❀ Sexy(?)

❀ Roommates!au

❀ 627 palabras

 Oh, dios, por qué la vida lo odiaba desde tan temprano.

Baekhyun gimoteó desde su cama, tapándose hasta la frente y bloqueando la visión que le hacía querer morirse ya desde que había despertado.

Se encontraba en su habitación en el dormitorio universitario en el que llevaba viviendo ya dos años. Dos años de duro esfuerzo estudiando mil y una cosas que sus profesores insistían en que eran de vital importancia. Pero nada, absolutamente nada era tan duro como convivir con Park Chanyeol.

Bueno, en realidad sí que había algo que podía rivalizar en dureza, sus erecciones pensando en quien era su amigo y compañero de cuarto. Porque desde el día en el que había entrado por la puerta del cuarto que compartían, la vida sexual de Baekhyun se había puesto en entredicho.

La verdad sea dicha, hasta el momento en el que conoció a Park Chanyeol con su voz grave, sus sonrisas deslumbrantes y su manera de llamarlo Baekhyunnie, nunca se había planteado que pudiera gustarle un hombre. Pero a su cuerpo le daba igual lo que su mente o razón creyesen, reaccionando inmediatamente a la presencia y el carisma del alto.

Resultó que estudiaban lo mismo, por lo que Baekhyun se encontró compartiendo su pupitre, sus apuntes, sus comidas, su vida prácticamente con Chanyeol. No es que le disgustara, muy al contrario, disfrutaba con su compañía y acabaron haciéndose muy buenos amigos. Pero eso no evitaba que, desde hacía dos años, Baekhyun sufría. No porque Chanyeol pareciera no captar sus insinuaciones, si no por lo que hacía sin darse cuenta.

Desde el primer día, Baekhyun se dio cuenta de que Chanyeol era ese tipo de persona a la que le cuesta despertarse y se mueve mucho, muchas veces teniendo que ser despertado por su compañero de cuarto y destapándose por las noches. Pero el cuerpo de Chanyeol sí despertaba, y el hecho de que se destapara dejaba al descubierto sus erecciones mañaneras.

Baekhyun sabía que era algo normal, a casi todos los hombres les ocurría de manera bastante habitual y sin que pudieran controlarlo; pero el tamaño de aquello que su amigo escondía entre sus piernas lo recibía por las mañanas y él ya no sabía qué más excusas poner para sus largas estancias bajo el agua fría de la ducha.

- ¿Baekhyun? -la voz soñolienta de Chanyeol lo hizo destaparse los ojos, aún temeroso de lo que pudiera ver-. ¿Qué ocurre?

Oh dios, ahí seguía aquello entre sus piernas y sus ojos no podían desviarse hacia otro sitio. Por eso mismo, no vio que Chanyeol lo había pillado y que una sonrisa se formaba en su rostro. El alto se levantó, dejando su entrepierna al nivel de los ojos del más bajo, que la miraba con terror mientras se le acercaba.

- ¿Mirando algo que te guste, Baekhyun?

Oh, joder, lo había pillado mirándole su erección. Chanyeol apartó de un tirón las sábanas, arrancando un gritito de la garganta ajena y aprisionándolo contra la cama, sentándose en sus muslos con una sonrisa.

- No sabía que te gustaba mi pene, Baekhyun -sonrió de medio lado, inclinándose sobre él-. ¿O te gusta algo más de mí?

El más bajo pensaba que sus mejillas podrían competir con el rojo de los semáforos, dios. La mirada de Chanyeol sobre él era oscura, ardiente y no era capaz de desviar los ojos ni aunque quisiera.

- Hace ya tiempo que te miro, Chanyeol, pero eres muy obtuso -se encontró diciendo. Ya no tenía nada que perder, igualmente.

- ¿Ah, sí? -pareció sorprenderse, pero pronto se recompuso-. Entonces tendremos que hacer algo para compensarte tanto tiempo de espera, ¿no?

Algunos minutos más tarde, con ambos gimiendo de placer mientras tenían sexo, Baekhyun pensaba que había merecido la pena esperar.