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❀ cinco ➳ ❝ caída directa al amor ❞

❝ Sᴏʟᴏ ɪᴍᴀɢɪɴᴀ ʟᴏ ᴘʀᴇᴄɪᴏsᴏ ǫᴜᴇ ᴘᴜᴇᴅᴇ sᴇʀ ᴀʀʀɪᴇsɢᴀʀsᴇ ʏ ǫᴜᴇ ᴛᴏᴅᴏ sᴀʟɢᴀ ʙɪᴇɴ ❞




𝚂𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚍𝚒́𝚊𝚜

—¿Qué opinas de esto? Y si lo mejor es apostar por nosotros, entonces duplicaré la oferta y si terminamos en la cama, voy a quitar las sábanas... — canté una parte de la canción que estaba escribiendo desde ayer. Solo escuché un relincheo y unas patadas en el suelo como respuesta. — ¿No te gustó, Stormy?

Estaba en el establo limpiando la mierda de estos seres y cambiando la alfalfa para que se alimentaran. Con los días lo encontraba mas sencillo y me había acostumbrado al olor, ya no era tan desagradable.

—¿Ves como los animales terminan siendo tus amigos mas íntimos?

Brinqué en mi puesto y giré mi cabeza para arrugar mi frente. Solo la observé por unoz segundos, para voltear nuevamente y continuar con mi labor.

—¿Por qué siempre te apareces así? ¿Quieres matarme de un susto?

Escuché su risa por el lugar, seguido de sus pasos en mi dirección.

—¿Por qué estás enojado?

Rodé los ojos sin que me viera, preparándome para mentir.

—¿Quién está enojado?

—Tú, obviamente. Me estás ignorando desde ayer.

Me hice el desentendido y negué con la cabeza. Claramente no demostraría que estaba completamente molesto.

—Estaba muy ocupado escribiendo lo que puede ser mi futuro álbum. — expliqué tomando la escoba para terminar de barrer lo que me faltaba. — además, no tengo motivos para estar molesto.

—Claro, no tienes motivos...

—Yo estaba ocupado, así como tú también lo estabas. — solté sin yo quererlo, obligándome a cerrar los ojos por ser tan estúpido.

—¿Es eso?

Al volver a abrir los ojos, me encontré con el semblante de Hyerim, su mirada centelleando con diversión mientras me observaba.

—¿Qué cosa?

—¿Estás molesto porque salí con Jeonghan?

Apreté los labios con fuerza y volví a negar con la cabeza, tratando de reprimir la oleada de emociones que amenazaban con desbordarse.

Mierda, era evidente que los celos me estaban consumiendo por dentro. No podía aceptar que ese tipo hubiera llegado a la casa anoche y la hubiera invitado a cenar nuevamente. Furioso y confundido, me encerré en la habitación, dejando que la frustración se convirtiera en combustible para mi creatividad.
Las palabras brotaron de mi mente como un torrente, llenando la página con versos que expresaban mi tormento interior. Y aquello se transformó en una futura canción que podría ser parte de un nuevo álbum.

—¿Celoso de ese granjero? Por favor, Hyerim, no preguntes idioteces. — negué intentando alejarme de ella.

Odio, odio y odio esto.

En este momento, desearía fervientemente que el Jungkook sin sentimientos regresara, porque enfrentaba una emoción que nunca antes había experimentado. Jamás había sentido celos, pues nunca me había interesado genuinamente alguien de esa manera. Nunca antes había experimentado este torbellino de emociones que me consumía.

La idea de que alguien más pudiera capturar la atención de Hyerim, de que ella pudiera sentir algo por otro, me llenaba de una incomodidad abrumadora. No entendía por qué me afectaba tanto. Siempre había sido el Jungkook racional y distante, el que mantenía las emociones a raya. Pero ahora, cada pensamiento de ella con otra persona, cada gesto de afecto hacia alguien más, me hacía hervir por dentro.

Definitivamente no me gustaba sentirme de esta manera. Era nuevo, desconcertante y completamente fuera de mi control. Preferiría mil veces volver a la apatía, a la indiferencia, antes que enfrentar este huracán de celos y confusión. Pero, por desgracia, no podía negar la verdad... algo había cambiado en mí desde que llegué aquí y la conocí, algo que me hacía desear lo imposible: volver al tiempo en que nada me afectaba.

—Si tú lo dices... — se encogió de hombros para salir del establo.

Su partida sin decir otras palabras solo sirvió para exacerbar mi molestia. Era como si sus silencios fueran una confirmación de lo que ya sabía en lo más profundo de mi ser, definitivamente yo no le gustaba en absoluto. Cada gesto amable, cada sonrisa, cada momento compartido, eran solo cortesías superficiales que no reflejaban ningún interés genuino hacia mí.

