❀ Fluff

❀ Strangers!au

❀ 335 palabras

Chanyeol miró de nuevo a su derecha, pillando al chico mirándolo de nuevo, quien fingió estar muy interesado entonces en algo a su propia derecha.

Chanyeol sonrió, incapaz de contenerse de lo adorable que era.

Fingió estar muy ocupado mirando su móvil en aquella sala de espera hasta que notó que el chico lo miraba de nuevo.

Esta vez, cogió su mano mientras lo miraba, pillando de sorpresa al chico quien no pudo apartar la mirada de él.

Sin embargo, el número de Chanyeol sonó y él tuvo que dejarlo ir, no sin antes hablarle.

- No sé por qué me miras tanto -le dijo con una sonrisa-, pero te espero cuando salgas y me lo cuentas con un café si quieres.

El chico se puso rojísimo y asintió, Chanyeol soltando su mano y yendo a la mesa donde actualizó sus datos del paro, esperando que al haber acabado el máster le fuera más fácil conseguir un trabajo. La mujer tardó un poco más de lo esperado porque era su primer día allí pero aún así, acabó pronto.

Al salir, se encontró con que el chico ya lo estaba esperando, cosa que lo sorprendió gratamente. El guapo desconocido se puso rojo cuando le tocó el hombro, indicándole que ya estaba allí. El chico, que era bastante más bajo que el propio Chanyeol, tosió tratando de esconder su sonrojo.

- Dijiste que me ibas a esperar, pero vi que no habías terminado y, bueno -miró hacia un lado-, te esperé.
- Puedo verlo -le sonrió, genuinamente feliz-. ¿Vamos? Por cierto, soy Park Chanyeol.
- Byun Baekhyun -respondió simplemente.
- Un placer conocerte, Baekhyun -le ofreció su brazo-. Te invito a desayunar.

El chico se enganchó de su brazo, sonrojado pero feliz, y se dirigieron a una cafetería que el más bajo insistió en que era buena. A Chanyeol no le importaba a dónde fuera, porque aquel chico adorable y sus sonrisas incluso merecían andar media ciudad.

Y ninguno lo sabía, pero aquel sería el primero de miles de desayunos que compartirían.