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007.

F.W.B de Elo se podía escuchar incluso afuera de la casa del Doctor Bae; una desesperada y algo atareada Ryumi, bajó de su convertible Lincoln, aseguró el auto y sin tocar, sabiendo que su mejor amiga no había bloqueado la puerta, entró a la vivienda. Ya adentro, Jungha cantando hacía una no tan buena armonía con las voces de los intérpretes. Subió los escalones de dos en dos y fue directo a la habitación de la pequeña Bae.

— ¡¿Podrías bajarle?!— Ryumi gritó sobre la música.

Jungha se encontraba en su escritorio, usando su laptop. Levantó la vista en dirección a la puerta, donde no se sorprendió en lo absoluto que su mejor amiga estuviera en casa. Hizo lo que su amiga le pidió y bajó considerablemente el volumen. Tampoco quería comunicarse a gritos.

— ¿Qué haces aquí?

— Vengo a ayudarte para lo de tu cita.

— Pero para eso faltan como cuatro horas, Ryu— Su mejor amiga hizo un movimiento de cabeza, señalando el reloj colgado en la pared. El corazón de Jungha se detuvo.— ¡Mierda, falta una hora!— Saltó de la silla, corriendo al baño en el siguiente segundo.— ¡¿Por qué no me llamaste?!

— ¡Lo hice! Catorce veces. No iba a insistir una vez más, así que vine.

El chorro de agua cayendo sobre las baldosas se podía escuchar desde donde Ryumi estaba. La pelinegra dio un paso dentro en la habitación y fue a sentarse en el cómodo sofá que estaba al lado de la ventana, se estiró por el control remoto y encendió la tv. Sólo alcanzó a ver un mv que pasaban por el canal de música cuando Jungha ya estaba de nuevo afuera.

— Capitán Idiota no ha dejado de preguntar por ti.

Jungha dejó en el olvido las prendas del closet y miró a su mejor amiga con una expresión cansada.

— Dice que tiene más de una semana sin verte y blah blah blah— Siguió Ryumi.—. Creo que mañana habrá una fiesta en lo de Jongsun.

— No tengo ganas de ir.

— ¿Qué?— Ryumi dejó de ver la pantalla para mirar a Jungha quien ahora elegía unos jeans.

— No lo sé. Mis ánimos para encontrarme con él no son muy buenos.

— ¿Se pelearon?

— No. Pero estoy enojada con él.— Su tono pasó de ser tranquilo a uno un poco más severo.— ¿Preferir pasar la tarde con sus amigos que con su hermana? No Ryumi, no lo acepto.

— Bueno, hay que dejarlo en el olvido. ¡Hoy tienes una cita después de un siglo!

— No es una cita.— Sonrió por la emoción de su amiga.— Él sólo dijo que me enseñaría su mundo.

Técnicamente Hoseok no había especificado una cita, era simplemente una salida, así como la de hace unos días.

— Eso suena rudo.— La pelinegra parecía una niña pequeña y muy emocionada.— ¿Cómo es? ¿Es lindo, guapo? ¿En qué trabajan sus padres?

Ryumi sólo estaba enterada del cómo se conocieron y desde el primer momento, le encantó el chico. "Es un buen partido" le dijo a Jungha como veredicto final. Según ella, hoy en día era muy difícil que un chico se acercara y ofreciera ayuda.

— Es lindo. Tiene un atractivo que aún no logro descifrar.— Su voz fue bajando.— Y es sexy.

— ¿Qué tan sexy?

— Lo es y ya. No tiene unos súper músculos, pero tampoco es flaco. Baila y algo me dice que lo hace endemoniadamente. Como habla, sus expresiones. Suele morderse mucho el labio inferior, lo he notado. ¡Y tiene un Mustang! Ne.Gro.— Separó las sílabas, haciendo énfasis. Ryumi rió con burla.

— Tenemos amigos con Mustangs e incluso autos más geniales.

— Él hace que su Mustang sea el auto más genial.

