❀ Fluff

❀ Kids!au

❀ 300 palabras

Baekhyun corría, riendo, sin mirar bien dónde pisaba.

Trastabilló y cayó cuan largo era, raspándose las rodillas descubiertas por el pantalón corto contra la gravilla. El dolor era punzante y casi podía notar la sangre fluyendo de la herida. Sin poder evitarlo, comenzó a llorar a pleno pulmón. Dolía, dolía mucho.

- ¡Baekhyunnie!

Entonces apareció Chanyeol, agachándose a su lado y ayudándolo a levantarse, ambos sentándose en el suelo. Con Chanyeol allí, la herida que finalmente era un raspón algo fuerte, le dolía un poco menos a Baekhyun.

- ¿Estás bien, Baekhyunnie? ¡Tienes rojo en la rodilla! -le señaló el otro.

- Es sangre -dijo, las lágrimas acumulándose en sus ojos de nuevo-. Me duele.

Chanyeol vio sus lágrimas y puso una cara muy decidida. Sacó de uno de los bolsillos de su peto un pañuelo arrugado con el que limpió la poca sangre que salía de la raspadura en la pierna ajena. Después, se inclinó y cantó una cancioncita infantil para curar las heridas, tras lo que le dio un beso allí y se alzó para mirar a Baekhyun, sonriendo.

- ¡Ya no te dolerá más! -anunció, orgulloso.

Como por arte de magia, el dolor en su herida desapareció, pero su corazón se saltó un latido y sus mejillas se sonrojaron al mirar al otro niño.

- Es magia -le susurró Chanyeol, como si fuera un secreto.

- ¿Y me curarás siempre con tu magia, Chanyeol? -lo miró esperanzado el otro, levantándose finalmente y cogiéndolo de la mano-. ¿Te quedarás conmigo para que no me duela más?

- Claro que sí -sonrió el niño, apretando el agarre y llevándolo a la fuente del patio a beber un poco de agua.

- ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo.

Veinte, treinta, cuarenta años después, Chanyeol seguía allí. Cumpliendo su promesa.