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❀ uno ➳ ❝ ¿dónde estoy? ❞



❝ 𝙻𝚊 𝚟𝚎𝚛𝚍𝚊𝚍𝚎𝚛𝚊 𝚐𝚛𝚊𝚗𝚍𝚎𝚣𝚊 𝚗𝚘 𝚛𝚎𝚜𝚒𝚍𝚎 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚎𝚐𝚘, 𝚜𝚒𝚗𝚘 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚑𝚞𝚖𝚒𝚕𝚍𝚊𝚍 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘𝚜 𝚙𝚎𝚛𝚖𝚒𝚝𝚎 𝚊𝚙𝚛𝚎𝚗𝚍𝚎𝚛 𝚢 𝚌𝚛𝚎𝚌𝚎𝚛 𝚌𝚘𝚗𝚜𝚝𝚊𝚗𝚝𝚎𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎. ❞





—¿Qué tengo que hacer qué?

No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando. Era algo inaudito, era mucho por procesar. Por la misma razón mi trasero impactó con el blando sofá de alto valor que estaba en mi camerino a causa de la impresión.

—Mandarte a un hiautus indefinido es la mejor opción, Jungkook. Esto se está saliendo de mis manos y de todo el equipo.

Junté mis manos mientras apoyaba mi mentón en ellas.

—No fue tan malo, están exagerando. — le resté importancia a lo que Yoongi, mi manager, estaba diciéndome. Él respiró profundamente mientras negaba con su cabeza.

—¿En que estabas pensando al follarte a esa chica y salir completamente borracho en aquellas fotos? — lanzó las fotografías en la mesa que estaba justo delante de mí.

Abrí mis ojos al notar lo bien que me veía, aún estando en aquella situación.

—No se nota que estoy borracho, la verdad. — las observaba con determinación. En una salía con la hija del fundador de YTP Entertaiment dándonos unos besos de manera candente, en la otra salía bebiendo una cantidad exuberante de alcohol y en la otra la misma chica pasaba su lengua por mi abdomen mientras yo le echaba soju.

No recuerdo ni la mitad de cosas de aquella noche, sinceramente.

—¿Estás de broma, idiota? Has sido la comidilla de las mierdas de periodistas, fanáticas exigiendo respuestas ante tu horrible comportamiento y adultos exigiendo la cancelación de todos tus futuros shows por actos inapropiados. — enumeró cada uno con sus dedos. Se veía furioso y es raro que Yoongi pierda la paciencia.

—Pues así soy, ¿quieres que actúe de una manera idealizada para que nadie hable de mí? — inquirí molesto. Me hartaba esta situación, me hartaba no poder hacer las cosas que quería por el simple hecho de ser un artista.

—Estás mas que claro que no eres así. Tú lo que tienes son malas influencias, personas que están abusando de tu bondad, porque tú eres bueno, Jungkook...

—No lo soy. — lo interrumpí. — no soy bueno, no soy una persona digna de admirar.

—¿De qué estás hablando?

—Que esas personas que tú dices, me abrieron los ojos Yoongi. Debo gastar el dinero que gano en cosas que me hacen feliz. — cerré mis ojos al sentir una punzada en mi sien. — el alcohol, las mujeres y las fiestas me hacen feliz.

—Está bien. Si ese es tu mediocre pensamiento, creo que nada puedo hacer para cambiarlo. El hiatus será lo mas factible. — se dirigió a la puerta.

—Que no se te olvide que tú trabajas para mí y puedo despedirte con un chasquido de dedos, ¿me oyes?

—Hazlo, Jungkook. Solo he sido el imbécil que ha intentado tapar todas tus mierdas para que no salgas perjudicado, pero ya no puedo hacer más. — bramó quitándose la credencial. — es más, renuncio. Así que vete a la mierda, cuando no te quede absolutamente nada ni nadie, no quiero que me busques, ¿me oyes?

Verlo salir hizo que mis manos comenzaran a temblar.

Yoongi es una de las mejores personas que pude conocer en mi niñez. Él ha sido un pilar fundamental en mi vida y creo que es lo único que no he negado, nunca podría negar algo como aquello.

Cuando probé suerte en un casting para comenzar a ser trainee en una empresa de entretenimiento, él siempre me incentivó a demostrar mi potencial y cuando logré debutar como solista luego de exhaustivos tres años entrenando, él seguía firme a mi lado. Mi primer álbum no tuvo el éxito suficiente, casi al punto de pasar desapercibido y llegué a pensar que no lo lograría, que era mejor desistir a ésta loca idea. Yoongi insistió; me dijo que no me rindiera y eso hice. Así fue como mi segundo disco tuvo buena aceptación y comencé a ganar reconocimiento, seguido de premios y fans completamente leales a mí.

Y con ello a Yoongi siendo mi mano derecha.

Y ahora, que todo se estuviera hundiendo era algo que aunque no quisiera, sentía una opresión en medio de mi pecho.

