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 El derechazo surcó el aire limpiamente con un silbido y estalló en su cara, haciéndolo trastabillar y retroceder dos pasos.

- ¡Eh, imbécil! ¿Qué cojones haces? Te dije que lo echaras, no que lo destrozaras.

Baekhyun observó desde su sitio la escena, inmóvil como el resto de las personas que frecuentaban aquel casino. Había habido un barullo en una de las mesas de blackjack, porque al parecer un crío se había llevado un dineral. Habían analizado sus movimientos, sus manos, y a pesar de que no habían podido demostrar que hacía trampas, habían decidido darle su dinero y echarlo. Pero el segurata, al parecer, se había tomado el asunto de manera muy personal y su jefe estaba ahora cabreado.

- Lárgate, chico, y no quiero volver a verte por aquí -le dijo al muchacho, un tipo alto de pelo rojo llameante que simplemente cogió su dinero y se largó, frotándose la nariz.

Siguiendo un impulso estúpido que no sabía de dónde le nacía, Baekhyun cogió su chaqueta del respaldo de la silla y salió tras él, abandonando la máquina tragaperras que acababa de darle lo justo para tomarse un café.

- ¡Eh! -llamó al desconocido cuando salió a la calle, divisándolo a lo lejos. El tipo no se dio por aludido, así que Baekhyun corrió para alcanzarlo-. ¡Oye, te hablo a ti!

Como si al fin reaccionara, el chico miró alrededor extrañado antes de girarse justo cuando Baekhyun lo alcanzaba.

- ¿Nos conocemos? -le preguntó el chico, quitándose de la cara la mano con la que sujetaba un pañuelo presionado contra el corte sangrante en su nariz.

- No -respondió con sinceridad Baekhyun, pero sacó del bolsillo interior de su chaqueta una tirita que el otro miró con sorpresa-. Pero creo que necesitas esto.

- ¿Me has seguido para darme una tirita? -el chico alto alzó las cejas, pero soltó una carcajada disfrazada de bufido-. Eres un poco raro, ¿no?

- Puede ser -se encogió de hombros Baekhyun, pero sonrió al ver que la aceptaba.

Dejó que el chico se colocara la bandita él solo, mirándose en el escaparate de una tienda de zapatos de moda, comprobando que su nariz no estuviera rota y que su aspecto no fuera malo.

- ¿Realmente hiciste trampa? -preguntó Baekhyun sin poderse controlar. El chico lo miró por el rabillo del ojo y él se excusó con rapidez-. No es que sea de mi incumbencia pero ganaste mucho dinero y estaban muy enfadados. Yo apenas sé ganar para tomarme una copa en las tragaperras.

- No hice trampa, no estrictamente hablando -se encogió de hombros el chico-. No es mi culpa ser capaz de memorizar qué cartas han salido y cuáles no.

Baekhyun abrió la boca en una O perfecta y eso pareció complacer al alto, que sonrió de medio lado. Realmente era un tipo guapo, pensó el más bajo, incluso la tirita en su nariz hacía que se viera más atractivo, con un aura de chico malo que no debería de resultarle sexy, pero que de todas formas lo hacía.

- Eres raro, pero me caes bien -le dijo con honestidad, haciendo que Baekhyun se sonrojara profusamente. Aquello pareció gustarle aún más al chico-. Me llamo Chanyeol.

- Baekhyun -se presentó él, alzando su mano para estrechar la del alto.

Chanyeol la estrechó, tomándola con cuidado como midiéndolo, estrechándosela con suavidad y con una sonrisa sensual en la cara.

- ¿Y sólo ganaste para una copa o puedes invitarme con lo que ganaste?

- Tú ganaste más -replicó Baekhyun, aún sonrojado.

- Touché -rió Chanyeol, y su risa hizo que el corazón de Baekhyun latiera más fuerte-. Entonces te invito yo, Baekhyun.

Y su nombre en sus labios no debería sonar tan atrayente, joder.

- Más te vale tratarme bien -intentó bromear el más bajo para cortar la tensión sexual del momento, pero Chanyeol se acercó a él, inundando sus sentidos con su aroma y no dejando que eso ocurriera.

- Tengo pensado hacerlo, Baekhyun -le susurró.

Y vaya si lo hizo.