Me di cuenta de que había estado buscando indicios de que le gustaba, interpretando cada sonrisa y cada mirada como señales de algo más profundo. Pero la realidad era clara y contundente: ella era dulce porque esa era su actitud, no porque sintiera algo especial por mí.

Con el peso de esa verdad aplastándome el pecho, me di cuenta de que necesitaba dejar de engañarme a mí mismo. No podía seguir buscando algo que simplemente no estaba allí. Tenía que aceptar que mis sentimientos eran unilaterales, que mi deseo de que ella sintiera lo mismo por mí era una fantasía irrealizable.

Con un suspiro resignado, dejé ir mis expectativas y acepté la realidad. Al fin y al cabo, las chicas en la ciudad se acercaban a mí por mi fama y dinero, no porque yo realmente les gustara.

Yo era el problema.

—¿Tienes algún problema con quedarte unos días más de lo planeado?

Levanté mi rostro cuando escuché su voz en la habitación. Estaba tan concentrado escribiendo que ni cuenta me dí que ya era de noche.

—No, ¿sucedió algo?

—Papá tuvo un percance en Seúl, su camión no quiere encender y debe verlo un mecánico especializado en ese tipo de vehículos.

—Entiendo, no hay problema. Seguiré ayudándote aquí y créeme que te compensaré cuando vuelva.

Expresé mis palabras con total tranquilidad, aunque por dentro mi corazón latía con fuerza. Los ojos de Hyerim se abrieron sorprendidos por lo que acabé de decir, antes de que una pequeña risa escapara de sus labios. Aquella risa, como una melodía para mis oídos, llenó la habitación con su calidez y alegría.

—Te dije que no es necesario. No ocupo celular de alta tecnología, no necesito otra cama, no necesito un auto... — iba a replicar ante eso, porque fue un día que le dije que no podía ir a todos lados en caballo. Los pobres se cansaban y después de mucho tiempo tu trasero también dolía. — tengo suficiente con todo lo que hay acá, solo... no te olvides del campo, ni de Stormy, Bam ahora también te tiene cariño y bueno, tampoco te olvides de mí...

Ahora fue mi turno de soltar una risa, aunque con un matiz de incredulidad. Era difícil creer que pudiera olvidar todo lo que este lugar y ella ahora significaban para mí. Respiré hondo antes de hablar.

—Será muy difícil olvidar todo de este lugar... — comencé, mi voz llena de sinceridad mientras la miraba directamente a los ojos. — Y también será difícil olvidarte a ti. Y aunque no sé qué depara el futuro, quiero que sepas que siempre te llevaré en mi corazón.

La expresión de sorpresa en su rostro me hizo darme cuenta de que quizás nunca antes había sido tan claro ni directo con mis palabras. Pero en ese momento, no podía contener la verdad que ardía dentro de mí. Una extraña tensión se apoderó del aire entre nosotros, palpable y eléctrica. Nuestros ojos se encontraron y se mantuvieron fijos en un juego de miradas que parecía no tener fin.

Ella no apartaba la vista de encima, y yo tampoco podía apartar la mía. Cada segundo que pasaba, la tensión aumentaba, como si estuviéramos atrapados en un instante suspendido en el tiempo.

De repente, una idea audaz y tentadora se abrió paso en mi mente. ¿Y si dejábamos de lado las palabras y nos dejábamos llevar por la intensidad del momento? La idea de tomarla del rostro y besarla con pasión me pareció cada vez más irresistible, como si fuera la única forma de liberar la tensión que se había acumulado entre nosotros.

Pero justo cuando iba a tomar la iniciativa, antes de que pudiera decidir, un suspiro escapó de sus labios y la tensión se desvaneció como humo en el viento.

—Eres todo un galán. Creo que eres muy bueno conquistando.

—Yo no... digo, no soy así siempre... — intenté explicar, siendo un total fracaso cuando veo una silueta masculina fuera de la habitación.

—¿Interrumpo algo?

Una mueca de disgusto se formó en mi rostro apenas vi al idiota con el que Hyerim había ido a cenar parado justo ahí, como un completo imbécil.

¿Acaso no tenía casa? ¿Por qué estaba aquí de nuevo?

La frustración y el resentimiento se mezclaron en mi interior mientras lo observaba con desdén, preguntándome qué era lo que veía en él. ¿Qué tenía ese tipo que yo no tuviera? Me invadió un sentimiento de inferioridad que me hizo sentir aún más irritado.

—Sí.

—No.

Mi linda chica y yo nos miramos una vez más.

—¿Qué quieres? — pregunté cruzando los brazos. — estaba próximo a confesar mis sentimientos y tú interrumpes.