Me levanté tambaleante para caminar hasta la mesa que estaba en una esquina en donde habían diferentes estilos de tragos, yendo de inmediato por el whisky, sirviéndome en un vaso con mucho hielo y beber todo el contenido de un solo viaje, sintiendo como mi garganta quemaba levemente.

Bebí el segundo vaso, luego el tercero y ya después perdí completamente la cuenta, sintiendo como todo se estaba volviendo borroso a mi alrededor. Reía como un demente viendo las imágenes mías en televisión y luego, sentí como mis ojos comenzaban a pesar.

Entrando en un sueño completamente profundo, en donde esperaba no despertar.



Sonidos de pájaros hicieron que me removiera como un gusano.

Mis ojos pesaban y mi cabeza taladraba de una manera espantosa. Definitivamente desperté en contra de mi voluntad al escuchar un ruido fuera bastante molesto. Un quejido salió desde lo mas profundo de mí cuando intenté girar intentando encontrar comodidad, siendo imposible.

Me dolía absolutamente todo.

Estiré mi brazo para encontrar mi celular y así poder ver la hora, no encontrando nada. Abrí como pude mis ojos que los sentía lleno de lagañas, viendo que estaba en un lugar completamente desconocido para mí.

—¿Con quien estuve ahora?

Tomé mi cabeza intentando recordar que sucedió anoche luego de la discusión con Yoongi, pero solo recuerdo estar bebiendo solo.

Nada más.

No me encontraba en una cama normal, mas bien estaba durmiendo en el suelo. ¿Dónde demonios me encontraba?

—Despertaste, pequeño.

Brinqué del susto al escuchar la voz de una persona mayor. Tenía un bastón en su mano, se notaba que era alguien muy, muy mayor, por lo mismo me levanté de manera tambaleante para hacerle una pequeña reverencia.

—Buenos días, mi nombre es Jeon Jungkook.

—Sé quien eres. — le restó importancia, sonriendo abiertamente. — vístete para darte un pequeño paseo.

Salió de la habitación, corriendo la persiana que separaba del otro lado. Volví a mirar a mi alrededor y ahora con mayor seguridad caminé hasta la ventana, para observar el panorama fuera.

Se veía como un pueblo fantasma.

Las calles no tenían vida y se notaba la tranquilidad que existía aquí. Intenté buscar nuevamente mi celular, no teniendo éxito alguno. No me quedó mas opción que vestirme con la ropa que había en una silla justo en una esquina.

Y ahora parecía que actuaría en esos dramas antiguos por la ropa que traía puesta. Una camisa, unos pantalones holgados y un saco encima.

¿Dónde estaba?

Mis pasos eran cuidadosos y sigilosos, como si alguien estuviera a punto de intervenir en mi camino y me haría daño, como aquellas películas que me gustaba ver. Negué con la cabeza por estar pensando idioteces. No veía a nadie por aquí. Abrí la puerta para caminar al exterior en donde había un gran patio y un árbol gigantesco de Magnolios decorando aquel lugar. Volví a frotar mi frente intentando recordar en donde diablos me encontraba.

Quizás llegué a la casa de alguna chica luego de beber o quizás la señora que estuvo hace un momento atrás es la abuela de algún amigo. El lugar se veía antiguo y puedo jurar que nunca he venido por aquí.

Tapé mi boca al pensar que quizás llegué a Corea del Norte y ahora tendré que ser un rehén de ellos.

—¿Quieres comer algo? — volteé de manera rápida al escuchar la voz de la anciana a mis espaldas causándome un susto horrible por segunda vez. — te ves muy delgado, ¿por qué no te alimentas como corresponde?

—Si me alimento como corresponde. — mentí, tocando mi pecho, sintiendo como nuevamente estaba doliendo. — ¿dónde estoy? Creo que nunca había visto este lugar en mi corta vida y déjeme decirle que he estado en casi todas las ciudades... pero ahora no me logro ubicar.

Boryeong, un pequeño pueblo de Guncheon.

Creo que quedé exactamente igual que en un comienzo, porque aún no podía comprender donde estaba ubicado, también nunca había escuchado tales nombres.

Quizás me faltó mas clases de geografía.

—¿Usted de casualidad no vio mi celular? Necesito llamar a mi manager para que venga por mí, debe estar muy preocupado. — comencé a explicar bajo la atenta mirada de la señora que intimidaba a cualquiera. — ¿Usted podría darle referencias para que venga?

—No.

—Genial, eso es... — me callé cuando capté su respuesta y ladeé mi rostro con total confusión. — ¿disculpe? No quise molestarla ni incomodarla, señora, pero necesito salir de este... — miré a mi alrededor. — pueblo.

—Jeon Jungkook, te has portado muy mal, chico. No puedo hacer las cosas sencillas para ti, si quieres salir de aquí, deberás trabajar para conseguirlo.

Cuando la anciana terminó sus palabras, no pude evitar soltar una risa de los puros nervios que ahora mismo estaba sintiendo.

