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#287

Slice of life, Fluff

Wolf!au

881 palabras


 Baekhyun había pasado toda su vida sin saber bien a dónde pertenecía.

Era un híbrido, pero no, no se refería a unas orejas y una cola peluda, no. Era una mezcla entre un cambiaforma y una humana. Su padre era un lobo, un alfa de alto rango en la manada que una noche, queriendo contrariar a su padre que en aquel momento era el segundo del líder, se lió con una humana. Quizá fue la naturaleza poderosa de los alfas lo que la indujo a no tomar precauciones, seducida por la labia del tipo, pero el resultado fue que ella quedó embarazada y que él despareció del mapa. Ni siquiera cuando ella finalmente lo encontró y lo encaró, con un niño que él sabía que olía a parte lobo, fue capaz de reconocerlo.

A pesar de demostrar que era capaz de metamorfosearse, no tan rápido como sus compañeros cambiaformas pero capaz, al fin y al cabo; nunca fue completamente aceptado. Los lobos lo miraban por encima del hombro porque lo consideraban indigno de estar con ellos, los humanos instintivamente tenían miedo de él, por su parte depredadora. Nadie lo aceptaba, nadie se acercaba a él y, tras la muerte de su madre, Baekhyun estaba completamente solo.

No literalmente, una ciudad es un sitio grande con muchas personas, Baekhyun se relacionaba con la gente en su trabajo, pero cuando llegaba a casa, en el metro o haciendo la compra, la sensación de soledad lo acechaba y lo abrumaba, a veces tan insoportable que no creía ser capaz de respirar.

Un golpe violento lo hizo trastabillar hacia delante, arrastrado por el golpe y por unos brazos que lo rodeaban y lo llevaban al otro lado de la calle, justo a tiempo de evitar un camión de mucho tonelaje que les pitó y les llamó de todo. Alzó la vista para mirar a quien lo había placado y ayudado, un chico alto de más o menos su edad que estaba gritándole al camión que se alejaba en la lejanía. Durante un segundo, un pequeño segundo, Baekhyun pensó que el latido acelerado de su corazón se debía al susto, a la carrera, al hecho de que casi los atropellan.

Pero eso fue hasta que se miraron a los ojos.

El chico finalmente dejó de insultar al conductor y se giró, mirándolo finalmente y bufando.

- Perdona eso -bufó, señalando a sus espaldas, al camión ya invisible-. ¿Estás bien?

No, Baekhyun no estaba bien. El corazón le latió más rápido que nunca, sus sentidos se embotaron, sus pupilas se dilataron y el estómago comenzó a aprisionarlo, no sabiendo si se le encogía o agrandaba. Se encontraba mejor que nunca.

- ¿Quién... quién eres? -le preguntó al chico, absorbiendo sus facciones redondas pero masculinas, sus labios gruesos, sus ojos grandes y oscuros, sus orejas despegadas.

- Park Chanyeol -se presentó el chico, y de repente, alto brilló en sus ojos, brilló el reconocimiento-. Tú... tú eres Byun Baekhyun.

Baekhyun podía olerlo, podía oler el alfa que aquel chico llevaba dentro. Seguramente sus padres, sus amigos, la manada le habría hablado de Byun Baekhyun, el proscrito, el que no encajaba en ningún lado. Pero no era desprecio lo que sentía de Chanyeol. No, lo que sentía era lo que su propio cuerpo le estaba diciendo.

El alto lo cogió entonces de la mano, tirando de él y llevándolo a no sabía dónde, simplemente tratando de seguir el ritmo de sus piernas largas mientras lo llevaba a través de las calles. No se dio cuenta de a dónde lo llevaba hasta que entraron en un edificio, y comprendió que Chanyeol lo estaba llevando a su casa. Una vez allí, con la puerta cerrada a sus espaldas, el alto se giró para mirarlo, como absorbiéndolo por primera vez, y Baekhyun se mantuvo quieto, tan sólo respirando.

Chanyeol se acercó un paso, dos, tres. Estaban cerca, muy cerca, sus cuerpos casi tocándose, y Baekhyun podía notar el escalofrío que recorría su espina dorsal cuando sus alientos se mezclaban.

- Eres un híbrido -no era una pregunta, pero Baekhyun asintió igualmente.

- Lo soy.

El alfa alzó una mano y Baekhyun cerró los ojos instintivamente. Pero no fue un golpe, sino una caricia lo que rozó su mejilla. Abrió los ojos, alzándolos y encontrándose con la mirada de Chanyeol, una mirada que lo atrapó. Porque no era una mirada de odio, no era una mirada de compasión. Era una mirada llena de amor, tanto que Baekhyun se sintió abrumado, como cuando la soledad lo atacaba, pero esta vez, esa sensación no lo ahogaba.

- Somos uno -anunció Chanyeol, con una sonrisa trémula y llena de emoción.

- Sí -le respondió con la voz igualmente afectada, llevando una mano a la muñeca de la mano que el alfa aún tenía en su mejilla-, sí, lo somos.

Ambos rieron ligeramente, emocionados, antes de que finalmente, Chanyeol se inclinara y lo besara, abrazándolo contra él mientras Baekhyun le pasaba los brazos alrededor del cuello, devolviéndole el beso con ganas, su corazón al fin llenándose de eso que tanto le había faltado y que Chanyeol podía darle.

Ya vendrían los días en los que serían juzgados o aceptados, a Baekhyun le daba lo mismo. Porque Chanyeol era su pareja, y eso era todo lo que necesitaba.

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