Ella abrió los ojos sorprendida cuando pronuncié esas palabras, y en ese instante, el idiota dejó de mirarme para dirigir su mirada directamente hacia Hyerim.

—No es cierto, Han.

—¿Son novios? — ne dirigí a ella. — ¿Por qué te esmeras en aclararle cuando bien sabes que estoy jugando?

—Escúchame bien, pedazo de mierda, creo que he aguantado mucho que eleves la voz y me trates como se te da la regalada gana. Aquí, eres un intruso, alguien por el cual Hye decidió hacer caridad, ¿me oyes?

—Jeonghan, cállate...

—Así que deja de ser un maldito arrogante y comienza a comportarte por lo que eres. Aquí no eres el famoso, estás en la misma altura que ella y yo, que no se te olvide, actúa como el maldito adulto que eres y deja de incomodar a la chica que solo te ha ayudado a pesar de que no quería hacerlo...

Cuando él terminó de hablar, me quedé quieto en mi lugar, sintiendo cómo el deseo de golpearlo en repetidas ocasiones se volvía cada vez más tentador. Observé a Hyerim, que ahora tenía la cabeza gacha, y eso solo confirmó que lo que decía él era cierto.

Solo había hecho caridad y quería que me fuera lo más pronto posible.

Humedecí mis labios, tratando de contener la ira que bullía dentro de mí, pero a pesar de eso, asentí de manera lenta y decidí que era mejor salir de allí antes de cometer una estupidez. Mientras me disponía a alejarme, escuché mi nombre a mis espaldas.

Me detuve por un instante, indeciso sobre si debería voltear o seguir adelante. Pero finalmente, salí para caminar un momento y encontrar la claridad que se había esfumado.

—¿Quieres dar un paseo nocturno, eh? — le hablé a la yegua blanca que me observaba detenidamente. — acompáñame, ¿sí? No quiero ir solo...

Siempre había estado solo, y durante mucho tiempo creí que me había acostumbrado a ello. La soledad se convirtió en mi compañera constante, una sombra que me seguía a donde fuera que fuera. Pero ahora, en medio de esta situación, me daba cuenta de que ya no quería estarlo. Anhelaba la compañía, deseaba volver a sentir el apoyo y el orgullo de las personas cercanas a mí. Quería hacer las cosas bien, no solo para mí, sino también para aquellos que me rodeaban.

Al fin y al cabo, la anciana justiciera tenía razón. Me había portado mal con las personas que solo se preocupaban por mí; Yoongi, mis padres, mi equipo de trabajo, mis fans...

Sentía mis ojos arder por el viento al galopar con Stormy, pero también por las lágrimas que estaba aguantando.

Cuando volviera, llegaría directamente a Yoongi y le pediría perdón sinceramente por todo el dolor que le causé con mi comportamiento. Reconocería mis errores y haría todo lo posible para enmendarlos, demostrándole con acciones concretas que he cambiado y que estoy comprometido a ser una mejor persona y amigo.

Después de eso, iría a visitar a mis padres, quienes siempre estuvieron ahí para mí a pesar de mis errores y malas decisiones. Les expresaría mi amor y gratitud, y les aseguraría que estoy comprometido a hacer cambios positivos en mi vida para ser una persona en la que puedan estar orgullosos.

Decidiría dejar atrás el alcohol y las sustancias ilícitas, reconociendo el daño que me han causado a mí mismo y a quienes me rodean. Buscaría ayuda profesional si fuera necesario y me comprometería a vivir una vida más saludable y equilibrada.

Mostraría una versión mejorada de mí mismo, trabajando en mi bienestar emocional, físico y mental. Me esforzaría por ser una persona más positiva, compasiva y responsable, buscando contribuir positivamente a la vida de aquellos que me siguen y admiran.

Tomé las cuerdas al estar concentrado en mis pensamientos y frené de golpe al ver como estábamos al borde de un precipicio.

—Mierda, mierda, mierda... — mi corazón latía desbocado. Yo pensando en lo que haría cuando volviera y casi muero justo aquí. — lo siento preciosa, juro que no quiero acabar con mi vida ni con la tuya... — me bajé para comenzar a acariciarla al notar como estaba inquieta y asustada. — no debí sacarte cuando mi mente es un caos, te llevaré a casa hermosa...

La acaricié para volver a montarla con calma y mantuve un andar moderado de regreso a la granja, disfrutando del paisaje nocturno y dejando que el aire fresco acariciara mi rostro. A pesar de que me demoré un poco más en llegar, me sirvió para reflexionar y encontrar paz en medio del caos que había experimentado.

Al llegar, desmonté con cuidado y acaricié el cuello de la yegua, agradeciéndole por ser mi compañera en este viaje y pidiéndole una vez más disculpas.

—¿Dónde estabas? ¿Por qué llegas y sales con Stormy?

