proyectos...

Cuídense y no callen el acoso, por favor no lo hagan...

Nos leemos...

Yk...

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