«El Comienzo»
Después de haber despertado en un lugar completamente desconocido, el chico de pelo cian observó el alrededor, se sentía cansado, su cuerpo le dolía mucho, podía sentir como le pedía a gritos descansar, pero no podía hacerlo, caminó un poco viendo una nota pegada en la pared, la tomó pero cuando iba a leerla, escucho el sonido de un líquido caer. Miró hacía la esquina donde se encontraba un conducto sobre su cápsula, de allí se veía una clase de masa líquida color blanca, esa misma se bajó por la cápsula, de no ser porque el chico reaccionó rápido, esa misma masa se hubiera quedado pegada sobre él, gracias a unas rejas de ventilación que se encontraban en el suelo, esa misma masa blanca, se cayó dentro de estas mismas.
Se quedó procesando lo que acabada de ver, ¿Que era esa masa viviente blanca? ¿Que hubiera pasado si se dejaba tocar? Esas dudas casi hicieron que se olvidará de la nota. La miró detenidamente, el papel era amarillo, habían muchas faltas de ortografía y la forma de escribir era rara, al parecer lo había escrito un niño que no tenía mucha práctica.
“Bienvenido al Laboratorio, humano. Se muy bien que ha despertado luego de varios días, estoy esperando encontrarnos en persona. Su inteligencia lo ayudará a salir. Mi nombre no es importante, yo mismo quiero decírlo… Pronto nos veremos, humano” Eso era lo que pudo entender el chico, la letra era difícil y más con la mala ortografía, soltó suspiró para dejar la nota en su lugar, se dirigió hacía el escritorio viendo un código de cuatro dígitos.
— Mmm... 3-2-4-7 — Lo dijo en voz alta con tal de recordarlo.
Salió de la habitación fácilmente por obra de la compuerta automática, salió de la habitación viendo el desastre, el lugar estaba bien cuidado, pero la cantidad de cajas era exagerada, miró a su alrededor incómodo, había mucho silencio, solo los sonidos de la electricidad fallar y el sonido de las luces encenderse por unos instantes, vió sobre una caja unos cuántos libros, tomó uno el que más le llamó la atención, lo iba a leer luego, se dirigió hacía una compuerta, desafortunadamente estaba bloqueada, miró la compuerta de al lado, esa tenía un código de cuatro dígitos, tal vez el que estaba en la mesa de su escritorio era.
Se dirigió para colocar los dígitos como lo había recordado, la puerta se abrió dejando que una criatura con aspecto de animal humanoide saliera, estaba hecho con la misma masa con la que se encontró anteriormente, aquella criatura no tardó mucho en verlo, el chico no dudó ni un segundo para correr por el largo pasillo con aquella criatura detrás de él, hasta que llegó a la otra habitación, para su suerte esa criatura no quiso salir de la habitación, al parecer no estaba acostumbrada a salir de su zona de confort.
Trato de tranquilizarse, su corazón latía muy rápido, le dolían las piernas ya que solo había despertado hace unos minutos, le dolía el cuerpo, se recostó sobre la compuerta sabiendo que estaba solo, se quedó allí sentado sobre esta hasta que sus piernas se mejorarán y su corazón se calmará...
— Aún tengo sueño... — Dijo luchando contra el sueño, se estrujó un poco los ojos para levantarse sintiendo sus piernas temblar por lo cuál rápidamente se apoyó sobre la pared.
Su cuerpo seguía tan agotado que apenas lograría caminar, lo mejor era encontrar un lugar perfecto para dormir, sobretodo conseguir un poco de comida, el hambre también lo invadió.
Probablemente por esa criatura deba estar al pendiente de otras Pensó recordando a la criatura, se intentó despegar de la pared para seguir caminando, sin embargo, le era imposible por el gran cansancio, solo camino apoyándose para evitar caerse, el pasillo se sentía infinito hasta que sintió unas luces pegarle en la cara, volteó para observar una ventana, a la distancia habían edificios completamente en ruinas, era preocupante, no quería pensar que él era el único, soltó un largó y pesado suspiro e así siguió caminando hasta llegar a la salida del pasillo.
Una vez llegó vió que el siguiente pasillo estaba protegido por obra de unas luces rojas, se despejó del pasillo sintiendo el peso de su cuerpo, caminó evitando las luces rojas, su instinto le decía que era muy mala idea tocarlos, avanzo lentamente hasta llegar a la otra habitación, esa era un poco estrecha, aún que ignoró eso para descansar, necesitaba recuperar fuerzas para caminar o al menos correr un poco, una vez recuperó algo de fuerza miró hacía el pasillo.
— Ésto tomará tiempo... — Soltó mientras caminaba por el pasillo, habían cosas en el suelo y al llegar a medió pasillo, se encontró con un piso llegó de ventiladores completamente funcionales.
— Se nota que eres nuevo en este lugar — Se oyó una segunda voz.
El chico volteo con algo de curiosidad, creía que era el único, se decepcionó al ver que la voz provenía de una televisión que solo mostraba un color azul.
— No deberías estar aquí en esa forma... Te recomiendo regresar y dejar que algún látex tomé tu cuerpo... — Seguía hablando la televisión.
¿Látex? ¿Así se llaman esas criaturas? Se preguntó mentalmente el chico, miró la salida del pasillo en el piso de ventiladores.
— Decídete, seguir tu camino o rendirte — Dijo la voz de la televisión.
No tengo nada Pensó el chico, cuando apenas piso los ventiladores, estos se detuvieron inmediatamente, eso sin duda sorprendió bastante al chico.
— ¿¡Estás loco!? — Grito la voz proveniente de la pantalla — ¿¡Tienes deseos suicidas!? — Le preguntó.
El chico no le respondió, solo siguió caminando de he estar lo suficientemente cerca.
— Veo que no me dejas de otra... — Dicho ésto un campo de luces rojas detuvieron al chico.
— ¿¡Eh!? — Soltó por la gran sorpresa de eso, no dudó y trato de correr, aún que por obra de que sus piernas estaban débiles solo hizo el intento de caminar rápido.
La barra de luces rojas avanzaba lento, el chico llegó a la puerta por dónde entró, notando enseguida que estaba cerrada, miró la barra de luces rojas, aún que no llegó a tocarlo por obra de que se apagaron.
— Al parecer es la falta de energía... No te preocupes, volveré por tí. Esa látex no te podrá cuidar siempre desde lejos — Dicho ésto, la pantalla se apagó.
El chico camino nuevamente hacía la salida, una vez afuera se sentó en el suelo y cayó agotado, empezaba a mirar borroso por la falta de energía y alimentos, solo se quedó allí tratando de recuperar energías.
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¿Quieren que prosiga con la historia?
Si →
No →
Bye...
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