Una furiosa Hyerim se acercaba a paso apresurado, su figura enérgica destacándose contra el fondo del paisaje rural. Mientras yo daba un paso hacia la casa, ella avanzaba cinco en mi dirección, como si estuviera impulsada por una fuerza imparable.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, pude observar cómo sus ojos estaban rojos e hinchados, una clara señal de que había estado llorando. A pesar de estar molesto y herido por todo lo sucedido, no pude evitar sentir preocupación al verla así.

Instintivamente, extendí la mano y tomé su mejilla, mi gesto lleno de preocupación y ternura.

—¿Qué ha pasado? — pregunté, mi voz suave pero cargada de inquietud. Estaba preparado para escuchar cualquier cosa que ella tuviera que decir. Aunque nuestras diferencias todavía estaban presentes, en ese momento lo único que importaba era asegurarme de que ella estuviera bien.

—Estaba preocupada...

—¿Y por eso estás llorando?

—No merecías ser tratado así. Discutí con Jeonghan por eso y él se fue totalmente molesto...

—Estoy bien, tranquila. No me importa lo que haya dicho él, ¿bien? Me dolió que tú pienses así siendo que dos días atrás me dijiste que yo era bueno y amable...

—Es que... eso fue al comienzo. No te aguantaba, no te toleraba y solo quería que te marcharas de una vez por todas...

—Y eso quiere decir que... ¿Si he tenido mi desarrollo de personaje?

—¿Bromeas? — limpió su mejilla. — ha sido impresionante como aprendiste cosas muy rápido. Como tu actitud cambió al estar en este lugar que tanto te molestaba en un comienzo, como te comportas con los animales también dice mucho del tipo de persona que eres, ¿no te has preguntado alguna vez porque tu mente te obliga a creer que eres una mala persona cuando en definitiva no lo eres? Cerraste mi boca, eres bueno y volverás completamente renovado. Confío en este Jungkook, no en el altanero de un comienzo...

Al escuchar cómo se expresaba tan bien de mí, un torrente de emociones inundó mi ser. La preocupación y la ternura se mezclaron con un profundo anhelo, un deseo que había estado reprimiendo desde que llegué aquí: besar sus adorables labios. Y eso hice. Sin pensarlo más, tomé sus mejillas entre mis manos y estampé sus labios junto a los míos, poniéndole fin al deseo que me consumía.

Al principio, temí que su reacción fuera de enojo o rechazo, pensando que me golpearía por besarla sin su consentimiento. Mis pensamientos se llenaron de ansiedad mientras esperaba su respuesta, preparado para disculparme y aceptar las consecuencias de mi impulso.

Sin embargo, mi sorpresa fue grande cuando, en lugar de eso, sentí cómo ella correspondía al beso con la misma intensidad. Sus labios se movieron en perfecta sincronía con los míos, y en lugar de rechazarme, rodeó sus brazos alrededor de mi cuello, acercándome aún más a ella. La incredulidad y el alivio se mezclaron dentro de mí mientras me entregaba completamente al beso, dejando que el mundo se desvaneciera a nuestro alrededor.

Boryeong era un pueblo mágico en todos los sentidos. Desde la belleza de sus paisajes naturales hasta la autenticidad de su cultura local, cada rincón emanaba una atmósfera de encanto y misterio que podía dejar cautivado a cualquier turista que decidiera visitarlo por su cuenta.

Pero más que la magia de sus lugares, era la magia de la preciosa chica que tenía junto a mí lo que realmente hacía que este lugar fuera especial. Ahora, por la magia de sus besos, todo cobraba un significado aún más profundo.

—Eres tan preciosa... — susurré separándome tan solo unos centímetros. — tan, pero tan hermosa...

En solo una semana, parecía como si el estrés y la tensión hubieran desaparecido por arte de magia. La atmósfera tranquila y apacible de Boryeong envolvía cada momento, disipando las preocupaciones que habían plagado mi mente durante tanto tiempo. Lo más sorprendente fue cómo esta nueva sensación de paz y bienestar reavivó mi creatividad artística. Después de dos largos años en los que mi cuaderno de letras había permanecido en blanco, finalmente pude volver a escribir una canción.

Una canción en donde Hyerim era la protagonista.

En solo una semana, había experimentado un cambio profundo y significativo en mi vida. Era como si algo o alguien estuviera ayudándome con esto.

Si fueron mis padres o Yoongi que quisieron darme una lección, les agradecería fervientemente, porque créanme cuando les digo de que no me molestaría en absoluto quedarme aquí para siempre.


Y este es el final 🥰😍.
¿Les gustó?


Na se crean, aún queda uno y el epílogo 🫡.

Así que nos vemos en el próximo capítulo ❤️.

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