❀ Fluff

❀ High school!au

❀ 991 palabras

Baekhyun miró de nuevo a Park Chanyeol, pillándolo en otra de sus furtivas miradas, haciendo que el alto se sonrojara y apartara la vista. Él sonrió, altanero.

Hacía varias semanas que había sido trasladado a un nuevo centro educativo. Baekhyun se había metido en líos por no callarse lo que pensaba, ni contra otro alumnos ni contra sus profesores, así que finalmente, había sido amablemente puesto de patitas en la calle y mandado a otro centro.

Los primeros días fueron tortuosos, parecía que nadie se atrevía a acercarse demasiado a él por los rumores que circulaban por la escuela; aunque en su opinión no podía haber quien creyera realmente que entró a navajazos en su clase. Tan sólo un tipo ruidoso, Kim Junmyeon, se le acercaba en los descansos y a la hora de la comida para hacer chistes malos y tratar de verse adorable pidiéndole unas patatas fritas de su bolsa.

Pero no fue hasta la tercera semana cuando lo encontró a él.

Un profesor se había ausentado por problemas personales, y les habían dado la hora libre para bajar al patio. Acababan de subir del recreo y Baekhyun no se sentía con ganas de salir a hacer nada, así que se dirigió a la biblioteca. Fue allí donde encontró a aquel chico alto que lo miraba con los ojos brillantes de adoración y las mejillas rojas, quien además apartó la mirada rápidamente al ver que lo había pillado observándolo. Fue hasta divertido caminar hacia él, elegir la silla exactamente frente al tipo y pasarse aquellos cincuenta minutos observándolo con una sonrisa en la cara.

Ninguno de los dos había hablado, era la biblioteca al fin y al cabo, pero la mirada de aquel chico le había dicho más que muchas de las palabras que podrían haber pronunciado. Cuando el chico se levantó, él lo siguió, captando de la bibliotecaria que se llamaba Chanyeol y viendo que estaba en su mismo curso, pero en una clase diferente.

Durante las siguientes semanas, Baekhyun aparecía de vez en cuando por la biblioteca, ya fuera en horas libres, en el recreo o incluso a la hora de la comida. Y siempre que veía a Chanyeol allí, entraba, se sentaba frente a él y fingía hacer deberes para poder observarlo de reojo. Aquel juego de miradas huidizas y mejillas sonrojadas le gustaba demasiado, y sabía que le sonreía como un bastardo muy a menudo, pero aquel chico, a pesar de su altura, era tan adorable que podría aplastarle las mejillas y besarlo hasta que sus bonitos labios quedaran rojos e hinchados.

- Eh -le dijo un día, cerca de un mes y medio después de su primer encuentro-. Chanyeol.

El chico lo miró, sus ojos oscuros brillantes y sus mejillas rojas, llevándose un dedo a los labios, indicándole que no debían hablar. Baekhyun sonrió, arrancando una hoja de su libreta y escribiéndole que si quería ir con él a la cafetería. El sonrojo aumentó, pero Chanyeol asintió y se levantó, animándose a seguirlo fuera.

Ninguno habló hasta que no estuvieron en la desierta cafetería, pidiendo algo para merendar antes de salir a la pequeña terraza.

- ¿Qué quieres? -le preguntó al alto.

- Un donut de chocolate, por favor -y joder, aquella voz lo dejó casi sin aliento, no esperándosela del tímido y normalmente sonrojado Chanyeol. Baekhyun tragó con dificultad antes de pedir dos donuts de chocolate para ambos.

La terraza estaba desierta, la mayoría de los chicos estaban disfrutando de la hora libre, así que no tuvieron problemas eligiendo mesa. Aún así, eligieron una algo escondida, sentándose a comer sus dulces.

- Así que, Chanyeol -empezó Baekhyun, mordiendo su donut-, ¿no me tienes miedo?

- ¿Por qué habría de tenértelo? -preguntó el alto alzando las cejas, sin sorprenderse de que supiera su nombre.

- Circulan historias por ahí -explicó el más bajo, encogiéndose de hombros.

- Sólo un idiota creería que entraste con una pistola en clase.

- ¿No era una navaja?

- Han mejorado la historia, entonces.

Baekhyun le sonrió y Chanyeol hizo lo mismo, mordiendo suavemente el donut. Sin embargo, un trozo de la cobertura de chocolate quedó en el labio inferior del alto. Durante un momento, el más bajo se debatió entre quitarlo él mismo o decírselo, pero una idea mejor cruzó su mente.

Se inclinó, alzándose ligeramente en la silla, y presionó sus labios contra los del alto, quien gimió de la sorpresa. Los movió despacio, invitando a Chanyeol a participar en el beso y pasando su lengua por el labio inferior ajeno, consiguiendo atrapar el trocito de chocolate y ganándose el acceso a la boca del alto. Se besaron durante un buen rato, sus bocas y sus lenguas acariciándose y conociéndose, hasta que Baekhyun rompió el contacto, sonriendo de medio lado, y volvió a sentarse.

- Tenías un trocito de chocolate en el labio -explicó.

- ¿Y sueles quitarle los restos de comida así a la gente? -murmuró Chanyeol, sus mejillas más rojas de lo que jamás las había visto.

- Oh, no, tú eres especial -se acercó un poco a él, mirándolo por debajo de sus pestañas-. Sólo me gusta hacerte eso a ti.

Chanyeol boqueó ligeramente y Baekhyun volvió a besarlo porque, demonios, simplemente quería hacerlo. Esta vez el beso fue más intenso, dejando que el alto acariciara su espalda, bajando su mano hasta donde su espalda perdía su honroso nombre.

- ¿Estás dispuesto a salir con un tipo que entró con una pistola en clase? -murmuró Baekhyun contra sus labios, mirándolo con diversión.

- Me arriesgaré -le contestó Chanyeol, sin alejarse-. ¿Aunque eso significa que sabes utilizar tu pistola?

Baekhyun alzó las cejas ante el doble sentido implícito de las palabras de Chanyeol, cuya cara ardía de vergüenza, pero cuyos ojos estaban fijos en los suyos y brillaban de esa forma especial que lo había hecho sentarse frente a él el primer día.

- Puedo demostrártelo, si quieres.

Chanyeol asintió antes de besarlo de nuevo.