Ryumi le había sugerido ir en falda tipo colegiala y una blusa linda, pero Jungha no sabía a dónde iba y no tenía ni idea, así que recordó a las chicas que estuvieron en la barbacoa y estaba segura que ellas eran parte del mundo de Hoseok, y como ellas llevaban jeans y un calzado bajo, optó por irse por ese estilo. Top blanco sin mangas y cuello se tortuga, jeans negros raspados y sus creepers de Puma, además de una chaqueta negra. Su maquillaje lo había terminado rápido. Ya estaba por dejar de alistarse, cuando al ver su reflejo en el espejo y recordar que no había hecho nada en su cabello, su madre se le vino a la cabeza, regañándola por ese descuido. No quería irse como niña a su primer día de escuela, sin embargo, dejó su cabello alborotado y trenzó algunos mechones de su corta melena. Listo.

— Te tengo tanta envidia. Y no sé si de la buena o de la mala.— Espetó Ryumi.— ¡¿Por qué eres tan fabulosa?! Sigues luciendo como cuando caminabas en las pasarelas de tu madre.

— Ryumi, lo hiciste también y sigues viéndote igual de linda todos los días. Deja de menospreciarte, joder. Tienes miles de chicos tras de ti.

— Tú igual, aunque Capitán Idiota los ahuyenta.— Puso los ojos en blanco.

Faltaban cinco minutos para las nueve, Jungha y Ryumi estaban en la sala, viendo lo que pasaban por la tv. Un motor se escuchó afuera de la casa, Ryu dejó de masticar las frituras en su boca y miró con los ojos abiertos a Jungha.

— ¡Llegó!— Apenas y pudo decir, su boca seguía con comida. Tragó duro.— ¡Apúrate!

Pero Jungha entró en pánico y su cuerpo no reaccionó. ¿Hoseok la estaría esperando en el auto o... El timbre sonó por toda la casa y Ryumi salió corriendo. Jungha reaccionó y corrió tras su amiga, tirando de su falda antes de que alcanzara la puerta.

— Yo voy a abrir.— Susurró.

— ¡Pero lo quiero ver!

— Yo también, Ryu.— Espetó y la soltó.— Espérate.— Estiró sus ropas y se dio un último vistazo en el espejo que estaba en la entrada. Sentía sus manos pegajosas y el sentimiento de nervios se la estaba comiendo. Estaba experimentando lo mismo que cuando Kang Namkyu la invitó al cine cuando tenía quince años.

Afuera, Hoseok esperaba con sus manos escondidas en los bolsos de su jean, pero se permitió sacar una y volver a tocar el timbre. Tenía literalmente años sin ir a la casa de una chica para recogerla; los últimos años si estaba con alguien, era porque seguro la conocía en una fiesta o en las carreras. Estos antiguos métodos le estaban agradando, seguro era porque volvía a sentirse un poco caballero y no un hijo de puta como acostumbraba o porque Jungha era la causa principal que volviera a comportarse así. Tal vez eran ambas. Se escuchó movimiento del otro lado de la puerta y un sentimiento parecido al que cuando golpeaba a alguien fue lo que sintió. Entonces Jungha apareció.

Y miles de nuevos sentimientos llegaron como ráfaga para Hoseok.

Santa mierda. Luchó con todas sus fuerzas para no soltar un grito al ver a la flamante Jungha frente a él. Ella lucía más que ardiente, más que hermosa. Ella lo era y vestida de aquella forma tan rebelde y sexy la hacía irresistible. De pronto miles de ideas se le vinieron a la cabeza para dejarle en claro que ella era suya a los chicos que estarían en el Ride, incluyendo a los putos de sus amigos.

— Hola.— Jungha saludó, y pronto Hoseok se maldijo por quedarse como bobo admirándola y no decir nada.

— Heeey.— Sonrió, haciendo que Jungha sonriera también.— ¿Hay alguien en casa?— Con la cabeza señaló el Linconl tras de él.

— Oh, eso. Mi mejor amiga está en casa, pero ya se va.— Se giró, adentrándose de nuevo a la casa.— ¡Ryumi! Es hora.— Gritó. Hoseok sonrió divertido.— ¿Quieres pasar?

— Aquí estoy bien, no te preocupes.

