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#232

Fluff, Smut

Neighbours!au

Advertencias: sexo, o algo así

1000 palabras

 ¿Cómo había acabado exactamente ayudando al hijo de sus vecinos a ordenar el garaje?

Chanyeol sólo sabía que su madre lo había hecho sentir lo suficientemente mal acerca de cómo se estaba pasando el verano sin hacer nada, mientras que el pobre Baekhyunnie se encarga de que su casa esté decente para cuando sus padres vuelven del viaje de negocios, ¿no es triste, Chanyeollie?

Y sí, puede que le remodiera la conciencia saber que Baekhyun iba a ordenar su garaje sin ayuda alguna y que, al final, ofreciera entre dientes su ayuda. Por eso estaba allí, en el lugar en el que menos querría estar.

Porque Baekhyun era su vecino, sí, llevaba siendo su vecino exactamente tres años y llevaba siendo el objeto de los deseos sexuales frustrados de Chanyeol dos de ellos. Era horrible despertarse de sueños eróticos demasiado vívidos para luego encontrarse con los ojos oscuros e inquisidores de Baekhyun.

Eran algo así como amigos, nunca se había acercado demasiado a su vecino por miedo a que ese deseo que sentía se apoderara de él, pero iban al mismo instituto y hablaban cuando iban juntos en autobús. Chanyeol estaba muy jodido por su vecino y ahora iba a pasarse una tarde entera encerrado con él en un espacio minúsculo.

- Gracias por ayudarme a ordenar, Chanyeol -le agradeció el más bajo con una sonrisa-. No me lo esperaba, fue una sorpresa agradable cuando tu madre me lo dijo.

- Sí, bueno -se rascó la nuca el más alto, tratando de que aquella sonrisa no le afectara y fallando-, me sabía mal que tuvieras que hacerlo tú solo.

Al menos no iba a mentir. No del todo.

Comenzaron cada uno por un lado, sacando los trastos viejos de sus recónditos escondites y poniéndolos en el centro vacío de la sala donde Baekhyun los clasificaba entre los que se iban a quedar y los que iban a tirar. Chanyeol comenzó por lavar las estanterías mientras el más bajo clasificaba, pero no podía evitar echarle alguna mirada de vez en cuando. Baekhyun estaba muy guapo concentrado mientras clasificaba y él se reprendía mentalmente por las imágenes y delirios que estaba teniendo en su mente.

- Chanyeol.

- ¡Sí! -casi gritó, asustando al más bajo que se había colocado a su lado.

- Llevas quince minutos frotando la misma balda, ¿te pasa algo?

- ¡Oh, no, estoy bien, de verdad!

Como para demostrarlo, cogió el cubo de agua que estaba usando para humedecer el trapo en la estantería superior y lo colocó un estante más abajo para que pudiera trabajar mejor. O al menos esa era su idea, hasta que el cubo se le resbaló de entre los dedos por el agua que había en su superficie y cayó sobre ellos, empapándolos a los dos.

Se miraron durante un segundo, parpadeando entre mechones chorreantes y Chanyeol quiso morir porque la camiseta blanca de Baekhyun se le había pegado demasiado al cuerpo y transparentaba. Pudo notar su sangre correr a acumularse en su entrepierna ante la visión de un Baekhyun mojado.

- Yo... yo... -balbuceó, pero notó cómo empezaban a apretarle los pantalones y entró en pánico. Miró la puerta con toda la intención de marcharse, pero Baekhyun pareció captarlo, porque cogió su muñeca y lo detuvo.

- No -dijo simplemente.

- ¿No? -repitió el alto, con un hilo de voz.

El más bajo tiró de él demandante y lo besó, agarrándolo con los cabellos de su nuca y moviendo sus labios con exigencia y deseo. Chanyeol gimió ronco y áspero en el beso, pero lo devolvió con las mismas ganas. A pesar de estar empapados, el calor comenzó a subir en la habitación, y se encontró a sí mismo pegándose al cuerpo de su vecino, buscando el frescor de la ropa mojada.

Baekhyun gimió esta vez, rotando sus caderas para que sus miembros se rozaran y mandando a Chanyeol a algún lugar en el paraíso. Apenas sí registró que el más bajo le deshacía los pantalones, liberando su semierección para bombearla él mismo.

No sabe cómo acaban arrodillados en el suelo, ambos gimiendo de placer con Chanyeol sacando al aire la erección de Baekhyun mientras el más bajo sigue aplicándose con su mano en la propia.

Frentre contra frente, mojadas ya no sólo con el agua del cubo si no con el sudor del calor que sentían, se masturbaron el uno al otro, jadeando en el espacio vital del otro y mirándose a los ojos mientras llegaban juntos al séptimo cielo. Es Chanyeol quien llega primero, corriéndose con el susurro ronco del nombre de Baekhyun en sus labios mientras su semen mancha el suelo y el miembro ajeno.

Puede que sea la imagen de Chanyeol corriéndose, lo erótico de su voz pronunciando su nombre o que su miembro ahora está manchado por la esencia ajena, pero Baekhyun llega apenas unos momentos después, agarrándose al brazo que lo masturbaba y clavándole las uñas mientras repite el nombre del alto como un mantra.

Se quedan así, jadeando y satisfechos, mirándose a los ojos en la calma que viene después del sexo. Chanyeol sabe que quizá está traspasando una líne invisible que no debe tocar, pero se inclina y lo besa de nuevo, esta vez con cuidado, dejando que los suaves labios hablen por él.

- ¿Qué tal con Baekhyunnie en el garaje? -preguntó su madre esa noche en la hora de la cena.

- Aún quedan muchas cosas que hacer -respondió, encogiéndose de hombros mientras se metía un poco de kimchi y de arroz en la boca-. Mañana voy a volver.

Su madre aplaudió, entusiasmada por su nueva disposición. El móvil de Chanyeol vibró, indicándole una nueva notificación, por lo que se excusó y se levantó, dirigiéndose al baño para abrirla. Y menos mal, pensó con una sonrisa de medio lado al abrir el mensaje recibido. Era de Baekhyun, una fotografía sugerente del chico en su cama comiéndose un polo de una manera muy poco apropiada.

Te estaré esperando mañana.

Chanyeol lo estaba deseando.  

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