Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❀ tres ➳ ❝ la magia de Boryeong ❞

❝ Lᴀ ᴠɪᴅᴀ ᴄᴏɴsɪsᴛᴇ ᴇɴ ᴄᴇʀʀᴀʀ ᴇᴛᴀᴘᴀs ᴘᴀʀᴀ ᴄᴏᴍᴇɴᴢᴀʀ ᴏᴛʀᴀs.

Tᴏᴅᴀs sᴏɴ ᴅɪsᴛɪɴᴛᴀs; ᴇɴ ᴛᴏᴅᴀs ᴄʀᴇᴄᴇs. ❞




𝘋𝘰𝘳𝘮𝘪𝘳 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳 𝘯𝘰 𝘮𝘦 resultó lo más cómodo. Creo que desperté con tortícolis o de plano con la columna atrofiada.

No podía comprender como Hyerim podía dormir en estos colchones tan incómodos y me hice una nota mental para cuando volviera a Seúl, debía traerle los mejores colchones para que nunca mas vuelva a sufrir algún dolor, tal como yo lo estaba experimentando en tan solo dos noches de mi estadía en esta granja.

Y me quedaban cinco más.

Las vacas y los gallos hacian el coro perfecto, o sencillamente estaban compitiendo por cual de los dos son los mas insoportables. Tapé mi rostro lloriqueando por tener que levantarme a limpiar mas mierda.

Todo sacrificio tiene su recompensa.

Con aquel pensamiento me levanté antes que Hyebonita me pegue un grito obligándome a despertar. ¿Para qué tener cinco alarmas puestas en este lugar? Con razón casi nadie tenía celulares.

Bastaba con los animales. Son la alarma perfecta.

Me puse tan solo el pantalón para salir sin nada que me cubriera arriba y creo que fue la peor decisión, porque un hombre estaba parado justo frente a mí cuando abrí la puerta de la habitación.

Pegué el grito en el cielo por el susto y cerré nuevamente para mirar a mis alrededores buscando algún elemento para defenderme... y claro, también a Hyerim. Tomé mi cabeza al no encontrar nada con lo que pudiera dar pelea, hasta que unos leves golpes en la puerta y una suave voz me hicieron caer devuelta en ls realidad.

—Oye, idiota, ¿estás bien?

Tal dulce como lo es ella.

Tragué saliva al saber que efectivamente no estaba en peligro y ella tampoco. Vi la camiseta y me la coloqué para abrir nuevamente, viendo a mi ángel justo frente a mí.

Mucho mejor que el tipo anterior.

—Me asusté. Vi a alguien y pensé que era un ladrón o algo. — confesé arrugando mi nariz. Ella rodó los ojos soltando una pequeña risa y negó.

—Es un amigo. Vive en la otra parcela, una que está a unos veinte minutos de aquí. No seas asustadizo.

—Perdón, no estoy acostumbrado a toparme con gente que no conozco tan temprano. — respondí a la defensiva, con algo de obviedad.

—Si te enojas, tus líneas de expresión se acentúan y un artista como tú no puede envejecer a tan temprana edad.

Ella jugaba conmigo. Ella estaba jugando conmigo. Suspiré pesado, cruzando mis brazos.

—No es algo que a ti te importe, ¿o sí? Cuando yo salga de aquí, ni recordarás mi cara.

—Tienes razón. — palmeó mi hombro. — vamos a desayunar. Ya tienes la primera tarea del día.

Volteó su cuerpo para caminar hasta el comedor, en donde estaba el tipo sentado con una gran sonrisa, admirándola.

El baboso estaba encantado y ella ni en cuenta de nada. Resoplé, él era tan obvio. Cerré la puerta detrás de mí y caminé para sentarme justo a su lado, mirándolo directamente.

—Hola. — me saludó con un asentimiento de cabeza. — soy Yoon Jeonghan, un gusto.

—Jeon Jungkook, el gusto es mío. — a pesar de estar molesto por toda la situación, no podía ser descortés si él se estaba presentando de buena forma.

—¿Jeon Jungkook?

—Sí...

—¿De casualidad cantas?

Levanté una ceja y asentí.

—Sí, ¿por qué?

—Wow, he escuchado tus canciones en la radio.

Me sorprendí con sus palabras y de inmediato otro chip se instaló en mí. Sentí una pequeña felicidad  en mi pecho, demostrándolo en mi rostro cuando se formó una sonrisa.