Una pelinegra capturó la atención de Hoseok, apareció segundos después de que Jungha gritara, intercambiaron unas palabras y ella se dirigió a su auto. Era muy linda, pero no como Jungha, según Hobi. Se notaba de lejos que era coqueta e incluso sonrió a Hoseok, pero no de esa forma. Más bien, de manera emocionada y feliz. Por los sonidos provenientes tras de Hoseok pudo asegurar que ya había subido a su auto. Entonces tocó la bocina. Hoseok y Jungha la miraron.

— ¡Cuídala!— Y salió de la cochera agitando su mano.

— Ella es... Agradable.— Comentó Hoseok. Jungha ya había cerrado la puerta y estaba lista para irse.— ¿Vamos?

Subieron al Mustang y éste se apresuró a salir de la residencial. Jungha prefirió no atacar con preguntas como "¿adónde vamos?", quería saberlo hasta estar allá. Hoseok empezó a bromear con lo primero que se le ocurriera y ella reía, ya que sus bromas eran buenas y otras tan malas que daban risa. Jungha no tenía la menor idea de donde iban, Hoseok lo notaba y estaba rogando para que al momento de llegar, ella no le pidiera que le llevara de regreso a casa. En ese momento se sentía el Jimin de hace casi dos años, cuando habían ido a una fiesta y Jiwoo habló diciendo que ella y Jini iban a los arrancones. Pudo notar la desesperación de Jimin en ir con Jinyoung aquella vez, ya que el ambiente estaba muy precipitado a lo que ella acostumbraba y la gente no era del todo sana. Ahora Hoseok experimentaba lo mismo pero con Jungha y aunque iba a estar seguro de protegerla de cualquier locura, esperaba que no se asustara y lo supiera llevar.

Jungha sabía que Hoseok pensaba que era una típica chica rica, correcta y con modales, que a las únicas fiestas que asistía eran a las de sus padres con otras familias adineradas. Bueno, las cosas no eran así. Ella era conocida por ser rebelde, de eso la tachaba su madre y siendo sinceros, no tenía remordimiento de aquello porque claramente lo era. Jungha había vivido y experimentado muchas cosas. Tal vez el mundo de Hoseok no era algo ordinario y muy acelerado a comparación del suyo, sin embargo, eso no iba a ser impedimento para acostumbrarse e integrarse. Notó que estaban a las afueras de la ciudad y eso por alguna razón la hizo emocionarse más, haciéndola sonreír automáticamente. Pasaron aproximados diez minutos cuando Hoseok se metió por un camino de tierra, arboles pasaban borrosos a sus costados y no muy lejos pudo visualizar postes de alumbrado y estando más cerca contempló que había docenas de autos y mucha, pero mucha gente.

El Mustang se abrió paso entre la multitud, la gente lo conocía y como iba a baja velocidad, algunos se animaban a palmear el techo o la cajuela.

Jungha analizó la situación; todos los autos eran deportivos o modificados, con aspectos rudos y llamativos. El lugar parecía ser una pista de aviones. Y la gente estaba bailando, alcoholizándose, revisando bajo sus capos, entre más actividades.

— Carreras de autos...— Susurró. Dejó de ver la ventana y miró a Hoseok. Él la miró también, sonriendo un poco apenado y con medio de ser juzgado.

Entonces Jungha sonrió, una sonrisa emocionada y para nada falsa, y eso hizo a Hoseok sentir un gran peso quitado de encima.

— Tú sabes, esta mierda es ilegal y yo estaba preocupado con que no quisieras estar aquí...

— Hoseok, quiero estar aquí. Siempre he querido.— Confesó.— Tengo algunos amigos que participan en arrancones, pero nunca he ido.

— No sabes lo jodidamente aliviado que estoy ahora mismo.

Jungha miró por la ventana de nuevo, ahora más emocionada de lo que estaba. Incluso podía oler la gasolina y aceite. Su cuerpo temblaba y era por total adrenalina.

— ¿Por qué no te conocí antes?— Preguntó sin esperar respuesta, pero sin duda tomó a Hoseok por sorpresa.

Estacionó el Mustang junto al Challenger de Hyukjo y bajaron. Hoseok rodeó el auto para estar con Jungha en todo momento, así que juntos se acercaron a sus amigos.

— ¡La princesa y el sapo llegaron!— Kangmin exclamó con emoción. Los presentes rieron por tal referencia.

