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038.

Hoseok cayó de golpe al piso, intentando recuperar el aliento después de aquella dura coreografía. Había estado practicando como loco desde que la semana empezó, al final de mes tenía que presentar un baile en cada clase y todas eran diferente género, sin embargo su favorita era la más pesada. Se arrastró por el piso hasta llegar a su mochila, sacó el celular de uno de los bolsillos y leyó todos los mensajes que le habían llegado en ese rato.

Sonrió al leer los mensajes de apoyo de Jungha.

Así que él le mandó los mismos porque en esos momentos ella estaba en un examen muy difícil. Por suerte, el maestro que le estaba jodiendo la vida ya no lo hacía y ni siquiera le había reprochado a Jungha la visita de Hoseok a su apartamento.

— Amigo, ¿ya terminaste?— Soonyoung, un amigo que Hoseok había hecho en la academia entró al salón. Hoseok lo miró desde el piso y sonrió también.— Es mi turno, llevas más de cinco horas aquí.

— ¡¿Qué?!— Hoseok se reincorporó de golpe.

— Sí, llegaste más temprano de lo normal y hace mucho pasó tu hora de salida. Entré antes de que te desmayaras o algo.

— Te lo agradezco.— Hoseok se puso de pie y empezó a recoger sus cosas.— Nos vemos mañana.

Soonyoung se despidió desde el equipo de sonido y miró a Hobi hasta que salió del salón. Hoseok fue directo a los baños, tomaría una ducha antes de irse a comer. Ya en las regaderas, se duchó rápido, se vistió y se despidió de todos los que se topó en su camino a la puerta. Salió de ésta, sintiendo el cambio de clima de golpe, caminó hasta el estacionamiento, listo para saltar dentro del Mustang.

— Qué diablos...— Frunció su ceño al ver una camioneta bloqueando su auto. Un segundo...

Él conocía esa camioneta.

Era la Navigator de la madre de Jungha. Entonces el chofer que él ya conocía, rodeó el auto y abrió la puerta del pasajero.

— Joven, por favor...

Hoseok seguía con su ceño fruncido. El señor no le había hecho nada después de todo, pero todo esto eran malas noticias. Estaba seguro. Tenía dos opciones: ignorarlo, rodear la Navigator, subir al Mustang y salir de ahí sea como sea; o, subir al auto de la señora Bae y enterarse de las malas noticias de una buena vez.

Y él optó por la segunda.

Sólo no te dejes chantajear, Hope. Se dijo así mismo antes de subir.

Y de pronto se sintió aliviado de haberse duchado en la academia y no esperar en casa. Siempre que se topaba con la madre de Jungha, por alguna razón se sentía sucio, como si no fuera merecedor de siquiera estar respirando el mismo aire que ella. Patético, sí, pero si alguien tenía cara más imponente que Yoongi, era esa señora y donde quiera que pisaba ella era el ser superior.

Subió al auto, una punzada de enojo en su pecho al verla. Tal vez le merecía respeto por ser la mamá de su novia, sin embargo, no se lo tenía como persona. Ahí estaba ella, usando su celular e incluso haciéndolo lucía elegante, claro, su fino conjunto de ropa ayudaba a su apariencia. La señora Bae era hermosa, tal como su hija, pero Hoseok sabía que muchas veces la hermosura escondía a lo más malévolo.

— Hola, Hoseok.— Pronunció con su limpia voz. Hoseok tragó duro.

— Señora.— Dijo él como saludo.— Me sorprende que venga a buscarme, suegra.

Ella sonrió con falsedad al escuchar cómo la había llamado.

— Llámame así mientras puedas, hijo.

Esa palabra había quemado a Hoseok. Sorpresa, sorpresa, alguien se había agregado a su lista de gente odiada. Era fácil derribar la barrera de Jung Hoseok, pero por alguna razón, se sentía vulnerable.

— Entonces... ¿Me dirá lo que sea que vino a decirme?— La miró directo a los ojos. Sí, tal vez estaba vulnerable, pero no tenía miedo.— Seguro le sorprende, pero un vago como yo está ocupado también.

— Vaya que me sorprende.— Asintió mientras alisaba su blusa de seda.— No eres mi persona favorita, lo sabes. Hubiera preferido mil veces que mi hija saliera con alguien mayor que contigo.

— Y por suerte, su hija no es usted. Junie no tiene tan malos gustos, suegra.

— ¿Entonces por qué está contigo?