—¿De verdad?

—Sí. Al parecer el locutor está algo obsesionado con una canción en especifico, ya que siempre suena una que dice: One time for the present, two time for the past, happy that we met each other, now 'til the very end...

Me impacté que en este pueblo exista gente que pronuncie tan bien el inglés. Se veían todos tan fuera de onda que encontrar a alguien que lo pronuncie mejor que yo, era totalmente sorprendente.

—Oh, esa es my time. — respondí sin dejar de sonreír. — debía existir alguien que no viviera debajo de una piedra.

—No le subas el ego, Han. — mi sonrisa de inmediato se borró al escuchar llamándolo de aquella manera. — él piensa que todos deben saber de manera obligatoria quien es.

—Es difícil que alguien no sepa quien soy, bella.

—Existe gente, yo soy la gente y ten por seguro si vas al centro del pueblo nadie te reconocerá. — se oía molesta, lo cual me hizo cerrar mis ojos. — Tómalo como unas minis vacaciones de tu agobiada vida de artista. Aquí puedes ser quien realmente eres sin que nadie te juzgue.

Procesé sus palabras y puede que tenga algo de razón. Solo un poco.

Mi molestia se esfumó tan rápido como olí los pancakes frente a mí y el pan caliente. Mi estómago rugió, pero esperé pacientemente a que Hyerim tomara asiento para comenzar a comer.

Ella era la mujer perfecta para mí.

Tan linda que lograba que olvidara de golpe que fuera un dolor de testículos. Bocazas como ella sola, pero me gustaba que fuera así. No dejaba que ningún idiota la pase a llevar, incluyéndome.

Me concentré en la conversación que mantenía con su amigo y comencé a admirar cada gesto que ella hacía, encontrando belleza en las pequeñas cosas que ella hacía sin esfuerzo.

Desde la forma en que ella se mordía el labio mientras escuchaba atentamente las respuestas del contrario, hasta la manera en que se reía con tanta alegría que iluminaba toda la sala. Encontraba fascinación en cada aspecto de su personalidad. Cada gesto, cada expresión facial, parecía transmitir una historia propia, y estaba ansioso por descubrir más sobre esta hermosa chica que me tenía tan intrigado.

—No creo que pueda hacerlo.

—¿Te estás dando por vencido así tan rápido?

—¿Cómo se te pasó por la mente que sería buena idea montar a Stormy? Tú misma dijiste que era especial.

—¿Eres gallina?

—¿Qué?

—Jeonghan, ¿a caso tenemos a una gallina aquí?

El idiota rió completamente divertido observando como estaba parado aún a metros de distancia de Stormy.

Miraba con nerviosismo a la yegua indomable que relinchaba en el corral. Era imponente, con los músculos tensos y los ojos centelleantes de determinación. Habían pasado unas horas desde que me enteré de mi nueva tarea: montar a esta yegua salvaje, una hazaña que pocos se atrevían a intentar.

Y ahora, era el hazme reír de este par.

Sabía que montar a esta yegua requería valentía, habilidad y un buen instinto, y no estaba seguro de poseer todas esas cualidades. Mientras me preparaba mentalmente, intentaba calmar mis nervios, recordándome a mí mismo que era una tarea más y que debía enfrentarlo con determinación, demostrando de que estaba hecho. Pero a medida que se acercaba al corral, el corazón le martilleaba en el pecho y las dudas comenzaban a asaltarme.

Con movimientos cuidadosos, intenté acercarme a la yegua, pero esta, lejos de mostrarse dócil, relinchó en señal de desafío y pateó el suelo con furia.

—Puede que se vea algo imposible, pero sé que puedes hacerlo.

Miré en dirección a la pelinegra y creo que sus palabras fueron el impulsor para dejarme de tonterías.

Era Jeon Jungkook, podía con esto.

Con un suspiro profundo, me armé de coraje y subí a su lomo, agarrándome con fuerza a las riendas y preparándome para lo que viniera. Soltó un gran relincheo y se lanzó hacia atrás, teniendo que sujetarme aún mas fuerte, tan salvaje e indómita, me aferraba con todas mis fuerzas, luchando por mantener el equilibrio y controlar la situación. Cada movimiento brusco y cada relincho parecían desafiarme.

Si no me hubieran dicho gallina, yo ya me hubiera rendido.