— ¿A caso tienes apodo para todo el mundo?— Preguntó Jungha aún divertida.

— Es mi especialidad, cariño.— Dijo haciendo un guiño.

Todos rieron y después de eso Hoseok y Jungha saludaron a todo mundo.

— Jungha, linda, ven.— Sunmi pidió. Hoseok estaba entre ellas pero no fue impedimento para que Sunmi la raptara. Rodearon el auto y salieron del círculo de amigos que se juntó entre el auto de Hyukjo y el de Yoongi.— ¿Ves aquella pelirroja en el GT?

— Sun, no sé nada de autos.— Se disculpó.

— El rojo, el rojo.

— Ahhh.— Se giró un poco y sí, en definitiva había una pelirroja y ella miraba en dirección al Challenger y el Charger.— Sí. ¿Qué tiene?

— Esa chica fue con la última que estuvo Hoseok. Nada serio, no te preocupes.— Sunmi sonrió. Sonrisa que desapareció después.— Pero es una perra. Y estoy muy segura que vendrá a montar su teatro en cualquier momento.

— ¿Debería preocuparme?

— Nah. Sólo quería advertirte. De todas maneras, las chicas, Hoseok y yo estamos aquí.

— No te preocupes, puedo con ella.— Jungha sonrió con confianza.— De todas maneras, gracias.

— Uhhh— Chilló Sunmi y abrazó a Jungha por los hombros.— me gusta esta chica. Hoseok debió haberte encontrado antes.— Asintió para sí misma.— Mucho gusto, soy Park Sunmi.

Jungha rió sonoramente por la broma de Sunmi.

— Bae Jungha.

Las siguientes en aparecer fueron Jiwoo y Jini.

— ¿De qué hablan?— Preguntó la mayor.

— Le advertía sobre Hyeri— Comentó Sunmi, Jiwoo y Jini asintieron.

— Hola, Jungha.— Saludó Jinyoung.— ¿Cómo estás?

— Sinceramente, emocionada. Me encanta estar aquí.— Sonrió.— ¿Cuándo llegaste?

— Acabo de hacerlo.— Tras los chicos, señaló el Camaro de Jimin, donde él apenas estaba bajando.— Jimin tarda aaaños arreglándose.

Las tres rieron, hablaron un rato más y decidieron unirse con los chicos de nuevo. Wild for the Night se escuchaba desde el carro de Hoseok. Aunque todos estaban reunidos, Hoseok y Jungha estaban en su asunto. Él se había tomado la molestia de explicarle las carreras.

— Entonces son cada dos sábados y hay tres puntos de encuentro.— Jungha recapituló toda la información recién obtenida.— Aquí, una abandonada pista de aterrizaje. Un terreno que es parte de una granja. Y un bulevar que lo tienen bien monitoreado.

— Ajám y ese sólo se usa en la madrugada, ya que no hay autos a esas horas.

— Ya veo... Es emocionante.

— Bueno, hay algo que lo es aún más.— Hoseok sonrió, despertando una mirada curiosa por parte de Jungha.— Yo soy el favorito en esta mierda.

— ¿Así que estoy con una celebridad?

— Se podría decir que sí.— Se encogió de hombros, mostrándose orgulloso.

Un chico se paró en la caja de una F-150 y gritó que los encuentros ya iban a empezar. Serían tres y Hoseok correría en la última carrera. Dos motores cobraron vida y pronto dos autos estaban alineándose, casi desde la entrada. Jungha siguió con sus ojos la pista y al otro extremo de la pista, justo en medio se encontraba un contenedor de basura, sin embargo, estaba encendido en llamas. Ellos estaban justo en el punto medio de la distancia de la meta hasta el bote. Hoseok llevó a Jungha a su auto, ella se sentó sobre el capo mientras él se mantuvo del pie a su lado.

— ¿Sabes de autos?— Hoseok le preguntó a Jungha, ella estaba mirando atenta a la chica de poca ropa que caminaba entre los autos con un banderín rojo en su mano, agitándolo juguetonamente.

— Nada.— Contestó aún perdida en lo que estaba por comenzar.— Pero sin duda me encantaría saber algo.

