#321
❀ Fluff, Comedia
❀ Magic wand!au
❀ 763 palabras
'No estás enfermo,' se repetía mentalmente Baekhyun una y otra vez. 'Sólo quieres comprar la varita de la Bella Durmiente en la tienda Disney.'
Pero la realidad era que llevaba sus buenos veinte minutos deambulando por la tienda, mirando una y otra cosa, sin decidirse a coger la que realmente quería.
No era tan extraño, a decir verdad. Baekhyun era un fanático de Disney, le encantaba todo lo que tenía que ver con aquella empresa y sus clásicos que tantas veces lo habían hecho soñar de niño. No era raro que se pasara una vez cada cierto tiempo a mirar las novedades que habían traído a la tienda.
Y esta vez, eran las varitas.
Habían entrado como artículos nuevos varitas mágicas inspiradas en algunas princesas. Había de Bella, de Rapunzel y de Aurora, y era esta última la que más le había gustado. Su diseño simple como de una rosa, con pétalos simulando el brillo de las auroras celestiales y la promesa de música y luz que la acompañaban, lo tentó demasiado.
Necesitaba aquella varita.
Pero no era tan simple. No es lo habitual que un hombre de veintipico años se acerque al mostrador y te pida que le cobres una varita de princesa. Así que Baekhyun había trazado el brillante plan de pedirle que se lo envolviera para regalo porque iba a regalárselo a su sobrina. Al menos esperaba que así no lo miraran ni la mitad de raro de lo que normalmente lo hacían.
Sí, ése era su plan. Decidido, se infundió de valor, inspiró y espiró y se dirigió al estante a coger la dichosa varita, alzando su manos y cerrando los dedos alrededor de ésta. Sólo que no fue alrededor de la varita de lo que se cerraron sus dedos.
Era una mano grande, más basta que la propia, que había agarrado la misma varita que él pretendía coger. Retiró la mano de golpe, asustado, mirando al dueño de la mano y maldiciendo internamente.
Porque aquel tipo alto, guapo y condenadamente sexy que lo miraba bajo una capucha, sus labios semiabiertos alrededor de una pajita del café que tenía para llevar en su otra mano, era su vecino, Park Chanyeol.
- ¿Baekhyun? ¿Qué haces aquí?
Oh, joder. Chanyeol sí que sabía que no tenía una sobrinita.
- N-nada, sólo miraba.
- ¿Querías la varita? -le preguntó el alto, alzando las cejas, haciendo que Baekhyun balbuceara-. ¿Para qué?
Baekhyun abrió la boca y la cerró. No podía mentirle y decirle que tenía una sobrina porque sabía que era mentira, pero no quería admitir que la quería para sí mismo. No al menos delante de su vecino, su crush desde hacía años. Hasta que un pensamiento cruzó su mente.
- ¿Y tú por qué ibas a comprarla?
Chanyeol sonrió de medio lado, misterioso. Cogió la varita con superioridad y se dirigió a la caja sin decir palabra, Baekhyun siguiéndolo silenciosamente. La chica de la caja no lo miró mal como había hecho con él cuando la semana anterior se compró finalmente aquel peluche de Sally de Pesadilla Antes de Navidad que tanto tiempo llevaba queriendo. Le cobró, insinuándose sutilmente mientras Baekhyun moría de celos, aunque tiene que reconocer que le gustó que Chanyeol la ignorara. Cuando hubo recibido su vuelta, el alto le brindó una sonrisa antes de salir, una que lo invitaba a seguirlo. Resignándose a comprar la varita en otro momento, lo siguió.
Lo siguió de hecho hasta el aparcamiento, junto al coche del alto, quien lo abrió para dejar dentro el vaso ya vacío de café y llamar a Baekhyun con un dedo para que se acercara.
- ¿Qué es lo que quieres? -preguntó Baekhyun, acercándose como había sido ordenado, pero aún sin fiarse del todo.
- Toma -sacó la varita de Aurora, la varita que tanto quería y se la puso en las manos. Baekhyun abrió mucho los ojos y la boca, mirando alternativamente el objeto y a su vecino-. La he comprado para ti.
- ¿Por qué? -es lo único que se le ocurría decir al más bajo.
- Llevo años conociéndote, Baekhyun -rió Chanyeol, acercándose un paso más-. Sé cuando quieres algo -lo tomó por el mentón, alzando su rostro para que sus miradas se conectaran-. Y sé que también me quieres a mí.
- ¿Es un modo de comprarme? -susurró el más bajo, sonrojándose, pero no negando lo evidente; que le gustaban tanto la varita como Chanyeol. Éste sonrió.
- Sólo quería hacerte un regalo -se encogió de hombros, aún sonriendo de manera encantadora-. ¿O acaso me equivoco?
Por toda respuesta, Baekhyun lo besó.
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