A pesar de mis esfuerzos por aferrarme, a Stormy no le agradó para nada que otra persona se subiera y comenzó a galopar a una fuerte velocidad, de pronto, frenó de imprevisto y fui arrojado al suelo con un golpe sordo, sintiendo el aire ser expulsado de mis pulmones mientras caía en un torbellino de polvo y confusión.

Mierda.

El golpe fue duro y el dolor se extendió por todo mi cuerpo, pude sentir a lo lejos pasos en mi dirección y me negué a dejarme vencer por el miedo y la frustración. Con determinación (y dolor) me levanté del suelo, sintiendo la mirada desafiante de la yegua clavada en mí.

Hye frenó al verme de pie y pude ver como volvió a respirar con normalidad. Que bueno que se haya asustado, si me pasa algo, quedaba en su conciencia.

—Tú no me ganarás esta batalla, preciosa. — le hablé sobando mi hombro, que fácilmente se pudo haber dislocado por como fui expulsado.

En respuesta, resopló pateando el suelo. Si que era cosa seria.

Me acerqué a paso decidido nuevamente y ésta vez me subí mas rápido, sujetando con fuerzas las correas. Tan pronto como estuve arriba, Stormy relinchó y comenzó a trotar de manera brusca, intentando con todas sus fuerzas botarme.

—Tranquila, no te haré daño...

Intentaba mantener la calma para que ella también pudiera calmarse, que sepa que yo no soy una mala persona. Y a pesar de sus esfuerzos por volver a lanzarme al piso, con el tiempo comenzó a calmarse, respondiendo al toque suave y seguro que le daba.

Sabía montar caballos. Como había mencionado, papá cuando pequeño me llevaba a la casa del campo de la tía, pero nunca había experimentado esto.

A medida que avanzábamos juntos, el miedo comenzó a disiparse, reemplazado por una sensación de logro y satisfacción. Había enfrentado el temor, había superado el desafío, y había salido victorioso del otro lado.

—Buena chica, eres una buena chica. — sentía mis ojos humedecidos por el viento en mi dirección. Cuando estuve cerca de Hyerim y Jeonghan, frené lentamente, deteniéndome justo al lado de ellos. Una sonrisa burlona y satisfactoria se formó en mis labios.

Él me miraba con desdén, como si no le hubiera agradado ningún poquito que pudiera lograr esta hazaña. En cambio ella, me miraba con fascinación y hasta con orgullo.

—Eres un privilegiado, a pesar del feo golpe, Stormy si confió en ti.

—¿Y en ti confió? — le pregunté al rubio, queriendo reírme fuerte al verlo tan ofuscado.

—A Jeonghan no puede ni verlo. — rió subiéndose a su caballo. — no te mentí cuando dije que ella es muy desconfiada y selectiva con la gente. Tan tormentosa, pero es buena chica.

—Es preciosa. — acaricié su cabeza.

—¿Vienes Han?

—Oh, no, no. — negó con una sonrisa forzada. — debo ir a preparar unas cosas, ya sabes, aceptaste cenar conmigo hoy.

—¡Cierto! ¿Me pasarás a buscar?

—Por supuesto, a las nueve paso por ti.

—Genial...

Estaba escuchando atentamente su conversación. Observaba como la mirada de él y como ella no quitaba la sonrisa del rostro. Y de pronto, una sensación de malestar comenzó a crecer en mi estómago mientras los veía hacer planes para cenar juntos. Por un momento, traté de ignorar la sensación incómoda, diciéndome a mí mismo que tal vez solo estaban planeando una cena amistosa. Pero a medida que continuaba observando, la molestia en mi estómago se intensificaba.

Él estaba interesado en mi guapa campesina, oh no, eso no puede suceder.

—Creo que se está haciendo tarde, ¿dónde iremos? — interrumpí su animada conversación, ganándome una mirada de desapruebo de parte de míster sonrisas.

—Cierto, nos vemos mas tarde Han. — movió su mano despidiéndose del tipejo y yo la imité, sonriendo abiertamente. — sígueme.

Golpeó el costado de su caballo y él comenzó a andar de forma rápida. No quise imitar el movimiento, por el temor de volver a salir disparado si golpeaba (aunque fuera leve) su cuerpo. Así que por mayor seguridad, moví las cuerdas y Stormy comenzó a trotar, para finalizamente correr detrás de Hyerim.