La sangre de Hoseok hirvió y por un segundo deseó ser mujer para darle un buen jalón de cabellos, pero era hombre y ni por millones él golpearía o agrediría a una mujer.

— Su punto.

La señora Bae tampoco quería gastar sus minutos con Hoseok, así que decidió hablar:

— Mi hija a cambiado...

Y la misma mierda se avecina. Hoseok estaba harto de esto; está bien, Jungha tal vez pudo haber cambiado un poco ¿pero lo hizo para mal? Claro que no. El salirse de su círculo social, comer en restaurantes precisamente no elegantes y caros, aprender cosas nuevas como conducir, nada de eso era malo y Hoseok deseaba que el mundo lo captara.

— No lo ha hecho para mal, así que no le veo problema. Ella no tiene ningún problema con su padre, la persona que realmente la ama y procura, entonces, todo está bien para ella, para mí y para todos.

— ¿Eso crees? ¿Crees que la rebeldía está bien?

— Ser libre no es rebeldía.

— Niño, por favor. ¿No puedes simplemente alejarte de ella y permitir que todo sea como antes?

— Jungha antes era infeliz y se sentía acorralada todo el tiempo, claro que no planeo dejar que vuelva a esa vida.

— Mi hija ha tenido cambios de carácter. Si antes no convivía conmigo, ahora lo hace menos.— Hoseok entrecerró los ojos. Se lo merece.— Sus notas han bajado. Ya no habla con sus amigos, sus amigos originales.

Todo eso tenía una buena explicación. Todo.

— Es que usted...

— Es que nada. Haz hecho que mi hija cambie, ya no es la Bae Jungha que todos conocíamos y todo es tu culpa.— Tu culpa, tu culpa, tu culpa.— Así que tuve que llevar esto a mayores.

Hoseok se puso regido y entonces el miedo lo comenzó a sentir.

— Tú no estabas enterado de esto, pero hay un matrimonio arreglado entre Sungjun y mi hija. El trato sigue en pie.

El pelinegro casi se ríe en la cara de la señora Bae.

— Como si yo fuera a permitir eso.

Ella arqueó una ceja.

— ¿Permitirás esto?— De su bolsa Gucci sacó una carpeta. Las jodidas carpetas verdes. La señora Bae le entregó los aparentes documentos y le indicó a Hoseok que le echara un ojo. No quería pero lo hizo y simplemente no podía creer lo que leía.— Así es, ve a lo que me has llevado.

— Usted no puede hacer esto... Señora, le presento algo llamado corazón, ¿acaso lo tiene?

— La Bae Jungha, mi hija, que yo conocía ya no existe... Así que Bae Jungha dejará de ser mi hija ante la ley y para mí.

Hoseok sintió un camión pásarle encima. Necesitaba salir de ahí. Esa señora ya le había hecho suficiente daño a Jungha, pero nunca creyó que la desconocería como hija. Y lo peor es que Hoseok sabía que Jungha quería a su madre, ella siempre terminaba diciendo "después de todo es mi mamá". Hoseok la hubiera mandado mucho a la mierda, pero Jungha no era así y se lo respetaba. Esto era un golpe demasiado fuerte.

— ¿Quién le hizo tanto daño?

— Por tu reacción, supongo que Jungha no te lo dijo.

Un segundo, ¿ella ya lo sabía? ¿Cómo lo habrá tomado? En este momento sólo le importaba su novia.

— Me largo de aquí.

— Hoseok, le puse una condición para olvidar todo esto y estoy segura que tú puedes ayudar.

— Lo que sea.— Hoseok dijo sin dudarlo. No iba a permitirlo.— Hago lo que sea para que Jungha no se quede sin madre, sólo dígalo.

La señora mostró una pequeña y maliciosa sonrisa. Hoseok estaba que temblaba.

— Tienes que cortar cualquier relación que tengas con Jungha.

— ¿Qué?

Hoseok sintió como el aire se le fue por completo, casi que sentía un ataque. Estaba inmóvil. Y muchas cosas pasaron en ese momento, pero lo más grave de todo es que sintió como su corazón se rompía en mil pedazos. Sal de aquí, maldita sea. Abrió la puerta y sacó la mitad del cuerpo, la señora Bae lo detuvo con la mirada.

— En tus manos está que Jungha tenga madre o no.

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qué perra qué perra, qué perra mi amigaaaaaa ahre jAJAJAAJA ¿alguien despierta?

oigan pobrecito hobi 😭

por cierto, lo de los matrimonios arreglados es súper normallll en corea así que no se asusten eh

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