— El naranja es un GTR y el blanco un Audi R8.— Señaló cada maquina.— El Audi tiene un motor mucho mejor, es un V10.— Explicó, ahora Jungha miraba los autos y escuchaba muy atenta a Hoseok.— Sin embargo, el resto del equipo del GTR le gana al R8.

— Y supongo que el conductor influye mucho, ¿verdad?

— Así es.— Hoseok respondió con una sonrisa.— Puedo asegurarte que ganará el GTR.

— Pues veremos que trae la bestia naranja.

La chica dejó caer el pedazo de tela roja y en un parpadear de ojos los dos autos arrancaron, corriendo como cohetes a lo largo de la pista. La gente soltó un grito eufórico y a Jungha se le salió también. Hoseok se emocionó al escucharla y un nuevo sentimiento apareció. Entonces los autos pasaron frente a ellos y un vendaval de adrenalina golpeó el cuerpo de Jungha, sus cabellos volaron y se apresuró a quitarlos de su rostro para seguir viendo la carrera.

Le estaba encantado el estar ahí. Ver y sentir la emoción de dos furiosas maquinas corriendo. Escuchar los motores rugir y las llantas derrapar con el pavimento, dejando aquel extraño olor que a pesar de oler mal, no le molestaba. La gente que disfrutaba tanto del espectáculo que brindaban los carros y los corredores. La música. El alcohol. Incluso todos esos autos que ni sus nombres o marcas sabía. Era algo nuevo que nunca imaginó que le llegaría a gustar tanto, siendo esa su primera vez ahí.

Mientras tanto Hoseok estaba debatiendo en ver la carrera la cual la verdad estaba muy buena, o, admirar a Jungha quien estaba viendo la carrera como una pequeña ve el show de fuegos artificiales en Disneylandia. Al diablo, yo tendré mi carrera.

— ¡Ganó el GTR!— Jungha saltó del capo, festejando.

Hoseok estaba encantado con lo que acababa de ver, ni siquiera le había importado que su predicción fue acertada.

— Oh maldición, estoy amando esto.— Yo también. Pensó él. Jungha volvió a deslizarse sobre el capo.— ¿Cuánto falta para la otra? Quiero verla.

— Pues...— Hoseok miró más allá del Mustang.— Jimin ya está yendo a su Camaro para alinearlo.

Los ojos de Jungha se abrieron de la sorpresa.

— ¿Jimin, Jimin tu amigo, Jimin el novio de Jinyoung?— Hoseok asintió. Jungha miró en aquella dirección y se percató de que Jini estaba subiendo al asiento copiloto.— ¿Ella correrá con él?

— Es una carrera de parejas y Jini no iba a desaprovecharlo en lo absoluto.

Jungha estaba asombrada.

— Eso es genial.

Los autos ya estaban alineados, Jungha pronto estaba encantada con el Camaro negro de Jimin y desde donde estaba podía verlo hablar con Jinyoung. Ella parecía emocionada.

— ¿Y qué me dices de esos

— La verdad es que el Trans AM, está muy reñido con el Camaro de Jimin, cualquiera de los dos podría ganar.— Hoseok estudiaba las dos maquinas.— Pero Jimin es muy bueno y sabe qué hacer y qué no hacer, y maneja su auto de maravilla.— Volvió a mirar a Jungha, sonriendo.— Yo le enseñé.

— ¿A conducir?

— No. A manejarlo. Lo cual es una gran y muy importante diferencia a conducir.

Y en definitiva, Jimin y su Camaro se habían convertido en uno mismo hace años y eso Jimin se encargaba de demostrarlo en la pista. Justo como esa vez, que se llevó la victoria de una manera limpia y grandiosa.

La mayoría de la gente volvió a festejar de nuevo, pero se emocionó más al darse cuenta que seguía la carrera de Hoseok. Él subió al Mustang, no sin antes pedirle a Jungha que lo acompañara hasta la línea de salida. Estando allá, le pidió a Jimin y Jini que la esperaran.

— Supongo que lo que debo decir ahora es suerte.— Jungha le sonrió. Y la verdad, a Hoseok le hubiera bastado con esa sonrisa solamente.— Uhm... ¿Puedo escoger la canción que escucharas mientras corres?

Hoseok sonrió emocionado.— Sería un placer.

