#203
❀ Slice of life, Fluff
❀ Hitchhiker!au
❀ 910 palabras
Chanyeol no era tonto, desde luego.
Sabía que vivir solo es peligroso, que los desconocidos no son de fiar y que no debía dejarse enredar por los vendedores de las tiendas, que le doraban la píldora con palabras azucaradas para que les comprara sus productos.
También sabía que, además de que el código de circulación lo prohibía, no era sensato recoger autoestopistas de la calle, menos si tenían piercings extraños en la cara y vestían completamente de negro. Él lo sabía, lo sabía muy bien.
Pero eso no impidió que parara junto a aquel chico extraño. Se había sentido atraído por su aura, algo en él que destilaba tristeza y un grito de socorro cuando sus ojos se cruzaron. El chico se montó en su coche, dándole las gracias con una voz dulce que no casaba en absoluto con su apariencia. Se presentó como Baekhyun, y Chanyeol no pudo evitar preguntarse si aquel piercing tan exagerado era molesto de llevar, pero no dijo nada en voz alta y continuó su camino.
- Perdona -dijo, después de un rato conduciendo-, no te he preguntado a dónde querías ir.
- No quiero ir a ningún lado -respondió con aquel tono. Chanyeol por un momento pensó en que pronto sería drogado y sus órganos vendidos en el mercado negro, hasta que Baekhyun cerró los ojos y se dejó caer en el asiento-. No tengo a dónde ir.
Meter a un desconocido en tu casa porque no tienes corazón para dejarlo en la calle debía ser añadido a la lista de cosas estúpidas y no razonadas que estaba haciendo Chanyeol aquel día. Pero lo hizo, le dio un sitio donde quedarse y el sofá más cómodo que tenía. Bueno, el único sofá. Cuando le dio las buenas noches y el chico le sonrió con una sonrisa sincera al responderle de la misma manera, Chanyeol notó su corazón latir deprisa, el pensamiento de que podría robarle durante la noche borrado de su mente.
Al día siguiente, sus cosas y Baekhyun seguían allí. Y al día siguiente, y al otro, durante un mes estuvo allí. El chico no parecía tener realmente ningún lugar donde ir, y el alto no tuvo corazón para echarlo, así que se convirtió en su compañero de piso improvisado. Encontró un trabajo y comenzó a pagar parte de la comida y del alquiler, aunque era el alto quien pagaba la mayor parte, agradecía que lo hiciera.
Poco a poco, el callado Baekhyun fue abriéndose a él. Su aspecto le había llevado muchos problemas, tanto en la calle como en casa, siendo expulsado por su padre cuando el director del centro de estudios superiores al que acudía lo echó, alegando que era el culpable del robo de unos trofeos de oro.
- Es mi aspecto lo que les molesta -dijo con rabia, mordiendo el arito que se había puesto en lugar de aquel complicado pendiente de la primera vez, como deferencia a su nuevo jefe-. Nunca tuvieron pruebas, porque no lo hice.
- Te creo, Baekhyun.
Y era verdad. Durante todo aquel tiempo, Baekhyun no había hecho más que demostrar que era un buen chico y alguien de fiar. Le enfadaba saber que tuvo que huir de casa con lo puesto porque su padre no toleraba el metal en la cara. Porque el más bajo era bueno, amable, y su sonrisa iluminaba la habitación en la que se encontrara, haciendo al corazón del alto latir más rápido.
Fue al cuarto mes cuando Chanyeol se dio cuenta de que estaba enamorado de Baekhyun, pero ¿cómo decirle nada cuando el chico no tenía con quien ir? Si no sentía lo mismo, no podría marcharse y estaría incómodo. Y era posible que aceptara simplemente por verse forzado por la situación. El alto no quería eso.
- Chanyeol -lo llamó Baekhyun, algo después del aniversario de su sexto mes allí-. ¿Podemos hablar?
- Claro -respondió, enderezándose en su cama y palmeando junto a él, indicándole al moreno que se sentara. Él lo hizo, su labio inferior atrapado entre sus dientes como gesto de nerviosismo-. ¿Qué ocurre?
- Yo... voy a mudarme.
Chanyeol lo miró, en shock. ¿Por qué? ¿Por qué así y tan de repente?
- No puedo seguir viviendo contigo, Chanyeol, se me hace muy duro -las manos del más bajo estaban firmemente entrelazadas en su regazo, y las miraba fijamente. Sin embargo, alzó la vista y lo miró directamente a los ojos-. Me gustas, Chanyeol, mucho. Pero no puedo seguir viviendo contigo fingiendo que no pasa nada cuando sé que alguien como yo no se merece a alguien como tú.
- ¿Cómo que alguien como tú? -preguntó, perplejo-. Baekhyun, no hay un alguien como yo o un alguien como tú -antes de que el chico hablara, se inclinó a besarlo, un roce de labios corto, mordiendo de forma suave el arito como tantas veces se había imaginado haciendo-. No me digas que no me mereces, Baekhyun, porque yo quiero merecerte a ti.
Baekhyun ahogó una exclamación, haciendo sonreír a Chanyeol, quien lo besó de nuevo, esta vez con suavidad e intensidad, dejando que su boca conociera la del más bajo como tantas veces había deseado hacer.
- ¿Vas a mudarte ahora? -preguntó, con voz suave. El chico negó con la cabeza, sonriéndole de aquella manera especial que tanto le gustaba-. Bien.
No es sensato recoger a nadie en mitad de la carretera, pero para Chanyeol su insensatez fue la mejor decisión que podía haber tomado.
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