—Mire, señora, no quiero seguir perdiendo el tiempo, realmente...

—El que sigue perdiendo el tiempo eres tú. No tienes celular y no lo tendrás hasta que yo vea cambios positivos en ti.

—¿Qué se supone que es usted? ¿Una bruja con delirios de justiciera? — indagué en el tono mas hostil qué pude haber utilizado. Apreté mis labios fuertemente al percatarme que eso definitivamente no me estaba ayudando en nada.

—Valora las pequeñas cosas y puede que todo cambie para mejor, ¿no crees?

—¿Qué es todo esto? — pregunté cansado. — solo quiero ir a casa.

—Entonces comienza y ya no pierdas mas tiempo. — se encogió de hombros soltando una risa divertida. — Boryeong es muy pequeño, ve a explorar, quizás personas necesiten de tu ayuda.

Sentía como si se estuviera burlando de mí. Apreté mis puños para comenzar a caminar a paso apresurado antes de que mi gran boca soltara algún improperio y después saliera nuevamente en los noticieros por atacar abuelas.

Sabía que era mala idea avanzar, porque no conocía este lugar y podía volver a perderme. No habían tantas casas por este lado y aunque intenté conseguir un celular con algunas personas, todos se negaron viéndome como un bicho completamente extraño.

¿No me ven?

¿No saben quien mierda soy?

Soy Jeon Jungkook, el idol del momento, ¿de verdad esta gente vivía bajo una piedra para no reconocerme?

Mis pies comenzaban a doler por estar con zapatos que no eran los más cómodos para mis pies. Necesitaba mis zapatillas balenciaga con memory foam en sus plantillas, no estas cosas duras. Suspiré sintiendo la gota de transpiración correr por mi sien por caminar sin rumbo alguno, que cuando llegué a aquel rincón apartado, me encontré con un paisaje que desbordaba en tonos verdes, como si la naturaleza misma hubiera mezclado su paleta con infinitos matices de esmeralda. La exuberancia de los árboles, las colinas ondulantes y el tapiz de hierba parecían converger en una sinfonía verde que susurraba tranquilidad al alma.

Esto era precioso y más aún con el toque del atardecer.

Puse mi mano extendida en mi frente para evitar un poco los rayos de sol que aún había y divisé una casa en medio de este paisaje que parecía sacada de los fondos de Windows. Comencé a caminar en aquella dirección esperando encontrar la ayuda que necesitaba.

Con cada paso que daba en aquella dirección, los maullidos, gruñidos y resoplidos se escuchaban con mas fuerza. Habían un montón de animales alrededor y tuve que tapar mi nariz al sentir el olor putrefacto del estiércol. ¿Quién vivía aquí? ¿El mismísimo Moisés?

Quiero mi jacuzzi en este mismo momento y bañarme en la tranquilidad de mi hogar.

Vacas, caballos, gallinas picoteando comida por los alrededores y hasta ovejas pude observar. Hasta que los ladridos de dos perros me pusieron en alerta y giré para encontrarlos rabiosos, me mostraban sus dientes y estaban en posición de ataque.

Comencé a ver una manera de arrancar con aquellos zapatos que traía puestos o definitivamente moriría a causa de mordidas por dos perros salvajes.

—Hola, bonitos perritos, soy Jungkook, Jeon Jungkook...

Otro ladrido seguido de un gruñido me hizo cerrar los ojos con fuerza, esperando el momento de ser devorado y pensar en como fui tan estúpido de haber caído en este maldito pueblo.

Sentí algo en mi espalda, que cuando me percaté que era una escopeta mi saliva se volvió mas espesa de lo que ya se encontraba.

—Maru, Bam, sentados.

Los dos perros como por arte de magia se sentaron y tomaron una posición de sumisión al escuchar la voz de la mujer. Sonreí por ya no ser atacado por perros, pero ahora tenía una maldita arma en mi espalda.

—Gracias, te lo agradezco mucho...

Levanté mis manos, demostrando que no tenía nada y que definitivamente estaba en desventaja con una campesina armada.

—¿Quién eres y por qué estás en mi casa?

Giré mi rostro sin bajar mis manos para poder observar su rostro, quedando totalmente sorprendido. El sol poco a poco estaba desapareciendo por completo y en medio los bonitos colores en el cielo, mis ojos se encontraron con el rostro más bello que jamás hubiera imaginado.

Quizás yo ya morí al ver a un mismísimo ángel frente a mí.


¡Hola!

Gracias a todas las personas que han guardado ésta historia en sus bibliotecas 🫶🏻.

De verdad que estoy muy agradecida con ustedes por leer cada historia y que les agrade. Dije que esto lo subiría después de terminar seven reasons why, pero no me aguanté jiji


Y recuerden, que esto en un comienzo era un one shot (si gustan leer otros, están en mi perfil 🍒) llevo avanzado esto y será una mini historia (sí, mini, no serán mas de diez capítulos)


Jungkook canpesino coming soon 😘🔥.

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