— Bien.— Jungha tomó el iPod y empezó a buscar entre los artistas. Tenía una canción en mente y esperaba que Hoseok la tuviera. La suerte estaba de su lado.— No le prestes atención a la letra porque no tiene nada que ver, pero el ritmo queda bien.

— Está bien, gracias.

— Me voy. Cuídate, Hoseok. Estaré esperándote.— Y antes de salir, dejó que Given Up de Linkin Park explotara por las bocinas.

Jimin y Jini esperaban a Jungha en su auto, ella subió, los felicitó y sin tardarse más volvieron a donde estaban antes. Jimin estacionó su Camaro donde antes estaba el Mustang. Los tres bajaron, Sunmi le gritó a Jungha para que se sentara con ella en el cofre del Charger de Yoongi y ella fue casi corriendo con Sunmi porque la chica que la bandera ya estaba caminando entre los autos de nuevo.

— ¿Qué auto es el que corre contra Hoseok?— Preguntó.

— Pontiac GTO.— Contestó Yoongi, quien estaba sentado enseguida de Sunmi, abrazándola por la cintura.

— ¿Y cuál es mejor?

Sunmi sonrió casi con burla.

— ¿Bromeas? Es Hoseok.— Espetó.— Es casi imposible que pierda.— Corroboró, mirando a Jungha.— Pero automovilísticamente hablando, el GTO puede ser tan bueno como un Mustang. Pero que alguien sea tan bueno como Hoseok, bueno, eso es crítico.

La chica ya había señalado a los dos autos y los dos ya habían hecho sonar sus motores. De pronto el cuerpo de Jungha empezó a temblar y sintió un escalofrío. Ver el banderín caer fue como en cámara lenta y todo se volvió real cuando los autos salieron disparados. El corazón de Jungha se hundió y pronto sus manos estaban empuñadas. Era tanta la adrenalina que acumuló que no sabía si gritar o seguir mirando en silencio. El Mustang tomó la delantera pronto y eso la hizo sonreír, estaba a nada de pasar frente a ella y cuando lo hizo, el viento chocó con su cuerpo, además Hoseok había hecho un cambio de luces en ese momento. Sunmi la empujó juguetonamente. ¿Fue por mí? Pensó, pero no se concentró en ello. Estiró su cuerpo para ver cómo rodeaba de manera limpia el contenedor en llamas, lo había hecho diferente al resto de los corredores esa noche, acción que causó un grito emocionado por parte de la gente. El Mustang volvió a posicionarse en línea recta y fue de regreso, encontrándose cara a cara con el GTO y para bromear, hizo sonar su bocina y sacó la mano para saludar. Más gritos y risas. El musculo negro frenó justamente en la línea de salida y tan pronto como llegó, el público se volvió levantisco, la gente abandonó sus autos y fue corriendo a rodear el Mustang para festejar la victoria de Hoseok.

— ¡Vamos!— Sunmi se zafó de Yoongi y tomó la muñeca de Jungha, haciéndola bajar del auto y correr en dirección a toda la multitud.

No supo cómo, pero Sunmi consiguió que ambas llegaran al Mustang. Hoseok olvidó a los que lo felicitaban y halagaban al momento de ver a Jungha aparecer entre el mar de personas. Fue directo a ella y ella fue directo a él, entonces fue tomado desprevenido cuando ella saltó a sus brazos para abrazarlo.

— ¡Eso fue genial, Hoseok!— Exclamó, aún con la emoción en todo su ser.— Tú mundo de verdad que es el mejor. ¡Gracias!

Hoseok la miró, la apretó un poco más y sonrió.

— Uh nena, esto es apenas la entrada.

••••
como muchas saben, se viene la fiesta, y estaba dispuesta a escribirla en este cap, buttttttttt, se me hizo que sería un capítulo muy pesado así que lo haré en el siguiente(?

¡espero les esté gustando! 💖🗣

pOR UN MOMENTO SE ME BORRÓ MÁS DE LA MITAD DEL CAPÍTULO Y ME CAGUÉ, CASI TIRO LA PC, PERO AL FINAL LOGRÉ RECUPERARLO. DEFINAN MILAGROS DE DIOS PLS. JAJAJA, OKS YA BYEEE

see ya soon 💋

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