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#306

Slice of life, Fluff

Experiments!au

746 palabras

 

Joder, joder, no se suponía que debía ser así.

Chanyeol se pasó los dedos por el pelo, frustrado. Qué narices había hecho.

Chanyeol trabajaba como médico en un laboratorio, un laboratorio que experimentaba con humanos. Todos ellos eran conscientes de los riesgos y los aceptaban, pero Chanyeol sabía que esas personas estaban enfermas, faltas de dinero o, simplemente, de esperanza. Los engañaban con palabras bonitas, prometiéndoles cama, techo y comida, a cambio de que aceptaran que se experimentara con ellos. No era ilegal, pero la ética no era algo que se viera entre aquellas cuatro paredes.

Cómo odiaba trabajar allí.

Lo odiaba, no soportaba ver cara a cara a personas a las que estaba destruyendo con cada inyección que les ponía. Porque los compuestos químicos que les administraba no eran medicamentos, eran mejunjes de personas que querían jugar a ser dios creando sus propios superhumanos. La mayoría de las veces, los cuerpos no lo soportaban y ya habían perdido a dieciséis de los primeros veinticinco sujetos.

Chanyeol no soportaba más eso, no podía.

Por eso, había presentado su dimisión esa mañana, sacando sus cosas en cajas y maletas voluminosas y cargándolas en su coche. Había dejado sus tarjetas de identificación a la salida y había salido como alma que lleva el diablo, porque en una de sus maletas, no iba su ropa.

Iba Byun Baekhyun.

El chico había sido uno de los primeros voluntarios. Quizá por su proximidad en edad, tan joven, no podía evitar tratarlo mejor que al resto, hablarle e intentar hacerlo reír en el poco tiempo del que disponían juntos. Baekhyun provenía de una familia rota y no tenía nada más que lo puesto cuando llegó, pero la sonrisa que le brindaba era brillante, sus ojos vivos y sus palabras estaban llenas de amabilidad.

Y Chanyeol se enamoró de él.

Nunca intentó nada, no pensaba que fuera apropiado dado su estatus de médico, pero no podía dejarlo allí, no cuando había sido ordenado por sus superiores, quienes dijeron que su rendimiento no era el esperado, que se  deshiciera de él. Así que había drogado a Baekhyun, lo había metido en una maleta dejando una abertura para que pudiera respirar y lo había sacado de allí, rezando porque creyeran que realmente lo había matado antes de marcharse.

Y ahora estaba allí, en un piso que había alquilado, con el chico tumbado en la cama, durmiendo. El número 04 sobre su cuello era el recuerdo de lo que había sido.

- Chanyeol... -la voz de Baekhyun sonó pastosa, el chico abriendo los ojos pesados por la droga. Intentó incorporarse, Chanyeol rápidamente ayudándolo a apoyarse contra el cabecero. El chico suspiró, cerrando los ojos y al abrirlos, pareció empezar a comprender-. ¿Dónde estamos? Esto no es el centro.
- No, no es el centro. Es mi casa, o al menos la que pretendo que sea mi casa -explicó, uniendo sus propias manos y jugueteando con los pulgares-. He dimitido hoy, y te he traído conmigo.
- ¿Por qué?

Chanyeol alzó la vista. Baekhyun no parecía enfadado, sólo curioso. El alto se sentó a su lado en el borde de la cama antes de mirarlo a los ojos.

- Dijeron que no estabas mostrando los resultados esperados -le dijo-. Querían que te matara, pero no pude.
- Me llevaste contigo -dijo el chico. Chanyeol asintió, pero Baekhyun puso una mano sobre las suyas y sus ojos volvieron a buscar su mirada-. Has hecho algo muy peligroso, Chanyeol, ¿por qué te arriesgaste por mí?

Chanyeol se lamió los labios, nervioso.

- Porque te quiero y no soportaría perderte.

El silencio flotó entre ellos, sus palabras calando a Baekhyun, quien abrió los ojos y la boca, sorprendido. Chanyeol se sintió estúpido y carraspeó, apartando la mirada.

- No tienes que corresponderme por pena o algo así -se obligó a decir, haciendo amago de levantarse-. Quise salvarte, no me debes quererme o algo así.

Pero las manos de Baekhyun agarraron su brazo y tiraron de él, obligándolo a quedarse en la cama con él. Chanyeol se giró para mirarlo y Baekhyun lo besó, juntando sus labios en un beso suave y delicado, como si fuera algo frágil que se puede romper.

- Pero yo no te quiero por pena, Chanyeol -le susurró-. Yo te quiero, sin más.

Chanyeol sonrió y lo abrazó, besándolo de nuevo y disfrutando del sabor de sus labios. Porque no le importaba nada que no fueran ellos dos, en ese momento, besándose.

Porque Baekhyun lo quería, y eso era más que suficiente.

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