Mientras avanzaba a través de campos verdes y bosques frondosos, me sentía completamente inmerso en el momento presente, dejando atrás todas las preocupaciones y distracciones del mundo exterior. El ritmo constante del galope del caballo resonaba en mis oídos en
un recordatorio de la libertad y la fuerza que sentía en ese momento.

A medida que avanzaban, observaba maravillado la belleza del entorno. El sol brillaba en lo alto del cielo, pintando el paisaje con tonos dorados y creando sombras danzantes sobre la tierra. Los árboles se mecían suavemente con la brisa, mientras que las aves cantaban melodías alegres desde sus perchas en las ramas.

¿Dónde estuvo escondido este lugar todo este tiempo?

El aire estaba lleno del dulce aroma de las flores silvestres y la tierra recién mojada luego de una pequeña lluvia, una fragancia que llenaba mis pulmones y me hacía sentir vivo y revitalizado.

Después de cabalgar un rato, Hyerim se detuvo primero y miró en mi dirección, esperando que llegara a su lado. Cuando lo hice, pude observar el panorama: justo debajo, a unos metros de distancia, un río de aguas cristalinas serpenteaba suavemente. Quedé maravillado por la belleza del lugar, con el sol reflejándose en las aguas claras y las piedras que brillaban bajo la superficie.

—Por ahí podemos bajar, ¿quieres ir?

Asentí emocionado, como todo un niño. Y era increíble como algo tan simple me hacía feliz.

¿Cómo pude desaprovechar momentos así?

Ella movió su cabeza, indicando que la siguiera y eso hice. Con sumo cuidado comenzamos a bajar aún arriba de los caballos, hasta llegar a las orillas del río. Me bajé primero, dejando que Stormy bebiera agua y ayudé a bajar a Hyerim, levantando mis brazos para que ella se sujetara de mis hombros y así fuera más sencillo para ella. Su cuerpo era tan liviano que quise cargarla en mis brazos y besarla por lo hermosa que era.

Maldita sea, necesitaba de ella.

—Me sorprende que sepas cabalgar tan bien. Creí que tendría que enseñarte, pero me sorprendiste y tapaste mi boca.

—Quisiera taparla de otra manera. — susurré.

—¿Eh?

—Que fue por llamarme gallina. Yo no soy un gallina. — respondí esta vez de manera fuerte. — cuando pequeño, a papá le gustaba ir a la casa de una tía que vivía en el campo, a pesar de que yo odiaba ir, aprendí algunas cosas, entre ellas, andar a caballo. — expliqué admirando el lugar.

El sonido suave del agua fluyendo era como una melodía tranquila que me envolvía en calma y serenidad. Quería congelar este momento en el tiempo, atesorarlo por siempre en mi memoria como un recuerdo precioso que siempre me llenaría de alegría.

—Ya veo... creí que eras un inservible que no sabría hacer nada, pero nuevamente, me has sorprendido. — el retintín en su voz indicaba que estaba jugando.

—Claro que sé hacer muchas cosas, puedo enseñarte si quieres.

Ella analizó mis palabras y negó divertida.

—No, gracias. Puedo hacer todo por mi cuenta.

—Mujer empoderada, me encanta.

Reímos para sentarnos en la orilla del río, observando el fluir del agua y disfrutando de la tranquilidad del entorno. Pude conocer un poco más de ella y por primera vez desde que soy famoso, pude compartir inquietudes con alguien que me veía como una persona normal.

Para ella, yo era un chico común y corriente. Y para mí, ella era una preciosidad de mujer.

Encontraba belleza en los pequeños detalles, en la forma en como jugaba con su cabello mientras pensaba profundamente o en cómo se inclinaba hacia adelante con interés cuando me escuchaba hablar, hasta la manera en que arrugaba la nariz al reír.

Era tan diferente a todas las chicas que he conocido, tan única, que solo lograba que quisiera besarla con pasión y no soltarla jamás.

¿Sería mala idea querer conquistarla?

Suspiré al momento en que reía por lo bajo. Lo intentaría, la conquistaría.

Ella caería ante mí, no tenía dudas de aquello.


Creo que mencioné que esta historia sería corta, ¿verdad?

Actualicé nuevamente porque tengo avanzado jiji y ha tenido buena aceptación, muchas graciasss por eso, sepan que me hace feliz

Nos vemos en el próximo mis chiquis 💘.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro