#255
❀ Supernatural, Fluff, no sé realmente
❀ Angel!au
❀ Advertencias: no sé qué escribí, pero mejora considerablemente si escucháis Angels de Robbie Williams mientras leéis
❀ 973 palabras
A Chanyeol le gustaba mirar al cielo.
Daba igual que fuera día, tarde o noche, a menudo podía encontrársele con la vista alzada y sonriendo, como si viera algo que nadie más podía ver. Y en realidad, era algo así.
Chanyeol tenía el don de ver seres sobrenaturales. Fantasmas, ángeles, demonios, todos ellos eran visibles para él. Algunos trataban de verse humanos, camuflándose entre la gente con atuendos que consideraban adecuados, pero él estaba ya tan acostumbrado a verlos que sabía lo que eran a pesar de que escondieran las alas o trataran de parecer corpóreos. Porque no, en la Tierra, ninguna de aquellas criaturas era corpórea.
A Chanyeol le gustaba alzar la vista porque podía verlos volar de un lado a otro, seguros de que nadie podía verlos. Sus favoritos eran los ángeles, no por las razones que cualquiera pensaría, si no porque eran más elegantes a la hora de volar que los fantasmas o los demonios. Los demonios eran rápidos y algo bruscos, los fantasmas eran más burdos porque apenas acababan de empezar a saber cómo hacerlo. Pero los ángeles tenían un vuelo suave y elegante, y él no podía más que admirarlos.
Había un ángel, uno que le gustaba especialmente, al que había visto desde que él era un niño que no sabía que tenía un don y el otro un querubín. Durante años, se habían mirado el uno al otro fijamente, sin hablarse, pero siendo conscientes de que el otro sabía bien que lo estaba observando. Se observaron crecer y convertirse en adultos, encontrándose siempre en los sitios más inesperados, hasta que un día, el ángel le habló.
- Puedes verme, ¿verdad? -Chanyeol había asentido simplemente, estaban en mitad de un vagón semivacío e iba a resultar extraño que se pusiera a hablar sin más-. Ven conmigo.
Sin saber cómo decirle que no a un ángel, Chanyeol lo siguió fuera del tren y hasta una zona apartada donde nadie lo vería hablar solo. Allí, finalmente mantuvieron una conversación por primera vez y el ángel se presentó como Baekhyun. Al humano le sorprendió que, pese a ser un ángel, fuera tan divertido y abierto, cambiando la concepción de estos seres que otros ángeles le habían dado.
Trabaron una especie de amistad, viéndose cuando podían, preferiblemente en casa de Chanyeol una vez éste se mudó a vivir solo. Al alto le gustaba mirar al cielo por las mañanas, porque sabía que Baekhyun iría a verlo. A veces lo veía revolotear encima de él antes de irse a donde tuviera que ir a encargarse de asuntos de ángeles, asuntos que nunca le contaba a Chanyeol porque 'eres humano, Chanyeol, incluso que sepas que los ángeles tenemos asuntos es saber demasiado'.
Pero estos días, había visto cada vez menos y menos al ángel. Siempre le decía que estaba muy ocupado, y apenas aparecía cada dos o tres días para revolotear a su alrededor y sonreírle, pidiendo perdón antes de irse de nuevo porque no podía parar.
Y a Chanyeol le frustraba, le frustraba muchísimo porque no podía abrazarlo y obligarlo a hablar con él, no podía coger su mano y decirle que lo echaba de menos y, sobre todo, no podía besarlo y decirle que lo amaba.
Chanyeol llevaba ya casi cinco días sin ver a Baekhyun y no debería, pero su falta le estaba afectando más de lo que creía. Sus compañeros de trabajo lo habían notado, hasta los pocos amigos que tenía lo veían. Chanyeol no dejaba de mirar al cielo, pero nunca veía a su ángel.
Por eso, sus amigos lo sacaron a beber aquella noche. Lo llevaron a un bar con toda la intención de emborracharlo y aunque era algo fácil de hacer, cuando llevaba dos copas Chanyeol consiguió escabullirse fuera del local. El frío nocturno le azotó la cara, espabilándolo a medias y animándolo a apretar el paso para volver a casa. Cerró los ojos, inundándose de la sensación del fresco en su cara, y por eso, no pudo evitar chocar.
- ¡Auch!
Abrió los ojos de golpe, tratando de enfocar el objeto contra el que se había golpeado, cuando la cara de Baekhyun se tornó nítida. Abrió los ojos y la boca, asombrado y tratando de pensar que sí, acababa de chocar contra Baekhyun.
- ¿Baekhyun? -probó, el otro asintiendo suavemente-. Pero... acabo de chocar contigo...
No terminó de hablar. El más bajo se lanzó contra él y lo abrazó fuerte, sus brazos y su calor tan reales que no podían ser una ilusión producida por el alcohol. Le devolvió el abrazo, empapándose de su olor, de su calor, de su tacto.
- Tenía tantas ganas de hacer esto -la voz de Baekhyun contra su oreja fue apenas un susurro, pero su cálido aliento se notó en su piel, y eso le puso la piel de gallina. Se separaron un poco para poder mirarse a los ojos, Chanyeol llevando una mano a la mejilla ajena porque aún no podía terminar de creérselo, y eso le sacó una sonrisa-. Siento haber estado tan ocupado, Chanyeol, pero eso ya se acabó.
- Te he echado mucho de menos -confesó, su pulgar acariciando la piel suave-. ¿Qué ha pasado?
Baekhyun sonrió.
- Tenía que hacer muchos asuntos, Chanyeol, muchos -puso un dedo sobre los labios del alto antes de que éste pudiera siquiera preguntar por qué-. Quería conseguir algo, algo que ningún ángel quiere para sí, pero ya sabes que yo no era un ángel normal.
- ¿Eras? -preguntó, con la voz temblorosa.
- Era -le sonrió Baekhyun, soltando una risa que pareció un jadeo-. Tuve que hacer todos mis asuntos pendientes para poder ser humano y bajar a la Tierra.
- ¿Por qué? -preguntó esta vez sí, Chanyeol, a pesar de que creía saber la respuesta.
- Por ti, Chanyeol.
Y como si realmente no pudieran esperar más, se besaron.
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