#361
❀ Slice of life, Fluff
❀ Soulmates!au
❀ 1033 palabras
Baekhyun quería ser perfecto para su alma gemela, por eso habló con su mejor amigo, Chanyeol.
- Yeol, ¿tú no quieres ser perfecto para tu alma gemela? -le había preguntado a su mejor amigo con apenas dieciséis años, un día que estaban a solas estudiando en el salón del más alto. Él lo había mirado, confuso por su pregunta, pero había asentido.
- Claro, Baek, pero ya somos perfectos para nuestras almas gemelas, por eso estamos destinados -le había respondido.
- ¿Pero y si no le gusta como la beso? ¿O como la toco?
Ambos se habían puesto muy rojos entonces. Las marcas de pareja salían con veintiún años, así que aún les quedaba mucho tiempo para encontrar a sus parejas, pero Baekhyun no podía quitarse aquellos pensamientos de la cabeza y sólo se le ocurrió una persona con quien compartir sus miedos y la idea que se le había ocurrido para arreglarlo.
- Podríamos... podríamos practicar juntos, Chanyeol.
Su amigo lo había mirado como si de repente le hubiera salido una tercera cabeza, pero Baekhyun se lo pidió porfa plis recubierto de nata y Chanyeol no pudo decir que no.
Sin embargo, algo salió mal.
O eso es lo que creía Baekhyun, al menos. Porque no podía ser que los labios de Chanyeol fueran tan suaves, que sus suspiros y gemidos quedos le erizaran la piel, que sus grandes manos tomándolo por la cintura lo hicieran desear más. Mucho, mucho más.
Pensó que sería porque, al fin y al cabo, había sido el primer beso que daba. Sabía que había sido torpe y tímido, pero le había sabido tan dulce que, con tal de poder volver a probar sus labios, le dijo al alto que no lo habían hecho bien y que debían perfeccionarlo con la práctica.
Se pasaron las tardes de aquel año besándose, sus manos acariciando aquí y allí, tratando de encontrar sus puntos débiles, los que los hacían suspirar, intentando, según Baekhyun, practicar para ser capaces de hacer lo mismo con sus futuras parejas. Chanyeol nunca se quejó, siendo su debilidad su mejor amigo, era incapaz de negarse.
El primer día que sus lenguas se rozaron Baekhyun casi se deja llevar por el deseo de subirse a horcajadas sobre su mejor amigo y rozar sus entrepiernas. Le costó muchísimo no hacerlo, soltando un gemido fuerte en consecuencia y provocando que el alto lo estrechara un poco más contra él. Pero sus sesiones siguieron adelante, perfeccionando su técnica y el deseo era cada vez más incontenible, hasta que pasó.
No sabe quién de los dos fue, pero sabe que acabaron sin ropa y volviéndose uno con las manos entrelazadas, sus labios entreabiertos rozándose mientras jadeaban por el placer y el esfuerzo.
Y Baekhyun sabe que está mal, porque con veinte años, su corazón ha elegido ya un dueño y tiene miedo del destino. Porque su corazón suspira por Chanyeol, pero el destino puede destrozarlo en un momento.
Con la salida de su marca con veintiún años, el miedo se apoderó de él por completo. Chanyeol dejó de practicar con él, diciéndole que pronto encontraría a su alma gemela y que ya era perfecto, en todos sus aspectos. El más bajo no pudo más que sonreírle, a pesar de que quería llorar. Porque él era perfecto para Chanyeol, pero el alto lo alejaba de él para que pudiera entregarse por completo a su pareja.
Pero los meses pasaron, y nadie con su marca apareció. Chanyeol no dejó de verlo ni de quedar con él aunque ya no fuera tan a menudo, dándole ánimos y siempre dejándolo con la sensación de añoranza de sus labios, de su cuerpo, de él.
Por querer ser perfecto para su alma gemela, había acabado estropeando su relación con su mejor amigo, enamorándose de él, y obligándolo a alejarse para que no sufrieran. Y era irónico, porque Baekhyun sufría sin él cada día, sin la esperanza real siquiera de que el encontrar a su alma gemela lo hiciera olvidar a Chanyeol.
Y el día llegó.
Esa semana se había sentido nervioso, alterado, con una especie de hormigueo e inquietud en su interior que no lo dejaban descansar. Un noche, harto de no poder dormir y viendo que eran cerca de las doce de la noche, se enfundó en su abrigo y salió, dispuesto a pasear y cansarse, tratando de que su cuerpo lo dejara descansar. El reloj pitaba las doce cuando salió por la puerta, cerrando a su espalda y chocando de frente con un pecho masculino firme que se encontraba en su camino.
Fue como si encajara perfectamente en aquellos brazos que evitaron que cayera. Su corazón se aceleró, el hormigueo se acentuó y él simplemente lo supo. Aquel hombre era su pareja, quien se encargaría de que olvidara a Chanyeol.
Sólo que cuando alzó la vista, no se esperaba lo que encontró.
- Baekhyun -la voz de Chanyeol era la misma, pero a la vez sonaba distinta en sus oídos, porque era incluso más perfecta de lo que siempre había sido-. Yo... tuve la necesidad de venir.
Baekhyun parpadeó, intentando comprender, hasta que entendió. Las doce habían dado paso al veintisiete de Noviembre.
- Chanyeol -lo tomó por el rostro, mirándolo a los ojos con la esperanza de no ser el único que lo sentía, de no estar imaginándose cosas. Pero el alto lo miraba con ojos brillantes, pegándolo hacia sí rodeándolo con sus brazos-, Chanyeol -repitió, incapaz de decir nada más.
- Eres tú, Baekhyun -le sonrió, cerrando los ojos un momento y juntando sus frentes-. Deseaba que lo fueras, y lo eres -abrió los ojos de nuevo, los orbes oscuros reflejando la felicidad que sentía-. Eres mi alma gemela.
Se besaron entonces, se besaron con ansia, como si hubieran pasado años desde la última vez y al mismo tiempo, como si fuera la primera. Porque se habían entrenado y se habían hecho perfectos el uno para el otro. En el anular de la mano izquierda de Baekhyun estaba su marca, pequeña, una estrella que nacía de un fénix. Y en el mismo sitio, Chanyeol tenía la misma marca.
Porque el destino es el que elige, pero a veces, se puede moldear el destino.
Estoy pensando en hacer un live en Instagram el día 1 cuando acabe los drabbles...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro