❀ Fluff

❀ Actors!au

❀ Advertencias: basado en el manga Boku no Mama-chan (43), sexo implícito.

❀ 711 palabras

Baekhyun suspiró, mirándose en el espejo del camerino antes de salir a rodar su escena. Las fans lo recibieron con gritos de júbilo y él sonrió, saludándolas y metiéndose tras eso en la zona de maquillaje para que le retocaran un poco antes de salir.

Baekhyun era un actor veterano que estaba rodando una serie policíaca con un novato. Para todo el mundo fue sorprendente que Baekhyun, de treinta y siete años y soltero de oro del mundo de la televisión accediera a trabajar con un absoluto novato como su coprotagonista. La verdad era que sí, a Baekhyun no le gustaba trabajar con ese tipo de personas porque normalmente, o estaban muy pagadas de sí mismas, o estaban demasiado amedrentadas por su persona y no trabajaban bien. Sin embargo, había algo diferente en su compañero y no, no se refería solamente a que lo pusiera caliente con esa mirada profunda que le dirigía.

Park Chanyeol, de veinticinco años, hacía su debut con esa serie, poniendo contrapunto a su personaje. Era opuestos físicamente, uno alto y otro bajo, y sus personalidades en pantalla eran diametralmente opuestas, basando el éxito de sus misiones en cómo se complementaban el uno al otro.

Fuera de pantalla, sin embargo, sus personalidades no chocaban ni discutían como sus personajes, de hecho, se llevaban excepcionalmente bien para la brecha de edad de doce años que había entre ellos. Eso tan sólo hacía aumentar el fanatismo de las seguidoras de la serie, que pronto comenzaron a shippearlos tanto en pantalla como en la vida real. Baekhyun no estaba tan al tanto de esas cosas, pero Chanyeol sí, informándole en todo momento de las fotos, las historias y demás contenido creado por fans que subían a las redes sociales.

- Ayer encontré un fanfic sobre nosotros -comentó Chanyeol mientras leían el guión para el siguiente capítulo en el camerino del mayor. Baekhyun alzó las cejas.

- ¿Ah sí? -respondió con poco entusiasmo-. Otro nuevo caso para los detectives de policía más aguerridos -se mofó, rodando los ojos y llevándose la taza de té a los labios.

- No era sobre nuestros personajes, era sobre nosotros -repitió Chanyeol despacio-. Sobre cómo teníamos sexo.

Baekhyun casi escupió el té, sonrojándose muchísimo y avergonzándose porque, oh, vamos, qué hombre de casi cuarenta años se sonrojaba.

- ¿Qué? -preguntó cuando se hubo recompuesto.

- Sí, míralo tú mismo -le tendió su teléfono Chanyeol.

Tomó el aparato y comenzó a leer, dándose cuenta de que la acción comenzaba en seguida. Se puso muy rojo, la autora, a pesar de pasar por alto un par de puntos poco atractivos pero esenciales en las relaciones sexuales entre hombres, describía las acciones y las sensaciones de modo que a Baekhyun se le erizaba la piel, comenzando a sentir calor y a notar que empezaban a apretarle los pantalones.

Cree que era el momento en el que Baekhyun en el fanfic se corría gritando el nombre de Chanyeol cuando el teléfono desapareció de entre sus manos y fue sustituido por la cara del alto, que le sonreía de medio lado agachado frente a él.

- Creo que te ha gustado mucho -susurró, tocando con un dedo el duro bulto entre sus piernas y haciendo gemir bajito al veterano actor.

- Q-qué... -trató de hablar, pero Chanyeol le puso un dedo en los labios antes de besarlo, haciéndolo gemir de nuevo pero abandonándose a la sensación de los suaves y dulces labios del menor besándolo.

- Sabía que eso de estar soltero no era por nada -le susurró el chico cuando se separaron-. Te gustan los hombres.

- Chanyeol -intentó de nuevo el mayor-, soy doce años mayor que tú y...

- ¿Y qué? -se encogió de hombros despreocupadamente él-. Me gustas, y sé que te gusto por cómo me miras. ¿Qué hay de malo?

- Pero... -empezó a quejarse, pero de nuevo Chanyeol lo cortó con sus labios.

- Sólo déjate llevar, Baekhyun -murmuró, rozando sus labios con los ajenos-. No te arrepentirás.

Así lo hizo. Se corrió una vez en la boca del alto y otra sobre sus torsos desnudos, cuando el menor hubo explotado en su interior sobre la mesa y los guiones que se suponía debían leer.

Y al final, Chanyeol tenía razón. Jamás se arrepintió.