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#346

Fluff

Hybrids!au

784 palabras

- ¡Baekhyun, cómete las verduras!

El susodicho dio un respingo en su silla, soltando el trozo de lechuga que tenía en la mano y, de paso, su teléfono móvil.

- Me has dado un susto, Chanyeol -gimoteó el chico, moviendo nerviosamente sus orejas de conejito-. Sólo era una foto.

- Siempre es sólo una foto y al final, se termina la hora de la comida y no has probado bocado -arrugó la nariz el alto, sentándose a su lado con su propia bandeja de comida-. Come.

- Eres un perrito malo -murmuró el más bajo, haciendo un puchero-. Estás muy pesado con las verduras.

Chanyeol suspiró, cogiendo los cubiertos para comenzar a comer.

Tanto Chanyeol como Baekhyun eran estudiantes de la Universidad, ambos especializados en música. Y así se habían conocido, en sus clases en su primer año. Se hicieron muy amigos, incluso mudándose juntos en segundo año para compartir gastos junto a otros dos híbridos, un gato y una oveja llamados Jongdae e Yixing respectivamente. Todo iba bien, hasta que pasó.

Chanyeol se enamoró de Baekhyun.

Era algo estúpido, si se paraba a pensar, pero no había podido evitar enamorarse de su personalidad alegre, su sonrisa deslumbrante y aquellos ojos brillantes que lo encandilaban.

Desde entonces, se preocupaba por Baekhyun en exceso. Se preocupaba de que comiera bien, de que hiciera sus trabajos, de que no llegara tarde a clase, de que no corriera por la casa porque podía hacerse daño. De hecho, creía que el híbrido de conejo comenzaba a estar hasta las narices de él, pero no podía evitarlo. Su instinto le pedía que cuidara de él, y le hacía caso.

- Me preocupa que siempre comes poco a la hora de la comida, Baekhyun -suspiró el alto-, pero si tanto te molesta, no lo diré más.

Hubo un silencio.

- Chanyeol... -empezó el más bajo, pero no lo dejó continuar.

- No tengo hambre hoy -anunció, levantándose-. Nos vemos luego.

Y se marchó.

No apareció por las dos últimas clases, era estúpido pero realmente no sentía bien. Su animal interior le decía que había fallado en su tarea de proteger al más bajo, que había conseguido no sólo no protegerlo, si no que el otro ahora, además, estaba harto de que lo intentara. Y eso le jodía a muchos y muy distintos niveles, por eso había decidido saltarse las clases y volver a casa, tirándose en su cama e ignorando la mirada preocupada de Yixing.

Cree que se durmió, porque le pareció que acababa de llegar cuando sintió a alguien sentarse en su cama y tocar su espalda.

- Chanyeol, ¿estás despierto? -la voz de Baekhyun le llegó en un susurro tan suave que pensó que estaba soñando. Se giró lentamente para comprobar que sí, estaba allí.

- Baekhyun -su voz sonó algo afectada por acabar de despertarse-. ¿Qué pasa?

- Eso iba a preguntarte yo -vio al otro morderse el labio inferior, nervioso, y frunció el ceño ligeramente-. ¿Estás enfadado conmigo?

- ¿Qué? -preguntó, atónito, incorporándose para que sus caras quedaran al mismo nivel-. Claro que no, ¿por qué piensas eso?

- Hoy te fuiste -respondió con simpleza, parecía muy afectado-. Yo sólo lo dije en broma, sé que a veces se me va el tiempo y acabo por no comer lo suficiente y luego te molesto diciéndote que tengo hambre, no quería que te molestaras.

- Yo pensaba que tú estabas enfadado conmigo -le confesó Chanyeol en voz baja-, porque siempre te estoy molestando con cosas así, o que tengas cuidado cuando vuelves solo de casa, o que me llames si tienes problemas. Parezco... -el híbrido de perro se mordió la lengua antes de decir que parecía su madre o alguna locura parecida, pero las palabras de Baekhyun lo dejaron sin aliento.

- Pareces mi novio.

Chanyeol lo miró entre asombrado y aterrado. No era posible que Baekhyun lo supiera, no se lo había dicho absolutamente a nadie. Pero Baekhyun lo miraba con las mejillas rojas y una mirada decidida, y Chanyeol, simplemente, se cansó de jugar.

- No soy tu novio, Baekhyun -dijo con voz serena-, pero me gustaría serlo.

El híbrido de conejo lo miró con los ojos muy abiertos, los labios rosas y brillantes formando una perfecta y pequeña O de asombro; pero de repente su cara cambió. Sonrió, sonrió muchísimo, incluso soltando una risita, antes de tirarse sobre el alto, haciendo que lo rodeara con sus brazos y que sus labios chocaran en un beso algo torpe pero dulce.

Porque eran muy distintos y a veces a Baekhyun se le olvidaba comerse las verduras y Chanyeol era un poco pesado tratando de cuidarlo.

Pero eran el uno para el otro, y eso era incuestionable.

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